JOHEL SINAN

Los Hashshashin

Hace algunas décadas, cuando moros y cristianos lucharon a nombre de sus dioses, sin permiso de estos, unos por el Dios de los cristianos, otros en el nombre de Ala, existió un rey, de una pequeña región, llamado León, culto , inteligente, arbitrario y religioso. Nacido en las colinas, obsesionado con ángeles y demonios, sintió el extraño llamado de exterminar a todos los creyentes de Ala, por considerarlos herejes.

Por el otro lado existía un Califa llamado Sabbah –i Masyaf, presuntuoso, adinerado, orgulloso, que consideraba la religión como la manera más efectiva de subordinar un pueblo, quien le seguía por considerarlo el Imán elegido para traer el poder de Ala a la tierra de los vivientes. Proporcionalmente contrario a León XV, fue irremediablemente su mayor contrincante en la terrible cruzada que emprendió. A ninguno de estos bárbaros gobernantes les intereso la vida de quienes enceguecidos les seguían al camino seguro de la muerte.

La despiadada guerra duro diez largos y sangrientos años, y aquellos rústicos reyes empezaron a envejecer y a meditar de la manera de terminar con aquella confrontación. Es así como el Califa Sabbah, crea la orden de los Hashshashin, en el lejano castillo de Masyaf, región donde nació, sicarios a la orden del Califa, entrenados para trabajos impecables. El más fuerte de ellos Rashid alDin Sinan, planeo la manera de asesinar al rey de las colinas. Y lo hizo, sobornando algunos de los descontentos cortesanos y ministros, y lo apuñalo en su propia habitación. El Califa había logrado su victoria, pero no la disfrutaría de mucho.

Se convirtió en un hombre desconfiado, se sentía perseguido, por la propia orden que había creado. Es así como ordena al Visir Jacahel, incendiar el castillo de Masyaf, a traición con los miembros de la orden adentro, asesinar a sus esposas y a su prole. Así fue efectuado, el único sobreviviente fue Rashid, quien no pudo evitar la muerte de su esposa, pero si salvar a sus trillizos. Huyo hasta España, donde se escondió como un simple herrero. Pero la peste, que no conoce de distinción, le gano la única batalla que no debía perder. Los pequeños fueron adoptados por el hechicero Machael, para su servicio, prodigando malos tratos y crueldades. Pero los chiquillos fueron creciendo, y se rebelaron contra el hechicero, quien los odiaba. Antes de morir aquel viejo los maldijo con el hechizo de Licalion: se convertirían en bestias cada luna llena.
A la muerte del hechicero, los hermanos se separaron, ya tenían por entonces diez años de edad, sin saber de su pasado. Hassan, el aventurero, se convertiría en un navegante pirata formidable, robando galeones; Ramsés, el benigno, lo adoptaría un reverendo de un pequeño pueblo educándolo hasta llegar a ser abogado; y por ultimo Johel, el violento, fue criado por un hacendado sin hijos, cruel y despiadado, quien vio en el joven un digno descendiente.

Treinta y cinco años después, la venganza de los descendientes de León, recaería sobre ellos despertando de nuevo aquella vieja rencilla y como en los tiempos del Califa sus esposas fueron asesinadas. Ahora en Paris, sabiendo la verdad, se reunirán para resucitar aquella orden en la que pertenecía su padre: Los hermanos Sinan, están de vuelta y la orden de los Hashshasshin de Masyaf, también.