Christelle J. Blackwell ||Humana/clase media|| TERMINADA

Christelle J. Blackwell

Datos Generales del Personaje

Ocupación: La profesión de tu personaje.
Nacionalidad:Italiana
Clase social: Media
Familiares directos: Solo su madre, quien padece de una extraña enfermedad
Posesiones personales:Un broche que tiene una Esmeralda, el cual se lo regalo su abuela antes de morir, ella llevaba el mismo nombre que Christelle, por lo tanto lo aprecia mucho y lo mantiene resguardado en un lugar seguro de su casa.

Descripción Física

-Recuerda que tu mejor arma es tu belleza, no te dejes llevar por mas opciones sino conoces el camino, princesa de cuatro vientos, vuela a las alturas con tu risa y tu encanto. Y dales a los reyes y reinas el regalo de tu parecencia-

Como solía decir su abuela, Christelle posee una belleza envidiable, tal y como las demás chicas de su edad.Pero al igual que muchas jóvenes de esta época, Christelle no se salva de la larga vestimenta que tiene que llevar, que cubre sus tobillos y resguarda lo que puede de su esbelta figura. Su cabello es Rubio con tonalidades castañas, entre claras y oscuras, que cambian según la fuerza de la luz que pueda pegarle, normalmente lleva el cabello ondulado y suelto, dejando que caiga libremente por sus hombros y siendo recibido por su espalda, donde el mismo la acaricia levemente con sus puntas su columna. Su piel es de tez liza y blanca, que mantiene un color bronceado y que tiende a llevarse con el color de su cabello, posee unas pequeñas pecas en su espalda, no son muchas y normalmente no se le ven. Sus cejas son finas y delicadas, son de color castaño oscuro y resguardan dos invaluables joyas: Sus ojos.. que son de color azulado, rallados para ser mas especifica, ya que suele confundirse por las rallas que este tiene, las cuales, siendo negras, hacen que el color de sus ojos, a simple vista, sea mas oscuro de lo usual. Su rostro aun guarda, aires inocentes, no revela su edad exacta, la cual se esconde entre su figura y sus innumerables expresiones. Sus curvaturas están bien formadas, pese a su edad y cualquier hombre podría sentirse atraído por estas...

Descripción Psicológica

-Sonríe mientras puedas pequeña niña, tus ojos iluminaran el camino que tus pies descalzos deben seguir, te encontraras con piedras y baches, pero no dejes tu destino por lo imposible, sino busca de que lo imposible se haga posible a través de tus manos.-

Su sonrisa es algo que la hace resaltar, siempre, pase lo que pase, quizás es porque su padre se lo repetía mucho de niña. -Tu sonrisa es lo que te hace quien eres, en un futuro te reconocerán por tu imborrable sonrisa y no por tu nombre Christelle.- A pesar de ser muy risueña trata de tener los pies afincados en la tierra, sabe diferenciar el "bien" del "mal" tal como un niño podría diferenciar entre "grande" y "pequeño". Tiene un carácter que se define según la persona con quien este, aunque sus modales nunca faltaran, ni la dejaran mal parada en ninguna situación. Su madre le insiste todos los días con la idea del "matrimonio" pero Christelle, es una joven que aunque su corta edad la acompaña, cree en otras cosas antes de pensar en atarse en a un hombre. suele decir. -El mejor vino merece ser añejado antes de ser catado de buenas a primeras.-

Pero antes que nada, su coraza es mas gruesa que la de un roble joven, aunque por dentro, se puede estar quebrando en mil pedazos, sus lagrimas jamas brotaran de sus ojos mientras sea necesario. Es muy sensible cuando de su familia se trata, aunque esta es muy reducida siente gran amor por cada uno de ellos.

Amor... ¿Que es para Christelle el amor? El amor tiene muchas definiciones y matices, para Christelle normalmente hay muchas personas que pueden amar de diferentes maneras, no siempre puede ser para una pareja. Esto la lleva a que Chris nunca se ha enamorado y no piensa hacerlo. Tiene pesado seguir luchando para ayudar a su madre y su extraña enfermedad, -quizás eso sea amor, ayudar y acompañar a quienes nos han acompañado en todo el camino.-

Datos Generales de la Personalidad

Virtudes:
A pesar de la época en la que se encuentran, Christelle sabe muy bien en donde esta parada, aprendió varios idiomas de pequeña y su intelecto es alto gracias a su padre.
Su personalidad, en estos tiempos, es una virtud muy grande.

Gustos:
Leer es uno de sus mayores pasatiempos.
Pasear admirando la naturaleza
Dibujar, siempre lleva su cuaderno de dibujos en su pequeña mochila.

Disgustos:
Las mentiras y los engaños.

Miedos/Fobias:
Por alguna extraña razón, Chris le tiene fobia a las arañas grandes, si ve una saldrá corriendo con los brazos arriba gritando auxilio.
No aguanta estar encerrada en espacios reducidos, entrara en una crisis nerviosa si eso pasa.

Debilidades:
Posee una extraña alergia a distintos condimentos, precisamente mas a la canela, le produce estornudos y hace que su voz se vuelva tan débil como los chillidos de un ratón. .

Historia

El cielo se partía en mil pedazos, la lluvia no paraba, y amenazaba con seguir cayendo aquella noche, el reloj de bolsillo del señor Blackwell señalaban las diez con trece segundos, en horario nocturno. La lluvia hacia grandes charcos alrededor de la casa de los Blackwell. Dentro, se encontraban todos desesperados, Ellian, la esposa de Alexander Blackwell, estaba a punto de dar a luz y el doctor de la comunidad estaba lo suficientemente lejos de aquella casa en la colina.

Ellian se encontraba en su habitación, con la frente sudorosa y respirando aceleradamente, las velas iluminaban muy poco aquella habitación, mientras que Ellian permanecía en cama, con una bata en tonos rosados y blancos, despeinada y sujetando fuertemente la cobija que cubría desde sus caderas hacia abajo. Alexander se acerco a ella y le dio un beso en la frente. -No podrá llegar querida...- comento, en tono desecho, no quería poder a su mujer y mucho menos a su hijo. -Entonces no os preocupéis, las criadas me ayudaran Alexander.- contesto apenas la mujer. Antes de que Alexander pudiera moverse las criadas ya estaban entrando a la habitación, con pequeñas bañeras de agua y pañuelos grandes. -Señor Blackwell, por favor espere afuera.- Comento una de ellas, aparentemente la más joven, lo tomo del brazo y salió junto con el de la habitación, luego cerró las puertas a sus espaldas. -La señora estará bien, no se preocupe.- Los siguientes minutos fueron los más angustiantes, Alexander se paseaba por todo el pasillo, sudaba frió y se estremecía dando brincos cada vez que escuchaba a Ellian gritar.

De repente hubo un gran momento de silencio, donde solo se volvieron a escuchar las gotas golpeando el techo de la casa y los grandes truenos reventando el cielo, hasta que... el final el llanto de un bebe se alzo en la habitación. Alexander se llevo las manos al rostro y una gran sonrisa se dibujo en el mismo. No se aguanto y abrió las puertas de la habitación, cuando entro, se encontró con la hermosa imagen de su mujer cargando al bebe en sus brazos... -Es una niña...- comento con los ojos llorosos y voz frágil, la primera descendiente de los Blackwell. Alexander, sonrío y se sentó a su lado, antes dándole un beso en su frente y luego uno en la pequeña frente de la bebe. -se llamara Christelle...- Susurro a su esposa, la cual asintió y beso los labios de Alexander.
Christelle Jazzel Blackwell, una pequeña niña de cabellos dorados y ojos cristalinos, iguales a los de aquella noche de tormenta en la que nació… ¿Por qué llamarla Christelle?... se pronuncia Christal y coincide con algo muy evidente, el Cristal suele ser fino delgado y transparente, pero siempre hay que colocar fuerza o hacer algún tipo de presión para que este se quiebre.

La personalidad de Christelle es así. Creció rodeada de libros e historias, ya que su padre era un tutor conocedor de toda el área de historia, su trabajo era inculcar a los hijos de la realeza toda la historia, modales y una que otras cualidades a nivel de su crecimiento. La diferencia entre Christelle y estos niños, es que ella aprendió por cuenta propia, podía pasarse horas y horas pegada en un libro, mientras no la interrumpieran, cuando en su casa había visita, ella luego de que la mandaban a su habitación se devoraba un libro entero, o simplemente salía de casa y se sentaba en una rama de un viejo roble.

Cuando cumplió diez, se mudo a Francia con sus padres. Su papa era profesor de una de las hijas de un conde, por lo tanto le tocaba viajar con él, debido a un contrato que se había hecho para la seguridad de ambos. Christelle jamás acompaño a su padre a su trabajo, prefería quedarse en casa ayudando a su madre y a la criada de la familia, que mas que criada se había convertido enla nana de Christelle, le contaba de los hermosos paisajes que había visitado cuando era joven y le hablaba mucho de un hijo que le habían arrebatado de los brazos… Christelle se embobaba escuchando las historias de su nana. Christelle aparte de amar la lectura, aprendió estando en Francia a tocar el piano y descubrió su increíble talento para cantar. Aunque nunca lo saco a flote. Estando en Francia, comenzó a vivir en una casa de dos plantas, no tan grande ni tan pequeña, pero lo suficiente espaciosa para que vivieran tres personas.

En su cumpleaños número 15, una tormenta igual a la que cayó el día de su nacimiento, hizo presencia frente a sus ojos. Pero no había motivos para celebrar, su padre había salido temprano por la mañana y no había vuelto, siendo ya las ocho de la noche, según indicaba el reloj de pared. Cuando las ocho y trenta se marcaron en el reloj, Christelle busco su cobertor y estaba a punto de salir a buscar a su padre, cuando uno de los cuidadores toco la puerta. –Señorita Blackwell, mil disculpas...- Comento sin aliento. –Buestro padre…- dijo afincándose del marco de la puerta. Christelle lo miraba aterrorizada. –Mi padre! Que ha pasado con mi padre!?.- Pregunto alterada zarandeando al chico. –Su padre a muerto, la tormenta a tumbado un árbol y ha caído en el coche de vuestro padre.- Christelle lo miraba con terror, imaginándose la escena macabra. -¿Dónde esta!?.- Pregunto sin romper en llanto aun. –En las colinas, venia de L’ Faunt…- Christelle paso por su lado corriendo, abrigada solo con el cobertor que rápidamente se iba empapando. No estaba tan lejos de la colina, solo a unos diez minutos, corrió descalza por las calles mojadas de Paris, hasta que llego, donde el auto destrozado permanecia. –Padre!.- Corrio hasta el y se topo con el cuerpo sin alma, tendido en el coche. -¡NO¡.- un grito esordecedor broto de sus labios y sus ojos comenzaron a aguarse…

-Descansa pequeño barco, mientras las olas te tambalean, descansa pequeño barco que el pequeño muelle te espera… alla vine la doncella con vestido largo y zapatos de charol, descansa pequeño barco que esta por venir… descansa pequeño barco que viaje esta por venir.- tarareaba Chris enfrente de la tumba de su padre, no lloraba ni chillaba como su madre, simplemente cantaba una canción que su nana le había cantado, tras contarle la historia de su hijo perdido.

Los días pasaron y el dolor fue peor, la ausencia de Alexander era un hueco imposible de llenar, por más que quería olvidar, simplemente no podía… las cosas empeoraron aun mas… su madre se enfermo tras salir en una noche de lluvia, parecía simple gripa, pero con el pasar de los meses, su toz fue aumentando y le cuesta mucho respirar, Christelle la ha descubierto tosiendo sangre, pero esta prefiere no decirle nada.

Con las cosas como están, Christelle le quedo tener que trabajar para ayudar con el sustento de su hogar, simplemente quedaban los ahorros que su padre había guardado y su madre desde la muerte de su padre, no había hecho otra cosa que no fuera buscarle un esposo a christelle. Cosa que ella odiaba, comenzó a ayudar a la joven del cual su padre era tutor, le enseño a perfección el ingles y también le enseño a tocar el violín. un arte básico para ella. Ganaba casi que lo mismo que su padre, pero la enfermedad de su madre sigue avanzando y los medicamentos que pueden ayudarla, están fuera de su alcance monetario.

Actualmente, Christelle sigue como tutora de la pequeña chica, pero no gana lo suficiente. muchas cosas han cambiado. Su madre ha empeorado y le cuesta salir de la cama. Su nana no se ha ido, pero ya ella le ha dicho que no pueden seguir pagando sus servicios. aunque la nana se conforma con un techo y comida, no quiere dejar a christelle sola en esto y menos con la enfermedad de su madre.

Christelle hace mucho que conoce la existencia de seres diferentes. Lo leyó en varios libros y justo ahora tiene la idea de vender su sangre a algún vampiro. Cuentan los rumores que muchos de ellos pagan muy bien, pero que otros suelen tratar muy mal a las personas, o simplemente vaciarlas completamente, por esta razón le da miedo someterse ante una propuesta así, sin saber la realidad de cada ser.