Taim ti :::

No hace mucho tiempo que vivía, pero ella lo quiso así. Su curiosidad fue quien la dejo sin vista alguna. ¿Por qué? Por dejarse llevar por otros y no ir por donde le habían dicho sus padres. En fin. Todo comenzaba un día frio de invierno que muere para entrar en la primavera.

Taim, así no se hacía llamar. Su nombre verdadero, es Taimalía. Tenía una hermana pequeña y unos padres lo suficientemente soberbios como para no dejarse influenciar que no fuera su propia imagen de aristócrata, pero simplemente, a pesar de ello, Taimalía sufría un inmenso amor hacia sus padres enfermos de orgullo y de la soberbia. Ellos lo eran todo para ella al igual que su hermana pequeña que la cuidaba como una madre incluso. Todo iba bien, hasta que el peor defecto de Taim la llevo a un destino que le cambio la vida por completo.

Taim, de clase alta, regocijada por la alta sociedad y bendecida con ciertos poderes sobrenaturales, de los que en parte su padre y su madre estaban orgullosos. Bien, entonces, como cualquier padre que desea tener una familia “normal” pues la tenia, él comenzó a sufrir ciertos mareos y resquebrajamientos de cabeza, jaquecas más bien y algún que otras semanas en cama. Aquello le humillaba tanto que por estar así, se encerró después en su habitación hasta que el pobre hombre tozudo, se murió simplemente de no respirar aire puro de la calle. Aquello fue algo que para aquella familia era un paso difícil dar, a seguir.

Las hermanas en cambio, solamente observaban como eran desahuciadas junto con su madre, que no pudo siquiera pagar todas las deudas que se encontraron bajo un buen apellido que su padre, despistado que era, se olvido firmar el testamento que les dejaba con una gran cantidad de dinero. Claro. Se necesitaba la firma del cabeza de casa y en ese caso, la madre de ambas niñas e hijas, no pudo hacer nada que buscarse un trabajo en la calle, o simplemente viviendo en un pequeño hostal, vendieron todas sus pertenencias y al menos se quedaron con los vestidos que alguna vez llevaron y que ahora sería un sueño a esperar.

Poco a poco iban recuperando la fortuna. A su madre le toco un poco de suerte y una amiga de toda la vida, la ayudo a salir de aquella mala vida en la que estaban viviendo, pero ¿Por qué Taim no tuvo la suerte de ir con ellas? “¡ERES UNA ABOMINACION!” “¡Tu hermana al menos es nuestra hija!” Palabras hirientes, para la edad de 18 años que tenia Taim, ella ya las entendía. En cambio, su hermana que poco hacia para escuchar la conversación, jugaba en la sala contigua, con la muñeca de porcelana que la amiga de su madre le había regalado. Ella no obtuvo nada. Vaya, ¿Por qué no lo vio antes? Se rasco los ojos para después dejar salir las lágrimas de sus ojos. ¿Entonces de donde era ella? Parpadeo entonces sus ojos para después ver....Nada, pero parpadeo y entonces ya vio algo.

Enseguida noto, como en su cabeza aparecían dolores de cabeza, su madre resoplaba, finalmente se lo dijo y la dejaba sola con sus tonterías, yéndose al lado de su hermana pequeña para después cerrar las maletas y llevársela de aquel penoso lugar, dejándola sola sin ninguna hermana o familiar a su lado. Dejándola sola. Sin más. Sin nadie a quien recurrir. Todo se estaba volviendo demasiado raro al instante, demasiado estrambótico, demasiadas cosas nuevas y, ¿Qué le estaba pasando? ¿Por qué timbraba su visión?

Incógnitas y más incógnitas. Al día siguiente, fue levantada de la cama, con algo de fiebre por los dolores de cabeza que por la noche tuvo. Se encontraba mejor, sin dolores de cabeza, pero aun se mareaba al andar. Seguía parpadeando y extrañamente, sin saber el porqué, veía difuso. Volvió a ver a una persona que la daba por una hermana, este estudiaba oftalmología y en cuanto le explico los síntomas que aparecían en ella, que raramente jamás experimentó excepto hace unas horas, desesperada y sin saber qué hacer, Taim acepto la ayuda que este le brindaba, pero después de unas semanas, ella...por ella ya no había nada que hacer.

Entonces, el la acogió en su hogar, hasta estuvo a punto de comprometerse con ella, pero de nuevo la desgracia llego a la vida de Taim. El joven que quería que Taim fuese su esposa, aparte de haberse quedado sin visión, este fue asesinado o desangrado misteriosamente por alguien, dejándole como marca dos puntos en el cuello. Eso fue lo que oyó al policía que la atendió y le dio aquella mala noticia. Ahora eso sí. Tuvo mala suerte, pero no tan mala como para quedarse sin apenas nada de dinero. Aquel joven...desvelemos su nombre; Se llamaba Richard Lefgroy, inglés y de un buen atractivo. Él joven dejo a la chica, a Taim una buena cantidad de dinero, pero ¿Qué podía hacer una pequeña joven de casi 20 años y en un estado de ceguera al 95%? Nada. Aquella fortuna solamente paso a ser de los orfanatos de varios lugares del que la chica decidió, diciendo países al azar. El que llegara a su destino ya eso, ella no lo podría decir ni predecir.

Ahora después de un año, con 20 años, va por las calles vendiendo como puede, con sus cuatro sentidos restantes algo para poder obtener algo de dinero y poder sobrevivir...sola. Quizás sería mejor así. No hería a nadie ni maldecía a nadie con su sola presencia.