No sabes nada, Bouvalier [Priv. Kiara]

por **Adrew Bouvalier** Lun Jul 29, 2013 12:51 pm

Era ya noche cerrada, pero Adrew seguía trabajando. O bueno, intentaba hacerlo, porque por mucho empeño que ponía en los informes que tenía a la vista su mente se iba una y otra vez hasta el rostro de la señorita Ridrick. Sólo había hablado un par de veces con ella, pero le resultaba imposible no seguir recordándola. Su melena rubia, sus ojos azules o aquél cuerpo que se adivinaba bajo las ropas. Era tan, tan fácil dejar volar su imaginación…

Negó con la cabeza y suspiró. No. No. No podía ser tan idiota.

Allí, delante de sus ojos, tenía los informes. Había algo raro con aquella mujer. Algo demasiado raro. Movimientos extraños, algunas desapariciones en el tiempo… Chasqueó la lengua y releyó el texto. En ellos no había ninguna prueba concluyente, claro. Sólo rumores y especulaciones.

Pero desde la embajada les preocupaba que una inglesa pudiera estar involucrada en problemas. Sobre todo si esos problemas ocasionaban incidentes internacionales. Y, al menos de momento, la corona inglesa no quería enemistarse (más aún) con la francesa. Que para la guerra siempre había tiempo de sobra.

Por eso le habían encargado que la investigara. Tenía que acercarse a ella, ver sus movimientos, hacer averiguaciones, preguntar a otras personas, etc. Y mientras lo hacía más le asustaba lo que veía. Decididamente había algo extraño en ella.

El problema era que, desde que había hablado con ella por primera vez, no había logrado quitársela de la cabeza. Había sido en el teatro, al salir de una función. Una conversación ligera y entretenida, sin que hubiera nada profundo. Simplemente se había acercado a ella para comentar la obra y establecer el primer contacto entre ambos.

La segunda vez había sido en una pequeña fiesta. Un ágape nocturno al que acudió buena parte de la alta sociedad parisina, en el que Adrew se había acercado otra vez a ella. Esta vez hablaron algo más de tiempo y el espía terminó de constatar lo diferente que era Ridrick del resto de mujeres que había tenido ocasión de conocer. Pero todavía no era capaz de saber si aquella diferencia era para bien o para mal. Aunque en vista de los informes aquello no podía augurar nada bueno.

Adrew volvió a suspirar y apartó la vista de los informes. Luego se levantó y fue hasta la cocina. Necesitaba una copa de vino y despejarse un poco.

El pobre iluso no sabía lo que se le venía encima.

por **Kiara Ridrick** Sáb Ago 03, 2013 11:15 am

Kiara se había despertado hacía un par de horas y con una sonrisa en el rostro empezó a asearse ayudada de una de sus sirvientas. En su casa no tenía mucho servicio pero necesitaba alguien que la ayudara en las tareas diarias así como que fueran sus ojos durante el día. Esos mismos ojos y oídos le habían hecho llegar algunos rumores sobre su reciente amistad con el señor Bouvalier.

Al principio y la primera vez que lo conoció su actitud contra él había sido dura, fría, lo había visto como un posible juguete, eso eran los hombres para ella y por lo que había sido educada, tomarlos como meras mascotas con las que jugar, mutilar, maltratar, alimentarse y mil maneras mas de satisfacer sus propios deseos. Tras comentar la obra de teatro con el hombre se marchó con su anfitrión, un muchacho joven de apenas 20 años que no duró ni su primer juego, tal como notó los colmillos de la vampiresa en su miembro se movió demasiado y se acabo "desmembrando" y murió desangrado.

Los días habían seguido y quería seguir jugando pero los hombres de Paris empezaban a aburrirla pero menos mal que fue invitada a una de las fiestas de la alta sociedad, bueno técnicamente no la invitaron pero se colgó del brazo del que sería su próxima víctima esa noche, un hombre de unos 30 años británico.

En medio de la velada observó como el mismo hombre se acercaba a ella y esta vez lo recibió con una sonrisa, algo distinto a ella aunque se mantuvo fría y cautelosa. Hablaron de cosas banales e incluso se atrevió a aceptar una copa de su parte y un baile antes de que fuera reclamara por su juguete de turno.

El rumor había sido una buena excusa para ponerse elegante e ir a hacerle una visita al señor Bouvalier a su casa. Un vestido rojo con un corset que acentuaba su cintura, unos zapatos de tacón rojo y su inseparable bolsa de juguetes fue todo lo que llevó hasta la puerta de la casa del hombre, se iba a presentar sin avisar y esperaba encontrarlo de una manera indecente, a lo mejor la suerte estaba de su parte y estaba con unos pantalones que animaran su vista.

Tocó a la puerta y esperó paciente a que alguien le abriera y a sus oídos llegaron los sonidos de pasos procedentes del interior de la casa, al menos no estaba dormido. Pasó su lengua por sus colmillos antes de poner una gran sonrisa.

-Buenas noches señor Bouvalier, espero no molestarle.

Sin esperar su respuesta se acercó a él y le plantó dos besos en sendas comisuras de los labios, su olr la embriagó y a su mente llegaron las imagenes de su fuente de deseo.

Empezaba la cacería, ese hombre sería suyo esa noche.

por **Adrew Bouvalier** Sáb Ago 03, 2013 8:44 pm

Adrew dio un respingo al oír llamar a su puerta. ¿Quién era? ¿Quién iba a ir a su casa a aquellas horas de la noche? No había quedado con nadie ni esperaba visita alguna. ¿Sería de la embajada? ¿Había ocurrido algo? Aquél no era el procedimiento habitual, si querían hablar con él tenían que seguir otros cauces.

El espía se terminó la copa de vino y chasqueó la lengua. Mierda.

-¡Ya va!-gritó desde donde estaba, algo molesto. No tenía sentido ocultar su presencia, desde la calle se vería la luz de las velas encendidas-. ¡Un segundo!

El espía fue hasta el salón, sacó una pistola de chispa de un cajón y la cargó. Tal y como estaba sólo iba a necesitar percutirla. La dejó de nuevo donde estaba y lo cerró. Luego se acercó al escritorio y puso algunos papeles sobre los informes que había estado estudiando. En cuanto alguien los quitara de encima vería los documentos, pero no tenía tiempo para nada más elaborado.

-¡Va! ¡Va!-volvió a gritar, esta vez yendo hacia la entradita-. ¿Quién viene a estas horas?

Cuando abrió la puerta el corazón de Adrew se detuvo de golpe. ¿Ridrick? ¿Qué estaba haciendo Ridrick allí? ¿Cómo sabía dónde vivía? ¿Por qué estaba en el portal de su casa? Y, por Dios santo, ¿por qué era tan terriblemente hermosa? Fue a decir algo, pero antes de que su garganta le obedeciera la muchacha le plantó dos besos en la comisura de los labios.

Silencio. Silencio. Su cuerpo tenía que terminar de entender qué había pasado.

-N… No, claro que no. Por favor, por favor, pasad. No os esperaba…

Adrew la dejó entrar y la condujo hasta donde tenía su despacho. La vivienda era pequeña y modesta, con sólo tres habitaciones. Una hacía las veces de despensa y cocina, otra era su aposento privado y en la última trabajaba y recibía a las visitas.

La estancia estaba bien iluminada y el mobiliario consistía en una mesa de nogal llena de papeles (entre ellos los informes sobre Ridrick tan mal escondidos), varias estanterías llenas de libros, una mesita para el café y varios asientos más o menos cómodos.

-Es un placer para mí recibiros aquí, aunque admito que es toda una sorpresa-dijo mientras la invitaba a sentarse en uno de los asientos. El corazón de Adrew latía demasiado rápido y su respiración estaba acelerada. Todavía recordaba el contacto de sus labios y el perfume de la mujer. Oh Dios. Oh Dios-. ¿A qué debo semejante honor? Pero, oh, perdonadme. ¿Puedo ofreceros algo? ¿Una copa de vino tal vez? ¿Una tacita de chocolate caliente? Perdonad que no pueda daros nada más, pero ya veis la modestia con la que vivo. Espero que también disculpéis mi pobre aspecto, a estas horas no pensaba recibir visitas…

Era cierto. El inglés sólo vestía con una camisa blanca y unos pantalones. Ni siquiera llevaba calzado alguno.

-Voy a la cocina, vuelvo en seguida…

Y, aunque hubiera deseado quedarse donde estaba y seguir hablando con la vampiresa, la dejó a solas en el despacho. Junto a los informes. Informes que le alertaban de que era alguien peligrosa. Que no se podía confiar en su palabra. Informes que, de haber recordado, le habrían recomendado que se marchara de allí corriendo.

por **Kiara Ridrick** Lun Sep 02, 2013 10:17 am

Kiara sonrió al notar la duda en las palabras del hombre, sabía que no era my normal que se pasara por allí pero caminó al interior siguiéndole mientras seguía contoneando las caderas para llamar la atención. Fue rozando las paredes con una de sus manos, notando la rugosidad de la madera pero en el fondo evitaba poner las manos sobre el cuerpo de Andrew, tenía que esperar para que él mismo fuer el que se ofreciera a ella.

Con una sonrisa tomó el asiento dejando mostrar un poco sus senos.-El placer es mío, estaba paseando y recordé que me dijisteis que vivíais por aquí.-era una mentira absurda pero era mejor que decir que había hecho que lo siguieran.-Por favor una copa de vino sería perfecto.

Lo miró con una sonrisa intentando ser amable y coqueta, la vestimenta que llevaba el hombre estaba haciendo que se excitara y no iba a durar mucho aguantando sin poder besarlo, ¿sabría tan bien su sangre como olía? Cuando vio como Andrew se retiraba a la cocina se levantó para empezar a ojear todo un poco, primero fue a por los libros de una estantería, "aburridos" pensó para si misma mientras seguía pasando por la estancia hasta que su nombre escrito en unos papeles en la mesa le llamaron la atención.

Los tomó en las manos y empezó a leerlos. Su deseo empezó a cambiar a enojo, furia, ira y por último venganza.
No le importaba de dónde hubiera sacado esos papeles pero lo averiguaría, ahora le tocaba a ella tomar el mando. Con cuidado volvió a colocarlos en la mesa aunque esta vez los dejó sin ocultar mientras lo esperaba con una sonrisa maliciosa. Se volvió a sentar en el sillón y dejó su bolsa de juguetes bien cerca, había tomado en su mano uno de sus látigos, su instrumento favorito, y lo tenía a su lado escondido entre los pliegues del vestido.

-Muchas gracias Andrew, algo me dice que el de esta noche será uno de los mejores vinos que he tomado en mucho tiempo...-lo dijo con doble sentido pues esperaba en breve poder añadirle al vino ese manjar delicioso que circulaba, por ahora, por las venas de su cuerpo.

por **Adrew Bouvalier** Dom Sep 22, 2013 11:18 am

[FDI]Perdona que tardara tantísimo en postear, he tenido que dejar el foro por varias razones durante un tiempo. Espero que a partir de ahora los dos llevemos un buen ritmo ^^[/FDI]

El espía volvió con dos copas y una jarra. El vino no era malo, pero una mujer tan exquisita seguramente habría probado caldos mucho mejores. Se sentó en una de las sillas que había frente a Ridrick y llenó ambos vasos y le ofreció uno a la mujer.

-Me alagáis, mi señora-dijo el inglés, algo cohibido-. Pero es algo demasiado vulgar para vos, de haber sabido que vendríais hubiera buscado algo más digno de vuestra persona…

Aquello estaba mal. Una parte de Adrew intentaba recordarle que allí había no sólo un problema, si no varios. Que en el escritorio tenía informes sobre ella. Que le habían encargado averiguar más cosas sobre su persona. Que era alguien extremadamente peligrosa. Que estaba a solas con ella en una habitación y que la pistola estaba demasiado lejos.

-¿En serio?-preguntó el espía, que trataba con todas sus fuerzas de no posar sus ojos sobre los senos de Ridrick, o no podría apartarlos de nuevo-. No recordaba haberos dicho dónde vivo…-era cierto, rara vez Adrew cometía aquél tipo de imprudencias-. Pero me alegra haberlo hecho y que perdáis vuestro tiempo conmigo…

Dio un pequeño sorbo a la copa y mientras lo hacía miró a la mujer. ¿Qué hacía ahora? ¿Aprovechaba para investigar sobre ella? ¿Se limitaba a disfrutar de su presencia? ¿O intentaba huir y salvar su vida?

-¿Sabéis? Últimamente tengo bastante trabajo entre manos, me han mandado traducir algunas obras nuevas. Parece que el público inglés quiere cada vez más literatura francesa… Y no entiendo por qué, como si nuestras obras no fuera la bastante buenas, ¿no creéis?-no podía evitarlo, a veces le salía a relucir ese patriotismo tan suyo, sobre todo cuando hablaba con otro inglés. O, en este caso, inglesa-. A ver si la próxima vez me envían material británico para poder leer algo de la patria, tanto francés empieza a cansarme…

Por supuesto toda aquella conversación la estaba haciendo en inglés. Y observaba el rostro de Ridrick, esperando una respuesta. Sin saber nada del látigo que escondía la vampiresa y que estaba deseando usar contra él…

por **Kiara Ridrick** Jue Oct 03, 2013 1:46 pm

Kiara sonreía maliciosamente cuando lo vio llegar, el olor a vino le desagradaba un poco, no era el que estaba acostumbrada pero se iba a hacer con la suya, iba a conseguirle toda la información, no le gustaban que supieran de ella a sus espaldas. Cuando tomó la copa de vino que le extendio la tomó dejando que su mano rozara primero la ajena, buscando la mejor zona para hacer el pequeño corte pero rapidamente desechó esa idea, quería tomarla de su cuello, clavar sus colmillos bien fuerte en él.

Asintió ante su pregunta y sonrio empujando sus senos contra el escote, haciendo que se mostraran aun mas.-Claro que si querido, me lo dijisteis la segunda vez que nos vimos si no recuerdo mal, quizás estaríais un poco pasado de copas y por eso no lo recordais pero, ¿váis a dejar que una dama como yo tenga que salir y volver caminando sola a casa?

Intentó relajarse, estaba deseosa de hacer cumplir su venganza pero tal como dicen, "la venganza es un plato que se sirve frío", tenía que calmarse un poco antes de cometer una locura y no obtener palabra alguna.-Oh querido nunca perdería mi tiempo con usted, sois un hombre muy apuesto debo admitirlo. ¿Trabajo? Si le soy sincera la lectura no es uno de mis hobbys.-Aunque aprendio a leer gracias a su creador prefería pasar el rato jugando con sus mascotas o haciendo de las suyas entre los burdeles.

-¿Tanto extrañais Inglaterra? ¿Por qué no volvéis? Seguro que se necesita un traductor por allí-respondio en un perfecto ingles aunque con un acento antiguo. Estaba empezando a perder la paciencia y tras dejar la copa a un lado se puso en pie, enganchando el latigo en la cintura de su traje, por la espalda. Moviendo las caderas se acercó a Andrew hasta sentarse en su regazo.-¿Se os ocurre algo interesante para hacer a esta hora?

por **Adrew Bouvalier** Vie Nov 15, 2013 9:54 am

El pobre diablo no se podía ni imaginar lo que se le venía encima. No vio venir a una de las mujeres más hermosas que habían visto sus ojos levantarse. No se imaginó que se acercaría contoneando así su espléndida figura. Nunca pensó que se sentaría sobre su regazo ni que le preguntaría por algo interesante que hacer a aquellas horas.

Los ojos del espía estaban clavados en los de Kiara, aunque poco a poco los fue bajando hasta su escote, que tenía frente a él.

La garganta se le había secado, el corazón paralizado y el aliento congelado. ¿Qué decir? ¿Qué hacer? ¡Era peligrosa! ¡Era bellísima! ¡Era ella! ¡Sobre él! ¡Aquí! ¡Ahora! Y, por todos los diablos, el pobre imbécil de Adrew se dio cuenta de una cosa. A pesar de que la había visto sólo dos veces en su vida fue consciente de una cosa: ¡La amaba!

-Al demonio con todo-dijo antes de rodearle los hombros con los brazos, atraerla contra él y besarla en los labios. Le correspondiera o no, cuando sus pulmones le reclamaran el aire Adrew se separaría unos pocos centímetros de ella-. Soy vuestro. Soy vuestro más humilde esclavo. Mi corazón os pertenece por completo y os amaré por siempre, señorita Ridrick.

Y tras aquellas palabras se calló. Sólo hacía unos segundos que había pensado en su pistola y en que estaba demasiado lejos. Ahora su mente sólo podía concentrarse en el perfume de la mujer, su busto o sus labios. En desnudarla y guiarla hasta sus aposentos. En oírla gritar y verla retorcerse bajo él en la cama.

-Os lo suplico con toda mi alma. Nunca he sentido ésto por nadie ni amaré jamás como lo hago ahora. Correspondedme y daré mi vida por haceros feliz...

Sí, el pobre diablo no se podía ni imaginar lo que se le venía encima.

por **Kiara Ridrick** Lun Nov 18, 2013 5:02 pm

Kiara esperaba una respuesta del pobre diablo, sabía que lo tenía a su merced aunque aun quería hacerlo sufrir un poquito, nada en comparación con lo que le tenía pensado y preparado.

Se movió un poco en su regazo para intentarlo desconcentrar aun más y hasta le permitió dejar que la tocara y besara unos minutos aunque al ver como se separaba y se autodeclaraba suyo no pudo evitar soltar una sonrisa de triunfo. Alzó una mano a agarrarlo por el mentón, haciendo que la mirara a los ojos.

-No sabes lo que eso conlleva, Andrew pero si tan dispuesto estás...

Ahora era su momento, tenía a un nuevo juguete delante de ella y oh si, iba a disfrutarlo mucho. Se puso de pie frente a él y le tiró del cuello de la camisa para hacer que se arrodillara ante ella mientras sacaba el látigo de su espalda y lo hacía resonar al aire antes de golpear con su punta la espalda del hombre.

-Si de verdad quieres ser mio tendras que afrontar mis juegos, tomaré de ti todo lo que yo quiera y tendrás que acatar las órdenes sin rechistar, desobedeceme y te mataré.-Sonrió perversamente mostrando por primera vez sus colmillos mientras ahora era ella la que se sentaba en un sillón, disfrutando de la sensación de su nuevo "perro" a sus pies.

por **Adrew Bouvalier** Vie Nov 22, 2013 4:52 am

Un grito de dolor y sorpresa salió de la garganta de un asustado Adrew, que no entendía qué estaba pasando allí. El chasquido del látigo le había herido y sentía la piel enrojecer bajo la camisa, que no tardaría en romperse si continuaba golpeándole.

Pero lo peor sin duda era la imagen de Ridrick de pie frente a él, humillado y de rodillas, temeroso, nervioso y asustado. Contempló con pavor los colmillos de la mujer a la que acababa de confesar su amor y un frío escalofrío le recorrió el cuerpo. Los informes llegaban a su cabeza en forma de imágenes, empezando a entender qué es lo que había ocurrido con anterioridad.

No tendría que haberla dejado entrar. No tendría que haberse dejado llevar. No tendría que haber caído en su juego. Y, desde luego, no tendría que haber dejado la pistola tan lejos de él. Porque en aquél momento la otra punta de la habitación era lo mismo que mil kilómetros.

-Lo… Lo haré-dijo con un hilo de voz, de rodillas y con la mirada fija en el suelo, temeroso de lo que pudiera pasar a continuación-. Haré lo que me digáis, señora. Seré obediente y sumiso… Pero por favor, no me matéis. Seré leal, obediente y puntual, pero por favor…-alzó la mirada con el miedo pintado en su rostro-. Por favor, no me matéis.

por **Kiara Ridrick** Vie Ene 03, 2014 3:50 pm

Kiara sonrio triunfante al ver como el hombre la miraba, adoraba esa forma, adoración y miedo una mezcla perfecta para un perfecto perro. Volvio a agarrar el latigo y se lo enrolló en la cintura mientras volvía a sentarse en el sillon para acariciar el cabello del asustado humano.

-Espero que cumplas lo que digas, no tengo mucha paciencia y si es necesario conseguire lo que quiera a base de la fuerza…-volvio a sonreir y pasó una de las manos a buscar su espalda, queria mojar un poco su dedo en el poco de sangre que brotaba para probarla, seguía sedienta.

De manera sensual se llevo el dedo a los labios para lamerlo, mirandolo a los ojos y con una sonrisa de suficiencia al notar que su sangre era una de las mas exquisitas que había probado en unos años.-No sabes nada mal…Ven aquí perrito, quiero que me des placer…-sonrio de manera perversa mientras abria las piernas y se levantaba la falda para mostrarle el conjunto de lencería.

por **Adrew Bouvalier** Miér Ene 08, 2014 3:51 am

Un escalofrío le recorrió el cuerpo al notar el dedo de Ridrick en la espalda. La herida estaba fresca y sangraba, pero que la… ¿mujer? metiera el dedo en la llaga no mejoraba la situación. Oh Dios. Oh Dios. ¿En qué clase de lío se había metido? ¿Qué estaba pasando allí? Por todos los diablos, ¿qué criatura maléfica y cruel era aquella mujer? ¿Qué…?

Pero Adrew perdió el hilo de sus pensamientos al ver a Ridrick llevarse el dedo a la boca y chuparlo de aquella manera. Volvió a notar un cosquilleo, sólo que este era totalmente diferente y estaba ubicado en la zona de su entrepierna. ¡Qué hermosa era! ¡Qué sensual! ¡Qué apetecible!

-S… Sí ama. Soy vuestro perro. Voy…

El espía se desplazó a gatas. Humillado. Así era como se sentía. Total y absolutamente humillado por una criatura del averno. ¡Tenía que luchar! ¡Tenía que revolverse! ¿Merecía la pena vivir como un esclavo?

Eso era lo que pensaba su parte racional. Por suerte para todos (especialmente para Adrew) era una parte cada vez más pequeña y olvidada de su cerebro. Para aquél entonces solamente dos ideas se superponían en su cabeza. La primera era sobrevivir. La segunda era que, a pesar de todo, seguía enamorado de Ridrick hasta el tuétano.

Con sumo cuidado y delicadeza el espía apoyó las manos sobre los muslos del demonio con forma de mujer que tenía frente a él. El tacto era suave y grácil, aunque también frío como el mármol. El olor era embriagador. Pegó su rostro a la cara interna de las nalgas y las empezó a besar con delicadeza, acariciando la zona con la lengua. De vez en cuando le daba un pequeño mordisco.

-Mi dueña…-se atrevió a decir tras estar unos minutos así-. ¿Me permitís retirar la ropa, por favor? Así podré satisfaceros mejor…

Si Ridrick le daba el visto bueno le quitaría el conjunto inferior y hundiría la lengua en su intimidad, bebiendo de ella con presteza, fuerza e insistencia. Lamería y besaría hasta el último rincón posible, todo para satisfacerla. Y si no… Bueno, se limitaría a esperar nuevas órdenes.

por **Kiara Ridrick** Mar Feb 04, 2014 3:57 pm

Kiara sonrió mientras seguía saboreando el sabor de su sangre en su boca, quería volver a probarlo y eso mismo hizo, mientras le daba un intento para satisfacerla mientras ella se agachaba y le daba un lametazo en la espalda acompañado de un gemido ronco. Tenía muchas mas ganas de probarlo y empezar a jugar con él, entrenarlo para ser una competente mascota.

Sus ojos se entornaron al notar la caricia en sus piernas y al notar los besos su excitación seguía aumentando así como su sed. Una de sus manos se fue a agarrar su cabello para marcarle el ritmo de los besos y mordiscos hasta que al cabo de los minutos notó como se resistía.

Colocó ambas manos en el reposabrazos de la silla y asintio.-Esta bien perrito, te dejaré que me la quites pero tendras que hacer tu todo el esfuerzo, no quiero levantarme…-sonrio de manera perversa mientras le seguía mandando olas de placer para frustrarlo aun mas, ese era otro modo de jugar que le gustaba aunque en el fondo prefería los que incluyeran algunas suplicas y sangre de por medio.

-Estas tardando perro

por **Adrew Bouvalier** Sáb Feb 08, 2014 6:05 pm

-Sí mi ama. Voy mi ama. Enseguida mi ama…-un esclavo. Eso era Adrew, apenas un esclavo sumiso dispuesto a cualquier cosa para satisfacer a su ama-. Intentaré hacerlo bien…

El espía alargó las manos y rodeó la cintura de Kiara, sujetando el trozo de tela. Empezó a tirar de él con tanta delicadeza como firmeza hasta que logró dejar al desnudo la intimidad de su nueva ama.

-Es… es precioso…-susurró con la perplejidad en su rostro. No se sentía digno de estar tan cerca de él o de Kiara-. Con vuestro permiso…

Adrew volvió a inclinarse y le prestó aún más atenciones que antes. Primero lo acariciaba con la lengua, luego besaba y por último mordía. Pero ahora no se quedaba en los verdes, si no que iba un poco más. Abrió sus labios y metió la lengua, como si de un tórrido beso se tratara. El espía bebía de ella como si no hubiera un mañana. Y mientras lo hacía las manos no se estaban quietas: acariciaban, pellizcaban o se perdían por el vello púbico.

-¿Os gusta mi ama?-se atrevió a preguntar. Y mientras tenía la cabeza apartada subió la mano e introdujo dos dedos de golpe en la intimidad de Kiara-. ¿O lo preferís así?

Una vez dentro los dedos no se detuvieron, si no que iban de un lado a otro, entrando y saliendo o separándose tanto como pudieran. ¿Cuánto tiempo más iban a estar así? El bulto de Adrew estaba duro y los pantalones empezaban a ser una molestia.

¡Quería verla desnuda! Quería arrancarle la ropa a tiras! ¡Quería que Kiara lo cabalgara como a un potro salvaje! ¡Dioses! ¿Pero cómo atreverse a decirlo? ¿Acaso no lo mataría si lo hacía?

por **Kiara Ridrick** Mar Mar 04, 2014 4:10 pm

Kiara frunció el ceño al ver como el hombre aunque mas bien el esclavo no paraba de hablar. No era partidaria de permitir a sus mascotas hablarle y se lo haría pagar caro pero ahora quería probar su lengua en su sexo y si no la satisface quizás cortársela. Sus caricias en su cuerpo se sentían extrañas pero aun así se dejó hacer mientras empezaba a sentir el placer que quería. Cuando sintió los mordiscos llevó una mano a su cabello para enredarlo en el y obligarlo a seguir bebiendo de ella, dándole placer.

A cada minuto su garganta se sentía más sedienta y necesitaba sangre aunque se sorprendió al notar los dedos en su interior y tras dejar que la tocara unos minutos más le tiró fuertemente del pelo para hacerlo ponerse a su altura.

-Nunca me tocarás a no ser que te lo permita, ¿entendido? Te he dicho que lamas no que me metas los dedos…aunque admito que me ha gustado-dijo en un pequeño susurro a regañadientes.

La mano libre que no lo tenía agarrado fue a su pantalón al ver el bulto que amenazaba con romper las costuras y le dio un fuerte apretón para palpar su tamaño y juzgar si era suficiente para ella.-No estás mal dotado…-le arrancó el pantalón haciendo un par de rasguños en sus muslos donde perlas de sangre empezaron a brotar. Un empujón fue sucifiente para tenerlo tumbado boca arriba indefenso a sus pies y rápidamente se arrodilló a su lado para llevar sus labios a lamer la zona sangrante muy cercana al miembro. Uno, dos y tres lametazos fueron suficientes antes de darle un gran mordisco y clavar sus dientes justo en la base de su miembro.

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