Pululando por París

por Invitado Vie Mayo 25, 2012 12:14 pm

1801 - Febrero

He llegado a París, este país es más cálido de lo que creí, a pesar de ser invierno y ver tanta nieve no logro captar esa frisa friolenta en mis huesos como en Londres, me imagino que esto es prometedor, luego de bastante tiempo podré dejar la gabardina y usar tan solo el traje y el chaleco, no logro descifrar aún el porqué de cuando no lo llevo puesto me siento desnudo, a pesar de tener camisa, estas costumbres, no me terminan de sorprender con su poder una vez toman la mente y esto se transmite al cuerpo. Me he dedicado los últimos a recorrer los terrenos más alejados y faltos de población de la ciudad, en sus afueras tranquilamente bajo la luz lunar se podrían perpetrar todo tipo de actos que quedarían impunes, esto no me convence tanto, Black Jack ama que su trabajo sea reconocido, pero ama más aún hacerlo, este punto de quiebre me hace pensar ahora en el porqué aún continua con este jueguito, ambos sabemos que me puede asesinar si se lo propone, mi quiebre se encuentra allí, ¿por qué no lo hace?

Volvemos al principio, desea mi atención o solo está jugando luego de años y años a ver quién es mejor. Está perdiendo su tiempo, mi paciencia es ilimitada igual que mi memoria, sus pisadas siempre van a la par de las mías, pero ahora mismo por primera vez me encuentro a su costado, esa jugada del viaje a París, fue poco probable, arriesgada incluso para él, odia mostrarse en público, no lo imagino en un barco resistiéndose de no cortar la garganta de algunas de las hermosas jóvenes de dinero que suelen viajar por placer o derroche. Algo extraño en la psiquis de Black ha cambiado notablemente, descubrir su qué, me dará ese paso adelante que necesito, pero, ¿cómo lo consigo? Es decir, no tengo ni la más mínima idea de dónde está, a quienes frecuenta, si es que frecuenta a alguien, y por dónde se está moviendo. Lo único seguro es que no sabe que me encuentro en París.

¿Entonces por qué no hace un movimiento? Un golpe pequeño al menos, que no llame mucho la atención de la población Parisina, ¿no quiere alertarme a mí? He esperado cinco meses desde que tuve la noticia en Londres, sus apariciones resultaban cada mes en muerte, esto no cuadra, estoy esperando el último registro policial de Londres, unos miembros de investigación me deben favores, así que si algo nuevo resulta por allí sabré que aquí Black no está. Sin embargo no espero regresar, ni creo que me llegue nada relevante, yo sé que Black Jack se encuentra en París, escondido entre sus sombras, entre sus engaños, entre sus aliados, tengo tremenda suerte con estos últimos, todos terminan muriendo, sobre todo el primero, ese guardabosques, sospeche de él, desde el principio, pero solo como el asesino, el que fuera lacayo de Black Jack fue un golpe sorpresa y de ánimo muy corto, tuve que dispararle un buen escopetazo.

Esta es la primera vez que escribo algo fuera de las caravanas o fuera de Londres, me da cierta melancolía tonta, en los próximos días empezaré una doble búsqueda, un lugar para vivir, una casa tranquila, lo suficientemente agradable y de tamaño mesurado para mi, quiero un jardín y una buena vista, me ayudan a pensar mejor, por imposible que eso parezca, funciona muy, pero muy bien. En definitiva un lugar lejos del centro de la ciudad, no entiendo como la gente allí soportar el simple hecho de estar parado unos metros cerca, demasiados cuerpos generando calor, demasiadas voces distorsionando el horizonte, muchos ojos, algunos astutos, otros despistados, prefiero mil veces un campo lejano y callado.

por Invitado Jue Jul 12, 2012 2:43 pm

1801 - Junio

Estos dos meses han pasado cosas interesantes, problemáticas y una buena, Black Jack no se ha movido, intenta confundirme, está jugando parece al gato y al ratón, solo que un ratón muy paciente necesita de un gato doblemente paciente, me sorprende que aún no se percate de esto, por otro lado, cuando se ofrece queso al ratón, este ratón por la propia hambre siempre deja su escondite, da igual de que forma suceda, pasa se quiera o no, el cebo no era queso exactamente, pero ya tengo decidido cual sería y cual la forma de usar este cebo para atraerlo en el mejor de los casos, aunque esto no iba a pasar, sin embargo atraer a alguien de él, sus peones o sirvientes algo voy a conseguir, no tengo por qué dudar de esto. Y si no funciona el plan B no es muy agradable, así que más vale que realmente sirva.

Sobre la hermandad, me está dando bastante movimiento esto, ese muchacho juguete de la vampiresa, vaya que es un caso típico, aunque el muñeco en este caso tiene demasiado ego como para ser uno, lo que le da más merito a esta vampiresa con cuerpo de infante según él, ayudarlo realmente no deseo, solo si es parte de la misión lo haré, no he sabido mucho luego de esa vez, estaré a la espera de un nuevo movimiento, sin embargo debo mantener mis prioridades en su sitio, así que no me he dado mucho tiempo para pensar en él, en lo que sí he pensando un poco más, es en la otra vampiresa, muy agresiva y por dentro lastimada pude ver, a decir verdad no me gusto nada esa plata sobre mi cuello, que son casualidades del destino que los vampiros anden con armas de plata o qué.

Pero lo que más me ha comido el ceso y otros órganos del cuerpo, la llegada de Teresa, majestuoso manjar y penoso incidente a la vez, tengo suerte de ser capaz de esconder tanta alegría dentro de lo más profundo, pero debo mantenerme firme e indiferente a lo demás, no puedo relajar la vena, ni cerrar los ojos por tenerla de vuelta conmigo, en realidad soy feliz, estoy encantando de tenerla pero no me imagino lo que puede pasar si se entera, no hay marcha atrás, se lo he dicho, y el cuidado pasa a ser doscientos por ciento más importante que otras cosas, basta con darle una señal, estoy seguro que me vigilia como yo a él, no estoy consciente de que tan grande sea su red por estos lares, pero siempre tiene una, donde este, siempre alguien le teme a su nombre o conoce de su nombre, los bajos mundos.

Lo más provechoso de todo esto, es que cuento nuevamente con la protección que me brinda ella, hubiera sido bastante útil que ella hubiera estado conmigo cuando fui en la búsqueda de la vampiresa asesina, me abría ahorrado un par de problemas, pero uno no siempre puede tener todo cuando lo desea, al menos la tengo ahora cada noche en la cama, antes no podía suceder esto, recuerdo sus escapadas madrugadoras, el felino del sol decía, ya me estoy acostumbrando a pasar toda la noche cerca de su cuerpo desnudo sin inmutarme para evitar despertarla, es tranquilo y verle dormir es casi un deleite.

Espero que lo que se avecina sea provechoso para nosotros y ayude a salir lo más pronto posible de esto, es bastante molesto y me altera aunque no lo demuestre la incertidumbre sobre Teresa, que haré, que evitaré, que aceptaré, que negaré, es demasiado trabajo pensar en esto y las noches sigue pasando y pasando, viéndola descansar sobre mi pecho y aún no descifro como reaccionar.

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