Aurora "Rory" Pond

-Nombre del Personaje: Aurora Melody Pond
-Apodos: Rory
-Edad: 17 años
-Especie: Humana
-Tipo, Clase Social o Cargo: Cortesana, clase baja
-Orientación Sexual: Lesbiana disfrazada de bisexual
-Lugar de Origen: Irlanda

Son tres los hechos que han marcado la personalidad de Rory y su evolución a través del tiempo.

1.- La frustración de sus padres por no tener un hijo varón.

Siendo ella la tercera de sus hijos, durante todo el embarazo tanto la madre como el padre desearon que el niño en camino fuera efectivamente un varón, es por esto que incluso solo existía nombre masculino para ella y que posteriormente se convirtió en el apodo por el que incluso ahora la llaman. Durante su infancia y hasta el nacimiento de Elliot dos años después la vistieron con ropas de un pequeño en vez de los vestidos de sus hermanas y posteriormente a esto se le permitieron cosas como mantener el cabello corto y realizar labores pesadas dentro del hogar. Para ella se hizo costumbre el sentirse una mezcla de ambos mundos y de cierto modo también le acomodaba el hecho de poder tener las ventajas de cada uno de ellos. Fue recién a los 10 años que esto comenzó a serle incómodo y para dejar de recibir malos tratos o comentarios molestos es que dejó crecer su pelo y se convirtió en una niña. Internamente siempre seguiría siendo Rory, pensando como un chico, sintiendo como un chico y muchas veces actuando como uno. Con palabrotas saliendo de la boca, malos modales, juegos bruscos y otros detalles que descubriría durante su adolescencia.

2.- El reconocimiento de su propia sexualidad.

Mientras sus hermanas, mayores y menores, cotilleaban acerca de los chicos que vivían en la ciudad o en los campos contiguos, ella todo lo que podía hacer era pensar por qué ellos no producían en su vientre lo que se supone debería sentir. No había mariposas ni alguna clase de insecto, por el contrario, le parecía que cada uno de esos chicos podría ser un potencial amigo o incluso un compañero de labores. Durante el tiempo en que estas dudas se mantuvieron, Rory se transformó en una muchacha discreta, solitaria y pensativa. Sus características masculinas de la infancia lejos de terminar sólo iban acentuándose con el tiempo. Sí, era coqueta, pero quizás con el sexo equivocado. Y fue durante la visita de unos parientes que descubrió que en realidad no es que no le gustaran los hombres, el hecho pasaba mas bien por que le gustaran más las mujeres. Una hija de los primos de sus padres, con su cabellera rubia y sonrisa sin dientes chuecos, la flechó de un modo que nunca había sentido. Realmente experimentó todo lo que las mujeres decían sentir cuando se trataba de un chico y con ello aprendió también a que debía fingir interés hacia quien no lo sentía pero también ocultar lo que realmente estaba sintiendo.

3.- El encuentro con su dueño.

Al mismo tiempo que comenzaba a aceptar el futuro que estaba preparado para ella y se resignaba a no tener más opciones, aparece un hombre que abre su mente y también la motiva a no quedarse de brazos cruzados. Hasta entonces se mantenía sin educación, sin buenas costumbres, llena de carencias materiales que afectaron su modo de ser convirtiéndola en una muchacha caritativa, sin egoísmo, servicial y despreocupada. Pero desde que él le mostró lo que ella podría conseguir la ambición comenzó a formar parte importante de cada una de sus acciones. Rápidamente se despojó de la careta deslavada, sin brillo, que poseía y comenzó a sacar provecho de su cuerpo privilegiado y de un rostro que también era envidiado. Ha aprendido rápido a desligarse de su familia, de los recuerdos dolorosos, todo lo que le interesa ahora es ella misma, su propio bien y conseguir su anhelada meta de tener tanto dinero en los bolsillos que sea incapaz de contarlo. No va a pisotear al resto para conseguirlo, sólo se mantendrá en el carril que le corresponden intentando no toparse con alguien más. Vive y deja vivir. Rory es ahora una niña otra vez, la pequeñita ávida de conocimientos, sensaciones nuevas e incluso la posibilidad de absorber cada detalle para darlo vuelta a su favor.

El día en que nació no hubo celebración ni tampoco comentarios alegres, sólo una decepción profunda que de algún modo la marcaría aún cuando no era consciente de aquel hecho en ese momento. La bautizaron como Aurora pero desde su primer minuto vida de vida fue siempre llamada Rory. Antes de su llegada los Pond ya tenían dos hijas, Sharon y Simona, pero luego comenzaron a nacer los demás. Fue así como antes de su adolescencia la familia ya estaba completa con la adición de Elliot, Vincent, Morgan, Ambrose, River, Madison, Craig, Victoria y Amelia. Su misión entonces, fue siempre la de velar por sus hermanos pequeños y cumplir con las tareas que se le encomendaban. Debía ayudar a sus padres en trabajos pesados que sus hermanas mayores evitaban y al mismo tiempo cuidar de los menores e incluso compartir cama con algunos de ellos. Dormían de a dos o incluso tres y aunque ese hecho era quizás incómodo nunca le pareció molesto, quizás debido a que no conoció una realidad distinta hasta casi la pubertad.

A medida que los años pasaron fue notando cosas en si misma y en esa familia que componía que no le agradaban del todo, pero jamás pasó por su cabeza la idea de que aquello podría ser modificado. Sólo después de que Simona partiera de su tierra con destino a Paris es que entró en ella la curiosidad de que tal vez su destino también podría ser modificado. Ver a Sharon como una empleada desplazada a la peor categoría fue lo último que necesitaba para decidirse y es por esto que mientras planeaba su propia partida es que trabajó el doble o casi el triple para ahorrar algo de dinero. Durante este tiempo no sólo tuvo que lidiar con la ausencia de dos de sus hermanas, la sobrecarga de trabajo y los planes que se veían cada vez más lejanos. También aparecieron las dudas que solían salir a flote cada cierto tiempo. Justo poco antes de cumplir quince años su familia fue visitada por unos primos de su padre que estaban de paso, junto con ellos venían dos de sus hijos, un muchacho llamado Seamus y una chica un par de años mayor que ella que tenía por apodo Alby ya que su nombre era Ailbe.

Las semanas que pasaron juntas le hicieron descubrir lo que hasta entonces no eran mas que sospechas. Rory sintió una atracción tan fuerte hacia ella que parecía incluso difícil de ocultar. Fue sólo después de muchas insinuaciones de ambos lados que ella pudo confesar al fin lo que sentía. Diciéndole que la amaba pese a lo apresurado del sentimiento, su prima respondió con un beso que fue de paso el primero para ella. La risa cómplice de ambas selló lo que luego se transformaría en un romance inexperto y tormentoso. Alby, quien además debía casarse en unos meses, se mantuvo más tiempo del acordado en esa casa y la introdujo en un mundo de placer que hizo mucho más difícil su partida. Para Rory el dolor era inmenso, latente, lleno de rencor y rabia que no tenían un destinatario. Se centró entonces en trabajar aún más y salir de aquel lugar que sólo le recordaba lo que no tenía. Limpiando mesas una noche en que el lugar estaba incluso mas abarrotado fue que conoció a quien cambiaría su vida.

Su dueño, el hombre de ojos intensos y palabras concretas, el vampiro del cual ella desconocía su naturaleza apareció en el momento más indicado. Rory llevaba encima ropas que no eran de su tamaño pero que dejaban menos incluso a la imaginación. Lo atendió fascinada por su porte y por la atracción –no sexual- que sentía por él. Y fue así, mediante algunas visitas de su parte a esa taberna de mala muerte que finalmente realizó una propuesta que ella no vaciló en aceptar. Las propuestas fueron siempre claras, nada de posibles engaños o algo que pudiera desilusionarla y hacerla volver luego a casa. Esa misma noche y luego de que dijera sí a partir junto a él, fue que armó una pequeña valija con las pocas pertenencias que tenía y los aún menos ahorros que había conseguido. Al llegar a Paris la deslumbró una ciudad repleta de rincones sin luces donde los gemidos y también los gritos se hacían presente. Detrás de cada paso que ella daba estaba siempre él y si por proponerle la idea se sentía agradecida ahora mas bien creía estar en eterna deuda. A los 16 años ya estaba instalada en una mansión que era incluso más grande que cualquier lugar que visitó antes, vistiendo ropas elegantes y a la vez seductoras, aprendiendo a como desenvolverse con otras personas y aprovechando entonces el tiempo hasta que estuviera completamente lista para lo que él necesitaba de ella.

“Asombra que, al ser prostituida, ganara en dignidad y, sin embargo, así era. Una dignidad que parecía iluminarla desde dentro y en su porte se veía la calma, en su rostro la sere¬nidad y la imperceptible sonrisa interior que se adi¬vina en los ojos de las reclusas.”

-Le gusta aparentar más edad de la que posee, por lo que suele vestir como una mujer adulta y actuar como si fuera muy experimentada.
-Desconoce el paradero y la ocupación de su hermana Simona, sólo sabe que partió de casa con destino a Paris pero debido a que nunca recibió noticias suyas cree que podría estar en cualquier otro lugar.
-Le debe todo lo que tiene a su dueño y es por lo mismo que la opción de dejarlo, aún si él se lo planteara, no existe. Se siente en una deuda infinita y que pagará hasta sus últimos días.
-Perdió la virginidad con su dueño, sólo después de unos meses de entrenamiento junto a él es que comenzó a atender clientes.
-Le gustan mucho las mujeres, muchísimo, especialmente las rubias, ya que le recuerdan a esa prima lejana con la que tuvo su primera experiencia.