••• Aimé •••

AIMÉ

PSICOLÓGICO

Comprender a Aimé en un principio no es especialmente difícil. Es calmado y habla más bien poco y casi siempre en un tono suave, incluso amable a pesar de la situación y tranquilizador. Pocas veces son utiliza tonos más altos. Casi siempre parece perdido en su mundo personal, prestando poca atención a lo que acontece a su alrededor y hacer que ponga su completa atención en algo resulta casi imposible a menos que él mismo quiera hacerlo.

Cuando trabaja se muestra seductor y siempre está dispuesto a cumplir los caprichos de su cliente siempre que tenga dinero suficiente. Normalmente sus clientes son hombres pero de vez en cuando también se acuesta con mujeres, solo cuando la cantidad que le ofrecer es alta dado que su precio con ellas es considerablemente más elevado. No cree en el amor. Se ha enamorado antes y considera que aquellos fueron los peores errores que pudo cometer. Esto le hace ser desconfiado y desprecia las palabras de amor a pesar de que al mismo tiempo las desea. Siempre que parece algo va más allá de simple placer sexual se aleja.

Hasta aquí lo que se puede saber fácilmente de él. La parte complicada empieza por el hecho de que es una persona depresiva. Por mucho que intente el no ser afectado por su estilo de vida o las personas que le frecuentan, en el fondo desea ser amado a pesar de que lo negará una y otra vez. En cualquier día puede caer en un estado de depresión que lo pone al borde del suicidio. A causa de esto también tiende a la automutilación y en casos extremos tiene estados de fuga. Esto es que olvida quién es, absolutamente todo por un tiempo, un día o dos por lo general. Se construye una personalidad diferente y vaga sin recuerdos por las calles de París, en ocasiones también asume un nombre nuevo. Pero inevitablemente recuerda su vida en algún momento y regresa a ella.

PASADO

Hablemos un poco de su madre primero… Una hermosa mujer rusa, hija de comerciantes con dos hermanos mayores, viajaba constantemente con sus padres y en uno de sus viajes a París se enamoró de un sencillo joven de clase media. Se quedó con él en París y por dos años tuvo una vida apacible. No les faltaba el dinero aunque tampoco les sobraba, lo único que le faltaba era ser madre, lo que más deseaba… Pero antes de que sucediera su mundo feliz ya había empezado a desmoronarse. Lo primero fue la muerte de su esposo, asesinado por equivocación aparentemente, lloró noche y día, y pasaba la mayor parte del tiempo en el cementerio. Pero sus amistades consiguieron que se volviese a preocupar por ella misma, decidió que ya nada tenía en Francia y se proponía regresar con su familia a Rusia. Entonces le llegó una segunda triste noticia: la muerte de su familia en circunstancias extrañas, creían que habían sido víctimas de un robo. Aquello la destrozó, ya no tenía a nadie ni nada, ningún lugar a dónde ir.

En aquel estado la encontró el hermano de su fallecido esposo, un hombre de nombre Jean-Paul. Pocas veces le había visto pero en cierta medida le cofortó tener a alguien que la consolara y cuando el hombre le ofreció trabajo aceptó de inmediato, sin saber de qué se trataba.

Jean-Paul era un proxeneta y pronto lo descubrió la joven rusa cuando más tarde le explicó lo que tenía que hacer. Se sintió humillada y asqueada, pero estaba desesperada también de modo que no se resistió, no demasiado en todo caso. Luego de que le “enseñara” el trabajo comenzó a tener clientes y descubrió que Jean-Paul había tenido razón al afirmar que muchos hombres pagarían bien por su cuerpo, aunque la mayor parte del dinero no era para ella.

Cuatros años pasaron, aunque en un principio le había repugnado la idea de que tantos hombre la poseyeran terminó por acostumbrarse a ello. Entonces descubrió que estaba embarazada. Tanto lo había deseado en su tiempo de casada, pero en aquel momento no estaba segura de quererlo. No deseaba que su hijo o hija viviera como ella, ese era su mayor temor en especial si resultaba ser una niña. Pasaron los meses hasta que llegó el momento de dar a luz, un niño, y cuando lo tuvo en sus brazos se olvidó de sus temores. Quería a su hijo al que llamó Aimé.

Pasemos a la historia de Aimé ahora…

Se crió entre cortesanas de modo que nunca fue un gran secreto las actividades de aquellas mujeres, y a veces hombre, para él. Su madre, a quién siempre se dirigían como Amélie, le enseño a leer y escribir, en cierta forma intentó normalizar su vida lo que cierta medida funcionó. Aimé jugaba con otros chicos de la calles, robaba en ocasiones, se burlaba las autoridades y huía cuando le perseguían. Pero había algo curioso con él, su físico nunca fue marcadamente masculino, en muchas ocasiones le confundían con una chica e incluso su voz resultaba engañosa. Aquello llamó la atención de Jean-Paul pero decidió esperar. Cuando tuvo trece años fue el momento en que aquel proxeneta realmente empezó a acercársele, examinaba su cuerpo e incluso abusaba de él en ocasiones. Aimé lloró en las primeras veces, luego dejó de mostrar cualquier tipo de emoción frente a aquel hombre. A pesar de los gritos furiosos y súplicas de Amélie, no pudo evitar que su hijo fuese arrastrado a aquel tipo de vida también.

Aimé aprendió poco a poco, bailaba para los clientes en el burdel, los seducía y complacía de cualquier manera que le exigieran. Se enamoró en un par de ocasiones, pero aquellas personas nunca volvieron por él de modo que empezó a cerrarse en sí mismo. Cuando cumplió dieciocho falleció Jean-Paul, en un accidente. Tuvo la oportunidad de irse con su madre entonces, pero no lo hicieron. Ninguno de los dos sentía la suficiente confianza para ello de modo que continuaron en el burdel de París. En ocasiones Aimé pasa una noche o más en las viviendas de sus clientes pero siempre regresa al burdel.

EXTRAS

- Lee y escribe bastante bien en francés y ruso pues su madre le enseñó.
- Solo habla ruso con su madre.
- En ocasiones su madre le llama "Sasha", es un segundo nombre que solo ella puede usar.
- En lo referente a tener relaciones sexuales, es masoquista.
- No es extraño ver partes de su cuerpo con cicatrices, tanto por el masoquismo como por la automutilación.
- No es muy creyente.
- Tiene varias piezas de ropa femenina así como maquillaje.

HUMANO

CORTESANO

20 AÑOS

CLASE BAJA

HOMOSEXUAL

FRANCÉS

Tuga X SC