Liv Nordström ID

Descripción Psicológica:

Antes de la conversión:

Liv fue siempre una joven afable, dedicada más a las necesidades de los demás que a las propias. Anteponía las de su familia y seres queridos a las suyas, lo cual muchas veces le acarreaba las reprimendas de su hermano mayor, quien solía decirle que tenía que reparar más en si misma.

Sin embargo, era algo innato en ella, la admiración y el cariño que sentía por su padre y sus hermanos era algo tan intrínseco que le costaba no dedicarse a ellos. Su mayor felicidad consistía en llevar la casa y en ver el brillo de satisfacción en cada rostro cuando, al regresar de una dura faena o de una cruenta batalla, les esperaba el cálido hogar con la comida lista, el fuego de la chimenea encendido, y un abrazo que la joven siempre tenía listo para ellos. Su naturaleza era dulce, espontánea, y cálida.

A pesar de que también tenía sueños acerca de realizar viajes, los postergaba con tal de ver a los suyos contentos y satisfechos. No podía pensar en dejarlos atrás.

Además, aunque el mayor de los hermanos la reprendiese una y otra vez por no buscar un hogar propio y por dejar pasar el tiempo sin buscar un esposo, a Liv no se le pasaba por alto, que muy en el fondo estuviese satisfecho con que ella permaneciese con ellos, asunto que no dejaba de causarle una felicidad interna que salía a relucir cuando jugaba con él, tirándole de las mejillas y regañándolo por lucir tan serio.


Después de la conversión:

Convertirse en un ser sádico y sediento de sangre, es algo que persigue a Liv en el presente. A ella regresan los recuerdos de los seres a los cuales torturó y asesino durante los siglos durante los cuales se dejaba llevar por los más bajos instintos sin poder ni querer contenerse. Hoy en día puede llorar lágrimas de sangre al recordar como llevo a algunos al delirio al no reconocer que aún era capaz de tener sentimientos.

Para ella siempre habrá una lucha constante entre su naturaleza vampírica y su deseo de contener sus impulsos más oscuros. Sin embargo, está determinada a ser la mejor versión de si misma, por lo que mantiene a raya esos instintos vampíricos. En ella aún hay vestigios de quien fue, por lo que es capaz de tener los sentimientos más profundos y las pasiones más intensas, algo que no siempre juega a su favor, ya que ser aún capaz de sentir es una característica difícil de sobrellevar en un ser cuyos sentimientos se encuentran magnificados de manera tan intensa.



Historia:

Nació hace 1200 años en el seno de una familia vikinga. Su padre fue un hersir, un guerrero de incomparable prestigio debido a su éxito al liderar numerosas batallas de conquista, lo cual le valió el respeto y aprecio no solo de los hombres bajo su mando, sino del mismo rey vikingo, quien, al percatarse de su valía, le otorgó la más alta posición sobre el resto de los jefes de campaña colocándole a la cabeza de todos ellos.

De pequeña, Liv solía observar cómo su padre y sus dos hermanos se dirigían con frecuencia fuera del hogar a la conquista de nuevas tierras. Al escuchar los relatos de sus travesías en los drakkares, aquellas naves que hacían honor con sus cabezas de madera a las bestias aladas de las leyendas que expulsaban fuego, surgió en ella el deseo de ser lo suficientemente adulta para viajar y ver con sus propios ojos aquello que se encontraba más allá de su tierra nórdica, aunque su amor por su hogar también era muy fuerte.

Siendo la hermana de en medio y la única mujer, esto le colocó en una posición especial entre su familia. Su madre había fallecido cuando ella era tan solo una niña y por causa de ello, asumió el papel de jefa de la casa, encargándose de todo lo relacionado con el hogar y otorgándole esa calidez que hacía falta y que los hombres apreciaban cuando regresaban de sus travesías.

Los años transcurrieron y, a pesar de que sus costumbres dictaminaban que ya se encontraba en edad de contraer matrimonio, su padre postergó el acontecimiento. Si los demás miembros de la familia notaron el hecho no lo mencionaron en lo absoluto, por lo que transcurrieron varios años y la joven aún se encontraba libre de compromiso para su perfecta satisfacción, pues no sentía la menor inclinación de marcharse de su hogar. El día en el que finalmente el tema salió a colación, la joven se negó rotundamente a hablar al respecto, por lo que nadie se decidió a persuadirla. De esa manera, quedó silenciosamente asentado que Liv continuaría con ellos.

Un par de años después, el mayor de sus hermanos comenzó repentinamente a mostrar cambios en su temperamento al regresar de uno de sus viajes. Antiguamente de carácter tranquilo y afable ahora se le veía fácilmente irascible e irritable hasta el punto de encolerizarse por las cosas más pequeñas y perder los estribos. Comenzó a mezclarse en riñas con otros hombres del lugar, cosa que provocó una violenta discusión entre él y su padre, tan grave fue que éste último le echó de la casa.

Transcurrieron varias semanas sin que supieran de él, su padre se encontraba taciturno debido a la ausencia de su hijo por lo que Liv se empeñó en indagar su paradero. Después de realizar algunas averiguaciones con la gente del lugar, fue a buscarle.

Lo vio salir en la oscuridad de la noche, le siguió sigilosamente a lo largo del camino, y él repentinamente se volteó y la tomó por el cuello. La joven tan sólo pudo ver su rostro unos segundos, pero aun así fue lo suficiente para que se percatase de que no era el hermano que conocía, sus ojos habían cambiado de tonalidad y en su boca pudo ver unos alargados colmillos.

Imposibilitada para gritar y, antes de que supiera lo que sucedía, sintió como la acercaba a si mismo y rasgaba la piel de su cuello al alimentarse de su sangre. Forcejeó, pero fue inútil, la vida se le escapaba, estaba segura de que eran sus últimos momentos y, entonces, le rodeó la oscuridad.

Los gritos desesperados de su hermano le despertaron. Durante tres días él no se había alimentado de sangre humana, su sed era tan fuerte que sin poder controlarse casi había terminado con la vida de Liv, pero reaccionó en el último momento. La había dejado casi sin vida, apenas un invisible hilo separándola de la muerte. le ofreció su muñeca y le instó a que bebiese de él. La joven apenas le escuchó, pero comenzó a beber su sangre, sintiendo a continuación un dolor indescriptible y desgarrante. No lo sabía, pero su cuerpo estaba muriendo antes de resurgir como inmortal.

Supo que su hermano había sido convertido en uno de sus viajes. Ël le explicó que ahora ambos eran vampiros y que vivirían para siempre.  Liv quiso regresar a su casa convencida de que su padre le necesitaba, pero no pudo convencer a su hermano de que regresara con ella. Sin embargo, una vez de vuelta en su hogar, la sed de sangre era tan fuerte que la joven entendió que había sido un error hacerlo.

Escribió entonces una nota a su padre en la cual le rogaba que la perdonase, pues se marchaba para contraer matrimonio de inmediato. Sintiendo los vestigios de su corazón humano romperse se marchó de casa. Al día siguiente se encontró a bordo de un drakkar, observando junto a su hermano la que había sido su tierra hasta ese entonces y que ahora se empequeñecía a la distancia a medida que se alejaban de ella rumbo a nuevos territorios.

Los días siguientes fueron un despertar para Liv a su nueva naturaleza vampírica, comenzó a percatarse no solo de la manera tan extraordinaria en que sus sentidos percibían sus alrededores, sino que descubrió que contaba con habilidades sobrehumanas. El cúmulo de nuevas sensaciones le resultó exhilarante por lo que, sin contar con ningún dominio de sí misma, comenzó a alimentarse de quien fuera sin el menor escrúpulo. Nada superaba la sensación de la cálida sangre humana al ser tomada, el terror de sus víctimas no importaba. Podría haber seguido en ese estado sin la menor alteración, ni siquiera las reprimendas de su hermano causaban mella en ella.

Una noche cuando se preparaba a alimentarse de su nueva víctima, esta le reconoció. Se trataba de una amiga de la niñez, una joven que le llamó por su nombre. La vampiresa se detuvo en sus propósitos al escuchar que le saludaba y le daba el pésame. Fue así como se enteró de que su padre había caído en batalla. Las lágrimas acudieron a su rostro y bajaron por sus mejillas como no lo habían hecho desde la muerte de su madre y como no lo volverían a hacer nunca más.

Sin poder dar crédito a la noticia corrió a buscar a su hermano y le rogó que la acompañara de vuelta a su antiguo hogar tras comunicarle lo que había escuchado.

De regreso en su tierra Liv confirmó la triste noticia. Su padre había entregado su alma al Valhalla al fallecer en batalla y el tercero de los hermanos se debatía entre la vida y la muerte.

Bastó un intercambio de miradas entre Liv y su hermano mayor para que de esa manera se sellase lo que habría de suceder. Tan solo un momento después, tras un intercambio de sangre entre ella y su hermano moribundo, él se unió a ellos en la inmortalidad. La noche siguiente abandonaron el que fue su hogar durante tanto tiempo cortando así de raíz con su vida anterior.

Los años transcurrieron convirtiéndose en siglos, Liv realizó numerosos viajes en los cuales intentó reconciliarse con su naturaleza y aplacar su sed de sangre, abatida por el recuerdo de todos aquellos a quienes había arrebatado el último aliento. Mientras recorría nuevas tierras descubrió la existencia de otros seres sobrenaturales llamados licántropos.

Durante una estadía en Praga, fueron los seres de esta raza quienes la atacaron por sorpresa. Sin haberlo previsto, la joven vampiresa sintió como la primera de múltiples flechas se enterraba en su pecho, muy cerca de su corazón, a la vez que una terrible explosión sacudía los cimientos del lugar adonde pernocataba, logrando que el techo se derrumbase sobre su cabeza.

Pocos podrían comprender el infierno que siguió tras despertar y encontrarse en un lugar estrecho y oscuro adonde no podía moverse y donde solo el silencio respondería a sus gritos. Encontrándose embargada por el pánico al comprender que se encontraba en el interior de un ataúd, habiendo sido enterrada en vida, de manera que el hambre acabaría con ella poco a poco, adonde cada segundo le parecía un minuto, cada minuto una hora y cada hora una eternidad...

En el presente, Liv no olvida la oscuridad y el hambre o el momento en que fue liberada de esa oscura prisión, es lo único que logra sobrecogerle.

Lleva medio siglo sin saber de sus hermanos y unos cuantos años en París, adonde, dado su conocimiento en el arte escandinavo y su pasión por el mismo, trabaja actualmente como directora del departamento de arte escandinavo en el Museo del Louvre.



Datos extra:


- Añora a sus hermanos, a quienes siempre lleva en sus pensamientos, siendo ellos un recuerdo tan dulce como amargo, en la misma medida.

- Le gusta lo sutil mente emotivo y clásico. Entre sus pasiones se encuentra la ópera, las piezas musicales de los grandes maestros, la buena lectura y la poesía.

- No se asusta con facilidad, a lo único que le teme es a volver a ser enterrada viva.

- Tiene debilidad por los seres humanos, a quienes aprecia por distintas razones, en ellos ve lo que perdió y ha tenido sentimientos profundos por diversos mortales a lo largo de su no vida.


Poderes:

- Clarividencia

- Ilusión

- Manipulación de la memoria