Markus Damnare

-Nombre del Personaje: Markus Damnare. “Markus, como San Marcos”, -le dijo nombrando que entre aquellos trapos viejos había encontrado el símbolo del león alado del evangelista, y -“Damnare, que significar condenar en latín”, -por aquel papel que también le habían encontrado entre sus ropas, donde había firmada y escrita una condena en ese idioma.
-Edad: 26 años
-Especie: Humano Piromante (Desconoce ese potencial en su interior, solo sabe que cuando pierde el control o se somete a un estado anímico extremo provoca fuego).
-Facción a la que pertenece:
-Tipo, Clase Social o Cargo: Clase media
-Orientación Sexual: Heterosexual
-Lugar de Origen: Lo desconoce
-Habilidad/Poder:----

"CADA UNO ELIGE LA MASCARA QUE LLEVA... PERO TAMBIÉN EL MONSTRUO QUE SE ESCONDE TRAS DE ELLA"::

.

El tener un pasado que ha quedado emborronado como una mancha oscura y oculta en algún rincón de su cabeza ha hecho que no tenga demasiadas miras para el futuro y que su gran obsesión sea recuperar lo único que recuerda en el pasado. Por ello su vida no ha dado mucho avance y la obsesión por saldar su deuda le ha hecho quedar estancado. Una vida solitaria, no suele dejar que nadie permanezca demasiado en ella, su vida social se reduce a aquellos que rodean a su señor y porque no tiene más remedió que relacionarse con ellos, a pesar de que no tenga mucho interés por abrirse paso a en ese mundo.
No se sienta atado a nadie, bastante distante con los demás, puede llegar a ser algo frío o arisco, repele el contacto físico, a excepciones.
A veces demasiado cortante y sus métodos pueden llegar a ser no muy suaves, aunque se reserva en cortesía.
Es reflexivo y suele tener temple ante el control de sus sentimientos, ya que más le vale sino quiere provocar algún incendió accidentado. Arriesgado, no teme el peligro todo lo contrario, esa sensación le hace recordar que esta vivo y que tiene una causa.
Tiene el don de la interpretación, no solo puede llegar a ser camaleónico con su aspecto físico, tiene la capacidad de interpretar un papel y clavarlo. Muchas veces usa de éste recurso para las peticiones de su señor.
Es algo orgullo, e incluso podría decirse que vanidoso, eso le lleva a tener una seguridad y firmeza en sí mismo que es difícil de romper. Solo hay un par de cosas que puede hacerle tambalear con respecto a esta actitud..

Sus palabras le ensordecían los oídos...
Aquel sonido se había vuelto insoportable para su cabeza embotada…
Sus manos temblaban por el odio y se convertían en puños para contenerse...
Varios disparos, unos caían a su lado dentro la de la fila creada, otros se retorcían de dolor y a muchos no les había dado…
Otra vez volvía a ponerse a cargar el armamento entre la cortina de humareda….
Algo había decidido perforar su piel y ahora ríos escarlatas brotaban a través de sus ropas…
Era extraño, no había dolor pero su cuerpo enervado latía con fuerza amortiguando a su propio corazón…
Y de repente el barco se vio rodeado por las llamas...
Una explosión tras otra y los gritos se hacían inconfundibles...
El mundo se había vuelto confuso y el mar le devoraba empujándole hacía su interior...
Los pulmones se comprimían inútiles para tomar aire...
Sus brazos y piernas no respondían a las órdenes de su cabeza...
Las aguas le aplastaban dolorosamente...
Su cabeza estaba a punto de estallar por aquella fuerza atronadora...
El abismo le hacía caer a la oscuridad...
Unos últimos pensamientos, para ella...
La vida en realidad era tan poca cosa...
Se había cansado de luchar...
Hasta que...



...sus brazos le aferraron con fuerza, devolviéndole así, de su último aliento...



Ese fue el último recuerdo que pudo tener aquel hombre de su anterior vida, sumado con el nítido rostro de una mujer que le esperaba. No sabia cuantos días habían pasado, y si solamente había sido día, había perdido la noción del tiempo por completo, pero de algo estaba seguro, estaba vivo aunque destrozado. Su mente vagaba en una especie de niebla que había devorado sus recuerdos, no había más vida que la que el futuro le mostraba; sus piernas no respondían a sus órdenes, había olvidado como se caminaba; su lengua se movía en el fondo de su boca buscando pronunciar palabra alguna, pero se había olvidado de su lengua. Alguien que hablaba la lengua de aquella tierra desconocida le dio un trozo de papel y una pluma, y una cita por su cabeza paso, escrita quedo solamente en letras extrañas...

“Τί ούτω μαίεται, ó βούλεται τη Μοîρα μάχεσθαι;”

… de un país extranjero al que no pertenecía pero parecía debía de conocer.

-”¿Quién esta tan loco para querer luchar contra Moira?” –Leyó las extrañas letras escritas en griego, aquel hombre que con su primera mirada le produciría escalofríos. Por sus ropas y su porte debía de ser alguien importante y rico. –Una lengua que entiendes, pero que no te pertenece.

Y ahí comenzaría todo, las preguntas escritas en aquel idioma comenzaría a formularse, mientras él volvía a empezar de cero sin memoria, sin recuerdos, debiendo de nuevo aprender a caminar y a hablar, siguiendo los pasos de un recién nacido.

Aquel hombre le contaría que se encontraba en Francia y que su barco se había topado con aquel infierno creado en medio del mar, el único superviviente había sido él. También le contó que lo habían encontrado medio muerto y que llevaba tres semanas dormido, luego fue él que formulo las preguntas, le pregunto si recordaba quien era, lo que por escrito negó. Por lo que un nuevo nombre le dispuso: “Markus, como San Marcos”, le dijo nombrando que entre aquellos trapos viejos había encontrado el símbolo del león alado del evangelista, y “Damnare, que significar condenar en latín”, por aquel papel que también le habían encontrado entre sus ropas, donde había firmada y escrita una condena en ese idioma."

¿Papel? Si, las preguntas con respecto a ese papel se iniciarían cuando Markus cobró el habla y la salud por completo, ya había comenzado a llamar a aquel hombre que tanto tiempo invertía en él, “amo” o “señor” cuando se inquietaba por saber de su pasado. Estaba seguro de que aquel papel, más otras pertenencias que desconocía pero que sabía que poseía, le dirían quien era, y así se lo afirmó su Señor. Pero este nunca llegaba a revelarle nada, es más, siempre le recordaba que tenía una deuda con él y que ahora le pertenecía, era su esclavo. Toda deuda debe ser saldada y la libertad debía de ganarse por otros medios.

“Desertor, delito de sangre y condena…” Eran las pocas palabras que le había nombrado de aquel papel, aquel hombre solo le dio una pista diciéndole que posiblemente hubiese sido soldado o algo similar, siempre lo ponía todo en duda. Y no lo ponía en duda, ya que pronto Markus descubriría que lo suyo eran las artes en el combate y el manejo de sus armas
Por ello terminaría convirtiéndose en la sombra de aquel hombre, su fidelidad iba acompañada con la esperanza de que, con trabajo mandado, le revelara algo nuevo sobre el papel o le devolviese algún objeto que portaba encima en el naufragio, alguna pista le daba pero nunca era suficiente para calmar aquellos sueños fragmentarios de un puzzle en su pasado que se hacía incognoscible.
Las promesas de su Amo siempre iban vinculadas con su pasado, de algún modo lo tenía en una clase de tira y afloja, pero al parecer no existía interés de soltarle sobre todo cuando quedo descubierto que el incendio de su barco probablemente lo hubiese provocado el mismo Markus, ya que, cuando la ira lo poseía era capaz de provocar miles de infiernos con su fuego, “No sabes el potencial esta latente en tu interior…” Siempre le nombraba, como si el supiera todo sobre él como si lo conociese desde que había nacido, pero nunca había respuestas y nada quedaba claro, así que eso le llevo a pensar a Markus que no solo lo retenía por su eficaces servicios, algo más le interesaba de él a su Amo, y algo le ocultaba, pero ¿el qué?

Con el tiempo la esperanza quedo desencantada, y Markus se acomodaría a aquella vida de autómata, ya que… Sin un pasado ¿qué otra vida le quedaba?
Así no solo se había convertido en el esbirro de aquel hombre extraño y que le producía escalofríos, también en su mano ejecutora, su verdugo.

♦ Markus esta seguro que su país de procedencia debe de estar junto al mar, ya que le encanta.
♦ Estuvo más de un mes sin despertar cuando lo encontraron medio muerto entre los restos de un barco en llama.
♦ Conserva una cicatriz de un balazo cerca del corazón.
El estar mudo por tanto tiempo le ha vuelto una persona muy silenciosa y poco conversadora.
♦ A pesar de que aprendió de nuevo a hablar correctamente a veces comete el error de pronunciar ciertas palabras.
♦ Cuando escribe suele hacerlo en griego.
♦ No hay ni una noche en la que sus pesadillas se mezclen con sus sueños y donde fragmentos del pasado se confundan con premoniciones de un futuro (no es consciente de ese poder).
♦ Cuando algun recuerdo o imagen efímera pasa por su cabeza suele anotarlo rápidamente en unas páginas que lleva siempre encima.
♦ Su amo tiene varias posesiones que él llevaba encima: dos anillos, una obra de Sófocles escrita en griego (una cita de éste ejemplar es lo primero que escribió al despertar), un uniforme de soldado, unos trapos rotos con un León alado, un sentencia escrita en latín...
♦ El libro y el uniforme de soldado es lo único que su amo le devolvió, de lo demás no sabe de su existencia o simplemente ha quedado como algo nombrado.
♦ Posee un gran conocimiento y destrezas en todo tipo de armas y combate.
♦ Posiblemente antes del accidente fuese alguna especie de soldado o similar, ya que en su sentencia ponía claramente en latín “desertor”.
♦ El único rostro que recuerda de su pasado es el de una mujer joven,"Irene" él esta seguro que ella es o era su prometida o esposa.
♦ Su amo es un hombre poderoso en Inglaterra, se mueve en las altas espera y es aficionado al juego de la conspiración. Markus es su mano ejecutora entre las sombras y gracias a él también se mueve de un modo menos visible entre ese tipo de sociedad acomodada y sin faltas.