Arlyn Zolotariova

-Nombre del Personaje: Arlyn Zolotariova
-Edad:22 años
-Especie: Licántropa
-Tipo, Clase Social o Cargo: Clase baja, ex alta.
-Orientación Sexual: Heterosexual, en principio
-Lugar de Origen: San Petersbrugo, Rusia
-Habilidad/Poder: Adherencia, aullido y Telepatía y comunicación con los animales

Arlyn es extremadamente llamativa, en especial por aquel pelo largo, hondulado y rojizo que le llega hasta media espalda. Más de uno le ha dicho que su pelo es como el mismo fuego, lo cual le hace gracia, pues piensa que así misma es ella. Puro fuego.

Tiene los labios carnosos, perfiliados al igual que sus cejas, y el rostro marcado, unos ojos claros y de un tono verde muy llamativo. Hermosos se mire por donde se mire, pero sus faciones son duras, pues le cuesta muchísimo sonreír debido a todo lo vivido. Es delgada, con una cintura perfecta, llena de curvas que cualquier hombre desaría. Piernas largas, pues quizá es un poco más alta que la media de mujeres.

Malvada, sádica, despreciable.

Esas son las palabras con las que podríamos definir a Arlyn, por lo menos las primeras. Es una persona cruel, que jamás duda en actuar si ve que un momento de debilidad en las personas. No le importa matar, ni herir, ni hacer absolutamente nada que pueda perjudicar a los demás. No se puede con fiar en ella, porque actua siempre por interes… Como persona, realmente es despreciable.

Traicionera, interesanda, calculadora.

Si ella quiere, va a conseguirlo. No le importa la opinión de los demás, ni las promesas que haya hecho por en medio, pues siempre ha visto que eso nunca nadie lo ha tenido en cuenta. Todos y cada uno de sus actos están bien pensados, pues nunca hará algo al azar… No, todos sus movimientos son por sus propios intereses y siempre tiene manera de salir ilesa y sin cargos de todo cuanto hace. Siempre s inocente y, realmente, jamás puedes fiarte de ella.

Gruñona, enfadica, infantil.

Es una chica a la que es realmente fácil enfadar, con cualquier tontería que no salga como ella espera puede ser un nuevo berrinche y, claramente, se la tendrá que soportar o no dudará en cruzarle la cara a cualquiera.

Siempre quiere saber el por qué de las cosas y, más le vale a las personas, no ocultarle absolutamente a nada a no ser que quieran sufrir su cólera. Protesta por casi cualquier cosa, pues casi nada es de su agrado.

Rencorosa, vengativa, sin piedad.

Arlyn jamás perdona una ofensa, dando igual la gravedad de los actos, pues se vengará según ella vea conveniente. Nunca se olvida de lo que le han hecho y, si es algo que considera fuerte, la venganza será terrible, haciendo que, aunque le supliquen, siga adelante sin ningún miramiento o duda. La piedad no existe para ella, lo que tienes, lo mereces y ese es un gran lema para ella.

Soñadora, impulsiva, tozuda, puro fuego.

Arlyn, aunque siempre muestra su faceta dura, tiene otra que se completamente bastante bien. Tiene metas que cumplir, cosas que se ha propuesto hacer desde cero, desde un nivel que todos consideran imposible, pero no ella. Es tozuda como una mula y no duda en aquello que realmente le importa. ¿Qué es difícil que algo tenga el valor suficiente? Sí, pero cuando existe, ¿por qué rendirse?

El fuego quema, pero también, en buena medida calienta, está ahí escuchándote y consolándote, dando el calor que se necesita… Aunque claro, puede abrasarte vivo, hacerte sufrir como jamás lo has hecho y, también, excitar como solo él sabe hacerlo. Por eso, Arlyn se siente como ese elemento. Arlyn, es el fuego. Arlyn, es la cara malvada del fuego.

La familia de Arlyn, no era precisamente un ejemplo a seguir. Ni por una parte, ni por la otra. Sus padres se casaron jóvenes, pero fueron obligados, porque sino iban concevir fuera del matrimonio y a ninguna de las familias le gustaba aquella idea, pues serían deshonrados publicamente, así que hicieron trapicheos para que nadie se enterara y esos dos acabaron juntos en un sólido matrimonio que tan solo la mujer respetaba… Al principio.

Tuvieron una hija, a la cual llamaron Arlyn. La pequeña creció viendo como sus dos padres, las personas que más debería querer en teoría, se engañaban mutuamente, pues mil veces pilló a su padre con alguna cortesana y a su madre con un criado concreto. Su infancia estaba siendo corrompida por el sexo, el interés y la traición. Pero, a ella, solo le inculcó unos valores que recalcaban el desprecio que sentía hacia esas personas que le habían dado la vida. ¿Padres? No tenía para nada, solo conocidos que le daban el dinero que le daba de comer y todos y cada uno de sus caprichos, pero… ¿Qué valor tenían aquellas cosas materiales si no las había ganado por ella misma? Ese pensamiento y el asco de que todo cuanto poseía era realmente de sus padres, consiguió meterle una idea en la cabeza, y es que quería labrarse su futuro ella sola, pisando cabezas y quitando a los demás de en medio. Tenía, por fin, un objetivo claro en su mente.

Cuando cumplió los veinte años, había muchos negocios en su casa los cuales le importaban más bien nada… ¿Por qué iba a prestarles atención cuando no le interesaban? Se encargaba su padre y algún que otro socio, además, no era nada que ella hubiera conseguido porque, si algún día lo poseía, sería por herencia y no por habérselo ganado. En resumen, no merecía la pena. O eso pensaba, pues esos negocios fueron los que consiguieron darle su nueva vida.

Una noche, le dieron la noticia de que tendrían a alguien importante para cenar, alguien con dinero, negocios y una buena posición. Arlyn pensó que quizá era de la realeza, pero no lo sabía muy bien exactamente, quizá solo eran tonterías en su cabeza. Aquella noche, cenaron todos fingiendo ser la familia feliz que no eran, cosa que podía verse a la perfección en cuanto la dama de llaves entraba y mi padre miraba su trasero de manera descarada. Ella lo veía absurdo, pero podía entender los intereses que había montados, sin enterarse de ellos hasta pasados unos días.

El hombre que trajo su padre, empezó a buscarla cuando salía de casa,iba más amenudo a verla y le llevaba flores en un intento absurdo de cortejo el cual ignoraba rotundamente. Daba las gracias, era educada, pero dejaba bastante claro la falta de interés que tenía hacia su persona. Hasta que, un día, les dejaron a solas y él intentó propasarse con ella.

Salió corriendo de allí, yendo directa a su padre a protestar y, encontrándose, con algo inesperado. Empezaron una discusión, en la cual él le dejó rotundamente claro que debía casarse con él, que le daría mucho dinero por ella y que, claramente, aceptaría aquel negocio que se traía entre manos. Eso la llenó de rabia, dándose cuenta de que, al igual que ella, para aquel hombre no era un objeto más que vender al mejor postor y, estaba claro que, aquel postor no le gustaba en absoluto.

Decidió huir aquella misma noche, sintiendo como la desgraciada ama de llaves la vigilaba constantemente. La odiaba con toda su alma, siempre habían tenido algo en el cual no era difícil que se hirieran mutuamente. Era mala, tanto como ella pero, con un punto débil: Su familia. ¿Cómo podía permitirse alguien tan jodidamente asqueroso tener un punto débil tan grande como ese? Eso le daba ventaja y, para que mentir, le encantaba.

Salió por la noche, llegando hasta la casa de aquella criada donde estaban sus padres y hermano. Algo bonito de ver si no fuera porque sabía que eran tan repugnantes como aquella mujer que vivía en su casa, así que, para vengarse de todo lo que le había hecho todos esos años, se cargó a uno por uno, haciendo que fuera una gran masacre y que los gritos reinaran en la estancia durante una hora entera.

Salió de allí con tranquilidad, limpiando sus manos con un trapo mientras sus pasos la llevaban hacia un carruaje que esperaba por ella cuando, unos ojos rabiosos la miraban desde lo profundo del bosque. Los reconoció al instante aun cuando tenían forma animal y no humana.

Corrió todo cuanto pudo, huyendo de aquella criatura que pisaba sus talones y, al final, consiguiendo tirarla al suelo, plantándole un mordisco en uno de sus brazos que empezaba a sangrar y hacerla perder la consciencia. Pensaba de veras que moriría justo cuando apareció un hombre. Dos disparos y cayó al suelo medio muerto, pero ella… Ella solo se levantó y corrió como alma que llevaba al diablo. Por su vida, por lo que quería y por sus sueños, llegando sana y salva aunque con un dolor horrible.

Dio ordenes específicas para que la llevaran a París, lugar donde, nada más llegar, mato a aquellos cocheros y escondió los caballos en un lugar seguro. Desde entonces vive por la calle, queriendo hacerse alguien por ella misma, pisando a los demás sin ningún tipo de duda y, siendo todo lo feliz que puede ser y lo que le hace arruinar la vida a los demás.

*Lo único que es capaz de tratar con cariño son los animales, pues solo eso es capaz de ver con pureza y ternura.

*Guarda los dos caballos del carruaje como si fueron su único tesoro, eso si considera que los consiguió por ella misma.