Reencuentro(Sabrina)

por Invitado Lun Jun 28, 2010 12:14 pm

Bjorn levanta la mirada y mira al frente, por fin ha llegado a París. Han pasado muchos siglos desde que visitó por última vez algún otro lugar que no fuese su Escandinavia natal por lo que le resulta medianamente interesante la infraestructura de la ciudad parisina. El vampiro desconoce si en París los vampiros siguen viviendo en las sombras o si han tomado las calles como lo ha hecho él en numerosas ciudades de Suecia, pero le importa poco, él no cambiará su forma de vivir esté donde esté. Su primer objetivo es visitar a aquella sombra de su pasado que hace siglos decidió convertirle en lo que es hoy, el mayor monstruo que haya conocido esta realidad. Una vez comprada la mansión gótica más desgastada y derruida de la ciudad, decide caminar hacía la residencia de la que una vez fue su reina. Sabrina di Alissandro se encaprichó con él, le convirtió en vampiro y asesinó a su familia. Para Bjorn, Sabrina siempre ha sido y sera una patética vampiresa caprichosa que no puedo soportar el rechazo de un humano. Pero ahora todo es diferente, él es más fuerte, más poderoso, y quiere demostrárselo. Esa ha sido su única obsesión en los últimos siglos, reencontrarse con su reina.

En el camino al castillo, Bjorn observa a numerosos vampiros que vagan por París acechando entre las sombras. Si por el fuese quemaría esta ciudad para demostrar que los vampiros no tienen porque ocultarse. Este mundo está gobernado por unos seres inferiores, que para Bjorn son una molestia hasta para ser asesinados. Ni su sangre es capaz de satisfacerlo ya, su único estimulante es cazar licántropos en los bosques para matar el tiempo. Realmente no sabe lo que hará cuando esté frente a Sabrina, pero lo necesita para poder dejar esa parte de su vida atrás. Bjorn esboza una leve sonrisa al plantarse frente al ostentoso castillo de Sabrina. No puede evitar hacer un comentario en voz baja-Típico de ella-. El vampiro se acerca a la puertas de acero del castillo, y llama con dos golpes secos, sin poder evitar sentirse ansioso por volver a ver a Sabrina..

por Invitado Jue Jul 01, 2010 1:04 am

A veces la eternidad se tornaba tan aburrida entre las cuatro paredes y el techo del que llamaba “mi momentáneo hogar”. Incluso en mi amado Palazzo romano en las cumbres borrascosas se tornaba abrumador cuando el pasado venia a mi mente en forma de flashes satisfactorios para demostrarme la trayectoria brillante y excepcional que había transitado a lo largo de los años que prevalecían en mi legado del terror desde que la reina se había transformado en una de las más poderosas vampiresas. ¿Quién lo diría? Uno de mis súbditos marcaria la diferencia en una de mis caravanas por el pueblo; En plena selección de las que se convertirían en mis futuros esclavos de sangre, un campesino en particular se había rehusado a reverenciarse frente a mi carruaje mientras yo distraída me mantenía ausente de la situación. Mis ojos instantáneamente se volvieron ante aquella escena inusual, realizada por un mortal cuyo distintivo era la supremacía y su irreverencia el detonante de la furia de uno de mis leales guardias que lo azotaron en público, para después apresarlo con grilletes y llevarlo a rastras hacia mi castillo. Che bello stallone… Me refería en antaño como un “hermoso semental” a la nueva mascota que habían traído hacia mí y que deseaba conservar a pesar de lo contraproducente del asunto.

Tras su salvaje modo de comportarse ante su reina y su ama, decidí que era momento de avivar uno de mis juegos al traer a su familia hacia mis dominios. Cabe destacar que los humanos son tan estúpidos e ingenuos… ¿Qué creen que haría la Emperatriz vitalicia de Italia con un grupo de andrajosos en mi castillo? Mi risa melodiosa resonó en cada rincón del salón de real a rememorar la dulzura con que uno de mis alquimistas vertía acido sobre el cuerpo de su esposa y despedazaban a los pequeños pulgosos frente a los ojos de aquel infame mortal. Bjorn… ¿Te ofrezco la vida eterna y así me pagas? ¿Acaso no entiendes que como vampiro serás un ser superior y tendrás la oportunidad de dejar esta miserable vida atrás? Mis palabras se mezclaron con el polvo que dejaba el paso de los años infértiles a mi alrededor, regresándome a la realidad cuando uno de mis súbditos me comunicaba que había llegado una visita.

¿Visita? Fruncí el ceño con algo de sorpresa y difidencia, recién había llegado de mi país natal y ya los curiosos se esparcían en la puerta de mi morada como ¿hormigas? Sea quien sea, por favor indíquenle que me encuentro indispuesta para socializar hoy… Uno de mis alquimistas se acercó hacia mi trono y en voz baja susurró el nombre de mi antigua mascota con cierto repudio Monseur Enlund… Que interesante, sabía que volvería a los brazos cariñosos de su ama en cualquier momento… Una sonrisa sombría se dibujó en las comisuras de mis labios entre tanto mi mirada afilada se desviaba hacia las puertas principales Háganlo pasar… Veamos que desea nuestro viejo amigo… Debe ser muy importante como para aventurarse a una presentación en mis dominios. Hice una seña con la mano para que mi súbdito procediera a abrir las puertas y guiarlo hacia mi presencia, mientras mis guardias personales permanecían como estatuas en los laterales del salón con un sentido urgente de venganza por aquel escrúpulo de escapismo donde Bjorn logro burlar la seguridad de mis mazmorras.

por Invitado Jue Jul 01, 2010 11:37 am

Nada más poner un pie en el interior del castillo, Bjorn siente la presencia de Sabrina. Había pasado mucho tiempo, demasiado, pero la ira que sentía era la misma que el día en el que fue convertido. Bjorn sigue al sirviente por el corredor e inmediatamente, observa que hay varios guardias apostados a lo largo de todo el castillo. Se ríe hacía sus adentros al comprobar que las miradas de los sirvientes de Sabrina están cargadas de ira hacía su ser. Bjorn decide demostrarles la razón por la que es conocido en Escandinavia como"la mirada del terror", y les muestra sus fríos e intimidatorios ojos azules. El vampiro siente como los sirvientes reducen su agresividad y dan un paso hacía atrás, conscientes, de que el vampiro que están observando es más poderoso de lo que ellos serán jamás.

Finalmente, llegamos a un salón en el que Bjorn por fin ve a Sabrina. No ha cambiado ni un ápice, su cabello negro, su mirada tenebrosa, su cuerpo perfecto... para el Escandinavo Sabrina siempre ha sido la única vampiresa capaz de convertirse en el objeto del pecado de cualquier ser de esta existencia. Pero lo único que ve ahora cuando la observa es a aquel monstruo que le obligo a caminar por el sendero de la inmortalidad. Por un momento, Bjorn tiene el impulso de salir corriendo hacía ella, arrancarla el corazón, y alimentarse de su sangre. Pero en lugar de eso esboza una sonrisa, quiere que este momento sea lento y placentero, ha esperado demasiado como para no disfrutarlo. El vampiro se sitúa frente a ella y pone un gesto serio en su rostro.

-Sabrina...

por Invitado Jue Jul 01, 2010 5:10 pm

No pude evitar, enarcar una fina ceja cuando observe con sumo análisis la entrada triunfal del que había sido mi mascota preferida durante aquellos años que desperdicio por una sucia idea de cobrar venganza por su familia que disfrutaban ahora, del descanso eterno. Bjorn… Manifesté con un tono apático como respuesta a la falta de modales que se implementaban al menos como una vaga cortesía en este nuevo mundo que habíamos adoptado provisionalmente. … Vamos a quitarnos las caretas querido… Sé muy bien que no te complace en lo absoluto volver a verme, como en efecto yo si aprecio tu visita… Así que, ¿Por qué no simplificamos esta concesión que te he otorgado y me dices que demonios haces aquí? Ladee mi cabeza, manteniendo cada gesto inmutable y una serenidad contradictoria.

Los contrastes de su mirada habían cambiado rotundamente, no era ni la cuarta parte de lo que solía ser cuando le había otorgado el beso eterno que “se supone”, mantendría indeleble su esencia al paso de los siglos. Él no era el mismo, pero la experiencia y mis largos años de vida habían pulido algunos trucos que prefería mantener bajo la manga como un buen jugador en el tablero del destino. Permanecí estoicamente expectante a su respuesta, divisando cada movimiento de su cuerpo que estaba a varios metros de mi trono; Su porte discreto pero desafiante, alertaban a mis sentidos a que algo estaba tramando su mente macabra pero simple. ¿Es que no era notorio que en este caso el alumno no superaría al maestro? ¿Qué siempre estaría a un paso de él ya que los años no pasaban en vano a través de mi camino? Voy a preguntártelo una vez más… ¿A qué has venido? Hice una mueca de meditación, apoyando mi dedo índice sobre mis labios altruistas para mis victimas.

por Invitado Vie Jul 02, 2010 8:38 pm

Tantos siglos esperando, y por fin Bjorn se ha podido reencontrar con ella, la dictadora de sus pesadillas. Como siempre lo había hecho, la vampiresa lo observa desde una posición de superioridad, como si él siguiese siendo su esclavo. En estos más de 10 siglos de vida, ha cometido infinidad de actos macabros, pero ninguno ha sido capaz de borrar de su mente la presencia de solvencia y de superioridad de Sabrina. -¿Quieres saber a que he venido?, creo que no es necesario que te lo diga.. El vampiro se acerca al trono de la reina sin mostrar ni un ápice de duda y se coloca a escasos centímetros de Sabrina.

El vampiro de sangre nórdica no retira en ningún momento la mirada de los ojos color verde esmeralda de la poderosa vampiresa. Ha imaginado en demasiadas ocasiones como la mataría o las palabras que la diría, pero, hay algo que desea mucho más que la venganza. El vampiro se inclina sobre el trono y coloca su rostro a escasos centímetros del de la reina. -He regresado para reinar a tu lado. Bjorn da el último impulso y besa a Sabrina apasionadamente. Durante todos estos siglos, el nórdico no ha podido encontrar ningún ser al que considerase a su mismo nivel, ninguno como aquella vampiresa que lo convirtió en lo que es hoy, un monstruo.

por Invitado Vie Jul 09, 2010 1:20 pm

Aun expectante a su respuesta, lo esperaba desde mi trono a que ejerciera aquella conducta defensiva que a lo largo de tantos años había esperado; Sabía que en algún momento volvería a mí, aunque él lo negara, en el fondo reconocía que yo le había demostrado una nueva perspectiva de éste mundo superior, que lo había convertido en algo más que una simple presa vulnerable, que gracias a mi, Bjorn me debía su supervivencia, debía su entera existencia a su única Reina. Me pertenecía, en su sangre llevaba mi marca indeleble, e hiciera lo que hiciera, eso no borraría el hecho de que siempre seria de mi propiedad. Ladee mi cabeza con desidia al notar que acortaba la distancia entre nosotros y se acercaba sin recato alguno hacia mi rostro, donde lo encararía del mismo modo asequible, aunque una sonrisa gentil daría señales de vida al predecir lo que a continuación, daría paso al más efusivo momento entre nosotros.

Sus palabras causaron un extraño eco en mi cabeza, derrumbando las hipótesis previas, saboreando a través de sus labios el dulzor que significaba las verdaderas intenciones que lo habían traído hasta mi presencia. ¿Reinar? ¿A mi lado? Ni cuando el humano de sangre nordica me había interesado, le había propuesto una idea tan descabellada como esa. No había asesinado a mi propio esposo en vano, para adquirir el poderío completo de mi imperio sacro como para… ¿Compartirlo con alguien más? Después de que mi boca se acoplara en la suya, sin poder contener mi reacción, una carcajada melodiosa me hizo ceder e incluso ocultar mi rostro entre mis manos ante tal ironía Querido Bjorn, los años han pasado por ti, pero lamento admitir que tú no has aprendido nada de ellos… Me levante de mi asiento con total gracilidad, para chasquear mis dedos y uno de mis súbditos apareciera con mi copa de oro repleta con el elixir carmesí que demandaba mi garganta Me has decepcionado… Pensé que no eras tan iluso después de todo lo que hemos pasado… Dando un sorbo en mi bebida, aun reía acerca de tan escandalosa propuesta que había emitido con la plena seguridad de un monarca… De alguien a quien consideraría mi semejante…

Serias una mascota adorable, tal vez un amante capaz de captar mi atención, pero ¿Mi compañero eterno? Creo que consumir tantas ratas te ha transtornado por completo... Bufe ante su particular temperamento sosegado que aun mantenía a pesar de que descubría lentamente la composición de sus redes Si no he elegido a alguno hasta ahora, ¿Qué te hace pensar que puedes ser tu? ¿Qué te hace tan especial? ¿De eso se trataba? ¿De poder? Lo siento, no suelo compartir mis cosas con nadie, y eso deberías saberlo muy bien… Concrete con un sátiro cinismo al darle la espalda y continuar enfocando en mi dulce bebida… Tan dulce como la venganza… Tan deliciosa como los sentimientos que discurren entre la malicia, el deseo, odio, la ambición y el amor que podía sentir desde mi postura…

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