Salazar Phantomhive

-Nombre del personaje: Salazar Phantomhive
-Edad: 28
-Especie: Humano, Brujo
-Facción a la que pertenece: Ninguna
-Tipo, Clase Social o Cargo: Clase baja
-Orientación Sexual: Heterosexual
-Lugar de Origen: Londres
-Habilidad/Poder:
-Poderes Innatos-
+Hechicería
+Recepción del aura

-Poderes a Elegir-
+Creación de ilusiones
+Dominación
+Titiritero

-Descripción física: Una persona alta de uno 180cm, un peso aproximado de 80 kg, de compresión fuerte. Lleva el pelo corto, un poco de punta y el de color castaño oscuro. Tiene una barba de varias semanas y unas cejas no demasiado pobladas. Debajo de ellas unos ojos de color verde y redondos. Su nariz es un poco grande pero no llama la atención, tiene labios carnosos y sus dientes son rectos y blancos. Su cara en si es fina pero sin perder su varonilidad. Tiene poco pelo en el pecho. Solo tiene una prenda medio arreglada en su armario que solo lo usa para ocasiones especiales. Generalmente viste con camisas deshilachadas y pantalones gastados.

Sus gestos son contundentes y nunca muestran debilidad. Su mirada es seria, su sonrisa tranquilizadora y su voz es grave pero armoniosa. Anda con tranquilidad pero sin parecer pavón. Siempre lleva una cadena al cuello donde cuelga el anillo de su familia.

Descripción psicológica:
Su mentalidad no es nada complicada a pesar de todo lo que ha vivido. Bueno, mentira, sí que lo es. No tiene una doble personalidad pero tiene una pasión secreta que intenta mantenerla escondida para que no salga a la luz: Le encanta matar a gente, pero no de una manera rápida e indolora sino alrevéz. Intenta no llamar la atención de los demás prefiero que nadie se de cuenta de que existe. Suele morderse los labios cuando esta nervioso o ponerse la mano en el cuello en señal de agobio. Suele ser muy agradable con la gente que lo es con él. Le encanta debatir sobre todo y siempre pone en duda lo que ve, como buen especialista en ilusión. Cuando era más joven creía en Dios pero ya no. Le encanta leer y odia a la gente que se cree superior a los demás, no suele aguantar a la gente creída de la nobleza y siempre intenta ponerla en ridículo. Aunque muchas veces lo no consigue. Siempre quiere saber más y es muy curioso, muchas veces se ha metido en problema por eso. Si puede ayudará a alguien y si quiere lo mata. Solo respecta a la gente que cree que debe respetar o que se ha ganado su respeto. Prefiere no enamorarse de las mujeres dice que son el verdadero diablo.

Historia:
Su estado actual de pobreza e inestabilidad se debe, en parte, a unas generaciones atrás. Phantomhive no es un apellido común, de hecho pertenecía a una clase muy distinguida de la nobleza inglesa pero todo ese prestigió se fue al garete. Durante la caza de Brujas se descubrió que, tanto el jefe de familia como la hermana, eran practicantes de hechicería. Ambos fueron quemados en la hoguera pero el hijo de este quedó libre de cualquier pecado ya que solo tenía 5 años, pero el castigos que se le impartía al antepasado de Salazar no solo era el de la hoguera sino también la eliminación de su título nobiliario. A partir de ese momento los Phantomhivan perdieron sus tierras y su estatus de nobleza quedando solo la mansión principal, un puñado de oro y el anillo de la familia. La fama de los brujos Phantomhive tardó en irse varias generaciones. De este modo nadie le daba trabajo a estos herejes. La fortuna fue menguando y tuvieron que vender la mansión. La decadencia fue creciendo hasta que llegó el padre de Salazar. Fue el primer Phantomhive que consiguió un trabajo, aunque le duró poco. El padre de Salazar, Máximus, tenía muy mal carácter con aquel que no fuera Phantomhive, porque aún seguía diciendo que eran nobles.

La madre de Salazar murió cuando él tenía 7 años. Una fiebre se la llevó. Máximus, cansado ya de tanta miseria decidió ahorrar lo que le daban al mendigar para irse con su hijo a Paris. Pero fue una gran decepción al llegar aquella ciudad. Su pobresa seguía siendo la misma y para empeorar las cosas nignuno de los dos sabía hablar el francés. Máximus, desesperado por el futuro de su hijo, le enseñó toda la magía que el conocía, le dio sus libros de hechicería y fue a una iglesia. Buscó a monjes, sacerdores, curas, a cualquiera que le entendiese hasta encontrar a un hombre que se llamaba Josep. Era un sacerdote. Él aceptó acoger a Salazar para darle clases e inculcarlo en la religión. Desde ese momento Salazar no volvió a ver a su padre.

Sus primeros años de la iglesia fueron duros. No paraba de estudiar diversas lenguas, entre ellas el latín y el francés, de aprender a escribir y a leer. El libro que siempre le hacían leer era la Santa Biblia. Salazar creció creyendo en Dios pero fue a los 17 años cuando encontró los libros que su padre le dio. Se había ilvidados de ello al igual que se había olvidado del rostro de sus padres. Salazar empezó a estudiar hechicería y varias ramas más de la magia por las noches. Cuando todos dormían. Durante el día se dedicaba a ser monje y por la noche a la brujería.

Un día le dieron de permiso, junto a Josep, para salir a la ciudad a por víveres y algunas cosas más que necesitaban.

-Salazar, hijo mío.- Josep consideraba, verdaderamente, a Salazar como un hijo y este consideraba a Josep como un padre.- Tengo una cosa que decirte. No se si te acordarás de tu padre.

-Mi padre es usted.- Josep lo miró serio.- Sí que me acuerdo de aquel hombre.- bajó la vista al suelo.

-Tu padre me dio un regalo para ti el día que te metio en la orden.- El sacerdote Josep buscó en su túnica hasta encontrar un anillo de oro blanco que tenía un diamante azul.- Este anillo, por lo visto, pertenece a tu familia desde muchas generaciones. Te lo doy pero tú padre me dijo que no lo vendieras.

Josep entregó el anillo a Salazar. Este se lo examinó con cuidado y comprobó que tenía un escudo. Miró sorprendido a Josep. Este pareció entender el enigma de sus ojos.

-Me documenté por lo visto, hace muchos siglos, había una famiia noble llamadaba Phantomhive en Inglaterra. Tú eres un decendiente directo de ellos pero me temo que esa familia noble dejó de serlo. Y ahora me pregunto yo. ¿Tú no tendrás libros de hechicería que te dio tu padre no?

Salazar se puso blanco pero no sabía si por haberse enterado aque había tenido descendencia noble, aunque ya no lo fuera o que aquel hombre, su padre, sospechaba que tenía libros de hechicería.

-No, padre. Eso sería atentar contra Dios.-mintió Salazar y se guardó el anillo en un bolsillo interno de la túnica.

El sacerdote Josep lo dejó solo en la plaza con la escusa de que tenía que ir a por unos recados que él no se debía enterar. Salazar caminó por la plaza mirando a la variedad de personas que allí se encontraba. Sus ojos se pararon en una hermosa mujer rubia, tendría que tener su edad aproximadamente, de una piel tersa y blanca. Salazar notó como algo se encendía dentro de él. Nunca había visto mujer tan hermosa (aunque él no había visto a muchas mujeres). Se acercó a ella pero no le dirigió la plabra. Él sabía que eso sería descortés. Pero con que se miraban bastaba.

Cuando llegó Josep ambos se fueron a la iglesia. Salazar interrogó a Josep sobre la gente de la ciudad hasta que se enteró de donde vivía y quien era aquella joven. Su nombre era Elizabeth y era hija de un viudo adinerado. Su padre pertenecía a la clase baja de la nobleza pero tenía dinero suficiente como para poder vivir sin preocupaciones.

Esa misma noche Salazar decidió hacer una visita a la chica. Salazar consiguió colarse en la mansión de la familia y consiguió llegar hasta los aposentos de la dama. Parecía que ella sabía que iría a buscarla porque lo estaba esperando despierta. Salazar esperaba que gritara y lo echara de la habitación pero, para su sorpresa, se quitó la ropa y se sentó en la cama. Le indicó que se acercara a ella y allí se entregaron el uno al otro. A la mañana siguiente estaba tumbado en la cama de la joven con una espada acariciándole el cuello. El padre de la joven los había pillado. Ella gritaba y decía que la había obligado, que la había embrujado con promesas imposibles. Salazar sin pensárselo dos veces conjuró un pequeño hechizo que hizo que la espada se escapa de la mano del viejo hombre. Salazar la agarró y se la clavó al hombre en el cuello. Para su sorpresa no se horrorizó sino que se sentía excitado e incluso feliz. También mató a la chica por engañarlo.

Volvió a la iglesia y pasó solo unos días hasta que se escapó por la noche para matar. Esa noche mató a 3 personas. Cada noche mataba a más personas, normalmente vagabundos, hasta que una noche el sacerdote Josep lo pilló regresar a la iglesia lleno de Sangre. Tras un largo interrogatorio Salazar fue expulsado de la iglesia y es así como comenzó a mendigar por las calles, aunque de vez en cuando se daba el placer de matar a alguien. Siguió cultivando sus poderes y se especializó en la hechicería, ilusiones y tiritero. Siempre lo podrás encontrar entre las oscuras calles de París.

Datos extras
-Máximo en realidad no murió pero nadie sabe donde esta.
-Salazar tiene una muñeca de trapo donde tiene vinculado el espíritu de un niño que murió delante suya (él no mató ese niño) El chico se llama Karl.
-A conseguido dormir pocas horas y comer solo una vez al día. La gente que lo ve diariamente cree que en realidad es un fantasma.