Eâniayl Béziers

por **Eâniayl Béziers** Jue Nov 01, 2012 7:15 am

Eâniayl Béziers

"Vencer sin peligro es ganar sin gloria."

Datos Básicos:

Edad:

Especie:

Facción:

Clase social:

Orientación sexual:

Lugar de origen:

23

Cambiaformas condenado

Nº 5 - 4

Clase alta

Aún indefinida

Occitania

Poderes:

- Sentidos aumentados: Aumento de percepción en los sentidos de la vista, el olfato, el gusto, el tacto y la audición.
- Agilidad y reflejos sobrehumanos: Habilidad para moverse con más soltura por un sitio, utilizando brazos y piernas reaccionando mas rápido que un humano normal.
- Fuerza sobrehumana: Fuerza que supera la de un humano y un animal común perteneciente a la familia que sea.
- Sanación acelerada: Habilidad para curar rápidamente de cualquier lesión. El tiempo de recuperación varía según el personaje. Cuando se trata de balas de plata o fuego pueden morir si las heridas son muy graves.
- Sentido del peligro: Habilidad para percibir el peligro personal. Es una forma limitada de precognición.
Por ahora sólo consigue transformarse en una leona.
- Gran agilidad y habilidad de camuflaje. Pero poca fuerza y resistencia en una lucha cuerpo a cuerpo.

Aspecto:

Es una mujer hecha y derecha, aunque no todo el mundo opine lo mismo. Muchos no le consideran ni siquiera una persona debido a sus marcados rasgos africanos; posee la piel morena, muy morena, “negra” para los “blancos”, tiene el cabello completamente rizado, aunque prefiere alisarlo un poco para así pasar mas desapercibida, aunque sea vista desde atrás. Sus ojos son de color chocolate claro, que se asemeja mucho a la tonalidad de su piel, tanto sus labios como sus cejas son gruesos y bien definidos. Posee un cuerpo atlético, aunque carece de la finura y fragilidad de las europeas, es de pechos turgentes y extremidades son fuertes, mide 1.75 metros, y sus caderas son sumamente anchas en comparación en su cintura. Todo en ella delata sus orígenes, así como su mirada aleonada vislumbra también su naturaleza.
En cuanto a su habilidad de Cambiaformas, es algo de lo que intenta renegar, pero cuando la transformación ocurre; adopta la forma de una leona originaria de la sabana africana.

Personalidad:

Su carácter se asemeja a un volcán en sospechas de pronta erupción, se muestra tranquila y calma en frente de los desconocidos ya que la misma humanidad le ha enseñado a actuar de manera sumisa para no ser maltratada. Más sólo basta con que alguien le dirija la palabra para que el volcán estalle y así se muestre como es; una mujer fiera, con agallas y sumamente competitiva. No teme en decir lo que piensa —siempre y cuando no haya un sacerdote por delante— llegando a ser tan transparente como el agua fresca. Posee una elevada inteligencia y la astucia de los felinos. Es desconfiada y a veces insolente. Disfruta enormemente de los desafíos, siendo competir por sus presas uno de sus mayores placeres, pues no disfruta de la cacería sin un buen adversario de la misma Inquisición. Tampoco le gusta matar, dentro de lo posible, mantiene a sus capturas con vida y por eso es que se le da mejor el área de los espías.
Le ha costado mucho aceptarse a sí misma, tanto por el color de su piel como por su naturaleza sobrenatural, y hasta ahora, su lucha interna entre la aceptación y negación de ambas, continúa siendo pan de cada día.

Historia:

A lo contrario de lo que muchos pudiesen creer, los orígenes de Eâniayl no remontan precisamente a la tierra de los esclavos, más bien es el resultado mal calculado de una romántica historia de amor imposible. Antone Béziers, un importante noble de las tierras de Occitania, creció rodeado de lujos y esclavos, su familia poseía sangre real, y como todo importante aristócrata, su matrimonio estaba ya arreglado desde el mismo momento de nacer. Había ya que comenzar a preparar el matrimonio, Antone y su prometida habían alcanzado la edad casamentera, y para ello se requería de la adquisición de nuevos esclavos.
Alika, una africana recién capturada, fue vendida a los Béziers por su gran habilidad en la crianza de animales, y vaya que se requería de ganado bien cuidado para un evento como aquel, mas Antone supo que se había enamorado en el mismo instante en que la vio bajar del caballo, aún con las manos y los pies amarrados. Evidentemente, se trataba de un amor imposible, pero ocurrió, y a escondidas se veían y profesaban su amor hasta que Alika ya no pudo esconder su embarazo y Antone tuvo que confesarse ante su propio padre. Por supuesto que el patriarca de los Béziers no aceptaría en su familia al hijo de una esclava y que castigó a Alika a golpe de azotes y encierro, con la esperanza de matar a la mujer y con ella al bebé, pero Antone estaba realmente enamorado y huyó con Alika a una tierra lejana en donde ambos pudieron tener a su bebé, pero Alika tenía un secreto, ella era Cambiaformas y ese había sido el único motivo por el cual había sobrevivido a los rigurosos escarmientos.
Eâniayl heredó también la condición de Cambiaformas, y el parto terminó siendo demasiado para Alika quien no resistió allá de los tres días. Antone, destrozado, juró proteger a su hija y entregarle lo mejor del mundo, pero el joven no sabía trabajar en nada más que no fuese a la sombra de su padre y el dinero sólo pudo resistirle por un par de años antes de tener que regresar al amparo de su progenitor.
La niña creció rodeada de lujos, pero siempre oculta a las miradas ajenas y, con el pasar de los meses, Antone tuvo que sucumbir a los deseos de su padre y casarse con su prometida para formar una nueva familia a cambio de que a Eâniayl no le faltase nada. Así fue como la niña fue criada oculta del resto de la gente, con una única maestra particular quien vivía al interior de la casa y era amante de su propio abuelo, quien de pequeña se encargó de hacerle sentir que ese no era su lugar.
Antone tuvo más hijos, todos “blancos” y de la alta aristocracia, pero nunca se olvido de su amada morocha a quien heredó la mayor parte de su fortuna acumulada al momento de su muerte. Eâniayl ya tenía veinte años y estaba completamente educada y en capacidad legal de recibir todo su dinero, así que huyó a Francia, lugar en donde se hablaba su misma lengua paterna, y no fue hasta entonces, en una situación de riesgo para su vida, que su verdadera naturaleza salió a la luz y la leona que llevaba dentro asesinó con fiereza a sus agresores. Al darse cuenta de lo ocurrido, supo que estaba maldita y corrió a la Iglesia para confesar sus pecados y pedir el castigo de la muerte, pero el sacerdote a cargo tuvo entonces una nueva idea...

Datos extra:

Es hábil cazadora, pero no le gusta matar, prefiere entregarles vivos a la Iglesia y que ésta les castigue.
Evita ante todas las cosas, transformarse a su forma felina.
Le divierte arrebatarle las presas a sus propios compañeros, es muy competitiva.
Su nombre es el resultado de la unión de las estrellas favoritas de su madre.
Pretende ocultar su naturaleza, por eso usa armas a escondidas de quienes realmente le conocen.
Está aprendiendo a hablar su lengua materna.

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