Ficha de Jean-Luc Brûler

-Nombre del Personaje: Jean-Luc Brûler

-Edad: 22 años

-Especie: Humano, Brujo

- Facción a la que pertenece: -

-Tipo, Clase Social o Cargo: Clase alta

-Orientación Sexual: Bisexual

-Lugar de Origen: París, Francia

-Habilidad/Poder:
1) Hechiceria: Habilidad para hacer que cosas sucedan ya sean a favor o en contra de alguna persona por medio de conjuros, hierbas y pociones.
2) Encandilamiento: Esta habilidad hace que cualquier persona se sienta atraída ya sea físicamente o de cualquier otra manera a la persona poseedora del poder.
3) Tirititero: Brujo con la capacidad de adherir un alma errante a un objeto inanimado y controlarlo a voluntad.

-Descripción Física:

Spoiler:

-Descripción Psicológica:
Jean-Luc es un muchacho muy inteligente y racional, disfruta observando y conociendo a las personas, inmiscuyéndose a través de la conversación y la investigación en los rincones más profundos de su mente, ésta característica mental suya hace que sea un muchacho muy sociable. Dada su condición de clase alta puede resultar algo soberbio y altanero para aquellos con los que se topan con él por primera vez, sin embargo es muy cuidadoso y nunca revelaría a nadie sus talentos para la brujería a no ser que sea absolutamente necesario. Impaciente y curioso, a Jean-Luc no le gustan los retrasos de ningún tipo cuando tiene que hacer cosas importantes y siempre está en búsqueda de aprender cosas nuevas y perfeccionarse a sí mismo, reinventándose en su aprendizaje las veces que sea necesario.
A pesar de todas éstas características analíticas y racionales, el muchacho padece desde los 15 años un impulso sexual excesivo (lo que en nuestros días se conoce como satiriasis) que debe controlar para no perder su centro. Cuando se descontrola puede cometer incluso violaciones con tal de saciar su apetito lascivo, además como consecuencia de esto, a él le da igual saciarse con mujeres u hombres... Lo importante en los momentos en que su libido se encuentra elevada es saciarse a como de lugar.

-Historia:
François Brûler, fue un rico comerciante francés que amasó fortuna aprovechando en su momento el descubrimiento del (para los europeos) vírgen continente de América. El comerciante poseía contactos en la marina mercante francesa y cuando los colonizadores galos se lanzaron a la campaña de ultramar, François por aquel entonces un mercader de modesto éxito invirtió una fuerte suma financiando en parte algunos de los navíos que zarparon hacia el oeste.
Cuando dichas embarcaciones volvieron lo hicieron cargado de tesoros y distintas otras maravillas del Nuevo Mundo. La tripulación de esos barcos se encontró con el comerciante en su residencia trayéndole lo acordado, parte de su tajada de aquel botín americano.
Sin embargo, lo que los marineros no se esperaban era que el "honorable" mercader los estuviese aguardando con un pequeño ejército de campesinos mercenarios analfabetos, que a pesar de estar contratados por una paga nimia y en malas condiciones, eran mayores en número que los navegantes que se encontraban exhaustos por la larga travesía...
A la orden del comerciante, los mercenarios masacraron a los tripulantes y terminaron robándoles todo el maravilloso tesoro en oro, demás metales preciosos y otros productos americanos que los colonizadores habían traído a su regreso.
François se deshizo de los mercenarios dandoles una mínima porción del oro que había llegado a sus manos quedándose con el resto.
Fue así que la familia Brûler comenzó a crecer en renombre en las esferas del comercio francés, e incluso muchos años luego de la muerte de François, su joven tataranieto Jean-Luc domina con cierta maestría los negocios familiares de exportación e importación de distintos bienes y géneros y comercio en general alrededor de Europa.
Aunque los Brûler fueron siempre una familia preeminentemente católica y devota, Jean-Luc pareció ser la excepción en ello... El muchacho detesta cualquier cosa que tuviese que ver un mínimo con la religión y siempre sintió que la fe en Dios era en realidad cosa de ineptos. A pesar de que la familia y sobre todo su padre Guillaume se horrorizaron ante estos pensamientos, Jean-Luc desafió las barreras que su familia trataba de imponerle sin éxito.
Buscó por los barrios más bajos de París, por los rincones más ocultos de la gran ciudad y encontró lo que estaba buscando... Un mundo abierto de conocimiento y posibilidades al margen de las doctrinas religiosas. Allí conoció a un anciano ermitaño conocido únicamente como Le Vieille... El sabio resultó ser un brujo de magia negra... Le Vieille, al ver el potencial que Jean-Luc tenía, su gran inteligencia y deseos de aprender, lo tomó como su discípulo y le enseñó los caminos de la brujería... Lo embebió en los conocimientos de la hechicería, el encanto y algunos de lo de la magia negra a los que el joven se mostró especialmente adepto.
Una vez que Le Vieille juzgó que su aprendiz estaba totalmente preparado luego de unos dos años de intenso aprendizaje incesable, decidió que todos sus conocimientos se habían volcado en el adolescente y que su presencia en ese mundo ya no era necesaria debido a que había pasado sus conocimientos a alguien más joven y que extendería el poder de la magia negra y la brujería con mucha más eficacia que él, por ende, el anciano sin ningún otro propósito en su vida, se suicidó.
Fue en esta época quinceañera donde el joven Brûler se hizo habitual de los burdeles de la zona luego de cada sesión de aprendizaje que tenía con Le Vieille, allí aprendió lo que era en verdad el sexo y su desmedida lujuria y apetito sexual se desataron en toda su magnitud, solicitando muchas veces los servicios de las mejores cortesanas (y cortesanos) que se podían encontrar en los burdeles parisinos.
Al llegar a la mayoría de edad y decidido a deshacerse del lastre que le provocaba su familia (sobre todo por sus ridículas ideas religiosas) Jean-Luc lanzó un hechizo sobre la mansión Brûler... Al instante la casa ardió en llamas, el incendio mató a sus padres y a su hermano mayor Thierry al igual que destruyó gran parte de la casa.
Nadie sospechaba que Jean-Luc podía haber cometido el incendio mediante brujería, dado el intachable currículum de los Brûler ante la Iglesia. Y buena parte de París le dio sus condolencias al joven. La justicia francesa dictaminó que dado que su padre y hermano mayor habían muerto en el siniestro, la fortuna Brûler pertenecería íntegramente a Jean-Luc.
Con el dinero, el muchacho comenzó a reconstruir la mansión hasta dejarla completamente habitable y comenzó a vivir una vida de desenfreno sexual, rituales prohibidos y magia secreta a la vez que daba la fachada de un joven pero experimentado y respetable comerciante, dolido por la muerte de toda su familia.

Datos extra:
- Odia a los niños pequeños, los considera terriblemente molestos y en su mente figuran como una especie de recuerdo de su infancia con su familia.
- Sus animales favoritos son los gatos y las serpientes.
- Le gusta pasearse por los bosques a la luz de la Luna.
- Toca muy bien los siguientes instrumentos musicales: violín, piano y arpa.
- Le gusta el silencio y la tranquilidad.