William y Gabriel Braun

por **William & Gabriel** Dom Sep 23, 2012 7:13 pm

WILLIAM & GABRIEL BRAUN

WILLIAM

Nombre: William Alexander Braun
Fecha de Nacimiento: 12 de Febrero de 1778
Edad: 22 años
Raza: Humano
Nacionalidad: Extranjero, Alemán
Clase Social: Clase Baja
Orientación Sexual: Pansexual

GABRIEL

Nombre: Gabriel Alexander Braun
Fecha de Nacimiento: 12 de Febrero de 1778. Muerte: 14 de Febrero de 1778
Edad: 22 años // Raza: Fantasma
Nacionalidad: Extranjero. Alemán
Clase Social: Clase Baja
Orientación Sexual: Pansexual
Poderes: Aparición/Invisibilidad. Ilusión. Teletransportación. Movimiento de objetos/Telequinesis. Permanencia. Corporeidad. Posesión.

DESCRIPCIÓN FÍSICA

Spoiler:

¿Cómo debería ser el cuerpo del fantasma de un recién nacido? Gabriel, a pesar de haber muerto días después de nacer, permaneció mucho tiempo como alma pura, sin saber aún como materializar un cuerpo físico hasta que ya tuvo la edad y fuerza suficiente. Pero al ser gemelo de Will, obviamente su imagen debía ser algo similar y si a eso le sumamos la falta de su propia concepción de un cuerpo adulto, tenemos que el joven fantasma cuando comenzó a formar un cuerpo a los ojos ajenos, no pudo más que tomar como referencia el de su hermano, por lo que en la práctica, ambos van creciendo del mismo modo, siendo gemelos idénticos.

Casi un metro noventa de un cuerpo alemán moldeado a la fuerza por trabajos físicos que Will tuvo que realizar desde que tuvo consciencia de cuál era su lugar, pero que dado que en los últimos años no se ha visto en la necesidad de hacerlo bajo el sol, es que su piel ha retomado aquel matiz algo pálido habitual en sus compatriotas. Todo ello coronado por cabellos castaños bastante claros, que hacen resaltar unos orbes inusualmente azules, prácticamente celestes, de una tonalidad tan clara que incluso llega a parecer frágil a la luz del sol.

Will suele dejarse la barba de un par de días, que le da un aire un poco más ermitaño o quizás de intelectual, mientras que Gabriel suele prescindir de ese detalle cuando forma un cuerpo físico, al igual de los tatuajes que cubren la mayor parte del brazo derecho de su hermano, porque los considera algo personal que no debería copiar, salvo en las ocasiones en que debe hacerse pasar por él para salir de algún lío.

DESCRIPCIÓN PSICOLÓGICA

Wiiliam~

A pesar de ser quien aún está vivo, en su ser más íntimo es una persona solitaria, depresiva e incluso resentida que aprendió desde su más temprana edad que no se podía depender de otros y que frente a las constantes injusticias de la vida el único que se podía rebelar contra ellas era uno mismo, ya que nadie a pesar de sus buenas intenciones podía hacer suyas las causas ajenas. He ahí el porqué de su desencanto por la vida, lo que no implica en ninguna medida algún tipo de tendencias suicidas, al contrario, es ello lo que le ha dado la fuerza y el ánimo para cambiar la situación de pasividad en que vive el mundo.

Desde pequeño tuvo que sufrir el ser desplazado y discriminado por su condición social, bueno, tal vez ni siquiera la suya propia sino la de su madre, por lo que desarrolló un instinto perfeccionista que no se ha desgastado con los años y con el que buscaba demostrar que ni la sangre, ni la clase, ni otras ridículas apreciaciones sociales, podían cambiar la esencia de las personas en su inteligencia y virtudes. Él siempre había sido mucho mejor que los otros niños con que se crió, pese a no tener sus beneficios, lo que también ha influido en su firme convicción por la meritocracia.

Es un rebelde con causa, con una especial inteligencia, en parte producto de una hipertrofia en su memoria eidéctica, que le permite recordar y comprender cada una de las cosas que sus sentidos hayan captado, aun fugazmente, dote que también suele utilizar con otros fines menos nobles, como son los juegos de azar, principalmente cartas, y estrategia. Ambas cosas suelen traerle problemas, ya que si bien cuenta tanto con los conocimientos y la vocación para ser maestro, no soporta mucho tiempo estar bajo la autoridad y reglas de alguien que no sea él mismo, siendo su hermano la única persona a quien generalmente obedece y escucha realmente.

Gabriel~

Siguiendo aquel principio que versa que los gemelos al crecer juntos, a pesar de las particulares condiciones de este par, tienen a desarrollar personalidades opuestas para diferenciarse entre sí, vemos que en Gabriel una persona más tranquila, pacífica y autocontemplativa, que irradia una humildad moldeada por toda una vida de ser poco más que un espectador de un mundo en el que poco podía interferir debido a su temprana muerte. Tal vez por ello es que suele ser el más sensato y con más tacto, ya que pese a no considerarse ni de lejos igual de listo que su hermano, posee una inteligencia emocional mayor.

Creció, si es que a ese proceso se le podría llamar crecer, viendo el sufrimiento de su gemelo y de la gente en general, llenándolo de impotencia y frustración al no poder hacer algo más que simplemente vagar, observar y en algunos casos aconsejar. Motivo por el que apoya las causas de Will aunque no comparta del todo sus métodos, de hecho, muchas veces se ve en la necesidad de controlarlo y detener sus locuras en la medida de lo posible para que estas no acaben por dañarlo y meterlo en problemas.

Pese a ese autoimpuesto trabajo de consciencia, tiene un alma infantil e ingenua que aun ahora añora en vano vivir lo ese tiempo perdido de los caramelos y juguetes, lo que al exteriorizarse le hace sentir un poco ridículo, ya que como buen hermano menor trata en ocasiones de imitar a Will en su madurez y seriedad, pero a diferencia de él es más carismático, sensible y risueño, por lo que no lo pensará dos veces antes de hacer unas cuentas travesuras, a pesar de que después la culpa le lleva a resarcir lo hecho.

HISTORIA

Hay cuentos sobre personas que mezclan su sangre, su clase, al profesarse intensos sentimientos, pero esta historia no es sobre el príncipe que desposa a una pobre pueblerina para volverla la princesa del reino, sino del cruel, déspota y prepotente jovencillo que creyendo tener el mundo en sus bolsillos, se acuesta con la doncella ávida de belleza pero no así de inteligencia. Aquello no tuvo un final feliz, pero la peor parte acabaron llevándosela los frutos de aquel descarnado encuentro.

Corría 1778 y la doncella que trabaja para una de las principales casas en uno de los principados alemanes daba a luz a gemelos, hijos del heredero, no sin grandes complicaciones debido a su corta edad y a los maltratos que aun el mismísimo día del parto la acompañaron. Era su lugar, y nada de lo que hiciera o engendrara cambiaría aquello, pues se lo habían dejado lo suficientemente claro el día en que esa abusiva relación se dio a conocer.

La mujer no sabía si las cosas cambiarían desde ese día, ni tampoco cómo haría para criar a un par de niños siendo mujer soltera. Por lo que en su ignorancia y egoísmo, casi agradeció cuando uno de los infantes enfermó gravemente, muriendo a los dos días de nacido. Una boca menos que alimentar, pensó. Pero fue ese mismo pequeño cuerpecito frío envuelto en unas mugrosas mantas lo que despertó en el alma de quien fuese el abuelo de las criaturas un poco de compasión. El niño crecería como cualquier otro, y la familia principal se haría cargo de lo que fuese necesario y suficiente para ello, no sin restregarle cada uno de los días de su existencia que no era uno de ellos.

Así es como William Alexander Braun comenzó sus primeros años, siendo alimentado y educado como los demás niños de la casa, pero sin gozar de sus privilegios, razón por la que se apartó de toda compañía de su edad y por la que se le veía por ahí jugando y riendo solo, o al menos eso fue a lo que los adultos se lo atribuyeron. Una compañía imaginaria para un niño solitario, una que le ayudaba a sobrellevar el desprecio de su padre y la indiferencia de su madre. Cuando tuvo consciencia de aquello, en su mente comenzó a tomar forma la imagen de un niño idéntico a él y que solía acompañarlo a todas partes. Trató de contárselo a alguien ¿Pero a quién? La única persona que le prestaba algo de atención era su abuelo, pero no podía contarle lo que veía por el miedo a decepcionarlo después de todas las expectativas que había puesto sobre él.

El niño de su imaginación no tenía un nombre, y de esa forma ambos crecieron, siendo cómplices de travesuras hasta la edad en que comenzaba la debida educación. Will no tardó en aprender a leer, escribir y en general a cualquier cosa que le pusieran delante. Pero no dejaba de ser el hijo de la sirvienta que tenía la educación de un noble. Y fue ello lo que gatilló que el muchacho se esforzara por desarrollar aún más esas habilidades para demostrar que podía ser aún mejor que sus primos y hermanastros, incluso trató de enseñarle lo mismo a aquel amigo de su imaginación, que en cuanto consiguió leer las primeras letras pudo responderle a aquello que llevaba años sin ser conocido: su nombre, Gabriel Alexander Braun.

Eran muchachos listos, y el alcance de nombres les causó curiosidad, más aun estando en una edad en que ya tenían la madurez para entender en parte el mundo de los adultos. Entonces fue la primera vez, en que asediado por la ansiedad de conocer la verdad le contó todo a su abuelo, quien perplejo acabó por decirle todo, no sin antes advertirle que no debía contarle a nadie más que ese nombre con que llamaba a su amigo, era en realidad el que le había sido dado a su hermano menor al nacer.

Pasaron muchos años sin tener una explicación plausible para responder a ello, pero tampoco es que la necesitara porque estaba ya bastante agradecido de tener a alguien a su lado, aunque fuese de ese modo, para reconfortarlo y alentarlo en esos momentos en que rendirse parecía ser una opción. Gabriel creció desde la soledad de su hermano, alimentándose sobre todo de las interacciones que habían entre ambos, entre más hablaran, entre más atención se le daba, más fuerte se volvía, pudiendo llegar incluso a mover pequeños objetos, generalmente juguetes.

Crecían al unísono, y ya irían por los dieciocho años cuando su tranquilo y algo miserable mundo volvió a quebrarse. Porque con la muerte de su abuelo, la única persona que los había protegido realmente, se encontraban a merced de su padre, sabiendo que su madre no haría nada para ayudarlos, todo fuese con tal de seguir contando con el favor de aquel hombre. Una de las últimas voluntades del anciano era que el muchacho fuese a una academia, lejos de casa, pero estaba claro que a regañadientes el resto de la familia lo permitió, no dándole ni una moneda de más, solo lo preciso para solventar los gastos de la academia, el resto tendría que arreglárselas él. Y aunque su orgullo trató muchas veces de convencerlo de no aceptarlo, fue Gabriel quien le hizo reconocer que era la única opción que le quedaba.

Ya a los veintiún años, y luego de haberse empapado de conocimientos suficientes que le llevaron a Will a obtener un título de maestro a una extraordinaria y temprana edad, y a Gabriel a volverse un ente independiente que incluso podía comenzar a tomar cierta corporeidad, fue que volvieron a casa a dar reporte de lo avanzado. No se encontraron con un gran cambio, al contrario, William podía sentir aún más desprecio en las miradas de su familia, que insistía en enviarlo a labores en el campo o en los corrales. ¿De qué valía tanto esfuerzo? ¿De qué valía que fuese aún más listo que todos ellos juntos?

Entonces fue que la postura de ambos se radicalizó. El mundo no era un lugar justo, y era así porque la gente jamás se levanta contra aquellos que tiraban constantemente de sus cadenas, jamás se defendían porque no tenían la consciencia de que podían hacerlo. Will comenzó a frecuentar círculos que criticaban, clandestinamente, el absolutismo, siempre acompañado de Gabriel, quien constantemente debía cuidarle las espaldas. Eso hasta que ni esos ideales de revolución le eran suficientes, porque sentía que quienes movían los hilos eran la misma gente decadente y con dinero, pero que se quejaba por no tener un título que le abriese las puertas del mundo.

Fueron esos mismos escarceos, lo que los llevaron a ser echados de ese lugar al que nunca pudieron llamarle hogar. Y buscando un destino, fue que se decidieron por París, la ciudad llena de una naciente corriente filosófica anarquista-individualista, donde aparte de sus actividades ligadas a la consciencia cívica y política, buscaron pequeños trabajos en que Will pudiese desempeñarse como profesor, lo que se les dificultaba por estar él en las listas negras. Por lo que mientras Gabriel vagaba por las miserables calles, en búsqueda de la nada, se encontró con una anciana que podía verlo ¡Podía verlo! Sin que él hiciera mayores esfuerzos por formar un cuerpo más o menos tangible.

Los muchachos, ahora de veintidós años, viven bajo los cuidados de aquella longeva mujer, quien además de proporcionarles un techo, ha intentado corregir a Will y le ha enseñado a Gabriel un par de trucos sobre su condición de fantasma. Probablemente es este el primer lugar al que con propiedad pueden llamarle hogar.

DATOS EXTRAS

- A pesar de que suelen pasar la mayor parte del tiempo juntos, Gabriel ha comenzado a adquirir más independencia ahora que puede manifestarse frente a otros.
- Ambos van creciendo de la misma forma, en parte por ser gemelos y porque Gabriel no tiene otro referente a la hora de hacer que su cuerpo tome cierta forma.
- Will padece de una hipertrofia en su memoria eidéctica, modernamente llamado memoria fotográfica, lo que le permite recordar prácticamente todo lo que sus sentidos hayan captado alguna vez, no obstante, a veces suele fingir que no recuerda a las personas.
- Gabriel se alimenta de la atención de los demás, especialmente de los humanos, por lo que cuando estos se percatan de su presencia y comienzan a tratar con él, lo vuelven capaz de formar a voluntad un cuerpo completamente tangible.
- Will tiene como misión educar a la gente para que se rebele contra los que dice se creen los dueños del mundo, por lo que no se lleva nada bien con la gente de clase alta.
- Gabriel vive con el miedo constante de que su hermano acabe muerto como él, por lo que tiende a ser sobreprotector y más recatado cuando se trata de discutir con la gente frente a la que se muestra.

■ MISS NATASHA @ SOURCECODE ■