Nazarius T. Garrison

Nombre del Personaje:

Nazarius T. Garrison

-Edad:

Aparenta 20 años, pero en realidad ha 40 años... en esta vida.

-Especie:

Cambiaformas [Mustélidos]

-Tipo, Clase Social o Cargo:

Clase baja.

-Orientación Sexual:

Pansexual.

-Lugar de Origen:

Paris, Francia

-Habilidad/Poder:

- Sentidos aumentados: Aumento de percepción en los sentidos de la vista, el olfato, el gusto, el tacto y la audición.

- Agilidad y reflejos sobrehumanos: Habilidad para moverse con más soltura por un sitio, utilizando brazos y piernas reaccionando mas rápido que un humano normal.

- Fuerza sobrehumana: Fuerza que supera la de un humano y un animal común perteneciente a la familia que sea.

- Sanación acelerada: Habilidad para curar rápidamente de cualquier lesión. El tiempo de recuperación varía según el personaje. Cuando se trata de balas de plata o fuego pueden morir si las heridas son muy graves.

- Sentido del peligro: Habilidad para percibir el peligro personal. Es una forma limitada de precognición.

- Poca fuerza y resistencia a los golpes directos debido a su tamaño pequeño, gran agilidad y velocidad al correr, fácil de escabullirse.

-Descripción Física:

Forma humana:

Marta:

Hurón:

Nutria:

-Descripción Psicológica:

Luego de haber recuperado los recuerdos de sus vidas pasadas, Nazar cambió bruscamente su forma de ser, aunque continúa conservando algunos rasgos de la persona que alguna vez fue. Sigiloso, amable pero siempre parco y tímido, con las personas desconocidas procede con extrema cautela, tanto para no entrar en conflictos con los demás como para no revelar sus propios pensamientos a terceros. Tiene ciertas tendencias al temor y la cleptomanía, sobre todo cuando se trata de libros u objetos misteriosos o interesantes, los cuales toma de inmediato y se lleva hasta su guarida en las afueras de la ciudad. Es en este lugar donde se vuelve más seguro y territorial, pudiendo luchar con todas sus fuerzas para proteger aquellas cosas que considera que son suyas por derecho. Inteligente, ingenioso, sabio y, hay que decirlo, un poco siniestro, puede llegar a ser bastante cariñoso y dulce mientras las personas se mantengan alejadas de sus asuntos.

-Historia:

La lluvia azotaba con fuerza y sin piedad las viejas tierras de Egipto, por primera vez en más de 3 años. Todas las personas se hallaban ocultas en sus hogares, buscando refugiarse del inusual clima y el terrible frío que había llegado sin razón aparente al desierto. Pero había un hombre que no había entrado a su hogar, un viejo hechicero que se hallaba descansando sobre el tejado de su vieja casa, sin importarle como el agua golpeaba todo su cuerpo con una fuerza sobrenatural. La lluvia, el frío, eran señales evidentes de que finalmente había llegado su hora: Había sido localizado, y lo más probable es que estaba siendo observado en ese mismo instante. Una sonrisa cruzaba su rostro demacrado y arrugado, abatido por el tiempo; lo que esos hombres buscaban de él nunca lo podrían encontrar, se encargó personalmente de ello... Los libros, las investigaciones, todo aquello se hallaba oculto en el sótano de la casa de su antigua amante en la Galia... aquel sería el último favor que le concedería esa mujer, luego de que tuviera que dejarla junto a su único hijo para continuar con aquello que había comenzado: La búsqueda del quinto elemento, aquello que dio origen a todo lo demás. Tuvo que usar colaboraciones de muchas otras personas, brujos de muchas localidades, gremios antiguos y desconocidos para la mayoría de los mortales... Tristemente eso fue lo que dictó su destino, y él lo sabía.

El agua empezaba a elevarse alrededor de su casa, al parecer el río se había salido de su cauce original, seguramente era una obra de ellos. El sonido de unos pies chapoteando tras él no le sorprendió para nada, es más, lo esperaba desde hace mucho tiempo. Dirigió unas palabras en latín a su perseguidor, quién evidentemente no respondió. Casi podía ver su sonrisa bajo aquel sombrero, el hombre de la sotana lo había estado persiguiendo durante mucho tiempo, por lo general acostumbraba enviar personas iletradas en su busqueda, alguien sin esa sed de conocimiento que pudiera terminar siendo un impedimento para la misión. "Hazlo ya, mátame", fueron las últimas palabras que Malik susurró en vida, antes de sentir la fría caricia de una cimitarra, atravesando su nuca y pasando entre sus ojos. Lo último que pudo percibir fue su caída en el agua... El frío, adormeciendo todo su cuerpo... y luego la oscuridad.

Un fuerte sonido lo obligó a abrir los ojos repentinamente, incorporándose en un movimiento brusco y respirando desesperado, como si hubiera dejado de hacerlo durante muchísimo tiempo. Podía sentir como extrañas flechas esféricas de hierro volaban a su alrededor, más rápido de lo que nunca las había visto volar, resonando como si se trataran de truenos en una tormenta salvaje. Se hallaba tirado en mitad de un campo, y la gente a su alrededor, reunida en varios grupos que peleaban entre sí, gritaba sin parar. Se llevó una mano al rostro mientras intentaba recuperar por completo el sentido, y entonces se dio cuenta de que su cuerpo ya no era el mismo: Era más joven, esbelto y podía sentir en si mismo un extraño aroma a hierva fresca y cabello de animal. Estaba vestido con viejos ropajes de tela, y la sangre fluía por su cabeza de una herida que le habían hecho en la nuca, al parecer con un fuerte golpe causado por un sujeto que ahora yacía tras él, lleno de pequeñas heridas sangrantes. Aterrado, miró a su alrededor en busca de un refugio, y corrió hasta una vieja casa en las lejanías, entrando en ella casi por instinto. Reconoció de inmediato la envejecida casa de su amante, ahora polvorienta, llena de muebles que nunca habían estado allí... ¿Estaba en la galia? ¿Cuanto tiempo había pasado y como llegó allí? Mientras exploraba la casa para intentar recordar, se halló frente a frente con un espejo roto... y entonces cayó al suelo sentado. Era otra persona, totalmente diferente. Sus facciones, su rostro, todo había cambiado excepto sus ojos.

El shock lo dejó atontado durante varios días, mientras rebuscaba en su memoria. Efectivamente tenía los recuerdos de otra persona, se llamaba Nazarius Thejeera'th Garrison... aunque todos lo llamaban Nazar. Había vivido ya 40 años, y vivía como un ladrón en el lugar, aprovechando sus extrañas "habilidades" para ganarse la vida. Al parecer había nacido en la ciudad de "Paris", en Francia... era el año 1800, más de 2000 años después de su muerte. El impacto fue doloroso, pero al mismo tiempo aliviador... finalmente libre de sus perseguidores, al menos por ahora. Entonces comprendió una cosa: Aquella era una nueva oportunidad para continuar con sus estudios, pero antes tenía que averiguar que hacía allí, y como había escapado a la muerte de esa manera.

-Datos Extras:

- La mayoría de sus vivencias como cambiaformas están totalmente bloqueadas en su mente, incluido el hecho de como terminó en medio de aquel conflicto, y viviendo en aquella antigua casa.

- Existe una única entrada a la bóveda oculta en aquella casa, solo puede abrirse desde adentro y hay un pequeño acceso que solo permite la entrada a animales pequeños.

- Al parecer el pequeño Nazar también había hecho contribuciones de libros actuales a dicha bóveda.

- Sabe Latín, Egipcio, Hebreo, Griego, Ruso, Italiano, Francés, Español y Alemán, aunque estos últimos cuatro idiomas los pronuncia de forma terriblemente forzada, pues su acento es antiguo.