Francine Monet

Francine Monet

26 años
Bruja / Clase media
Heterosexual
Original de Lille, Francia

Habilidad/Poder
Hechicería
(Habilidad para hacer que cosas sucedan ya sean a favor o en contra de alguna persona por medio de conjuros, hierbas y pociones.)
Ilusión
(Capacidad para alterar la relativamente la realidad por medio de alguna ilusión, algo no real para confundir a las personas.)
Nigromancia
(Habilidad que consiste en la adivinación mediante la consulta a los muertos y sus espíritus o cadáveres. Uso de los muertos a su favor.)


Descripción Física
La viva imagen de su madre. Francine tiene el pelo castaño y no lo lleva ni muy largo ni muy corto. Es sedoso y abundante y le gusta lucirlo tanto suelto como recogidos altos. Sus ojos son del mismo color que su pelo, marrón oscuros y de forma almendrada. Es fácil saber lo que piensa mirándola a los ojos, como si fueran ventanas hacia su interior.

Su nariz no es excesivamente grande al igual que sus labios. Éstos son algo rosados y parece como si llevase un suave pintalabios continuo.

Es delgada y no acostumbra a llevar ropas muy ajustadas que definan su cuerpo. Suele vestir con vestidos largos y sin muchos adornos, aunque guarda algunos más elegantes para ocasiones especiales. Mide alrededor de 1,67 m, pero dependerá de los zapatos que lleve así como si está algo encorvada por llevar algún peso.


Descripción Psicológica
Una chica educada, amable y dulce a primera vista, pero no excesivamente comunicativa. No hablará de sí misma más que con los que crea conveniente. Es sincera y no le cuesta decir la verdad, puede que duela pero piensa que es mejor ser sincero que falso. Una vez que se la conoce puede tratarte de dos formas completamente distintas:

Si cree que eres de confianza será cariñosa, abierta y bromista. Le gusta que la consientan y hacer que los demás se sientan a gusto estando en su compañía. Te protegerá pase lo que pase y ofrecerá su hombro cuando lo necesites. No le importa escuchar a los demás y generalmente tiene una gran paciencia cuando otros le cuentan sus problemas. Si de verdad quiere a alguien, raro será que se llegue a enfadar con él.

Rencorosa de nacimiento, no soporta las traiciones y no las perdona nunca. Si no le has caído bien en un principio y te lo propones puedes llegar a conseguir que Francine sienta afecto por ti, pero nunca al contrario. Todos los que la traicionan acaban en su lista negra junto con los que no han conseguido ser de su confianza. Con este segundo grupo es seca, apenas les dirige la palabra y las miradas que cruza con ellos podrían matar. En ocasiones es agresiva, y de sus labios lo único que sale es veneno convertido en sonido.

Adora a los niños y algún día le gustaría tener los suyos. No soporta ver que un niño esté siendo maltratado.


Historia
La historia de Francine comienza el día de su nacimiento, el 6 de abril de 1774. Su madre, Adèle Monet, era la cocinera de un pequeño restaurante de la ciudad. Su padre, Jerôme Monet, murió antes de que Francine naciera. Francine se crió en las cocinas del local desde que apenas tenía unos pocos días de vida. La viuda de Monet no tenía suficiente dinero para poder criarla en casa, por lo que tenía que llevarla consigo al trabajo a diario. Su madre le enseñó a leer y desde pequeña fue una gran y ávida lectora. Pasaba las horas sentada en la mesa de la ajetreada cocina leyendo uno de los muchos libros que su madre guardaba en las estanterías. Cada día era un libro nuevo, cada día nuevas cosas que aprender. Ninguna tenía más familia que la otra, Francine y Adèle eran más que madre e hija. Eran lo único que tenían.

Cuando tuvo uso de razón comenzó a preguntar por su padre, pero siempre obtenía la misma respuesta. 'Pronto volverá' se convirtió en una de las frases más odiadas por Francine. Y así, con el paso del tiempo, 'Pronto' se convirtió en años.

Una mañana, mientras ambas Monet estaban en la cocina haciendo cada una sus quehaceres, unos hombres vestidos con sotanas irrumpieron en la estancia. -Es ella- dijo el que parecía el líder señalando a Adèle. Otros dos hombres la sujetaron por los brazos y la arrastraron fuera entre gritos. Francine rompió a llorar y corrió detrás de su madre, llamándola. Una de las cocineras la agarró fuertemente y le tapó la boca para que dejara de gritar. Sólo tenía doce años cuando la inquisición quemó a su madre en la hoguera, acusada de brujería.

Su casa fue quemada con todos los libros y utensilios que había dentro. Por suerte para Francine, la inquisición desconocía la existencia de una hija de la bruja. La mujer que la sujetó en las cocinas no tardó ni dos días en mandarla a París, a la casa de una mujer que la niña no conocía. Su vida se había desmoronado por completo, no hacía una semana que había perdido a la única familia que tenía y ahora vivía en una ciudad completamente diferente con una familia de la nunca había sabido su existencia.

La mujer se llamaba Eugénie y nada más llegar le explicó quién y qué era. Era mayor, más de lo que había sido su madre, pero su sinceridad cautivó a Francine. Así descubrió el poder de la brujería y comprendió lo que su madre le había estado enseñando en secreto. Comprendió por que se llevaron a Adèle y la quemaron en la hoguera. Había sido una bruja, y ella lo era también. También asumió el peligro que aquello conllevaba. No podía ser descubierta. Bajo ninguna circunstancia.

Eugénie tenía una tienda que para Francine era un tanto extraña. Vendía amuletos variados, todos con piedras incrustadas y para cosas distintas: desde amuletos para la salud hasta para el amor, incluso tenía algunos para hacer el mal en el que los llevase; hierbas para hacer infusiones; velas de todos los tamaños y colores; incienso y muchas otras cosas. Al igual que había hecho con su madre, Francine pasaba las horas en la tienda con la mujer, aunque ahora había cambiado los libros por lecciones sobre cómo vender todas aquellas cosas extrañas.

Pasaron los años y la mujer enfermó. Francine tenía 23 años y para ella había sido como una segunda madre, por lo que para ella fueron unos meses muy duros. Pasó a hacerse cargo de la tienda, y cuando no estaba allí cuidaba a Eugénie. No se apartó de la cama hasta que murió. La tienda pasó a ser ahora suya, ya que la mujer había sido soltera y sin descendencia.

Sólo ha estado enamorada una vez, cuando murió Eugénie conoció un hombre unos años mayor que ella y mantuvieron un tórrido romance en el que Francine perdió la virginidad. Louis, que así se llamaba, tuvo que irse de París a cuenta de ese romance y Francine no ha vuelto a saber nada de él. Fue tal el dolor que no ha vuelto a mantener una relación amorosa.


Datos Extras
-Es una amante de los gatos. Posee uno negro llamado Pronto -
- Nunca supo que le pasó a su padre, pero pretende averiguarlo -
-La venganza por la muerte de su madre es una tarea que tiene pendiente -
-No puede oír hablar sobre la inquisición, la iglesia y todo lo relacionado con ello -
- En ocasiones habla con Eugénie por medio de la nigromancia -