Ignatius Volkem

Quiere siempre llamar la atención de las demás personas, no importa como lo haga, es demasiado arrogante para ser una buena persona, menosprecia a los individuos que no están mirándolo como si fuera un gran dios, se siente muy bien siendo lo que es, no ha querido cambiar por nada ni por nadie, es muy posesivo con las cosas que tiene ya sea un objeto, una persona o cualquier cosa que le guste, no lo suelta hasta que se aburre y lo desecha como un trapo sucio no razona antes de hacer las cosas se cree que podría todo, es asquerosamente sínico, doble clara y muy vengativo, persona que le hace algo, se lo devuelve con la misma moneda, no espera a que el “karma” llegue y le dé su merecido; Ignatius lo hace porque lo hace.  Su debilidad son las mujeres y el sexo junto con ellos no se preocupa si las mujeres que pasaban por su cama están casada, comprometidas o viudas, a él le encanta seducir es su mayor placer; pero como toda persona doble cara como él tiene su lado “tierno” su lado “bueno” aunque pocas personas –Para no decir dos o tres- lo ha visto, pero es un lado que nadie logra ver, y tampoco Ignatius espera revelarlo.


El día que nació Ignatius, fue el niño no deseado, su madre no lo quería por la sencilla razón que no tenía a un hombre a su lado, porque el padre del niño abandono a la madre porque solo era una aventura sin importancia, porque resulto que el hombre era recién casado y su legitima esposa estaba embrazada; la señora descubrió eso cuando una vez “espió” al su amante, se le partió el corazón. Ignatius creció sin el cariño de su madre, porque siempre estaba en estado de ebriedad todos los días, el nació con un nivel educativo un poco severo por culpa de su señora madre, pero él nunca probo la bebida y eso que su madre una vez se le insinuó con la bebida pero el, con mucha fuerza de voluntad dijo que no y se alejó de ella.  15 años había cumplido Ignatius, era todo un  hombrecito, según el criterio de su madre, que no lo miraba como un hijo, si no como un hombre por el gran parecido que tenía a su padre, que era su amante. Pero el adolecente no se daba cuenta la mirada lujuriosa que le daba su madre cuando estaba en el nivel máximo de ebriedad; una noche, cuando el jovencito estaba dormido sintió que alguien entro a sus aposentos, pero no le dio importancia y continúo dormido, pero ni cinco minutos había pasado cando sintió una mano en su entrepierna y una respiración muy cerca de su oído, voltio mirando a su señora madre, alejándose como si de un resorte fuera, sorprendiéndolo completamente, diciéndolo que esto era incorrecto, su madre no hacía caso, acercándose nuevamente hasta que él le puso un “alto” diciéndole que era su hijo y nada más, y desde ese entonces no quería estar a solas con su madre, cuando llegaba la hora de dormir atrancaba la puerta y cerraba bien las ventanas para que su desquiciada madre no entrara y lo violara. Así que él se fue de la casa, estuvo durmiendo en las calles de Roma, hasta que un día un señor velo por él, se trataba del Duque de Italia, un señor ya mayor, lo adoptó como su hijo normándolo Ignatius Cole Volkem, el jovencito fue creciendo como su hijo tuvo una vida de riquezas su carácter cambio radicalmente convirtiéndose en una persona diferente, odiaba a su madre por lo que alguna vez le iba hacer, ahora su padre había muerto de vejes, heredándolo todo, hasta el mismo título, ahora a sus 22 años es Duque de Italia, actualmente vive en Francia-París, pero a veces va a Italia por asuntos de la realiza, viene y va de Paris a Italia, su vida se la da al destino y a los juegos de carta.