Ha iluminado la luna llena [Stephen]

La noche finalmente había caído. La luna llena se posaba sobre la ciudad de Paris iluminando con su melancólica y radiante presencia. Tantas historias de amor y relatos e historias magníficas en relacionadas con la luna llena, siendo que durante las noches de estas, las mas crueles bestias despiertan para asesinar despiadadamente a cualquier ser que se les cruce en el camino, para luego simplemente despertar sin saber que fue lo que ocurrió. Me avergüenza decir que hace unos 200 años yo fui uno de esos animales. Y aun que claro, ahora podía contener mi instinto y la transformación, no podía impedir tener que salir a recorrer los oscuros pasajes de la ciudad y quizás donde mi naturaleza era más necesitada, en el bosque.

Vestí mis prendas de costumbre, una camisa blanca y larga, y el resto un traje negro. Tomé mi sombrero y me lo coloqué, revisé mi bastón asegurando que su daga estuviera en buen estado y luego me dispuse a salir.
Al encontrarme ya en las calles, la luz de la luna iluminó mi cuerpo dándome una gran satisfacción, pude sentir un sutil escalofrío en mi cuerpo, algo que siempre sucedía con esta luz, solo que ahora la bestia en mi estaba domada, no asi como la de los otros desgraciados que ya podía oír aullar a la luna. Sonreí plenamente al escuchar el sonido de la muerte en esos aullidos, la tierra se teñiría roja.

Mi camino era fijo, el bosque. Mi caminata era tranquila pero rápida. No me tomaría mucho llegar al bosque, solo estaba a unos diez minutos caminando, cosa que yo disfrutaba. Los golpes de mi bastón resonaban en las calles vacías, un eco como cual novela de terror. Como era de esperar, uno par de humanos asaltantes comenzaron a asomarse con sus típicas intensiones, pero bastó solo con darles una mirada para que entendieran el peligro al que se sometían. Claro, comenzaron a retirarse con sigilo, pero para mi goce, en un rápido movimiento los sobrepasé, teniendo mi daga desenvainada y el cuello de ambos cortados. Sonreí plenamente y miré a la luna. - Para usted - susurré haciendo una reverencia.

Adentrado al bosque solo me quedé ahí disfrutando del silencio de la noche. La luna iluminaba los árboles y a mi, la sombra dada por esta era plena, un placer para cualquier hijo de lobo.
Tomé un profundo bocado de aire y suspiré con satisfacción. Tomé mi bastón y saqué mi daga aún ensangrentada. - Lo siento, olvidé limpiarte - Dije sonriendo con tranquilidad.
Enterré el cuerpo del bastón en la tierra y saqué un pañuelo para comenzar a limpiarlo. Mi oido reaccionó al sonido, miré por mi hombro notando la silueta de alguien. Suspiré, pero mantuve mi sonrisa. - Que inoportuno... - Dije. No me preocupé de ocultar la daga, después de todo, ya sabía que habría reconocido que era.

Aquella noche...me había despertado con una sensación extraña en todo mi cuerpo, sentía que algo extraño ocurriría ese día si salía de mi hogar pero de todos modos no podía darme el lujo de quedarme ahí encerrado, comenzaba a tener sed y sabía perfectamente lo que ocurriría si dejaba pasar mucho tiempo así. Me levanté de forma lenta de la cama ya que nada me apuraba, me cambié de ropa y salí de mi habitación.

Al bajar las escaleras no vi a ningún sirviente, cosa que me pareció aún más extraño pero preferí no prestarle mucha atención y seguir mi camino dirigiéndome a la salida de la finca. Una vez afuera el carruaje estaba solo, solo seguía un extraño instinto dentro de mi que me guiaba a un lugar en especial. Era demasiado curioso como para hacer caso omiso a ese sentimiento por lo que seguí mi camino tomando el carruaje y decidí conducirlo yo mismo. No le exigía mucho a los caballos, iban solo al trote ya que no estaba apurado en llegar a mi destino.

Ví como pasaban los distintos paisajes por mi lado, fijándome en cada animal que se asomaba curioso preguntándome si sería prudente alimentarme de ellos o no, pero lo había hecho hace poco por lo que necesitaba si o si sangre humana. Seguí avanzando con cautela hasta que sentí sangre humana, no pude evitar sobresaltarme porque no había ningún olor a vampiro por ahí cerca. Me bajé del carruaje para inspeccionar los cadáveres dándome cuenta que no había sido un vampiro el culpable de esto, sino que un licántropo - Extraño...¿Por qué no los atacó el mismo? - Me pregunté. A pesar de no agradarme la idea bebí un poco de sangre de ambos cadáveres ya que no conocía al posible ser con el que me encontraría.

Me subí al carruaje nuevamente y seguí el camino que mi intuición me decía hasta sentir nuevamente el olor a aquél licántropo, dejé el carruaje en un lugar seguro y miré la luna - Mal momento para encontrarme con un licántropo - Pensé apretando mis labios, pero ya estaba ahí, vi su daga y escuché lo que dijo, pero no me inmuté. No valía la pena hacerme el tonto con lo de su existencia, ambos sabíamos a lo que nos enfrentábamos ya que después de todo nuestros olfatos nos ayudaba en eso - Así que has sido tu...el responsable de esos asesinatos - dije de manera tranquila con mis manos en los bolsillos pero altamente alerta, estaba preparado para cualquier reacción de aquél ser.

Mi vista se clavaba en la persona que aquella noche me haría compañía. Una sutil sonrisa nacía de mis labios al verlo acercarse. Mi olfato ya me decía fielmente quien, o al menos, que era, por lo que asumí que el ya notaría mi naturaleza.
Me volteé a el sosteniendo la daga ensangrentada con una mano y el pañuelo con lo otro. - Y me has seguido justicieramente? - dije con una pequeña risa. - Pero no lo creo... - Contesté luego a mi propia pregunta. Lo miré simplemente con una sonrisa calmada. Era divertido ver como un vampiro perseguía las acciones de un licántropo. Quizás era un juego más, lo que me entretenía. - Dudo que me hayas seguido por beber un poco más - Dije estirando mi mano hacia él con la daga ensangrentada. - Pero tampoco creo que lo hagas, después de todo... No lamerías de esto - Reí un poco para mi. - Pero lo que me causa gracia...- continuaba hablando con calma y gracia. - Es que me has seguido, intrigado por el asesinato... Siendo que has sido cómplice - Terminé diciendo con mi sonrisa aumentando un poco más.
Sacudí un poco la daga y luego limpié la sangre de esta con el pañuelo. - Sabes a lo que me refiero ¿verdad? - Dije con un tono burlón, para luego pasar el pañuelo cerca de mi nariz. - Este olor... Ese olor de la sangre fresca humana, recién derramada... - Le dí la espalda tranquilamente y coloqué la daga en su correspondiente lugar para luego sacar el bastón de la tierra y volverme al vampiro nuevamente. - Se emana de tu boca de forma tan clara como en este pañuelo....

Jugué con el bastón un poco entre mis dedos para luego posarlo sobre la tierra una vez más manteniendo mi mirada fija en el "joven" vampiro frente a mi. Dejé que el bosque mismo hablara unos segundos, resonando el viento entre las hojas y las bestias liberadas por la luna. Sabía a lo que me enfrentaba, el lo sabría también. La idea de pensar en una posible batalla épica entre dos criaturas sobrehumanas como nosotros, solo me hacía sentir... gusto. Caminé tranquilamente en "mi espacio", actuaba precavidamente, después de todo no sabía tampoco de que sería capaz el vampiro, por lo que mantener mi terreno fijo era lo ideal.

- Dentro de lo ideal esperaba encontrar un licántropo... No un vampiro - Pensé para mi mismo. Después de todo, me parecía extraño que un vampiro saliera de noche de luna llena a merodear por ahi, más buscando un licántropo, dado que es ahi cuando son más fuertes que lo normal. Observándolo intenté hacer un rápido análisis de él, lo que no era muy complicado. Su posición demostraba confianza en lo que hacía ahi, pero su voz era precavida, aun que no se si sería muy tonto o muy valiente o muy desinteresado como para ir a la siga de un licántropo. Si era suficientemente inteligente habría notado que no fue un licántropo normal al no estar transformado con la luna llena. - Ahora es cuando me pregunto... - dije tranquilemente. - Si no vienes por justicia, ni por venganza... A que vienes? - Terminé por preguntarlo, ya era extraño mantenerlo así nada más. - Por que si has venido solamente a cazarme para el gusto de los tuyos...- Enterré el bastón en la tierra una vez más y me apoyé en él - Tendré el gusto y placer de defenderme ante todo... -

Sentí su vista clavada en mi a lo cual respondí con una fugaz mirada y una sonrisa irónica. No le di importancia alguna ya que rápidamente comenzaba a comprender al tipo de licántropo que me enfrentaría, por así decirlo. La noche se volvía interesante y medianamente entretenida, ¿En qué terminaría este encuentro? Claramente no lo sabía pero si tenía en mente no salir muerto de esto, y así sería.

Vi como se volteaba con la daga ensangrentada, acababa de comprender el cómo había matado a aquellas personas. Escuché con atención su comentario burlón y no pude evitar soltar una carcajada sin tener intención alguna de responderle, además no era necesario puesto que el mismo se contestaba. Comencé a caminar al rededor de él sin dejar de prestarle atención, mi sonrisa no se iba de mi rostro y tampoco luchaba contra ella, ladeé mi cabeza al escuchar que era cómplice - Tal vez tenga razón monseiur, pero tampoco vengo en un acto de justicia ni mucho menos - Comenté encogiéndome de hombros - Más bien me causa cierta curiosidad el saber la razón por la cual lo hizo, me doy cuenta que no lo hizo por alimentarse como yo - miré sus ojos intentando buscar respuesta en ellos.

Observaba sin interés el cómo limpiaba la daga para luego enfocarme en la luna llena, no entendía bien la razón por la cuál aquél licántropo no se había transformado aún o atacado, había escuchado de seres que podían controlarlo pero significaba ser mayor. Sacudí mi cabeza para restarle importancia pero no podía negar que algo en él alimentaba mi curiosidad. - Por su puesto que entiendo a lo que se refiere, no me tome como un tonto - Estiré mis brazos y luego volví a esconder mis manos en los bolsillos y una vez que terminé de escuchar lo de la sangre, una carcajada salió de mis labios - Oh vaya, no creo que le sorprenda ya que ambos sabemos lo que somos, tampoco soy tan confiado como para encontrarme con un licántropo en luna llena sin haber cenado, ¿no cree? - Hablé con cierta indiferencia, poco me importaba lo que el realmente pensaba.

El silencio que se provocó luego de aquél diálogo me hizo sentir un tanto incómodo, pero en mi forma de actuar solo reflejaba paz y calma, algo típico en mi. Me daba cuenta que actuaba de forma precavida, al igual que lo estaba haciendo yo. Comenzaba a preguntarme en qué pensaba y me tentó leerle la mente, el hecho de enterarme de una batalla entre ambos me hizo reaccionar y ponerme más alerta, después de todo estaba junto a un enemigo poderoso. Confiaba en mis habilidades y no me llamaba la atención pelear contra él, además que el lograr sacarme de quicio también era una tarea difícil.

Tal vez quedaba como ingenuo al atreverme a salir en luna llena, pero ya habían pasado demasiados años cómo para sentir miedo ante tales criaturas, sobre todo si lo que generaban en mi era curiosidad. Estaba conectado a mi al rededor, no había animal que se moviera sin darme cuenta. No sabía si el estaba acompañado, pero por lo que me daba cuenta que era de los tipos que prefería ir solo y no ser molestado. Tenía una mirada analítica en él, si bien no me era complicado analizarlo no me confiaba, me distrajo otra vez su voz por lo cuál lo miré a los ojos con atención de manera seria, las ganas de reírme volvieron cuando lo terminé de escuchar pero esta vez pude aguantarme sin problemas - Lo siento, supongo que soy solo un tonto vampiro suicida - comenté en broma burlándome de mi mismo - Debo admitir que me causa curiosidad el que no me haya atacado aún monseiur y aún más el hecho que no se haya transformado - junto al terminar me encogí de hombros con una sonrisa en mi rostro - Y no, no vengo a cazarlo ni nada por el estilo, eso ya lo verán otros tal vez, a mi no me interesa - miré fugazmente su bastón para luego mirarlo seriamente a los ojos - Pero le digo lo mismo, si intenta atacarme también me defenderé... - ladeé mi cabeza y luego le di la espalda observando un árbol cercano - Lo siento no me he presentado, qué mal educado...Mi nombre es Stephen Windsor, monseiur - sonríe ante lo irónico y tonto que sonaba el presentarme, pero no le di importancia - Y me pregunto cuál fue la razón por la que mató a esas personas - suspiré y miré al cielo, aunque fuera un vampiro no me agradaba matar a la gente.

El vampiro era precavido, sus miradas hacia otros puntos eran fugaces, pero siempre estaba atento a cualquier movimiento que yo fuera a realizar. Era interesante ver el encuentro entre dos razas de ya centenares de enemistad y aún no se han atacado mutuamente. Quizás yo era muy desinteresado a ello y él muy tranquilo para ello, aún que claro, el deseo de poder pelear era increíble, pero como siempre, no sería yo quien iniciaría la batalla. Quizás debería provocar un poco más al vampiro, pero nuevamente eso iría en contra de mis principios, quien primero lanza la piedra, es el que muestra la debilidad, y no sería yo ese.

Escuchándo sus palabras, me convencía cada vez más de su naturaleza y mantenía mi sonrisa tranquila y un tanto burlona. - Si esperaba encontrarse con un licántropo en luna llena, unas cuantas lamidas no habrán bastado, diré, ehehehe- contesté a su pregunta retórica, para luego quedar en un intenso silencio. Usando una de mis habilidades, pude ver todo lo que él veía, mantenía su mirada en mi, evitaba mirar otros puntos, pero era claro que aún así se preocupaba de que estuviera en manada o con algún acompañante. No tendría por que dar respuesta a ello, el mismo se daría cuenta de que no era así. Estaba lo suficientemente desarrollado como para entenderlo, por lo que dejé de usar mi visión remota.

No recordaba ya la última vez que enfrenté a un vampiro en combate, debió haber sido hace unos cuantos años atrás, y estando aquí ya era la prueba de que sobreviví a él. Era bueno, si, aun que mi actitud pasiva era clara, el combate mano a mano siempre fue mi gran fuerte, por lo que estar solo era fácil para mi.
Esperaba tranquilamente las respuestas del "joven" vampiro, quien también demostraba una enorme paz y tranquilidad. No se sentía intimidado por encontrarse conmigo, de ser así ya lo habría sentido y su valentía me agradaba. Aún asi, en esa valentía, tampoco se encontraba odio ni resentimiento.

Una de sus irónicas afirmaciones, me causó gracia soltando una risa curiosa. - Un Vampiro suicida ¿eh? Es acaso que ya se ha aburrido de la vida eterna y busca la manera desesperada de desprenderse de esta? ehehehehe - dije de manera un tanto burlona, después de todo, era una estúpida pregunta para una estúpida afirmación. Pero lo que me causó sorpresa, si es que así se podría llamar, serían sus palabras a continuación. Hice un ademán con mi bastón entre mis dedos y luego simplemente sonreí -Oh, no, no se preocupe, caballero, la transformación solo ocurre en el momento necesario, y atacarle no es de mi interés, después de todo usted tampoco me ha atacado.- Dije con tranquilidad, teniendo cierta gracia por el uso de "monseiur" en su frase, siendo que claramente tenía ese acento británico en él. Como fuera, mi presentimiento se hizo claro cuando el vampiro admitió lo que yo creí, no tenía interés alguna en cazar licántropos ni tampoco darles muerte por gusto.

Cuando me dio la espalda arquee la ceja sutilmente. Tanta confianza tendría en si mismo como para darle la espalda a un licántropo? Quizás, pero como lo admití, no lo atacaría, y no soy quien rompe su palabra. Aún que claro, ahora me ponía a pensar que quizás intentaba faltar el respeto de esa manera e insinuar para que le atacar por ello, pero la idea sería arrasada al momento en que formalmente se presentó ante mi. Aun que escuché claramente su nombre, no pude evitar reír ante el nuevo uso de "monseiur" más ahora que su apellido aclaraba mis sospechas de su herencia inglesa. -Por favor, hermano Anglo. No es necesario usar las formalidades de estas tierras si hablamos entre nacidos de la misma tierra británica.- Le dije con gracia, pero luego le dije lo más importante entre la conversación de caballeros. -Mi nombre es Sleid Solen, un gusto- hice un gesto con mi sombrero en ademán de saludo y le sonreí.

Lo que hizo nacer una vez más mi sonrisa maliciosa fue su pregunta. ¿Por qué maté a esos dos tipos? ¿Que podía decir? Claro, no fue para alimentarme como él lo habría hecho. Aun que en mi mente pasaron miles de minutos pensando en la respuesta adecuada, para el momento no habrán sido más de unos segundos. -Defensa propia ¿quizás? Después de todo si habrás notado eran dos asaltantes.- Dije con cierta gracia, aun que claro, era una respuesta estúpida, y sabía que él lo vería así, por lo que obviamente no dejaré la respuesta asi nada más. -Pero claro, me parecería ilógico si usted se cree eso, y estará en lo correcto. ¿Por qué los maté? Si, nuestra hambre es mucho más fácil de saciar que la suya, después de todo solo necesitamos carne, no asi como ustedes que necesitan la sangre humana específicamente.- Comencé diciendo con tranquilidad -Pero pasado los años, y como ya habrá acertado, yo tengo muchos, aun que quizás menos que usted, ehehe, el hambre no es un motivo para matar, sino que simplemente es un capricho para algunos o un culto para otros.- Continué con una sutil sonrisa en mis labios y mera tranquilidad -En mi caso, fue un tanto de ambos, después de todo, esos dos asaltantes estaban ya escapando de mi, no era necesario que los matara, pero aun que domine mi transformación, no quiere decir que la luna llena no merezca la sangre derramada, y aprovechar que ese es un privilegiado gusto que me doy de vez en cuando, preferí tomar la vida de dos hombres ignorados por la sociedad, antes de que fuera la vida de alguien importante o bien... La de algún vampiro.- Dije lo último con cierta gracia y reí un poco, pero luego me volví al vampiro quien miraba al cielo. -Pero digame usted... ¿Por qué habría usted matado a esos hombres?... O mejor aún... ¿Por qué me ha seguido? -

Aquella situación se entornaba cada vez más extraña para mi, si bien no me importaba la razón de que aquél ser frente a mi fuera un licántropo me daba cuenta que a él no le daba lo mismo, cada cuantos segundos me atrevía a indagar en sus pensamientos para ver a que debía estar preparado y de cierta forma me alarmaba el hecho de que no descartada la idea de pelear, pero claro aquella tensión no se me notaba en mi rostro, en mi forma de hablar ni en mi postura.

El viento soplaba cada vez con más fuerza, moviendo las hojas de los árboles y haciendo que estás cayeran, acomodé mi cabello desordenado por la briza y escuché nuevamente las palabras del licántropo, las cuales contesté desviando mi mirada hacia la luna - Si unas lamidas hubiesen bastado, no hubiera bebido tanto - Contesté luego de unos minutos de silencio y le dirigí una sonrisa para luego guardar nuevamente mis manos en los bolsillos como simple costumbre.

Con mi pocos encuentros con licántropos era la primera vez que me topaba con uno tan seguro de si mismo, por decirlo de algún modo, y la conversación comenzaba a volverse un juego, tal vez perdería el que primero perdiera la paciencia o hasta tal vez ambos nos aburriríamos del otro, pero de todas formas no le daría en el gusto de ser yo quien iniciara la pelea ya que no me gustaba pelear, sin embargo si se atrevía a iniciar él, no me quedaría de brazos cruzados.

Fijé mis ojos en él cuando sentí su voz burlona, a su pregunta le dirigí una sonrisa y negué con mi cabeza - ¿De verdad piensa que si quisiera acabar con mi vida buscaría a un licántropo? - me encogí de hombros y suspiré notoriamente, a pesar de que eran tonterías las que decíamos me causaba gracia - Si ese fuera el caso solo bastaría con salir a la luz del sol, así no molestaría a nadie - ladeé mi cabeza y me giré a ver como unas hojas caían sobre mi hombro, las cuales tomé entre mis manos - ¿Así que en el momento necesario?...así que controlas la transformación...- dije en un susurro de manera pensativa, lo decía más para mi mismo que para él - Interesante...-Solté la hoja y me volví a fijar en él.

Era irónica la situación, un vampiro y un licántropo compartiendo en el mismo escenario, tierra de nadie. Por su aclaración de la transformación me di cuenta que no se trataba de un licántropo joven, además que su apariencia también corroboraba que ya era un tanto mayor. Me sorprendí un poco al saber que el también era de Inglaterra, sonreí ampliamente de forma estúpida ¿Cómo me podía alegrar así en un momento como éste? no lo sabía pero de todas formas lo sentí - Llevo un par de años ya acá, comprenderá que las costumbres de los países suelen contagiarse - Comenté rascando mi cabeza - Es un gusto...Mons.. - me detuve a secas al recordar lo recién dicho - Digo...Solen...- titubeé unos momentos antes de decirlo y por unos segundos...sentí que todo estaba más tranquilo.

Esperaba con ciertas ansias la respuesta a mi pregunta, la cual el ver sus ojos no me ayudaba a encontrarla, no pensé que me contestaría ni mucho menos me diera tal explicación, solo lo escuché atenta y analíticamente sonriente para no perderme ningún detalle. Cuando terminó fijé mis ojos sobre los suyos interesado en el tema - Dos asaltantes ¿eh? - Susurré pensativo analizando mi respuesta - Si bien es cierto para ustedes es mucho más fácil alimentarse que para nosotros, en algo se equivoca, tal vez no podemos vivir sin sangre humana pero también podemos alimentarnos de animales, así que es mejor dejarlo en que sobrevivimos de sangre - Dije con una sonrisa - Si ustedes se alimentaran de los humanos, es más probable que lo maten a que si nosotros nos alimentamos de su sangre, ya que no es necesario asesinar, pero no es el caso - Me encogí de hombros para luego continuar - Alimentarse no es un capricho, es una necesidad...y tal vez cultos para otros - Suspiré ladeando mi cabeza para ambos lados con mis ojos cerrados y luego lo miré sonriente - Entonces podríamos decir que lo hiciste por culto y capricho, matar por gusto o buscando una excusa para hacerlo por alguna razón, no me parece adecuado pero claro, no me incumbe lo que haga. Tomarse la vida de alguien...yo creo que le da igual si es un vampiro, licántropo o cambiaformas, no creo que haya distinción para usted - Hice una pausa para suspirar para luego responder a sus preguntas - Como le dije, no se me hace necesario matarlos, ni siquiera para alimentarme, así que lo más seguro es que no los habría asesinado. No lo seguí con la intención de hacerlo, solo fue simple curiosidad - Dije con una simple sonrisa.