Die Blaue Blume Centaurea cyanus

por **Melchior Wagner** Vie Abr 12, 2013 10:40 pm

Tomaba un respiro intentando relajarme mientras esperaba a mi prometida en un pequeño café en París, acababa de regresar de Alemania por una misión, y había concretado con el padre de mi prometida un encuentro.

La situación me parecía algo fuera de lo común, pero por lo que había escuchado Nerissa también era algo fuera de lo común, intentando seguir los patrones de conductas que había leído en alguna novela romántica había llevado un ramo de flores, pero decidido a darle mi toque personal había conseguido Die Blaue Blume Centaurea cyanus, un pequeño ramo traído desde el pueblo al que había liberado de demonios, una señora las había cristalizado con azúcar, haciéndolas aguantar el viaje.

Una mesera se me acerco con una sonrisa amable y ofreció tomar mi orden yo asenti y me pregunte que podía pedir para Nerissa, comida no era seguro así que al final me decidí por ordenar un Crème de Cassis, rogando que no malinterpretara el hecho de que le ofreciese alcohol, o peor aun, lo viese como un insulto. La mesera me observo de forma extraña y yo supuse que era el hecho de pedir alcohol de día, pero es que en Alemania eso no era tan extraño.

Momentos después de que la camarera se retirara un ayudante me anuncio de la llegada de Nerissa, que fue seguida de un estrépito, con nerviosismo alise mi cabello con una mano y con la otra tome las flores, levantándome de la mesa casi de un salto para causarle una buena impresión.

Y entonces la vi entrar, con el cabello café cayendo como cascada sobre sus hombros y una expresión digna en su rostro, y teniéndola frente a mi solo me vino a la mente una palabra que solté

-Schönheit-

Al momento me di cuenta que la había llamado belleza en mi idioma predilecto, y me sentí del todo estúpido, le ofrecí las flores sonrojado y clave mi mirada en el suelo.

-Lamento parrecer tan torrpe, perro porr favorr perrmiteme pressentarrme, soy Melchior Wagner-

Doble la "r", por que al hablar otros idiomas siempre lo hacia, pero por primera vez lo sentí algo por lo que avergonzarme.

-Tu prrometido-

por **Karen Nygard** Sáb Abr 13, 2013 12:11 am

Otro prometido… ¿qué nadie aprendía la lección? a ella no le interesaba eso en esos momentos, tenía otras cosas que hacer todas de más importancia que tener prometido y andar pensando en casarse, bla bla bla.
Pero no, nadie era capaz de captar aquello que Nerissa quería dejar en claro. ¿Cómo era posible que nadie captara? después de todo no había terminado los compromisos anteriores solo porque le estuviera dedicada a fastidiar otras personas; aunque no podía decir que eso no le gustaba, pero no era su motivo principal.

Su nuevo prometido era alemán, su padre le informo que él cuidaría de ella siempre hasta el momento en que ambos contrajeran matrimonio y aunque no se negó al compromiso ya tenia planes de terminarlo como los demás, aunque bueno, podría igual divertirse unos días con aquel nuevo prometido antes de mandarlo de regreso a su natal Alemania con nada más que el rechazo de ella.
Un primer encuentro había sido acordado en un café, y la joven se arreglo para asistir de manera educada a el.

El padre de Nerissa le dio tantas indicaciones como pudo recordar antes de que el carruaje partiera en dirección al café en el cual se llevaría a cabo aquella reunión.
Pensando en nada realmente interesante, el camino le pareció eterno y tedioso, así que para cuando descendió del carruaje una vez que habían llegado, la joven ya se encontraba algo molesta.
Ingreso en aquel café donde fue guiada hasta la mesa donde un joven bastante apuesto le aguardaba. Enarco la ceja al escucharle decir algo que no comprendió en lo más mínimo, pero el sonrojo en sus mejillas y aquel ramo de flores que nunca antes había visto le hicieron sacar una sonrisa mientras tomaba asiento en la mesa.
Acepto las flores mientras él comenzaba a hablarle, aunque a ella le fue algo complicado poder entenderle del todo bien. El acento de Melchior como había dicho que se llamaba era peculiar, pero entendible después de todo el venia de un lugar completamente diferente.
- Descuida, todos somos torpes en los primeros encuentros - la palabra prometido le dio nauseas pero no dijo ni hizo nada que hiciera eso evidente - Bueno pues yo soy Nerissa Corman… tu prometida - la palabra salió con trabajo entre sus dientes y haciendo un rápido cambio de tema pregunto acariciando lo que él le había obsequiado - Estas flores… son hermosas ¿Puedo saber como se llaman?

por **Melchior Wagner** Sáb Abr 13, 2013 12:48 am

Un nudo incomodo se instalo en mi estomago en cuanto note que le costaba pronunciar la palabra prometido, quizas ella no queria casarse conmigo ya que encontraba mi acento demasiado tonto, o quizas ella amaba a alguien mas... era una señorita hermosa. O al menos esperaba que aun fuese señorita, una oleada de celos repentinos me invadioe intente concentrarme en su pregunta.

-Las florres se llaman Die Blaue blume centaurea cyanus... trraducido a tu idioma serria algo como florres azuless-

Solte ligeramente distraido,y luego mire su copa

-Orrdene eso para ti, no se si se te perrmita beberr alchol perro supongo que al tratarrse de mi tu padrre no lo encontrarra incorrecto-

En verdad me fastidiaba cada vez mas la situacion de no poder controlar de forma correcta mi pronunciacion de su lengua, bebi un sorbo de mi copa e intente controlar mi lengua un poco mas.

-En werdad lamentoserr tan brruto y mancillarr de esta forrma tu lenguajematerrno, perro es que alwerrte entrrar no pude ewitarr pensarr queerras mas herrmosa de lo que me hubiese atrrewido a imaginarrspire feliz de haber - suspire alegre de sacarlo- tambien lamento wenirr a imponerrme de tal forrma ante ti, porr eso le dije a tu padrre quete tratarria un año antes de que nos casemos, asi podrrias conocerrme y quizas yo podrria gustarrte, porr que en lo que a mi respecta, desde que entrraste porr esa puerrta yo supe que tu serrias la madrre de mis hijos.-

Sonrei timido, en verdad me habia fascinado, y esperaba gustase de mi proposicion y valorase el hecho de que respetata su espacio

por **Karen Nygard** Sáb Abr 13, 2013 7:11 pm

Flores azules… un nombre muy largo en su idioma pero corto y conciso en el de ella. Las flores eran hermosas, algo que nunca había tenido la dicha de ver y que en cierta parte la volvían feliz, pues aunque siempre recibía lo que deseaba eran pocas las ocasiones que algo tan inusual llegaba hasta sus manos.
- Pues es un nombre bastante complicado en tu idioma así que aunque lo considero incorrecto les llamare como me has dicho… flores azules - la mirada de la joven continuaba posada en ellas hasta que la voz de su nuevo prometido le obligo primero a mirarle a él y después a la copa frente a ella.

Sonrío, a pesar de que el hecho de que hablara con tanta confianza sobre lo que molestaba a su padre le hizo rabiar un poco. Claro que su padre permitiría aquello por tratarse de él, pero ¿y ella?, nadie pensaba de nuevo en lo que quería y no es que no le agradara lo que el había pedido para ella, si no que de nueva cuenta intentaban manejar su vida como si ella fuera incapaz de tomar alguna buena desición.
- No necesito de permiso de nadie para beber lo que yo quiera - aseguro mientras tomaba aquella bebida y le daba un sorbo. En algún momento iba a demostrarles a todos que ella sola podía hacer las cosas, dejaría de ser la clase de persona que hasta esos momentos era y sería alguien diferente que todos deberían respetar.
Después de haber bebido del contenido de la copa, se quede helada, no por lo que copa contenía o lo que eso le provocaba si no por las cosas que él estaba diciendo… ¿La madre de sus hijos? pero como se le ocurría decir esa cosas; ella solo pensaba en darle un tiempo y después dejarlo como había hecho con otros antes; conocía del tiempo que debían durar comprometidos y por lo mismo creía que lo mejor era que después de unos meses terminaran el asunto, pero por las palabras del joven parecía que eso le sería complicado esta ocasión.
- ¿Hijos? - bajo la copa y la puso en la mesa - no me interesa que no hables bien mi idioma pero… - su mente quería darle forma a todo lo que había escuchado - falta mucho tiempo para la boda, y no puedo decirte que es lo que en verdad opino así que disculpame, creo que necesito tiempo para pensar todo y tus palabras me han tomado por absoluta sorpresa y… - permaneció silente, mirando al joven frente a ella, sencillamente se había quedado sin palabras.

por **Melchior Wagner** Sáb Abr 13, 2013 11:54 pm

Asenti ante sus palabras, tenian perfecta logica para mi,aun no me conocia, pero eso era algo que yoqueria remediar.

-Clarro debe serrterible parra ti, pasarr de un prrometidoa otrro, segurro que ya no confias en nadie, perro esta bien, yo esperrarre el tiempo que desees.-

Suspire, la verdad es que no tenia el tiempo que ella deseara, debia casarme antes de que pasara un año, si no romperia la promesa hecha a mi madre.

-Porr otrro lado puedo entenderr que quizas te sientas intimidada por lo de tenerr hijos, perro debes saberr que yo no estoy mas prreparrado que tu.-

En verdad esperaba que mis palabras sirvieran de algo, quizas solo para llenar el espacio vacio de la conversacion, bebi un trago de mi bebida y me senti acalorado.

-Como es correcto esperare hasta el matrimonio para cualquier contacto fisico-

Mi cerebro estaba un poco desconectado de mi lengua y en cualquier otro momento me hubiese sentido cohibido de estar entablando esa conversacion, intente distraerme y bebi de golpe la copa frente a mi.

-Y disculpa de nuewo porrque solo he centrrado la conwersacion en mi, siendo que segurro tienes mucho que decirr respecto a que tu padrre te comprrometiese con un extrranjerro extraño y torrpe-

Intente sonreir, pero me senti patetico y pequeño frente a ella, y por segunda vez en la noche me senti sonrojar, debia parecerle un niño patetico, aunque cabia la posibilidad que jo lo notase

-Quizas ni siquierra quierras casrrte conmigo...-

por **Karen Nygard** Dom Abr 14, 2013 10:07 pm

Loco, esa la única palabra que llegaba a la mente de la joven ante las palabras de él, aunque según lo que veía de él y no parecía incomodarle que su respuesta no fuera lo que esperaba y eso estaba bien, de ese modo seria menor doloroso para todos cuando decidiera terminar el compromiso.
Aunque el comentario que vino después le causo una gracia tremenda que no podría demostrar porque luego podía ser malinterpretado.
- No te preocupes por eso, estoy consciente de que todos son diferentes aunque admitiré que es algo doloroso y difícil pasar por diferentes prometidos, esperemos que seas e ultimo - sonrió para ocultar la mentira. Deshacerse de los demás prometidos había sido un descanso para su espíritu y algo que le alegraba a niveles insospechados, con él las cosas no deberían de ser diferentes a pesar de que había mencionado que esperaba que lo fueran.

Tomo la copa y bebió de nuevo; el tema de los hijos salía a relucir de nuevo. Quería tenerlos seguro, pero no hablar tan repentinamente de eso con alguien a quien pensaba dejar en un tiempo.
- Dejemos el tema de los hijos de lado, me siento incomoda hablando de eso. - Llevo su mirada a las demás personas en aquel café - sin mencionar que no es el lugar apropiado para una charla así. - Se sonrojo de manera inevitable. ¿Contacto físico? que no podía notar que en definitiva ese no era ni el lugar ni el momento para continuar hablando de esas cosas. Lo miro de reojo, no podía negar que Melchior era atractivo, muy atractivo pero no podía dejarse llevar por eso para ignorar sus inapropiadas platicas. - De verdad que no quiero hablar más de eso - dijo para poner fin a ese punto.

Se relajo cuando la charla cambio de nuevo al compromiso, ese tema era mucho más aceptable que el de los hijos o el contacto físico.
- Pues no tengo mucho que decir al respecto, mi padre sabe lo que es mejor para mi así que creo que si te ha elegido es porque no eres torpe ni extraño. Aunque me gustaría saber más de ti - recargo las manos en la mesa y su barbilla en ellas - Dime, ¿Qué es lo que haces?, ¿Qué edad tienes?, ¿Qué esperas de este compromiso? - ignoro la pregunta sobre lo que pensaba sobre el hecho de casarse con él, detestaba la idea y tener que mentir era como si una serpiente se tragara su propio veneno.

por **Melchior Wagner** Jue Abr 18, 2013 9:54 am

Sonrei ante su resistencia, ella era preciosa, mas alla del aspecto fisico, su resistencia a hablar de ciertos temas me parecia digno de admirar y comenze a detestar a cada uno de los prometidos que me habian precedido.

Suspire por su pregunta. Me hacia pensar que tanto podia decirle, considere mentir respecto a mi trabajo.

-Tengo 23 años, del comprromiso esperro que pueda hacerrte feliz, corrtejarte correctamente... de werrdad me gustarria que nos enamorarramos... -

Inhale profundamente, estaba siendole honesto respecto a lo que sentia y me parecia hipocrita no responder todo lo que me pedia.

-En cuanto a mi trrabajo, puedes escogerr crreerme o tacharrme de loco, perro mi trrabajo consiste en cazarr demonios, cosa en lo que soy decentemente bueno- sonrei, estaba siendo modesto- asi que si quierres reirr adelante.-

Espere su respuesta con gesto impasible, habia visto varias reacciones de diferentes personas, desde incredulidad hasta admiracion, pero en mi interior esoeraba que la reaccion de Nerissa tuviese que ver mas con la ultima.

por **Karen Nygard** Jue Abr 25, 2013 7:38 pm

Sonrió esperando conocer pronto una respuesta a sus preguntas, al menos de esa manera lograría evadir aquellas preguntas que no esperaba y lo que no quería responder.
Con el inicio de la respuesta se obligo a seguir manteniendo la sonrisa; era demasiado insistente en que quería que se enamoraran y pues bueno de verdad que no era algo que estuviera en sus planes, sabía que el amor llegaba a cada uno de manera inesperada pero algo le decía que con él no serían las cosas diferentes a como lo habían sido con otros en su momento.

Su edad no le sorprendió mucho pero lo que tenía que ver con su trabajo hizo que la sonrisa en los labios de Nerissa se desvaneciera en un instante. Aquello debía ser una broma, ¿cazar demonios? como si esas cosas pudieran existir. Unas ganas tremendas de soltar una carcajada llegaron hasta ella pero se contuvo, no era tan irrespetuosa menos en un lugar como aquel, aunque esa broma no la dejaría pasar por alto.
- Si piensas impresionar a tu prometida lamento informarte que no ha funcionado, es imposible que existan esa clase de cosas y es mucho más imposible que alguien como nosotros les de caza - no existía mucho fuera de su mundo, y aquello que Melchior le planteaba salía de sus esquemas completamente por eso se negaba a creer lo que le dice - además si fuera verdad ¿no es eso muy peligroso? - llevo una de sus manos a su barbilla y se recargo en la mesa sin dejar de observarlo - dicen que quieres tener hijos conmigo pero si haces eso que dices - sonrió- ¿estas dispuesto a ponernos en peligro a mi y a tus hijos? - si el podía jugar con mentiras como esas ella también.

por **Melchior Wagner** Sáb Abr 27, 2013 8:50 am

Al instante siguiente de escuchar su respuesta, di un respingo, si bieneperaba no me creyese, nunca me habia planteado el hecho de que me respondiese con un tema tan delicado, que yo nunca habia querido pensar.

-Bueno querrida ya sabia yo como reaccionarias, y aunque ahorra prretendas hacerrte la grraciosa, responderre tus prreguntas, una perrsona cualquierra no podrria, perro yo pase años de mi wida entrrenando, si es peligrroso, pero nunca te dejarria desprrotegida, a ti o a mis hijos-

Suspire y mire mis manos, el nerviosismo habia desaparecido, reemplazado por preocupacion, si quizas ella queria instarme a dejar mi trabajo, lo unico que quedaba era una opcion desagradable, pero ya habia enfrentado a mis padres por ello alguna vez y estaba dispuesto a hacerlo de nuevo.

- Perro si no crres poderr soporrtarr algo asi quizas querrias hacerr de cuenta que este encuentrro no sucedio, rromper el comprromiso, y ...-

Me perdi en mi mente, no queria dejarla en verdad habia algo en su personalidad esquiva que me fascinaba y Dios santo, era tan encantadora sin siquiera proponerselo.

por **Karen Nygard** Miér Mayo 01, 2013 12:58 pm

Claro que se hacía la graciosa, no era nada común algo como aquello que él le decía y por eso comenzó a pensar que su nuevo prometido estaba absolutamente loco. ¿Cómo era posible que su padre no notara eso? o tal vez lo que pasaba es que aquel hombre frente a ella sabía mentir excelente para convencer a los otros de que era inofensivo.
- No es que pretenda hacerme la graciosa es solo que nunca he visto ninguna criatura a las que tu te refieres y es obvio que voy a dudar de algo que nunca he visto antes así que no me digas que me hago la graciosa simplemente que no te creo completamente.

La mirada se le ilumino ante la petición de terminar el compromiso, y para mejorar todo no había sido ella la que había dicho de finalizar todo el asunto pero entonces un leve sentimiento de culpabilidad llegó hasta ella. Era demasiado pronto para aquello además de que era su idea y si aceptaba lo que él decía sería como que Melchior la estuviera dejando a ella y no como las cosas debían de ser en su mente.
- No, puedo soportarlo así que no es necesario que terminemos el compromiso - sonrió y estirando su mano tomo la de Melchior - de verdad que puedo resistir así que no piensen en eso - por lo menos por esos momentos las cosas serian así - y ¿Algún día me enseñaras una de esas criaturas? - quería lucir y o irse interesada aunque siguiera pensando que estaba completamente loco.

por **Melchior Wagner** Mar Jun 04, 2013 7:53 pm

Mi corazón dio un vuelco ante sus palabras, ¿ella en verdad no quería romper el compromiso? Aun así note que seguía sin creerme con respecto a mi trabajo.

-¿Necesitas verr las cosas parra crreer en ellas?, porque según se hay muchas cosas que no has visto nunca- suspire, me encontraba mas a gusto en su presencia, e inclusive me sentía un poco mas seguro respecto a nuestro compromiso- podrria mostrrarrte mas cosas del mundo perro esas crreaturras preferriria morrir antes de acerrcarlas a ti-

Mire su rostro unos segundos y una pequeña onda de inspiración llego a mi, aparte las cosas de la mesa con discreción

-Aunque hay algo que podrria mostrarrte, si tu me perrmitierass- sabia que de nuevo mi cara tomaba otra coloración, y sin embargo ahora no me importaba porque podía ver mientras me acercaba como el resto de su piel se tornaba del color de sus pechas, y sus largas pestañas enmarcando esos ojos hechizantes - Y quizás no sea el momento correcto, perro no quierro esperrar.-

Pose mis labios en los suyos y presione suavemente lo que dura un latido de corazón, para después separarme y espera su reacción.

-Ahora puedes abofetearme si quieres-

Pero por mi lado sabia que no me arrepentía ni un segundo y que si había golpe valdría la pena

por **Karen Nygard** Jue Jun 06, 2013 10:18 pm

Le miró con molestia; se atrevía a recalcarle que no se había aventurado nunca a conocer todo lo que la esperaba más allá de las puertas de su fina casa. No toleraba la idea de que su padre, además de comprometerla en cuanto podía les diera tanta información sobre su persona, como si fuera un objeto en venta.
- Pues las cosas que sepas o te hayan dicho no son toda la verdad sobre mi. Puedo conocer más de lo que crees - hablo con firmeza y seguridad, aunque claro… todo era mentira.

Sus palabras aunque intentara negarlo la conmovían un poco. Melchior lucía sincero, bobo y misteriosamente enamorado.
- Aunque tu no las acerques a mi, no sabes si en algún momento una de esas - hizo una pausa y continuo algo burlona - "criaturas" vendrá a buscarme por sus propios medios… tu no estarás siempre a mi lado - esa era una realidad, una que después cuando aquel juego bobo de su padre terminara sería definitivo… Melchior no estaría junto a ella.

Desvío la mirada para observar a las demás personas allá, escuchando aun lo que decía su prometido pero sin mirarle.
- ¿Qué me contaras? - apenas tuvo la oportunidad de verle un poco y medio escuchar lo que decía cuando sus labios fueron besados por los de Melchior, dejando impactada por segundos. En el momento que los labios ajenos se alejaron, llevo su mano derecha para cubrir los suyos; su rostro había tomado una coloración rojiza y las palabras se aglomeraban sin sentido en su boca que permanecía cerrada.
¡Le había besado!… en un lugar donde no podía abofetearle por más que deseara, aunque si era sincera consigo misma, no tenía ni el impulso ni el deseo de eso.
- Tu… - bajo la mano descubriendo sus labios - ¿Por qué lo hiciste? - no estaba molesta; más bien estaba confundida, pues hasta el momento no había dejado de ser simplemente grosera y él en cambio era amable y tierno.

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