Alessia Hamish Jane

-Nombre del Personaje: Alessia Hamish Jane
-Edad: 50, aparenta 19.
-Especie: Vampiresa
-Tipo, Clase Social o Cargo: Media
-Orientación Sexual: Bisexual, con preferencia por los hombres
-Lugar de Origen: Inglaterra / Sussex
-Habilidad/Poder:
- Agilidad y reflejos sobrehumanos: Habilidad para moverse con más soltura por un sitio, utilizando brazos y piernas reaccionando mas rápido que un humano normal.
- Sentidos aumentados: Aumento de percepción en los sentidos de la vista, el olfato, el gusto, el tacto y la audición.
- Encandilamiento: Esta habilidad hace que cualquier persona se sienta atraída ya sea físicamente o de cualquier otra manera a la persona poseedora del poder.
- Persuasión: Capacidad de hacer que otras personas realicen acciones, sin que éstas puedan negarse, mediante palabras con entonación imperativa, es decir, ordenándolas.
- Control de emociones: Esta habilidad hace que cualquier persona se sienta atraída ya sea físicamente o de cualquier otra manera a la persona poseedora del poder. Como por ejemplo intentar hacer que en todo momento esa persona esté contenta como si de un hijo o algún pariente muy estimado se tratara.
-Descripción Física:

Spoiler:

-Descripción Psicológica:
Alessia se aburre. A pesar de ser una vampiresa técnicamente joven, se aburre muchísimo, y claro, se porta mal. Se divierte. Hace locuras. Se lo pasa bien... ¿Y porqué? Pues bien, deberá olvidar todo aquel remordimiento y autocompasión que le quitaba el sueño. Aunque claro, ahora no necesitaba dormir para nada. Resumiendo, Alessia es un alma en pena, que intenta ahogar su culpabilidad en pecados y perdición, la mayor parte de las veces sin éxito. Es excéntrica, inteligente y extremadamente compleja, de mente imprevisible y espontánea. Callada cuando duele y alegre cuando duele más aún. Es una vampira atípica, incapaz de olvidar su pasado, e imaginar su futuro.
Curioso psique el suyo.
-Historia:
¿Qué tenía de malo su vida en Sussex? Llevaba una vida plácida, una infancia feliz, dedicándose, como el resto de la familia de su madre, a la apicultura. ¿Su padre? Eso quisiera saber ella, o mejor dicho, no, no quería saber nada, hasta que llegó, y se la llevó de su amada granja, de sus amados primos y de su amada (muy amada) hermana. Su padre, Sir Hamish Jane, resultó ser un respetable señor Londinense, el cual había visto su economía decaer demasiado en los últimos años y necesitaba, por hache o por be, una heredera la cual casar con un rico amigo de negocios. Y allí estaba ella, Alessia, una simple granjera de Sussex, con sólo quince años, siendo casada con un muchacho rubio y refinado, que le llevaba tres años de edad.
Convertida como estaba de repente, en una doncella que debía guardar las apariencias, aprendió a tocar (Con mucho tino) El piano y el violín, a leer (Hábito que adoptó en seguida) y a comportarse debidamente (En público, y en privado, con su marido). Lo que quizás nadie sabía era que en aquella relación, el único que disfrutaba de tener una hermosa compañera era su marido, John. Alessia, por su parte, ya se encargaba de disfrutar lo suyo con el hermano de John, Nate, y con su hermana (Su amada hermana de Sussex, Bree) la cual se había traído de la granja hacía bastante tiempo, alegando que la necesitaba para que le hiciese de doncella.
Los desvaríos de Alessia no eran puro vicio. Ella realmente llegó a amar a Nate con toda su alma y su corazón. Y Bree... Su pequeña Bree ¿Quién mejor que ella para cuidar de su frágil hermana? Ellos eran su vida, su motivo para vivir y aguantar día a día las brutalidades de su nuevo marido. John había acabado por ser un hombre ensimismado en su trabajo, y de un humor crispado y cruel. A veces incluso la maltrataba. Y el día en el que se enteró de los lujuriosos desvaríos de su joven esposa... ¿Qué decir? Enloqueció. Rompió muebles, espejos, y pegó al servicio, a Alessia, y a las paredes. Encerró a Nate, a Bree y a su esposa en la habitación donde tantas veces... Bueno, les encerró allí, y con una calma aterradora, le entregó a Alessia un cuchillo, y la obligó a matar, con sus propias manos, a los dos amores de su vida... O a quitarse su vida. Alessia palideció, lloró, gritó perdón a su marido, al cielo, a los dioses en los que no creía. Se arrastró por el suelo, suplicando, pero ninguna de sus palabras hizo cambiar ni un ápice la expresión de John. Así que ¿Que iba a hacer? ¿Suicidarse? Quizás era eso lo que tendría que haber hecho, pero no. Tenía miedo, demasiado miedo. Y, pues... Lo hizo. Los mató. A los dos. De forma demasiado lenta, sin ser capaz siquiera de darles una muerte rápida y limpia. Pasó la noche llorando en aquello habitación, abrazando los cadáveres de las dos personas que más había amado en el mundo, y que nunca amaría.
Al día siguiente recogió sus cosas, y con la culpabilidad en el corazón, huyó de la casa. Huyó de John, de su padre y de los recuerdos. Acabó en la calle, demasiado elegante para pasar desapercibida ¿Qué podía hacer? No podía volver a Sussex de ninguna manera, sin embargo, encontró un humilde trabajo tocando el piano en un Burdel no muy sucio de Londres. A veces, incluso, se vió obligada a ejercer allí mismo, cuando los clientes insistían en que ellos querían "A la pianista", y pagaban sumas impensables de dinero por ella.
Entonces llegó él.
Era alto, moreno y con aire misterioso e inevitablemente sensual. La sedujo como ningún hombre jamás la había seducido, y a sus dieciocho años, la enamoró perdidamente. Aunque claro, era un amor falso, pues difícil era sentir amor por un vampiro.
Después de condenarla a la eternidad, se fué, sin más.
-Datos Extras:
-Tiene claustrofobia