Where are you? (Katheryn)

por **Cam Rohan** Sáb Jul 17, 2010 5:46 am

Al final iba a darle a ese estúpido traje en el que me gastñe una fortuna más uso del esperado. Ataviado de esa forma y debido a mi mestizaje de blanca y gitano, podía pasar por un ricachón más. Suspiré y sonreí paseando por la calle observando como algunas damas en edad de merecer se fijaban en mí. Qué pena que nunca pudiésemos tener más que un simple intercambio de miradas prohibidas. Si alguna era atrevida, quizás algo más. Pero de matrimonio nada.

Llegué frente al hotel Des Arenes y me detuve en la puerta. ¿Cóm iba a hacerlo? Entré y me acerqué a recepción. Por el camino vi a un botones con un gran ramo de flores. Me acerqué con una sonrisa.

-Espere, bbuen hombre, yo le echo una mano. Lleve usted las maletas y dígame el piso donde he de ir.

El joven botones me las tendió agradecido y me indicó un piso que olvidé al instante. Me dirigí a recepcion con una ancha sonrisa y le guiñé un ojo al hombre que estaba sentado.

-Vengo a ver una bella señorita...-le indiqué- Ha llegado recientemente y es mi prometida.Tiene una hermosa piel olivácea y unos ojos bellos y oscuros. Además de una melena también oscura.

El hombre me miró con suspicacia.

-¿El nombre de la dama?

Me quedé en blanco. No sabía el nombre de la vampiresa y en ese sí que no podía mentir. Sin embargo, Dios intervino a mi favor por que de repente aparecieron sus dos lacayos quejándose de que tenían que ir a buscar no se qué que la señorita Rowle había dejado en recepción. Sonreí al hombre y dije:

-Madame Rowle.

Cuando tuve el piso y el número de habitación me dirigí allí con rapidez

por Invitado Sáb Jul 17, 2010 6:42 am

Estaba alterada, me había despertado ( si es lo que lo puedo llamar de alguna forma ) de mal humor, estaba descansado cuando en el piso de al lado estaban haciendo obras, así que nada de descansar, me di un baño frio, y colocándome todos los paños, y el corsé, estaba esperando a que mis dos criados me trajeran las maletas para poder cambiarme de vestido. Hará unos 10 minutos que se habrían marchado así que salí a la terraza sin importarme que algún humano me viera en paños menores. Me quede impresionada de las grandes vistas, mirando a lo lejos la torre eifel, era un monumento curioso y digno de admirar, aunque en realidad me estaba gustándome mas italia, se comía mejor aunque apenas había pisado los pies por esta ciudad, algo me decía que aquí sería bastante interesante vivir. Llamaron a la puerta así que me encamine rápidamente abriéndola, para después girarme tan rápido que no me fije en que el que le acababa de abrir era el mismo gitano que finalmente me había traído hará unas horas. – Dejarme las maletas encima de la cama, rápido –ordene con rabia aunque me di cuenta de ese olor tan peculiar que había memorizado, no podía ser. Me gire rápidamente incrédula al ver al gitano en mi habitación, aunque en realidad no me importaba que me viera en corsé, es mas, me gustaba pasearme así.
-Se puede saber que quiere? –dije volviendo a la puerta y asegurarme que esta bien cerrada, después me gire y me acerque peligrosamente al gitano, con las manos detrás de la espalda, caminando en circulo por su alrededor, no estaba nada mal ahora que iba trajeado podía pasar perfectamente por uno de los ricos que se hospedaban en este hotel. La verdad es que el traje le sentaba bien, estaba bastante atractivo. Pero como ha descubierto mi habitación? Enarque una ceja molesta, que pensaba que era yo? Acabaría muerto antes de que cruzara esa puerta de nuevo.

por **Cam Rohan** Lun Jul 19, 2010 7:11 am

Con una sonrisa de lobo le tendí el ramo de flores. Casi parecía un caballero vestido de esa forma y haciendo lo que estaba haciendo. Pero sólo casi. Me quité el sombrero y lo lancé al cómodo sofá más cercano a mí.

-Supuestamente eres mi prometida-dije encogiéndome de hombros. Cogí la tarjetita que pendía del ramo y leí-.Pero creo que a Madame Christensen no le hará mucha gracia no recibir las flores de su esposo.

Deposité las flores en una mesita y me quedé mirando a madame Rowle largamente. Luego con un suspiro procedí a mi petición.

-Necesito su ayuda, Madame. No es fácil encontrarse con un vampiro y ya que sé donde se alojaba usted, he decidido que quizás podría ayudarme-la miré-. Sé que hay infinitas posibilidades de que acabe muerto, pero tenía que arriesgarme. Busco a un vampiro, un hombre. Y necesito sus contactos para hayarlo de nuevo.

Recientemente había averiguado que el asesino de mis padres se encontraba en París. La abuela no había querido revelarme el nombre, pero yo había escuchado a hrtadillas que él se encontraba aquí. Los vampiros tenían una memoria extraordinaria y quizás ella pudiese saber algo acerca del asesintao de mi madre. No en vano, pertenecía a la nobleza inglesa.

-Sé que no tengo nada que ofrecerle a salvo excepto...mi sangre-tragué saliva-. ¿Por qué salir a cazar pudiendo llamarme cuando le apetezca y tener sangre a domicilio?-bromeé.

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