Bethan D. Langdon

por **Bethan D. Langdon** Mar Dic 27, 2011 6:19 am

DESCRIPCIÓN PSICOLÓGICA

Bethan es una persona llena de energía, le encantan los retos, la libertad y las nuevas ideas. Le gusta liderar y prefiere dar instrucciones que recibirlas. Es inteligente y astuta. No soporta el fracaso. Es paciente, persistente y decidida. Es enigmática y escurridiza. Es una mujer pasional, le gusta el placer y es una maestra en el arte de la seducción. Intuitiva y cautelosa. No le gusta la vida cotidiana ni lo vulgar, escapar de la rutina es uno de sus principales objetivos del día a día. No tiene tapujos a la hora de expresar sus opiniones. Los tabúes no tienen cabida en su estilo de vida ni forma de ser.

Es elegante, amante de las buenas ropas, de las joyas y los perfumes. Adora la soledad y suele dedicarla a la música, el baile, la pintura, la escritura y la lectura. Es creativa e imaginativa. Sabe apreciar la belleza que hay en todo lo que la rodea. Es ambiciosa y profesional. Original y brillante. Siente una cierta atracción hacia lo sobrenatural o lo mágico.

Algunos aspectos de su personalidad pueden llegar a resultar egoístas y superficiales, e incluso se puede llegar a pensar que su manera de comportarse no es más que una fachada. En parte es cierto, Bethan aprende del pasado y de los errores. Es tal y como la vida la ha hecho.

Desde pequeña se ha mostrado como una persona independiente, alejada de casi toda su familia y prácticamente sin amigos. Cuando creció y se convirtió en una joven atractiva descubrió lo que provocaba en los hombres, le gustaba sentirse observada y deseada. Con el paso de los años su personalidad se fue marcando y haciéndose más fuerte, aprendió a resaltar sus prioridades y aclarar sus ideas.

DESCRIPCIÓN FÍSICA

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Bethan es una joven alta y delgada, bastante estilizada, con largas piernas y curvas resultonas.

Su tez es clara como la nieve y en varias partes de su cuerpo está salpicada por suaves pecas. Camina de manera elegante y erguida para realzar sus virtudes y ocultar las imperfecciones.

Su cuello es largo como el de un cisne. Su cara, de forma ovalada, es extremadamente femenina y adulta. Sus labios son gruesos y turgentes, exquisitos al tacto, tras ellos se esconden una perfecta fila de dientes de un blanco impoluto. Su nariz es pequeña, acorde con el resto de sus rasgos, y respingona. Posee unos ojos verde oliva que transmiten misterio, intriga y desconcierto, alrededor se ensalzan unas enormes y abundantes pestañas negras, y finalmente su rostro se adorna con unas gruesas pero bien delineadas cejas marrones. Para completar el conjunto, Bethan luce una media melena ondulada rubia que normalmente lleva suelta.

Suele llevar vestidos exultantes y ceñidos, para resaltar su busto; los labios rojos y una ligera raya negra en la parte superior del ojo. Mantiene sus uñas largas, simétricas y pintadas siempre de colores chillones.

HISTORIA

Bethan nació un frío dos de enero en Inglaterra. Desde su niñez se crió y creció en el seno de una familia desequilibrada. Su padre, James, se gastaba su mísero sueldo en alcohol, juego y mujeres, dejando a su familia sin apenas alimento y ropa. Su madre, Sylvia, era una mujer trabajadora, luchadora, que tras sufrir durante años el cruel maltrato de su bastardo marido decidió fugarse junto con su hija a las afueras de la ciudad, a un pueblo alejado donde nunca pudiera encontrarlas.

Bethan no tenía más que tres años cuando esto sucedió por lo que no recuerda demasiado. Vivían en una humilde casa ubicada entre granjas, campos de cultivo y alguna que otra chabola habitada por gitanos. Su madre comenzó entonces a trabajar limpiando las casas de la ciudad más cercana, Tumbridge, donde Bethan asistía al colegio. Los demás niños solían burlarse de ella por el lugar donde vivía, a ella nunca le afectó, no necesitaba amigos para ser feliz, tenía su imaginación y le era suficiente, sin embargo, un día, cuando Bethan ya había cumplido quince años y estaba a punto de abandonar los estudios, llegó a clase un niño nuevo desde Francia, se llamaba Dominique, apenas hablaba el idioma, era bastante callado y tímido, pero a Bethan le pareció interesante, se acercó y comenzó a charlar en un perfecto francés que había aprendido escuchando a sus vecinos inmigrantes.

El chico no era nada del otro mundo en lo que a físico se refiere y su personalidad tampoco era muy atrayente en un primer momento, pero pasaron los años y su amistad fue creciendo, Dominique le contaba maravillas de su vida en Francia, le contaba como allí se podía sentir la libertad en el aire, la elegancia, la innovación… Bethan cada vez se sentía más fascinada de aquel lugar… y de su amigo.

Cuando ambos cumplieron diecisiete se prometieron que al alcanzar la mayoría de edad se irían juntos y vivirían en París. Bethan sentía algo que nunca antes había sentido: Amor. Soñaba con Dominique, con su rostro, sus manos fuertes, su pelo castaño liso, su acento… Se había convertido en un joven bastante apuesto. Cuando ambos terminaron de celebrar su decimoctavo cumpleaños, con dos meses de diferencia entre los dos, las maletas ya estaban aguardando bajo sus camas llenas de sueños deseosos por cumplirse, pero la fatalidad llegó a la vida de la muchacha, Dominique había conocido a otra persona y poco a poco se fueron distanciando y con él se iba su sueño de un futuro mejor.

Bethan escribió dos cartas de despedida para las dos personas más importantes de su vida: su madre y Dominique. Por esa época su madre atravesaba problemas de salud, la tos no remitía y cada día se encontraba más cansada y podía trabajar menos. Esto hacía a Bethan sentirse culpable por el abandono, pero no podía soportar más la situación que atravesaba, su fama en el pueblo iba en deterioro, su corazón, que había amado una única vez, se encontraba hecho mil añicos y su madre ya ni siquiera tenía fuerzas para sonreír. Todo era gris y triste. Dejó unos cuantos billetes en el cajón de la mesilla, depositó ambas cartas cada una en su lugar correspondiente y marchó. Quizá no iba a cumplir sus sueños con la persona que deseaba pero eso no la frenaría.

Llegó a Francia con la tierna edad de diecinueve años, trabajó en hostelería y limpiando, sin embargo, apenas le llegaba para un pedazo de pan, pero un día la solución llamó a la puerta del cochambroso piso en el que vivía. La vida de cortesana no estaba tan mal, al menos le posibilitaba el nivel de vida que ella tanto ansiaba y la sensación de sentirse objeto de deseo de otras personas que tanto le gustaba. Tras el paso de los años fue interesándose cada vez más por el arte y descubrió que tenía habilidades para la pintura, la escritura y el espectáculo, sus prioridades y sueños habían cambiado y a sus veintidós años Bethan es una joven que sigue luchando por conseguir ser alguien.

por Invitado Mar Dic 27, 2011 4:18 pm

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