Look at you! You're nothing. (1/1)

Desde tiempos remotos, los Zarkozi han prestado su fuerza a la Santa Inquisición. Han estado muy versados en la lucha contra los demonios que habitan el mundo de los mortales. Gregory creció con un fuerte ideal, su abuelo le metió en la cabeza que aquéllos que practicaban la herejía debían recibir el peor de los castigos. Dios – decía siempre León – necesitaba de sus más fieles creyentes para llevar a cabo las ejecuciones en su nombre. Así que cada vez que Gregory asesinaba, ya sea por libre albedrío u órdenes de sus superiores, lo hacía con el pensamiento de estar haciendo lo correcto. Pronto empezó a ser consciente de que para librar la batalla contra el mal se debían hacer sacrificios, pues la fuerza y habilidades de sus enemigos no podía vencerse si ellos recurrían a simples armas. El nacimiento de su primogénito, Raoul, significó para él todo un orgullo. Sería su hijo quien seguiría con la línea de los cazadores entregados a la iglesia cuando él ya no estuviera. Raoul demostró ser digno de portar el apellido. Sus primeros años en entrenamiento dejaron claro que su sangre era la de un guerrero. Tomaba sus propias decisiones e iba a la lucha con ferocidad, sabiendo que servía a un propósito mucho más grande. Cada vez que ponía en riesgo su vida, lo hacía para salvar de ese destino a cientos de inocentes. A Gregory no le cabía de orgullo el pecho cada vez que veía a su hijo regresar con la victoria brillando en sus ojos. Aunque tuvo otro hijo varón llamado Roland y unos años más tarde a su única hija, Abigail, para el inquisidor ellos eran tan ineptos como su esposa. Roland carecía de la destreza de Raoul y, aunque éste se esforzaba y mejoraba, nada era suficiente para Gregory. En realidad, el segundo en la línea nunca tuvo la oportunidad de ser el orgullo de su padre. La muerte de su hermano mayor pronto se lo rebelaría, pues Gregory nunca se recuperó de su pérdida. Siguió entrenando a su hijo e incluso a su hija, pero siempre terminaba por compararlos con Raoul. Los odiaba. Ellos estaban vivos y Raoul no. Era tan simple como respirar. Muchas veces – e incluso actualmente – había dejado claro que habría intercambiado la vida de ellos por su primogénito. Una noche Abigail, quien era rebelde por naturaleza, harta por las palabras y el maltrato de su padre, convenció a Roland de abandonarlo todo. Esa noche era luna llena. Un licántropo les atacó mientras escapaban. En el enfrentamiento, Abigail casi pierde la vida y Roland, quien hirió al licántropo después de ser mordido, les llevó de nuevo hasta la mansión. Gregory al tanto de la situación, esperaba que la muerte le reclamara, aunque aseguraba que ‘la dejaba a manos del señor’. Ellos eran ahora una vergüenza para los Zarkozi, lo mejor habría sido saberlos muertos. Sin embargo, sus hijos ya estaban infectados con el veneno del licántropo y eso fue lo que salvó a su hija. Gregory agregó que su condición era un castigo divino, que se les había dado una segunda oportunidad, así que para purgar sus pecados, debían someterse a experimentos – les hizo creer que buscaba una cura cuando en realidad usaba su sangre para encontrar un modo de crear armas dañinas para los lycans – y matar en nombre de su Dios. Abigail, quien empezaba a sospechar y a hacer preguntas, significaba para Gregory una amenaza. Así que empezó a mantenerla encerrada, dopada con cianuro para evitar su escape. Sabía que si huía – como era su intención – buscaría hacerse con su cabeza. Ella era ‘Eva’, una traidora, quien tentaba a su hermano con sus palabras.

Es aquí donde entra en juego el personaje de Roland. Él ayudó a escapar a su hermana, no pudiendo seguir siendo testigo de la crueldad de Gregory. Aún sigue bajo el yugo de su padre, le odia pero muy en el fondo espera que un día le vea como hizo con su hermano. Está dividido entre la lealtad a su padre y la de su hermana. Por el momento, permanece con Gregory, quien no para de meterle sus ideas en la mente. Quien sabe, quizás un día se vuelva en su sombra.

Bien, eso son los acontecimientos que marcaron a los Zarkozi y que en cierta forma definen a Roland. Creció bajo la sombra de Raoul, así que nada de lo que hiciera – por muy bueno que fuera – tendría la aprobación de su padre. Con que la personalidad cubra esos detalles me va perfecto. La historia contada de su punto de vista, puede agregar más detalles, con que concuerde con las fichas ya existentes.

Si han llegado hasta aquí, gracias por leer. No voy a ser exigente, solo pido que sus post sean un poco más del mínimo de línea. No respondo rápido, así que soy paciente con el tiempo que necesiten. Sé que todos tenemos muchas cosas que hacer fuera del foro, yo en especial lo tengo, así que espero recibir la misma paciencia. Si aparece más de uno interesado en el personaje, me reservaré el derecho a tomar la elección de quién será finalmente. La ficha de Gregory, al igual que sus flashbacks (que muestra un poco de historia) están en el perfil. Dejo el link de Abigail Solange para más datos, clic AQUÍ.

Nota: Los condenados en la lista de registro están llenos, pero vi por ahí a un par que llevan sin postear más del mes. Así que no creo que exista problema alguno para ocupar un puesto de esos.