Peligrosamente sigiloso

por **Aleera D'Angeli** Mar Mar 05, 2013 11:14 pm

Descansar no era la palabra adecuada para la vida que llevaba Aleera, debía confesar que tenía un par de días sin dormir como era debido, pero también que llevaba otros en donde tenía de almohada algo mejor que plumas de ganso, así que por ese lado no podría llegar a quejarse, al menos no del todo.

Se había puesto un poco de polvo en la cara, no quería estar tan pálida, más de lo que su condición se lo permitía, ese día estaba realmente hambrienta, entre eso y la debilidad, seguro que no eran buena combinación, sería mejor apresurar su paso, no quería que el idiota de Alekshandro o cualquiera pudiera verla en ese maldito estado, sería tan fácil humillarla, así que no dejaría que nadie le viera.

Salió en cuanto el sol se había ocultado y llevaba un abrigo para poder ocultar sus manos temblorosas y el semblante que llevaba así apresuró el paso en las aceras que estaban cercanas, sería tan fácil meterse en uno de los callejones cercanos y alimentarse de alguien, pero quizá esperaría un poco aunque no fue posible, se puso alerta en cuanto un olor sanguinolento le llegó a las fosas nasales, sus colmillos se asomaron casi de inmediato, siguió el rastro y se encontró con un hombre al que acababan de asaltar y le habían disparado en el vientre.

Cerró los ojos aspirando el delicioso aroma y cuando el hombre se desmayó como si fuera a ayudarle se acercó hasta él tomando su cabeza entre las manos, se inclinó, en vez de checar el pulso o la respiración clavó los colmillos en la suave piel hasta que la hemorragia se detuvo, la sangre ya casi no existía en su cuerpo, lo dejó de nuevo sobre el piso y se enderezó, ya estaba mucho mejor, más tranquila y con mucha mayor fortaleza.

Sus pasos seguían tranquilos pero llevaba dos cuadras sintiendo un aura extraña que la hacía no sentirse tan segura así que se dirigió hacia el bosque, cualquier cosa que fuera ahí había dos opciones o desaparecía o la encaraba, Aleera tenía ganas de lo segundo.

por **Creed Diskenth** Jue Mar 07, 2013 11:11 am

Folders, hojas, papeletas, todo regado por doquier en un escritorio de fina madera azabache dónde atrás aquel hombre se encontraba mirando hacía el exterior desde su ventana. Pero que hermosas eran las calles de París, tanta gente andando que no se notaba la mezcla entre razas y más aún, entre criaturas peligrosas que deseaban adaptarse a la sociedad pero que eran tan peligrosas para la misma. Ingenuos humanos que dejan entrar a su vida a cualquiera que les ofrezca una sonrisa, una cálida mirada, un trago de vino y hasta un trozo de pan; sin conocer, los fines verdaderos de esas personas.

Frío como el mármol aquel hombre que observaba aquella tarde. Tenía el rostro serio y una mirada petrificante, pero que sabía controlar a menudo dependiendo de la situación en la que se encontraba.

Un par de golpes llamaron a su puerta. – Señor Diskenth, hemos traído la información que nos ha solicitado. – dijo uno de sus empleados.

-Pasa y déjala sobre la mesa. – contestó el hombre. El empleado entró, dejó el folder sobre la mesa y se retiró.

Aleera D´ Angeli. Era el expediente que le había entregado y es que días antes, Creed había observado un curioso asesinato desde la azotea de un edificio. Era evidente que nadie le había visto y no gustaba de atacar antes de informarse sobre a quién cazará y conforme a la descripción que tenía en los archivos de vampiros que uno de sus aliados le había entregado aparecía ese nombre; al ser mujer fue mucho más fácil pues se descartaban los varones y con un par más de pistas había dado con ella. Leyó con cuidado aquel expediente.

-Ya veo…- susurró para para sí y tomó su gabardina y sombrero para salir a buscar a dicha mujer.

Caminaba por aquellas calles sin problema, observaba a todos hasta encontrar esa cara albina cubierta por un largo cabello obscuro. Alzó la vista para mirar al cielo cuando de pronto escuchó un disparo. Se acercó cuidadoso a aquel lugar, escondiéndose detrás de un enorme contenedor de basura. Parecía que aquel hombre le había asaltado y un disparo le había atravesado el abdomen.

¿Ayudarlo? Sería lo más lógico pero aquel aroma férreo llamaría por lo menos alguna criatura deseosa de sangre. Entonces el cazador solamente se quedó observando. Un sacrificio a por otro, la paga era justa.

Justo como lo había previsto, una apresurada mujer se acercaba al hombre y se alimentaba de él, pero comenzar una pelea en aquella calle podría generar mucho alboroto y si Diskenth no deseaba de que su profesión fuese descubierta mejor seguiría a aquella joven sigilosa y cuidadosamente.

La siguió entonces, hasta que ésta se alejaba de la ciudad y se adentraba al bosque a las afueras. Obviamente aquella criatura se había percatado de la presencia del otro y entonces este ya no tenía mucho que esconder por lo que salió e iba caminando atrás de él.

-Parece que me has leído el pensamiento…- murmuró tranquilo mientras aún la seguía.

por **Aleera D'Angeli** Vie Mar 08, 2013 10:50 pm

Aún tenía el sabor de la sangre en los labios, aquello era sumamente placentero, siguió caminando sin realmente tener un rumbo fijo, era algo extraño, pero cierto, le estaba excitando de alguna forma tener a alguien detrás de ella y sólo porque llegaba a acordarse del idiota bueno para nada de Alekshandro, tal como lo hacía cuando quería darle caza, aunque los finales eran tan... ¿Extraños? Realmente ambos terminaban exhaustos después de haber fornicado por horas, aunque en ese momento se pudiera decir que "hacían el amor" Tal vez en algún momento lo habían hecho... ¿Y en la iglesia? Sí, también.

Se adentró en el bosque y en un movimiento rápido trepó a uno de los árboles quedando agazapada -Podría leerte el pensamiento si quisiera... -dijo mientras bajaba de un brinco para quedar justo detrás del hombre -¿Qué es lo que quieres?- preguntó de manera directa mientras rodeaba al sujeto que había osado espantarla, seguro que él no sabía absolutamente nada de lo que le había pasado a los hombres que se acercaban a ella intentando abusar de la "pequeña" y "frágil" Aleera.

-¿Le puedo ayudar en algo? ¿Se ha perdido?- cuestionó al ponerse delante de él mientras sonreía con cierto dejo de confianza en su pose, sus labios apenas si dibujaban una fina curva y sus piernas se asentaban con firmeza sobre el fango, los brazos se cruzaron sobre su vientre sin perder de vista los ojos del cazador, ya sabía lo que era pero no quería entrometerse más en los pensamientos de aquél, odiaba eso, a pesar de ser uno de sus dones, no lo utilizaba, prefería que le dijeran las cosas porque ella era encantadora y no porque usaba sus poderes.

por **Creed Diskenth** Lun Mar 11, 2013 7:22 pm

Sonrió cuando aquella mujer se agarraba del árbol y en un movimiento rápido ya estaba detrás de él. Con que leer su pensamiento, bueno, muchos vampiros tenían diferentes habilidades, sin duda entonces, la mente de aquel hombre tenía que dejarla en blanco para que así la otra no pudiese percatarse de lo que tenía planeado hacer y no era un trabajo sencillo. Cerró los ojos para relajarse y no pensar en mucho esperando que sus palabras fuesen más que suficientes para aquella mujer.

-¿Qué quiero? ¿Acaso es una pregunta? – murmuró bajo mientras la miraba de reojo por encima de su hombro y la siguió con la mirada cuando ésta le rodeaba. Entonces de igual forma que la otra lo hacía fijó su vista en ella, penetrando en aquellos ojos azules.

Soltó una leve risilla al escucharla hablar. – Claro que se me ofrece algo…- miró a la chica de pies a cabeza, hasta nuevamente encontrarse son la mirada ajena y ese rostro despreocupado que para él, le tenía sin cuidado pues el mismo, parecía muy tranquilo. Esbozó una sonrisa burlona. – Por favor… no nos hagamos los idiotas, ¿Piensas que me he perdido? Te crees tan tonta como para decir que es eso lo que me ha pasado si sabes perfectamente a lo que he venido. –Sonrió. – Has notado que te seguía…-

Colocó sus manos a su espalda baja, entrelazando sus dedos mientras comenzaba a caminar. Rodeaba a la pelinegra mientras que daba vueltas a su alrededor, muy despacio. – Parece ser que te has alimentado bien. – agregó. – No es así, Aleera…- hizo énfasis en ese nombre, acercándose a ella y susurrándolo entre dientes pero sin acercarse mucho pues conocía el peligro al que se enfrentaba.

Se quedó parado nuevamente, mirando a su alrededor, exploraba de manera muy rápida todo lo que le rodeaba, detallaba cada roca, cada árbol, cada salida… todo; pues era necesario para aquel encuentro, tenía que encontrar los puntos débiles y los fuertes en el lugar para así tomarlos de referencia y hacer suya esa pelea, volvió nuevamente la vista a la mujer.

por **Aleera D'Angeli** Dom Mar 17, 2013 10:28 pm

El hombre no se iba con rodeos y eso a Aleera le gustaba, entre más se creyera más dura sería la caída, aquello era simplemente un manjar que disfrutaría de a poco, tan lento que él rogaría que todo sucediera rápido, que todo terminara cuando él cerrara los ojos, pero no, no serían las cosas como él quisiera y aquello la hacía sonreír con mucho más descaro que en un principio mientras escuchaba con atención todo lo que él tenía que decirle.

-Lo he notado, realmente para ser un cazador eres bastante inepto, si he de ser sincera, pensé que eran mucho más precavidos, pero ya veo que no, que les gusta ser cazados... Es como un complejo de ustedes- sonrió con cinismo, todo le recordaba a Aleks y sin duda eso no era bueno, al menos para el humano que tenía delante pues sin duda alguna la podría llegar a pasar demasiado mal si ella se lo proponía.

-Sí, me he alimentado bien... -sonrió de nuevo mientras escuchaba su nombre y no pudo más que reír -¿Te venías a ofrecer como comida? Oh que mal, te han ganado, pero seguro que puedo hacer un espacio para ti... aunque debo decir que no me agrada conocer el nombre de mi alimento- le guiñó el ojo con coquetería mientras caminaba hacia uno de los árboles más próximos dejando que su espalda descansara en este y lo observó ladeando la cabeza hacia el costado izquierdo casi sobre su hombro -Lamento decepcionarte, pero ya sabes, si quieres que te coma... Te como- se mordió el labio inferior, Aleera tenía muchas formas de comer gente y había unas que le gustaban más que otras.

por Contenido patrocinado

Peligrosamente sigiloso

Peligrosamente sigiloso

Re: Peligrosamente sigiloso

Re: Peligrosamente sigiloso

Re: Peligrosamente sigiloso

Re: Peligrosamente sigiloso

Re: Peligrosamente sigiloso