ID: Neîvak Hawk

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Políticamente incorrecto. Irritable, presuntuoso, burdo y tosco. Son algunas de las características psicológicas de este individuo. No es para nada un hombre de alta cuna, más bien nació en el seno de una familia pobre. Ha visto suficiente de los hombres y de como actúan para no confiar lo suficiente en nadie, pero no pierde la esperanza de hacerlo. Muchas veces habla más de lo que debe, dice más de lo que sabe pero a menudo, irrita a la gente. Es fanfarrón como el solo, de buen humor a pesar de todo y trabajador como el que más. Es independiente, porque considera que ninguna mujer, puede hacerle feliz. Aún persiste el recuerdo de su primer y único amor, por lo que el amor no es algo importante para él pero si lo es el sexo.

Se le coge cariño con la misma facilidad con que puedes odiarle. Es rebelde e inconformista ya que busca siempre el punto clave para irritar a las personas. sobre todo a aquellas de altanería y jactanciosas que levantan la cabeza para mirar por encima del hombro.

Es decidido, valiente y audaz. Hace del dolor algo positivo, que le recuerda que debe seguir hacia delante. Le recuerda el dolor que hacen las personas y que debe levantarse y hacerlo frente para sobrevivir. Y eso es exactamente lo que hace. Le da miedo la muerte, en el sentido de la vejez. No le gusta envejecer porque se siente inútil y rechazado, por lo que odia y estima a los inmortales al mismo tiempo.

Neîvak casi nunca habla de su familia y muy pocas personas saben el porqué. Es reservado y desconfía de los hombres por lo que su padre hizo a su familia. James, el padre de Neîvak, era un mercenario al servicio de Inglaterra, que se dedicaba a saquear y robar todo lo que podía de las invasiones o incursiones a las tierras del sur, concretamente en Egipto donde conoció a su futura mujer. Farah. Era de tez arenosa y dorada. Unas facciones marcadas y suaves. Lucía un rostro armonioso y unos labios grandes y carnosos. Como era de esperar James cayó enamorado de esa mujer e intentó casarse con ella, pero debido al lazo matrimonial, todos los hijos que tendrían serían propiedad de la familia árabe y Jamen debía renunciar a todo aquello que creía. Obviamente no lo hizo y se fugó del Egipto, con la que era su mujer, que estaba en cinta. Ninguno de sus amigo aprobó esa unión y eso le hizo tener muchos problemas en el trabajo, llevándolo a la inmundicia y a una clase bastante baja. No tenían dinero, ni familia en la que respaldarse así que ambos decidieron probar suerte en el interior de Inglaterra, en los campos de cultivo cerca de Londres.

La primera hija que tuvieron se llamaba Jasmine. Tenía el porte y el atractivo exótico de su madre, asi como unos ojos negros y profundos. A los dos años después nació Neîvak. Por aquel entonces William Hawk, era un señor mayor, un hombre que había obtenido 36 hectáreas de terrenos en los que cultivar dando asilo y comida a la familia de James, esté hacía lo que fuera por mantener a su familia, pero era algo holgazán y le gustaba trabajar poco o casi nada. Farah nunca se quejó del trabajo y fue una mujer, trabajadora y luchadora por sus hijos.

Los años pasaban y Jasmine ya tenía 18 años. Una joven bastante agraciada, tanto como su madre. Neîvak había salido a su padre, corpulento, castaño pero con los labios de su madre. Era trabajador y dedicado. Atento con su madre y su hermana siempre que su padre se desatendía por las tabernas. El no lo comprendía del todo, pero veía como William trataba con ternura y delicadeza ha su madre, hasta el punto de que parecía sospechoso. . Eran amantes. Eso estaba claro, incluso su hermana Jasmine se lo confirmó.

Neîvak, aprendió a leer y escribir por su hermana y su madre, cuando terminaba de ayudar en el campo, de sol a sol. Había ganado una musculatura considerable y era más alto que la mayoría de los chicos de su edad.

Una noche de verano, como casi siempre. Los gritos de la taberna inundaban la pequeña aldea, los borrachos cantaban al descompas y la música de la cerámica rota era una melodía diaria. James frecuentaba esos sitios, su vejez de hacía evidente por momentos y su genio cada vez que bebía era lamentable. Esa noche Neîvak se encontraba con Elizabeth. Elizabeth era la única hija de un matrimonio inglés que había recibido bastantes honores del conde de Inglaterra. Sus padres eran dueños de producción de comida y lana de primera calidad y muchas veces compraban lo que William les vendía. Neîvak estaba enamorado perdidamente de Elizabeth, pero jamás habían pasado de un par de besos en los que el joven se moría por probar y tocar sus senos. Para desgracia de él era reciproco y los padres de esta le tenían en buena estima. Esa noche cuando Neîvak paseaba con Elizabeth por los campos, no muy lejos de allí, en la casa de William, se escuchó un grito agudo de una mujer. Neîvak se giró movido como un resorte preocupado, no veía nada hasta que decidió acercarse. Elizabeth le dijo que le acompañaría, pero el se quedaba más tranquilo sabiendo que ella, volvía a su casa.

Corrió con la mayor rapidez posible hasta quedarse en la puerta, un hombre de apariencia tosca, ropas ajadas y viejas blandía un cuchillo en dirección a su hermana, su padre sujetaba a su madre impidiendo que esta se acercara y para su sorpresa vio a William, inerte a los pies de los dos sobre un charco de sangre. No podía creerlo.-¿Qué está pasando aquí padre?Suelta a madre- dijo incrédulo mientras sus ojos no se despegaban del asesino, que movia el vestido de su hermana intentando desnudarla- Deja en paz a mi hermana-¡Padre haz algo!- sus voz se quebró casi al punto de llorar y no podía creer lo que sus ojos veían. El hombre se giró hacia el muchacho y sonrió - Ahora esta es mi mujer y puedo hacer con ella lo que me plazca..-Su padre había vendido a su hermana Jasmine, a un sicario. Que matara a William con el propósito de heredar sus tierras. Era evidente que se enteró del adulterio de su madre con William y decidió vengarse. Neîvak no lo permitiría. Dio un paso rápido hacia delante dejando caer el peso de su cuerpo contra el del asesino. Este se tambaleó y cayó al suelo mientras el padre lo miraba con lágrimas en los ojos. Neîvak se levantó y ayudó a su hermana a recomponerse, pero el hombre que blandía la hoja se abalanzó sobre ellos y antes de que Neîvak pudiera reaccionar , el cuchillo se clavó en el vientre de su hermana lo que le hizo gritar de tristeza. Se abalanzó de nuevo sobre el hombre, quedado a horcajadas sobre él y sus puños se proyectaron una y otra vez sobre el rostro de ese. Notaba como le ardían las mejillas por las lágrimas, como su madre forcejeaba con su padre y este tapaba con su mano, la boca y la nariz de la mujer, sin darse cuenta de la asfixia.

Neîvak siguió propinando una paliza al asesino hasta que sus manos y sus músculos no respondían. Notaba que se había roto algún dedo y cuando se levantó era demasiado tarde. Aun sujeta por su padre, Farah. Tenía los ojos abiertos, pero sin vida, no forcejeaba por salir de agarre y su padre se dio cuanta cuando siguió la mirada de Neîvak hacia él- Lo siento...hijo. No sabía que hacer, me engañaba...-balbuceaba cosas sin sentido llorando. su aliento olía a borracho y a Neîvak que no podía contener más el llanto se echó a llorar de rodillas sobre el suelo de la cocina donde había sucedido todo. Pegó un puñetazo a su padre en la cara, tan fuerte que parecía que sus nudillos, ya rotos volvían a romperse. La sacó fuera y se arrodilló llorando, rodeándola con los brazos.

Para el día siguiente, se organizaron los entierros de todos. Humilde, ya que no disponían de dinero y su padre fue preso a la bastilla, donde se organizaría un juicio y más tarde se dictaría sentencia de ahorcamiento.

En el testamento, William dejaba a Neîvak, todas la tierras que poseía, todas sus posiciones eran suyas. Y sin decir nada a nadie, ni si quiera a Elizabeth, decidió marcharse a Francia. Dejó un nota a Elizabeth diciéndole, que no podía quedarse más tiempo allí. Que cogería el primer barco que viajara al continente y se marcharía.

Necesitaba romper con todas esas raíces, así que vendió todo el terreno, la casa y todo lo que había heredado, amasando una pequeña fortuna. Decidió emborracharse durante una semana entera y después compró una villa a las afueras de París que hacía falta reconstruirla. Lo hizo, lo mejor que pudo, compró e invirtió en viñedos y a día de hoy es uno de los mejores vinos franceses que hay.

Con 20 años se metió al ejercito donde aprendió y se ganó el respeto de sus compañeros boxeando hasta tal punto que fue expulsado, azotado y castigado. Le importaba bien poco aquello, había perdido la inocencia y no veía nada bueno en las personas que le hicieran ser a él mejor. Así que saciaba su sed y su resentimiento peleando. Se convirtió en uno de los mejores boxeadores que existen hoy en día.

Posesiones personales: Un anillo de plata, que Elizabeth le regaló.
Otros datos:No le gusta la excentricidad, por lo que lleva una vida humilde y sencilla. Trabaja en sus propios terrenos. Pelea en luchas callejeras y es políticamente incorrecto la mayor parte de las veces. Se cambió el apellido y adoptó el de William, al mismo tiempo que recibió la herencia.