Inquisidora Kattagary

DATOS BÁSICOS

DESCRIPCIÓN PSICOLÓGICA

Uriel psicológicamente en todo un volcán. Segura, seductora y picara, nadie se resiste a sus encantos. Fría y metódica en todo, se pasa analizando cada movimiento y gesto, observando todo su alrededor. Muy inteligente y una observadora innata, nada se escapa a su escrutinio, si algo se le mete en su cabeza, no cederá hasta conseguir aquella, ya sea una respuesta  a un misterio o a información de alguna presa. Terca y rebelde, hasta sí misma se rebela contra la iglesia, ya que muchos de sus compañeros, creen que para los condenados, no existe la redención, y ella cree firmemente que mientras su oscura alma no se encuentre perdida, seguirá luchando por conseguir una vez perezca, un lugar en el cielo. Un alma solitaria, a la que le gusta jugar con sus presas.

Pese a su carácter, aún su parte humana mora en ella, convirtiéndola en una persona amigable, bondadosa y risueña. Cuando no se encuentra en misiones, reconociendo o tras algún vampiro u otra criatura, le gusta rodearse con vampiros y descubrir más de ellos. Odia los mentirosos y que intenten confundirla o jugar con ella, ella es la única leona, que pese a su aspecto inocente, lucha con garras y dientes por lo que cree, todo y que muchas veces ni ella misma sabe en que creer.
A veces por eso, se muestra melancólica y durante esos momentos, se encuentra perdida, en un mundo de contradicciones entre lo que creía a pies puntillas antes y en su nueva condición, la que muchas veces odia.
En lo sentimental, no puede confiar cuando se encuentra rodeada de humanos, como para buscarse algo entre ellos y con los vampiros no confía del todo en ellos, aún no ha llegado a confiar tanto en alguien como para dejar que se cuelen en su corazón. Si algún día llegara a amar, lo daría todo, hasta podría cambiar completamente su vida por ese sentimiento, que hace tantos años, su corazón y cabeza no sienten.

Spoiler:

HISTORIA

Uriel nació en el seno de una familia adinerada, de clase alta, en la que todos sus miembros desde sus ancestros, han sido y son inquisidores por nacimiento. En la familia Kattagary, desde siempre han sido inquisidores, y de los más respetados en el reino Ingles, en Gran Bretaña, de donde procede el apellido. Siendo así las cosas, Uriel nació predestinada a ser una inquisidora como sus dos hermanas mayores. Fue creciendo y adquiriendo una educación orientada a su futuro como cazadora de bestias místicas y oscuras, abrazando la religión como su talismán, también la educaron en lenguas, ya que para cualquier inquisidora era necesario el dominio de todos las lenguas que pudiera memorizar, y Uriel, si de algo le sobraba era memoria e inteligencia.
Rápidamente fue progresando llegando a ser la mejor de las hermanas, la más inteligente y rápida a la hora de actuar, reaccionar y cavilar ante las diferentes situaciones, llegando a salvar a su propia familia en muchas cacerías apenas siendo una adolescente, destacando en intuición y rapidez, como observación, habilidades natas de una buena espía. Pero Uriel, en su fuero interno se revelaba, nada le gustaba que su vida estuviera planeada en todo momento, que no le dieran opción de negarse, de ser lo que ella quisiera, de poseer una vida normal, por lo que pronto rebelándose contra su creencia y familia, empezó a hacer incursiones por si sola al mundo real, donde se relaciono con jóvenes y descubrió su lado femenino oculto entre tantos conocimientos, convirtiéndola en una jovencita segura de sí misma, en cualquier aspecto. Todo y así, nunca dejó de participar en las cacerías o ayudar en misiones de su familia, donde requerían su presencia, ya que todo y que se negaba, su vida era la observación, el espionaje.



Fue una grande cacería, toda la familia se había volcado en ella, habían descubierto un antiguo vampiro, el que llevaba tras de sí a miles o más, victimas en su pasado y presente, si no le paraban los pies. Uriel se centró, ya que si algo odiaba eran los vampiros que se bañaban en la sangre de los niños, y este viejo vampiro, era uno de ellos. Tras muchas horas en vilo, rastreando y buscando, lo encontró y en menos de lo que cantó un gallo, toda su familia acudió al encuentro, y arremetieron contra él. El vampiro, no se amedranto y usó cada una de sus habilidades contra el grupo de inquisidores, muchos de ellos terminaron muertos o heridos, pero finalmente, optó por huir, eran demasiados y el amanecer estaba cerca.
Uriel tras un orden de su padre, fue detrás del vampiro, rastreándolo, espiándolo, hasta llegar al puerto, donde le perdió la pista. Inquieta tras perder su vista, se adentró en el puerto, buscándole, pensando que quizás estuviera en algún rincón moribundo. Lo que no esperó ese día, fue que una mano acallara sus gritos, cuando un joven la sorprendió por la espalda, e hincó sus dientes profundamente en su cuello, bebiendo ávidamente de su vena. Se revolvió pero poco pudo hacer contra  el agarre del vampiro y poco a poco fue cediendo, hasta quedarse inerte en brazos de ese vampiro. La muerte llegaba y con ella, las imágenes de su vida iban pasando a sus ojos, en cuanto notó el latido de su corazón mas perezoso que nunca, el vampiro, sorprendiéndola paró y dejó su cuerpo en el suelo. Confusa, no entendía que ocurría, sentía un liquido en su garganta, cálido, que iba recomponiendo su cuerpo, y luego nada, oyó la risa del ser oscuro, y antes de quedarse inconsciente, lo último que vio fue una sombra irguiéndose a su lado, la que le acariciaba con dulzura y suavidad las mejillas. “A partir de este momento, dejaras de ser lo que eras, para convertirte en la presa, que tanto has odiado…este será mi regalo para ti” Tras estas últimas palabras, el vampiro la dejó sola y tras el amanecer, encontrándose oculta del sol, se durmió confundida, sin creerse todavía nada de lo que le había pasado, sintiendo y rezando, abrazando a dios rogándole de que fuera un sueño, que no permitiera esa realidad.

Tras el primer despertar tras convertirse en vampira, como sucede con todos los de esta oscura condición, se encontró matando a su primera víctima, un señor que pasaba cerca de ella, en el momento menos oportuno. Horrorizada por su acto, corrió en la noche a su casa, con lágrimas de sangre en los ojos, encontrándose perdida. Por desgracia, su familia no la recibió con los brazos abiertos, si no con la hostilidad que recibían a los vampiros, atacándola, logrando que Uriel no tuviera más salido que irse de su patria, lejos de su apellido y su familia, quienes juraron que si volvían a encontrársela, sin dudar la matarían. Ella para ellos, ya no era la hija pequeña, si no la vergüenza de una familia entera.
Desolada, se dirigió a Paris, buscando respuestas de por qué dios había permitido tal infamia así con ella, del porque la había abandonado a una suerte que no merecía. Allí encontró el perdón, y siguió haciendo de espía, volcándose más contra sus presas, ahora que era lo mismo que ellas. En su mente, no deja de pensar en su familia, familia que tras los treinta-ocho años que han pasado, muchos han perecido bajo el sueño de la muerte.

DATOS EXTRA

-Odia alimentarse, por lo que acostumbra a pasar muchas noches sin alimento, actualmente, ha encontrado satisfacción en beber de la sangre de otros vampiros, pero no le sacia, por lo que vuelve a beber sangre de humanos. Cada vez se intenta controlar, un poco más.

-No sabe quien la convirtió, no se acuerdo más que la sombra que sobre ella se cernió.

-En su fuero interno se encuentra perdida, sin saber ya en que creer.

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