¿Como he llegado aquí? [Enzo]

por **Delegna Amaranth** Dom Jun 17, 2012 2:41 pm

No podía dejar de asombrarme de lo que hacían mis pies y mi mente, cuando dejaban que me guiaran sin rumbo, sumida en mis pensamientos. A veces me llevaban a lugares insospechados, como ese día. Un teatro. Un teatro en el que nunca había estado... No se porque extraña razón, mis adentros me decían que no entrara, que me quedara en la puerta o mejor, que saliera corriendo de allí. Una sensación como de... ¿peligro? ¿Pero que podía tener un teatro de peligroso? O mejor dicho, ¿Por que debía de tener miedo? Mi hermana ya no estaba, y a una mala... quizás era lo mejor, buscar el peligro. Ande hacía la entrada del local, contemplando los rostros de los que allí estaban. Algunas miradas misteriosas, unos rasgos... ¿extraños? En fin, toda una sarta de idioteces. Me acomodé en uno de los asientos, y saqué mi abanico, con el cual empecé a atizar pero bien xDDD. El hombre que estaba sentado a mi lado, me lanzo una mirada, como de extrañeza, a lo que yo le respondí con otra bien grosera. Vale, vale... ¡Delegna! Cuida tus modales, no paraba de decir para mis adentros.

La función empezó, con una temática vampirica. No pude evitar soltar una leve carcajada. Vale... ya basta, Delegna, estabas empezando a hacer el ridículo, y yo era una chica con clase. Una vez puesta en el papel, la obra no estaba nada mal, e incluso sus actores actuaban bastante bien, era todo tan realista que en alguna ocasión me dio a pensar que eso podía ser en serio, pero... ¡Vamos! Nadie se creía las historias de vampiros, solo eran cuentos para atormentar a los débiles.

Hasta que algo extraño ocurrió, y se oyó una especie de grito. Me volteé, para ver que estaba ocurriendo tras nosotros, pero... No había nada. Quizás era parte de la función. Volví a acomodarme en el asiento y miré al hombre al que antes le había lanzado una de mis miradas viperinas. -Es buena la función, ¿Verdad? -El hombre, bastante mayor. Asintió con la cabeza, pero con unos ojos saltones y extraños, que daban bastante... mm... ¿Entre miedo y asco? Una combinación perfecta, si señor. Volví a centrar la vista en la actuación, ya había pasado media hora y parecía que la cosa cada vez era más realista. Incluso el hombre que tenía sentado al lado parecía tener hambre... omg... que asco. Me levanté de la silla, para irme de allí. Pues eso ya empezaba a ser hasta grotesco, cuando ese mismo hombre me agarró bruscamente del brazo. -¿Pero que hace? ¡Suélteme o grito! -Dije entre enfadada y asustada, pero el no parecía querer soltar su zarpa de ahí... bien, vale... tocaba improvisar... ¿que iba a hacer ahora?

por **Enzo Krugman** Lun Jun 25, 2012 9:42 am

Había llegado el momento de conocer a más vampiros, ¿no? Apenas llevaba unas semanas en París y, aunque ya había visto a varios no muertos como él, hasta ahora su círculo social de chupasangres era bastante limitado, por no decir nulo. Por eso Enzo se puso sus mejores galas aquella noche y se dispuso a presentarse en el Teatro. Antes de llegar a la capital francesa ya había oído hablar de él, claro. Como casi todos. Un lugar donde encontrarse libremente y exponer ideas, hablar con otros iguales, fraguar alianzas… O enemigos mortales. Todo podría darse.

Llegó al teatro alimentado y con una actitud cordial. Nada más pisar el lugar y, viendo que era nuevo, algunos de los vampiros se acercaron a él para saludarle y presentarse, un gesto que Enzo agradeció. La noche parecía transcurrir con normalidad y de una forma satisfactoria, hasta que vio cómo una mujer entraba en el teatro.

Una mujer viva. De verdad. Una humana por la que corría sangra fresca bombeada por un corazón en la plenitud de la vida. Si bien era nuevo allí, Enzo se dio cuenta enseguida de que aquello no era demasiado normal… Así que el vampiro decidió no quitarle la vista de encima, movido sobre todo por la curiosidad. Al preguntar a sus interlocutores le dijeron que no sabían de quién se trataba.

Cuando la obra comenzó se sentó una fila detrás de la mujer para seguir observándola. Por su forma de moverse y reaccionar estaba bastante claro que no entendía nada… O si lo hacía era una excelente actriz. No, espera. Aquella reacción no se podía falsear, claro que no. Y mucho menos cuando el vampiro que tenía al lado le cogió del brazo. Enzo chasqueó la lengua y se puso en pie, arrepintiéndose casi en el acto. Esperando que el resto de los vampiros allí presentes no se lo tomaran a mal.

-Vamos caballero, relájese-le dijo en un tono de voz bajo al vampiro desconocido mientras le cogía del antebrazo y le obligaba a soltar a la mujer-. No asuste a nuestra invitada, va a pensar que en éste teatro todos somos unos desalmados…-le dedicó una sonrisa amistosa y luego se giró hacia la mujer-. En cuanto a usted, señorita, permita que le acompañe al exterior del teatro. Será lo mejor para todos…

Dicho esto salió de su fila de asientos y espero a que la mujer le siguiera.

-Espero que ese hombre no os haya asustado señorita. ¿Os encontráis bien?

[FDI]Perdón por tardar tantísimo, exámenes y fiestas post-exámenes han tenido la culpa xD[/FDI]

por **Delegna Amaranth** Lun Jun 25, 2012 10:24 am

Todo era muy extraño, empezando por ese hombre mayor que me miraba, como si fuera un trozo de ternera en vez de una persona. Empecé a sentir miedo, intentando que el hombre me soltara... hasta que, gracias al cielo, alguien le pidió educadamente a ese señor que me dejara en paz. Agradecí el gesto y miré al hombre que me acababa de ayudar, dedicándole una sonrisa de agradecimiento. En cuanto a usted, señorita, permita que le acompañe al exterior del teatro. Será lo mejor para todos… Le miré con curiosidad y asentí levemente, siguiéndole. Salimos al exterior del teatro, en parte me agradaba que por fin no estuvieramos allí dentro. La gente era muy extraña... me apuntaba un lugar en mi cerebro al que jamás de los jamases, volvería a entrar.

- Gracias. -Dije con mi angelical voz. -Ese hombre era tan extraño... ¿Solo yo tuve la sensación de que veía como un trozo de carne? -Dije, más hablando para mi misma que con ese hombre tan apuesto. -Perdona, hablo demasiado, lo se. -Dije algo sonrojada, mientras me colocaba a su lado, mirándole con curiosidad. -¿Cual es su nombre, mi señor? -Le miré sonriendo, pero casi no le deje tiempo a responderme, pues ya volvía a estar hablando. -Mmmm... por su acento diría que no es francés ¿Cierto? Deje que adivine... -Me hice la pensativa, como si realmente estuviera descubriendo una gran incógnita. -¡Ya sé! Usted es Italiano ¿Me equivoco? -Siempre me había fascinado Italia... Roma, Florencia, Venecia... ¿Como serían esos lugares? De repente me acordé de mi hermana, queríamos ir a conocer una de esas ciudades juntas, y ahora... mi rostro se ensombreció de repente, pero enseguida volví a mi estado natural. No iba a martilizarme ahora. -Aun no me ha dicho su nombre. -Dije con voz cantarina, fijándome en cada uno de sus gestos. Era curiosa de por naturaleza. Además, se notaba que era un hombre con poder, por sus vestiduras y su elegancia al hablar.

Estabamos andando tranquilamente, cuando de repente me tropecé con una pequeña piedra -.- tan típico en mi, era una patosa, de pies de plomo. Le miré algo avergonzada. -Disculpe, em... el equilibrio y yo no hacemos muy buenas migas... -Sonreí un poco infantil.

//oFF: No te preocupess!! Lo primero es lo primero :3//

por **Enzo Krugman** Lun Jun 25, 2012 11:24 am

Enzo intentó hablar varias veces, pero la joven no le dejaba ni un instante para hacerlo con sus continuar preguntas y comentarios. Todavía estaba preocupado por las consecuencias de sus actos y procuraba alejarse todo lo posible del teatro e internarse en las pocas calles transitadas a aquellas horas de la noche. Mientras más gente hubiera cerca mejor, menos posibilidades habría de represalias inmediatas.

-Vaya, veo que sois alguien tremendamente perspicaz, ¿eh?-dijo Enzo con una sonrisa amistosa y agradable. A pesar de que todavía estaba algo temeroso, aquella joven le hacía bastante gracia-. Efectivamente, soy italiano. Mi nombre es Enzo Krugman y he llegado hace pocas semana a París. Es un placer para mí conocerla señorita. ¿Cómo puedo llamaros?

Al seguir caminando la joven estuvo a punto de tropezar y el vampiro se apresuró en ayudarla a recuperar el equilibrio tomándola del brazo.

-No os disculpáis, todo ha sido culpa de esa dichosa piedra, no de vos-dijo entre risas-. Y os ruego que olvidéis el incidente del teatro. Muchas de las personas que allí acuden padecen crueles enfermedades y asisten a sus representaciones con el único fin de aliviar sus penas y dolores. Sin duda vuestra presencia habrá perturbado a aquél hombre. Aunque, todo sea dicho, yo estaba allí porque me habían hablado bien de la obra-se apresuró a afirmar Enzo, todavía sonriente y lanzando alguna mirada hacia atrás. Pero no, no parecía que nadie les estuviera siguiendo ni fueran a emboscarles a la menor oportunidad-. Pero decidme, ¿os encontráis bien? ¿Os han asustado?

por **Delegna Amaranth** Lun Jun 25, 2012 11:58 am

Reí ligeramente por todo en general, por mi tropezón y su "No es tu culpa, si no de la piedra". Estaba mirándole detenidamente cuando me percaté que se volteaba muchas veces... como si temiera a algo o a alguien. Yo hice lo mismo, y entonces me giré, pero nadie había allí... o al menos, nadie que yo conociera o que pareciera seguirnos. Suspiré, sería mi imaginación, y entonces volví mi vista hacia él. -Lo cierto es que si, estoy bien. -Dije con voz calmada y la vista a sus ojos. -Pero no te voy a negar que ese hombre me ha asustado, por un momento pensé que se me iba a tirar encima o... o que se yo. -Bufé indignada. -Tenía mucha fuerza, y eso que era de avanzada edad. -Demasiada diría yo, hubo un momento en que pensé que me iba a partir el brazo.

- ¿Y sabe? Hoy he aprendido algo fundamental -Reí con diversión. -No vuelvo a pisar ese teatro. Ni aunque mi padre lo suplicara, en serio. -Y eso que mi padre era a la persona a la que más temía, a parte de al hombre que ataco a mi hermana. - Oh, discúlpeme de nuevo. -Agregué consternada. -Con tanta habladuría por mi parte había olvidado lo más importante... -Sonreí con timidez y me paré varios segundos, para decir. -Mi nombre es Delegna Amaranth. -Pronuncié en tono cordial y afable, sin quitar la sonrisa de mi rostro.

Seguimos andando, poco a poco la calle se iba llenando e gente. Algunas personas parloteaban sin cesar, mientras que otras se escondían en las sombras, como si algo temieran. Seguro era mi mente, que siempre había sido demasiado imaginativa. Entonces paso algo, digamos, peculiar. Se oían unos pasos... Vale. No era nada extraño ¿No? había como diez personas en esa calle... pero lo realmente misterioso es que se colocaran en frente nuestro, como si quisieran cortarnos el paso... miré con confusión a Enzo. -Creo que estos se han perdido -Dije en tono inocente. Parecía que nos iban a acorralar, cuando de repente, se dispersaron y no quedaba ninguno, o al menos a nuestra vista. También las otras personas habían desaparecido. -Juraría que antes había más personas -Aceleramos el ritmo, pero no parecía ocurrir nada extraño. Seguro eran cosas naturales de la noche... si, sería eso seguro.

por **Enzo Krugman** Lun Jun 25, 2012 3:38 pm

-Es un nombre precioso bambina Amaranth. Casi tanto como vos misma-respondió Enzo al oír el nombre de la joven-. Y me alegra aún más que hayáis aprendido una buena lección ésta noche, jovencita. Sería terrible que algo malo os pasara si volvierais a pisar el teatro…

“Y si no estoy yo de por medio para evitarlo” pensó inmediatamente Enzo. Aunque habían llegado ya a una de las calles principales y transitadas, seguía habiendo algo que no le terminaba de hacer gracia en toda aquella situación. Con sus sentidos aumentados al máximo le pareció percibir pisadas tras ellos y ver a figuras que se movían veloces entre las sombras. Por no hablar de ese grupo que se detuvo frente a ellos y luego desapareció… Mierda de Cristo, habían llamado demasiado la atención. Y él era un don nadie en la ciudad como para impedirles actuar si se lo proponían. De hecho, si intentaba detenerles seguramente acabaría empalado y esperando recibir las caricias del sol en alguna plaza de París.

- La notte è buio e spaventoso a casa le cose…*-murmuró entre dientes Enzo, acordándose de un dicho popular italiano. No tenían ni idea de cuánta razón escondía aquellas palabras. Obligándose a pensar con rapidez para buscar una solución el vampiro se vio obligado a emplear un conjuro de Encandilamiento con la chica. No muy poderoso, pero sí lo bastante fuerte como para que se sintiera ligeramente atraído por Enzo y estuviera dispuesta a confiar en él-. Permitidme el atrevimiento madonna, pero aquí cerca hay un café precioso que descubrí casi el primer día que llegué a París. ¿Sería demasiado descaro por mi parte invitaros a un chocolate caliente para que así olvidara usted los malos momentos de ésta noche?-preguntó el vampiro, mirando a los lados de vez en cuando. Estaba casi seguro de que les seguían, pero lo mejor sería buscar refugio, al menos de momento.

Lo había visitado de noche y solía estar abierto (y con numerosa clientela) hasta altas horas de la noche, sería un buen lugar donde sentarse y prepararse para continuar la marcha. Luego podría acompañar a Amaranth hasta su hogar y escabullirse acto seguido a su propio refugio, donde esperaba que no se atrevieran a buscarle. Si la joven se mostraba de acuerdo pondría rumbo al establecimiento, que estaba a apenas dos calles a la derecha.
-------------

*La noche es oscura y alberga cosas aterradoras en italiano.

por **Delegna Amaranth** Jue Jul 05, 2012 6:33 pm

Era todo extraño, misterioso y... seguía con la sensación de que algo iba mal. Pero entonces Enzo me miro y me dijo unas palabras... unas palabras que... sonaron extrañas, y a la vez, es difícil de describirlo. Pero sentí como una especie de atracción por lo que decía, por sus ojos, por todo. ¿Que...? ¿Por que...? Me sonrojé levemente.

-Un café. -Dije sin pestañear, y completamente convencida de que tenía que aceptar ese ofrecimiento. Además tampoco me disgustaba la idea. -Por supuesto, claro que si. -Dije sin pensármelo dos veces, siguiéndole. Las calles eran oscuras y apenas había movimiento. A veces sentía la necesidad de salir corriendo o esconderme tras su espalda (¿?). ¿Por que me había dado por salir? ¿Por entrar a ese lugar? ¿No habría sido más fácil ir a...? No sé, un teatro de alta alcurnia, o, algún lugar menos... extraño. Miré levemente al hombre, parecía que sabía bien donde iba y me alegre de haberlo encontrado. Siempre me metía en problemas por mi curiosidad o mi pequeña rebeldía, pero esta vez había ido muy lejos.

Llegamos a un bar. Parecía que había mucha gente y no estaba tan mal el ambiente. Entramos a dentro y nos sentamos en una mesita. La mesera vino para pedir lo que queríamos, y lógicamente pedí un chocolate caliente. Después de su ofrecimiento, se me había hecho la boca a agua... era adicta al chocolate \O/- Gracias. -Dije sin pensar, después de que la mesera, de forma rápida y muy atenta, nos hubiera traído el chocolate caliente. -Desde luego que no se que habría sido de mi hoy. -Bueno, tampoco creo que me hubieran secuestrado, ni nada raro, pero si que había llegado a tener miedo en ocasiones. -No suelo ser de dar las gracias, y eso... bueno. -Me sonrojé. -Pero admito que le estaré eternamente agradecida, en serio. Ha sido usted muy amable... -A penas me conocía, podría perfectamente haberme dejado tirada.

_______________________
Rol off: Perdon por mi retraso ;^; estuve algo ocupada estos días u.u prometo que el próximo será más largo, este me quedo algo cortito.

por **Enzo Krugman** Sáb Jul 07, 2012 1:09 pm

FDI: tranquila, todos estamos ocupados :_D

No tuvieron problemas para entrar en el local y no pasó mucho tiempo hasta que alguien les tomó pedido, lo cuál Enzo agradeció con una generosa propina a la hora de pagar. Mientras esperaba a que les trajeran las tazas de chocolate el vampiro lanzaba miradas discretas hacia el local, pero todo parecía tranquilo. Así que se permitió descansar y relajar su cuerpo, que había estado en permanente tensión desde que dejaron el teatro.

-No tenéis por qué darme las gracias Amaranth. Es lo menos que podía hacer viendo a una jovencita en apuros-dijo con una sonrisa amable-. Además, haber podido conocerla es una recompensa suficiente para mí-dijo después de saborear el chocolate y con la misma sonrisa-. Y no os sonrojéis tanto, mi buena señora. O vuestro rostro no podrá distinguirse de vuestros cabellos-bromeó el vampiro.

La verdad es que Enzo estaba mucho más relajado y tranquilo. De vez en cuando lanzaba miradas furtivas a la puerta, pero todo parecía en orden. Haría un poco más de tiempo allí y luego acompañaría a Amaranth a casa, confiando en que todo saliera bien.

Lo único extraño allí había sido que, bueno… Enzo seguía sin saber por qué había hecho todo aquello. Sabía que al salvar a Amaranth se habría ganado algunas enemistades o, por lo menos, que algún pez gordo lo mirara mal. Pero el vampiro no había podido evitarlo. Y en el fondo de su alma estaba seguro de que era el pelo. Sabía que era culpa de aquél cabello pelirrojo tan parecido al de Marianne. Aunque estuviera a miles de kilómetros de él le acabaría llevando a la tumba.

-Eso sí me alegra ver que os gusta el chocolate. Disfrutadlo, seguro que os sienta bien ésta noche. ¿Vivís muy lejos de aquí? Luego puedo acompañaros hasta vuestro hogar si queréis.

por **Delegna Amaranth** Vie Ago 17, 2012 2:36 pm

ROL OFF: Omggg mil perdones... me retrase muchíiiisimo ;^;

-No, no esta muy lejos en realidad. -Dije con voz cantarina, mientras tomaba un poco de chocolate caliente. -En realidad esta como a diez minutos a caballo. -Sonreí ligeramente. Ese chico era agradable, me había parecido simpático. -Y le estaré eternamente agradecida si me acompaña. -Solté con vocecita de niña pequeña. Pocas veces era amable con los demás, pero en esta ocasión bien lo merecía. Tomé otro sorbito de la taza de café, haciendo un ruido espantoso al beberlo desde la taza. Ups, no estaba bien que una señorita como yo hiciera algo tan desagradable, así que empecé a desviar la mirada como haciendome la loca. Mientras intentaba empezar otra conversación para que no se riera de mi. xDDD

-¿Y bien? ¿Tiene novia...? ¿O prometida? -Esto era más por curiosidad que por otra cosa, y si, para que no dijera nada de mi sorbito escandaloso de hacía un rato. -Yo tengo un prometido. -Dije, así tal cual. -Aunque no le conozco de nada... -Hice un leve gruñidito, sin querer. Mirandole de nuevo, aun no me había contestado. Por fin me termine la taza, ¡Fuera peligro de que hiciera otro estruendo espantoso! Y solté una risita de satisfacción. Parecía una loca, seguro que estaba pensando que era boba... pero bueno. -¿No dice nada? -Mmm quizás había algo que no le gustaba recordar y había metido la pata hasta el fondo. -Esta bien... er... podemos cambiar de tema. -Sonreí de forma angelical. -Que tal... si... em... Me cuenta alguna de sus batallitas, seguro que hay alguna interesante :3

por **Enzo Krugman** Miér Sep 12, 2012 6:14 am

[FDI] Sólo puedo pedir perdón por la inmensa tardanza. He tenido que dejar el foro y tal durante un tiempo, pero ahora vuelvo con muchas ganas. Espero que sigas con ganas de rolear =D[/FDI]

-Oh, descuidad. Por supuesto que os acompañaré a vuestra casa y me aseguraré de que estáis en perfecto estado -respondió Enzo, quitándole cualquier importancia a eso con un simple gesto de la mano.

Tras cierto silencio incómodo a causa del sonido que hacía la joven que tenía enfrente sorbiendo su café pasó a hacerle preguntas más… Comprometidas. El vampiro guardó silencio durante unos instantes mientras meditaba la respuesta, en lo que Delegna siguió hablando sobre su propia situación sentimental. O intentaba cambiar de tema, aparentemente arrepentida.

-No, no estoy prometido ni hay nadie a quién ame en éstos momentos-respondió con normalidad, sin que aquél tema pareciera molestarle lo más mínimo. Luego bebió otro sorbo del chocolate caliente y guardó silencio, pensativo-. La hubo, claro. Pero hace mucho tiempo de eso y no es, desde luego, el momento de hablarlo -terminó de explicar con una sonrisa igual de encantadora que siempre-. En cuanto a su situación… -se encogió de hombros-. Seguro que su familia busca lo mejor para usted. Y también estoy convencido de que alguien como vos, a poco que se lo proponga, haría que cualquier hombre se enamore de su persona -otra vez aquella sonrisa. La de siempre-. Así que os auguro un feliz matrimonio.

Dicho todo aquello Enzo dejó la tasa vacía sobre la mesa y se puso en pie.

-Más me temo que no podré entretenerla con mil y un batallitas, mi buena señorita. Es tarde y todavía tenemos que llegar a su hogar. Así que vamos, seguro que su familia está preocupada por usted.

por Contenido patrocinado

¿Como he llegado aquí? [Enzo]

¿Como he llegado aquí? [Enzo]

Re: ¿Como he llegado aquí? [Enzo]

Re: ¿Como he llegado aquí? [Enzo]

Re: ¿Como he llegado aquí? [Enzo]

Re: ¿Como he llegado aquí? [Enzo]

Re: ¿Como he llegado aquí? [Enzo]

Re: ¿Como he llegado aquí? [Enzo]

Re: ¿Como he llegado aquí? [Enzo]

Re: ¿Como he llegado aquí? [Enzo]

Re: ¿Como he llegado aquí? [Enzo]

Re: ¿Como he llegado aquí? [Enzo]