Ayleen Sheltön

DATOS BÁSICOS

DESCRIPCIÓN PSICOLÓGICA

Digamos que tras sus muchos años de vida, Ayleen a pasado por varias maneras de ser y finalmente se a quedado con la que menos daño le hace y mas llevadero le pone el hecho de ser vampiro. Solitaria, desconfiada y borde. Normalmente prefiere estar sola, aunque de vez en cuando le gusta relacionarse con la gente, aunque solo sea para burlarse o divertirse un rato. Es raro que alguien llame su atención, ya que es bastante pasota. Por su condición, suele ser bastante fría e impulsiva. Actúa y luego piensa, es un defecto que aún no a conseguido corregir en sí misma. Casi siempre suele estar a la defensiva por temor, en el fondo, a que la hieran o poder herir ella a alguien a quién consiga querer. Por eso mismo, prefiere mantenerse en la soledad. No puede evitarlo, odia todo lo que la rodea y también odia ser así, aunque hace unos años pensó que había nacido para ser vampiresa, ahora lo de la inmortalidad esta haciendo mella en ella. No soporta la gente superior que consigue ciertos privilegios sin mover un dedo, suelen ser su manjar favorito, le encanta despedazarlos poco a poco, mientras los oye gritar e incluso suele darles la esperanza de que los dejará vivir, para luego arrebatársela cruelmente.

HISTORIA

Nació en Grecia y su nombre es Ayleen, eso es todo lo que sabía cuando tenía unos 10 años. Sus padres la abandonaron, por el simple hecho de que no fué buscada, por lo que acabó en varios casas de acogida. Al principio solía ser bastante tranquila e incluso no daba ningún problema. El hecho de que pasaran los años y nadie la adoptara fué trastornándola poco a poco. Ver como algunos de los niños con los que convivía hasta ser adoptados se iban y ella se quedaba allí, la desquiciaba. Hizo amistad con un chico, al cual cogió cierto cariño. Al fin y al cabo era una cría que necesitaba también sentirse bien con alguien. Solía pasar tiempo con él, jugando o dibujando, cualquier cosa estaba bien. A veces eran castigados por juntarse, ya que en ese orfanato separaban a los niños de las niñas, con éstas no consiguió llevarse bien nunca. No tenía ninguna amiga y nunca pensó que fuera algo que necesitara. Un día le dieron la notícia de que al fin había sido adoptada, al parecer por un granjero que había perdido hace poco a su esposa. Nada mas verlo supo que no sería feliz viviendo con ese hombre nunca. La manera que tenía de mirarla la inquietaba y su tono de voz le repugnaba. Con 15 años salió del reformatorio y lo último que recuerda de ese sitio, es a aquel chico mirándola sonriente desde la ventana. Aunque ella se sentía triste, era incapaz de llorar o mostrar el mas mínimo sentimiento. Había logrado mantenerse fría en esos momentos. El chico alzó la mano y en un pestañeo desapareció de la ventana. Ella fué a despedirse, pero ya era tarde. Una vez lejos del orfanato sus temores se confirmaron, aquel hombre quería desahogar con ella la pena que sentía por haber perdido a su mujer al parecer, en circunstancias que no se merecía. Los pocos años que estuvo viviendo con él fué maltratada e incluso violada, cosa que hacía que cada día odiara mas a la gente. Todos la habían tratado mal siempre.

Podía escuchar como caía la lluvia con fuerza fuera de la casa y escuchaba los pasos del maldito borracho subiendo a su habitación. La chica dejó el libro que leía a un lado e intentó hacer fuerza para que no pudiera entrar, cosa que fué en vano, ya que de por sí era bastante bruto y cuando bebía, lo era mucho mas. Miró a la ventana asustada con la sensación de haber visto a alguien. La puerta se abrió de golpe y el tipo la agarró del pelo llevándola escaleras abajo y sacándola a la fría noche. Sus rodillas se clavaron en el barro y en pocos segundos su ropa quedó empapada. Una vez mas, iba a sufrir los abusos de ese maldito. Era inútil resistirse, ya lo había hecho y se había llevado una buena paliza por ello. Cuanto antes pasara, antes acabaría ese momento tan vergonzoso y denigrante para ella.

Una risa se escuchó de fondo y una sombra corrió al lado de donde estaban. Ella se hallaba en el suelo medio desnuda y llorando, queriendo desaparecer de allí. El tipo la cogió de nuevo y la apoyó bruscamente contra un árbol, haciéndole un daño terrible en la cabeza. Fué ahi donde pensó que ese sería su final. Llevó la mano a la zona de la chica y en un acto reflejo, se resistió, cosa que lo enfureció hasta el punto de darle algún que otro puñetazo. Cerrós los ojos mientras temblaba y oía la lluvia caer, mojándola cada vez mas. Notaba el aliento de aquel hombre cerca de ella de nuevo, observándola como si fuera lo mas bonito que había visto nunca y entonces se llevó la mano a su entrepierna, se escuchó como alguien corría hacia ellos y el tipo salió volando por los aires.

Su sorpresa fué cuando reconoció aquel rostro y le vino a la mente la imagen del chico en la ventana sonriendo. Intentó hablar pero solo consiguió soltar algún sonido apenas entendible. Se acurrucó al lado del árbol mientras oía como el chico se ensañaba con aquel hombre y por una vez en su vida pensó que porque no había aparecido antes, porque no había matado a ese maldito y había acabado con su sufrimiento antes. Los fritos cesaron y el chico apareció con la boca y la ropa manchada de sangre. Al ver sus colmillos y sus ojos, echó a correr intentando huir pero notó como algo tiraba de ella y entonces gritó como nunca, al notar un dolor agudo en el cuello. ¿Su amigo de la infancia la estaba mordiendo? Todo lo que estaba pasando era demasiado para asimilarlo, notó un sabor a hierro en la boca y sin pensarlo dos veces bebió con fuerza mientras apretaba los ojos después todo se volvió negro.

Al dia siguiente amaneció en una cama, arropada y con un vestido puesto. No conocía aquella casa, ni recordaba lo que había pasado. Aquel chico no volvió a aparecer nunca y empezó a notar sus ansías por la sangre, el placer que sentía estando en la oscuridad y comprendió en lo que se había convertido. Vivió unos años en esa casa, pero después se marchó a París, donde vive actualmente.

DATOS EXTRA

Le encanta burlarse de los cazadores que intentan capturarla y pasa la mayor parte del tiempo jugando con ellos. Adora forjar armas, aunque no le gusta usarlas, porque no las necesita realmente. Al principio solo algunos compraban sus espadas, ahora poco a poco y con esfuerzo a conseguido tener unos cuantos clientes habituales.

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