"El vals del Emperador" [Gray Boissieu]

Como si tuviera un despertador interno, cada vez que el último rayo de sol se escondía, dejando pasa a mi amada oscuridad, dando su mensaje de que la noche ya esta aquí, me despertaba de mi letargo en mi mansión, acomodada con múltiples cortinas para no dejar pasar el más mínimo rayo de sol, igualmente me encerraba en un preciosos y ordenado cuarto sin ventanas, en el que el frío reinaba y penetraba por las paredes.
Esta se componía de una cama matrimonial al fondo, con una colcha roja en la que aparecen detalles dorados, tales como flores y demás cosas que hacían más llamativa la colcha(claramente inspirada en el barroco, me encantaba ese estilo), unas estanterías con unos detalles esculpidos directamente en la madera, similares a los de la cama, llena de literatura clásica, esta se situaba en la parte izquierda de la habitación, haciendo esquina, el centro de la habitación lo presidia una gran alfombra, con detalles iguales a la colcha, solo que en vez de dorados eran plateados, a la derecha, en la parte más cercana a la puerta se situaban dos sillones marrones, muy acolchados, cada uno cara al otro, en el medio se encontraba una mesilla, que rondaría el ,metro de altura, en la que se encontraban 2 copas, por si acaso recibía visita de alguien muy cercano....

Al salir de la mansión me estiré, dándole la bienvenida a una nueva noche, espero que cargada de sorpresas......
Me encaminé por las calles de París, sin rumbo, contemplando cada esquina, en busca de alguien interesante con quien hablar,o simplemente, cruzar las miradas, todo paso sin muchas novedades, unas miradas de vez en cuando pero.....de ningún vampiro y de nadie lo suficientemente bello como para cautivarme, que se le va a hacer, no todas las noches uno tiene suerte aunque...todavía quedaba mucho tiempo hasta el amanecer, la diversión no hacía nada más que empezar.
Cuando llegué al ''Jardín de las Tullerías'' encontré algo más que interesante: entre toda la gente que había en el mundo tenía que aparecer ante mis narices el mismísimo Dalmau Bonmatí, hermano de Laia Bonmatí, uno de mis últimos caprichitos, aunque la historia no acabó del todo bien....pero eso ya da igual, me pregunto si ella seguirá viva....
Y por supuesto, sabía como era Dalmau, había fotos en su casa que mostraba a un joven apuesto, de rostro perfecto, bien proporcionado, sin ser un vampiro, podría pasar por uno de ellos, dado que desprendía elegancia y belleza a su paso.

Claro está que no iba a dejar todo en una simple miradita, el no sabía quien era yo, y debía de sacarle provecho a eso, quería jugar con él, y...cuándo me hubiera ganado su confianza convertirle, quizás podría acompañarme durante la eternidad....o, hasta que me aburriera de el, aunque faltarían años para eso....

Rápidamente me aproximé a el y, con un suave movimiento me situé más cerca de el, cogí un poco de carrerilla y fui en su dirección, haciendo que mi cuerpo chocara un poco con el suyo, propinándole una suave sacudida.
Como caballero que soy agaché la cabeza y dije, con voz segura y melódica.
-Oh!, disculpe caballero, me dejé guiar por mis prisas, debería de ser más cuidadoso, de verdad, lo siento señor....¿puedo tener el atrevimiento de preguntar su nombre?-sonreí, mostrando mi blanca hilera de dientes, aunque quité rápido esa sonrisa de mi cara, percatándome de que podría verme mis colmillos, aunque tampoco me importaba, quizás le gustaban los seres como yo....si así fuera, Laia seguiría viva...y si ella me veía, pondría en peligro mi nueva estancia en París, y mi intento de entablar amistad con Dalmau....

Por supuesto que sabía bien quien era ese individuo, yo mismo lo había llevado hacía aquí, más bien a su hermana Laia, aunque sabría que el vendría, como un perrito faldero, así son los hermanos
Pensé en mi hermana, en lo que tuvo que sufrir, e miedo que tuvo que pasar....solo por eso cualquier humano merecía pagar la vida.

Lo cierto es que solo de pensar como había quedado la familia de Dalmau en tan solo una noche me hizo pensar en la mala suerte que tenía el chico, mala suerte que se originó por mi culpa.....
No me sentía mal, desde luego,a mi no me pasaban esas cosas, si hacía algo era porque estaba seguro de lo que hacía, nunca he tenido remordimientos, y nunca los tendré.
Solo que pensar en que un joven tan bello hubiera pasado el infierno que yo le dejé me hizo dudar.....quizás no tendría que haber sido tan extremista, cosa que ahora no podía cambiar, aunque tampoco hacía falta....ahora lo tenía frente a frente, y mi plan comenzaba....
-[color=firebrick]Bonito nombre, y gracias por aceptar mis disculpas[/colo]-lo miré fijamente, como queriendo descifrar que me decían sus ojos-Mi nombre no es importante, solo llámeme Gray, ¿hay alguien con usted? si no hay nadie, podría acompañarle, quizás podríamos sentarnos a tomar algo, tómeselo como otra disculpa-concluí la frase con una sonrisa de oreja a oreja, dejando entrever mi perfecta dentadura, sin mostrar mucho los colmillos, claro.

Decidí hacer eso que hacen los amigos, escuchar, claro que sabía que no iba a ser su amigo hasta dentro de mucho tiempo, pero por algo se empieza...
-Parece preocupado,¿le dejaría a un desconocido escuchar sus problemas? si no está de acuerdo lo entenderé...-sonreí, esperando ansiosamente su respuesta.

OFF:
Alek, perdón por esta mierda de post, pero no me encuentro muy bien, tengo angustia y eso :S, els iguiente será mejor

El sonido de los violines predominaba en el lugar, unido a este estaban en menos grado las risas y los comentarios de la gente, todos parecían estar pasándoselo en grande, lo cierto es me habría gustado salir a bailar, pero claro...solo no podía y lo mínimo que podía esperar si sacaba a bailar a Dalmau(cosa que ya de por sí veía difícil, ya que este se mostraba reticente a coger una rápida confianza conmigo, era de las pocas personas prudentes con las que me había cruzado en París...) era que nos tirarán piedras, ya que, por supuesto la educación a la que se sometía la sociedad no permitía que dos personas del mismo sexo estuvieron, por decirlo así, en actitud cariñosa, aunque a las espaldas de todos había millones de romances, incluso en cargos altos.

Escuché atentamente todas las respuesta que decía el apuesto joven que, en apenas unos minutos, ya se había convertido en uno de mis nuevos caprichos, por una parte quería ir conmigo a algún sitio, era un avance, pero seguía mostrándose cerrado (''Tendré que ayudar a soltarte, Bonmatí'') aunque supongo que con el tiempo ya se iría soltando, como en todas las relaciones normales, a las que yo no estaba acostumbrado.

-Supongo que debe de ser nuevo aquí, como yo, señor Bonmatí, siento decirle que no conozco ningún lugar, apenas conozco algún lugar de las cercanías de mi actual residencia, si quiere podemos caminar, quizás vemos algún sitio abierto-luego escuché con mala gana como el chico no quería contarme sus pensamientos, bueno, como dije antes, el era más prudente, muchas personas como el habían pasado por mi vida, y todas habían acabado prendadas de mi, es más, solo había una persona que perdió el interés en mi rápidamente, su hermana, Laia, eso de la tozudez al parecer, le viene de familia....-Tranquilo, no pasa nada, como dije antes, solo soy un desconocido, entiendo su postura-fingí empatía-solo que soy una persona demasiado impulsiva, pido que disculpe mi carácter-reí-Vaya, parece que hoy solo hago que disculparme con usted-le miré directamente a los ojos, que como no, eran preciosos, como el resto de el, lo cierto es que iba a ser difícil ganárselo, pero lo iba a conseguir....sea como fuere lo haría, de eso no me cabía duda.

Le hice un gesto para que me siguiera, quizás encontraríamos alguna cafetería abierta más adelante, si no, al menos podría hablar con el, pensé un rato en su rostro, era como un tierno niñito, aunque, a la vez, sus ojos reflejaban ya que era un adulto, quizás por el infortunio que pasó con su familia, después de ese rápido pensamiento dí media vuelta y me encaminé hacía ninguna parte....