Aiden Niniadis

-Nombre del Personaje: Admes Aiden Niniadis {Admes fue el nombre puesto por sus padres pero dada la época decidio cambiarlo por Aiden}
-Edad: 19, real 369
-Especie: vampiro
- Tipo y Nivel Social: Alto
-Lugar de Origen: Grecia
-Fecha de Muerte: aproximadamente el 7 de noviembre de 1431
-Habilidad/Poder: Clarividencia y sanación acelerada.
-Descripcion Fisica:

-Descripcion Psicologica: Aiden es no solo un vampiro poco convencional sino también un joven desquiciado, no es como muchos dirían una persona bipolar, sabe bien quien es el y quien es aquella vocecilla que pretende hacerle hacer cosas malas, son la misma persona. Es platicador y cordial puesto que eso le ayuda en sus propios placeres, le gusta bromear y ser sarcástico de principio a fin, le gusta ver las sonrisas de las personas, y también lo odia, aquella sinceridad a la cual a el le parece haber sido privado. Aberra el falso conocimiento, odia a las personas que pretenden pavonearse por el mundo explicando a los demás lo que para todos es visible, porque a su parecer las palabras están llenas de hipocresía y no se puede confiar en ellas ni en quienes las pronuncian, los hechos antes que las palabras, actuar antes de pensar.

Es un joven hábil pues pese a que no gusta de explayar sus conocimientos los años le han dado mas experiencia que los libros, pareciese tener siempre todo calculado, cada paso, cada parpadeo, le gusta jugar con la mente de las personas, llevarlos a un punto en que ellos piensen que cada acción tomada ha sido incorrecta, porque le fascina escuchar clemencia de los labios ajenos. Matar solo cuando es necesario, el verdadero placer no es terminar con la vida sino ver como esta llega a su fin, si pretende herir a alguien no usara el dolor físico el emocional es mucho mas llenador, no importan los medios, si te quiere ver sufrir, lo hara.

Aun asi y pese a todo ama como cualquier persona, en sus tantos años como vampiro jamás ha llegado a enamorarse pero cree y asi parece que es capaz de sentir aprecio, un vampiro inusual se ha dicho ya. No todas las personas son sus victimas un grave error seria pensar ello, las elige meticulosamente a base de conversaciones, observar, actuar, si no tienes el infortunio de haber caído en su lista negra y por el contrario le has agradado, recibirás el mas exquisito trato de su parte, protege a quienes aprecia y es un romántico, aborrece cualquier muestra de arte, porque como las palabras es falsa. Si le agradas te lo hara saber y si no…reza. Es explosivo si se le llega a sacar de quicio lo cual no con mucha facilidad a ocurrido contadas ocasiones un perdón no serviría de nada, falso, mentiroso, sabe engañar y le encanta.

Es un niño aun, su infancia le fue robada y una parte de aquella inocente mente se mantiene latente en su ser, es aquel lado el que se muestra cariñoso, bondadoso, porque corazón no le falta, dada la ocasión puede llegar a lucir mas humano que muchos vampiros ¿difícil? Quizá. Para muchos un bipolar sin estribos mas el no cree tener varias personalidades ni mucho menos cambiar radicalmente de una a otra, por que todas son el y el son todas, entonces la bipolaridad no tiene cavidad en su ser, no desde su punto de vista.

Asi como tantas otras cosas aberra la soledad por lo que siempre intentara buscar alguien digno con quien pasar tiempo “¿cres en demonios y espejos rotos? Siempre es gratificante creer que hay algo peor que tu en este mundo…”

-Historia:
-Admes- la voz del padre sonaba melodiosa, sus ojos eran hogareños resplandecientes en la mas viva poesía, era un artista y de los mejores, era un pintor, un escritor, un charlatán…si un charlatán porque su arte no era la del corazón sino la de la avaricia, llena de falsedad, falto de moral, hasta la coronilla de mentiras y el pequeño Aiden habia crecido envuelto en toda esa falsedad, habia aprendido a amar el arte pero nadie le dijo que aquello que amaba no eran mas que engaños de su padre, ruin, despreciable.

-si padre- cuestiono el pequeño abriéndose paso tras el vestido de su madre, aquella blanca tela que le permitía ocultarse de las miradas curiosas y ajenas. Un pequeño de palida tez y cuerpo alargado , con el cabello arreglado y el rostro sumido en una desesperación tal que le agobiaba cada que escuchaba aquella voz, la misma que lo obligaba a recitar de memoria la poesía que escribía, los versos vacios, las blasfemias que el mundo creía. Azotaba sus manos con sus pinceles, le obligaba a pintar mientras sus ojos enjuagados en el mas puro llanto no frenaban, le obligaba a recitar cuando sus labios estaban ya agrietados, habia aprendido asi, a odiar el arte y lo que este significaba, mentiras.

-arréglate bien que iremos a una fiesta, pero no como cualquier otra, esta es de adultos, te hare el favor de llevarte- le dijo sonriendo de aquella forma retorcida, siniestra y casi perturbante, casi, ese era el rostro de sus pesadillas.

El favor de mostrarte la muerte de frente y no cualquiera pero para hablar de eso hay que contar desde antes; el pequeño Aiden fue siempre un niño cariñoso, timido en presencia de su padre, reservado, platicador y temeroso del arte, no hacia amigos con facilidad y no porque no quisiera sino porque su padre le mantenía encerrado las veinticuatro horas del dia, habia aprendido a jugar solo, a idear amigos imaginarios, a no caer en la demencia. Aquello habia cambiado con la llegada de una nueva mucama, una mulata que se encargaba de la comida de la casa, era de menudas carnes y caminaba cual pato meciéndose, poseía una hija de palida tez y negros cabellos, de ojos como el cielo y sonrisa de sol, habia llegado a ser su única amiga, la única con quien podia jugar, la única que le comprendía. –ves ese flor alla- le pregunto cierto dia la pequeña señalando alguna extraña flor blanca que se mecia sobre el cristalino lago –la ves- le cuestiono entusiasmada –es lo mas preciado para mi, florecen solo la época de mi cumpleaños y mi mami siempre va por algunos para mi…yo no voy porque no se nadar, seria peligroso-.

Ahora observaba frente a el el palido rostro de su amiga, con las mejillas azulosas y los labios morados, la muerte misma estaba frente a el, intento retroceder, lo intento, pero el cuerpo de su padre le obstruía el camino, le obligaba a permanecer ahí de pie, observando lo que nadie mas quería observar y pensar que su muerte habia sido su culpa; -te amo Cele…y para comprobarlo te dare lo mas preciado que tengo- habia llevado tiempo guardando aquel collar, una reliquia familiar, se la entrego a la pequeña sonriendo ampliamente mientras asentía –tu me daras también algo que te sea invaluable…¿me lo juras?-


Los años habían transcurrido ya, un joven platicador, bromista, que aberraba el arte, que aberraba a su padre era lo que se habia hecho de aquel pequeño, con dieciocho años no albergaba en su corazón mas que odio y en su mente una y otra vez la idea de la libertad se abria paso, le tentaba carcomiéndole los nervios, solo una noche en soledad fue lo que necesito.

-Admes…repite la poesía…te la habías aprendido ya- sus ojos parecían irradiar enojo - ¿es acaso que niegas lo que eres? Lo que eres no lo puedes cambiar, no puedes cambiar lo que te has hecho, todo esta escrito Adrien- exclamo andando hacia el hasta el balcón, donde el joven parecía ensimismado en su mundo de fantasias.

-¿Qué acaso no puedes callarte? – le cuestiono en un gutural sonido que mas pareció un arranque de ira, sujeto a su padre por el cuello empujándolo a la nada, asomo el rostro observando como sus parpados se cerraban, escuchar aquel sonido tan propio de los huesos al crujir habia soltado algo en el, algo que nadie seria ya capaz de encerrar nuevamente, una cinica sonrisa surco sus labios, al fin libertad, su libertad.

El dia del juicio habia tenido lugar días después, asesino, asesinado, asi era la ley, se encontraba pues de frente al gentío, con las manos sujetas con una cuerda y cubierto con ropaje blanco, se mantenía de pie en una trampilla con una soga al cuello, respiraba tranquilamente, todo estaba controlado, su cuerpo habia quedado colgando algunos segundos antes de olvidar, morir, ¿morir? No estaba muerto y en efecto se sentía mas vivo que nunca, con una sed escociéndole la garganta y agrietándole los labios, estaba solo, nuevamente.


Sus años como vampiro no son mucho mas interesante, aquella demencia creció en el, aquel anhelo de amor callado, dada la ocasión tuvo un vástago, a quien cuido y enseño todo lo que el sabia pero que, por azares del destino habia terminado hecho cenizas bajo los rayos del sol, por culpa de una puerta con seguro y una llave que se encontraba en su bolsillo…


-Datos Extras:
-Sabe tocar el piano, la música es la única muestra de arte que no aberra
-Conoce lo que desprecia, es capaz de entablar una conversación de arte con el mas culto de los hombres
-Habla mas de ocho lenguas incluyendo algunas muertas

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