Culpable de asesinato (Xander Beckenbauer).

Al final me decante por el morado, el rojo me parecía demasiado llamativo y vistoso para una taberna, el morado sin embargo era discreto y seductor a la vez, justo lo que necesitaba. Desgraciadamente no era una cita lo que tenía precisamente, sino trabajo, uno bastante peligroso a decir verdad. Hacia unos días había aparecido una chica muerta bajo uno de los puentes de París, el caso se había tratado con bastante discreción y tampoco se le había dado mucha importancia, bastantes asesinatos ocurren en las oscuras calles de la ciudad y la mayoría no se investigan...al meno no oficialmente. En cualquier caso, un amigo me había concertado una reunión con un señor vestido de negro que me propuso un pequeño trabajo, localizar al supuesto asesino de aquello chica, según aquel hombre el asesino ya había asesinado más veces pero no se le había relacionado con ninguno de los asesinatos y querían llevarle ante la justicia, pero debido a que era de clase alta no querían levantar revuelo. Así que me había ofrecido una buena cantidad de dinero a cambio de localizar y entregar al asesino, cuyo nombre era Xander Beckenbauer y además era también un cambiaformas. Acepté el trabajo sin problemas (ya que una parte de mis ingresos venía dado por esos pequeños trabajos que no dañaban a nadie y beneficiaban a la sociedad) y me puse manos a la obra. Al parecer, el tal Xander, era un cambiaformas de cuidado; según el hombre que me había encargado el trabajo, era frío, calculador, libertino, egocéntrico...toda un joya. Los siguientes días me dediqué a buscarle hasta que di con él en la taberna, tras varios días constaté que iba a cierta hora y cada cierto tiempo, es decir, tenía una especie de rutina lo cual me venía realmente bien. El único problema era que no sabía donde vivía y seguirle no era una buena idea, al ser un cambiaformas, al igual que yo, las posibilidades de que descubriese que le seguían eran demasiado altas como para arriesgarse y estropearlo todo. Por esa misma razón tracé un plan y ahora me disponía a ponerlo en ejecución.
Me terminé de poner el vestido, con un pronunciado escote y me puse a maquillarme, no solía hacerlo a menudo pero esta ocasión lo requería, necesitaba ser una víctima lo suficientemente apetecible como para que el señor Xander se fijase en mi. El plan era sencillo, solo tenía que conseguir que me llevase a su casa y una vez allí le sacaría una confesión y le atraparía para que las fuerzas del orden lo encontrasen posteriormente. Sabía que era arriesgado y que Xander no aceptaría de buen grado entregarse a las autoridades pero no me preocupaba enfrentarme a él, estábamos en igualdad de condiciones ya que ambos éramos cambiaformas y además, yo ya tenía experiencia en cuanto a peleas y enfrentamientos, además me llevaría una daga escondida en el vestido por si acaso. Me terminé de maquillar, cogí la daga y la escondí entro los pliegues del vestido, cogí una capa fina y corta y me la puse, luego me mire al espejo y respiré hondo, hora de poner rumbo a la taberna.
Las calles estaban silenciosas y medio iluminadas por las tenues luces de las farolas y de las luces de las ventanas de las casas, un viento frío me sacudió e hizo que un escalofrío me recorriese la espalda. Solo esperaba que todo saliese bien y que Xander no diese demasiados problemas...debía de tener cuidado y no subestimarlo, o podría costarme la vida. Pronto llegué a la taberna, justo a la hora planeada, Xander ya debía de estar dentro. Respiré hondo y me encaminé a la entrada, abrí la puerta y entré dentro donde el conocido olor y barullo del local me recibieron. La taberna estaba igual de llena que de costumbre, mis ojos pasearon por el local hasta dar con el objeto de mi visita, nuestras miradas se cruzaron un instante y luego desvié mi mirada y me dirigí hacia la barra con paso elegante, teniendo en cuenta mi aspecto pasaba por una dama de clase alta, lo cual facilitaría la cosas, por supuesto ya tenía en mente un nombre falso para las presentaciones y un par de mentiras más. Me senté con elegancia en la barra y pedí una copa de vino con educación, aquella iba a ser una noche interesante.

Le dirigí una leve sonrisa al cantinero al tiempo que me servía el vino y me miraba descaradamente el escote, no se lo tuve muy en cuenta ya que el vestido que llevaba no era precisamente discreto. Tomé la copa y le di un pequeño trago dirgiéndole una breve mirada a Xander, le había dicho algo cantinero que no logré entender y luego se quedó en silencio, pensativo. Había reparado en mi presencia, eso lo sabía pero al parecer iba a necesitar algo más que mi aspecto para captar toda su atención.
Suspiré y bebí de nuevo pensando en una estrategia, no debía de levantar sus sospechas y parecer lo más convincente posible...Al final me decanté por el papel de dama de clase alta rebelde que se escapa de su casa en un acto de rebeldía y decide hacer alguna locura. Le miré, esta vez más descaradamente, y reparé en que no vestía como alguien de clase alta, tampoco le dí mucha importancia y decidí mover ficha. Me levanté y me dirigí hacia él con una leve sonrisa, me senté a su lado elegantemente y clavé mis ojos en los suyos, desde luego era atractivo y con un aura peligrosa que le daba cierto misterio y encanto a la vez.
-¿Un mal día, messieu?-le pregunté ensanchando un poco mi sonrisa y terminándome el vino. Alcé la copa en dirección al cantinero y vino a servirme más al tiempo que Xander clavaba su mirada en la mía evaluándome, le sostuve la mirada con una sonrisa pícara y esperé su respuesta.