Thea R. Orange-Nassau - En Construcción

DATOS BÁSICOS

DESCRIPCIÓN PSICOLÓGICA

La sonrisa es un arma atroz que puede enmascarar el sarcasmo más cruel, la tristeza que agobia el existir, disimular la veracidad de las palabras que lastiman una y otra vez o simplemente, ser sincera y legítima reforzando la libertad y felicidad. Las comisuras se tensan en aquellos labios de color rosa pálido disimulando que el mundo no es nada en comparación con ella, cuando lo cierto es que la perturba a sobremanera. Thea fue educada para ser pulcra y civilizada en concordancia a los estandartes de lo que se espera de una fémina de su rango, pero toda la clase que posee se basa en manipular y engañar a quienes la rodean de la alta aristocracia. Reacia a la jerarquía y la dominación, la joven es una persona cuya lengua viperina le ha ganado más castigos y enemigos que cualquier otra cosa. La ironía es su aliada, disfrutando de ver como la gente recae ante sus mentiras haciéndoles creer lo que mejor le convenga. Sin embargo todo cambia cuando se encuentra entre amigos, el humor de la condesa se modifica radicalmente. Sincera y confiada completamente en sus amistades más cercanas donde comienza a ser nuevamente aquella adolescente de 19 años dejando atrás el manto de madurez que simula en el día a día.

Decidida y terca, cuando algo se mete entre ceja y ceja se vuelve en su capricho y nada la detiene hasta conseguirlo. La simpatía es algo implícito en su personalidad, su sonrisa encandila a quien la observa atrayéndote hacia ella pese a que no esconde su enojo. Impulsiva a veces la razón pasa a segundo plano cuando la ira ruge en su sangre llevándola a hacer cosas que no caben en ninguna línea de la realeza y realmente, no le interesa. De hecho, detesta el orden eclesiástico de manera que fastidiarlos se ha vuelto su mayor espectáculo. Hay bondad en sus acciones, solamente busca dejar en ridículo a las clases más altas en cada oportunidad que se le presenta. Confiada y extrovertida en su insano juicio, la rubia jamás duda y prefiere apostarlo todo a sabiendas de que puede perder, incluso el riesgo le resulta excitante al punto de sentir adrenalina lo que la lleva a redoblar sus apuestas. Las drogas comienzan a ser populares así como el alcohol y es algo de lo que no se priva por nada del mundo. El sexo, otra veta para su posición que gustosamente se ha encargado de sortear sin problemas. Sabe que es atractiva pero sin embargo no se basa en su físico para obtener lo que quiere pero esto es algo nuevo para ella, su libertinaje no es algo que la marcó desde el inicio sino que recién a los 15 años cuando supo que casi todo estaba perdido que decidió hacerse cargo de sí misma. Mirándola es todo lo que una joven debe y añora ser, delicada y exclusiva pero en su interior ya se ha detonado la adolescente irreparable y descarada que se rebela una y otra vez tentando al destino.

Hace 4 años
Su debilidad es la vanidad, y esa vanidad estaba basada en alcanzar una perfección idílica. Se sabía hermosa, su reflejo en el espejo era una de las cosas más gratificantes que podría soñar cualquiera a excepción de ella. Thea simplemente observaba una imagen que no se corresponde con los cánones que tenía grabados en su mente pero realmente odiaba lo que veía. Frente a todos era segura y jugaba con el don que la naturaleza le había otorgado pero en la penumbra de la soledad competía en una carrera consigo misma para alcanzar la perfección. Su mente la obligaba a comer menos, a no comer porque cada bocado la alejaba más de esa idolatría, de su objetivo. Luego, para no despertar sospechas cambió sus hábitos escapando al baño luego de cada banquete. Al principio fue una medida desesperada, pero luego se fue convirtiendo en una rutina que calmaba su conciencia. Era bulímica y nadie jamás deberá saberlo hasta que un día luego de uno de sus atracones, su cuerpo débil y su estómago debilitado no soportaron la carga devolviendo en el pasillo. En pánico de ser descubierta corrió a su habitación justo a tiempo para que el sirviente con el que más simpatizaba descubriera su problema a la vez que el Conde. Lo condenaron flagelando su piel, acusándolo del estropicio y Thea no pudo hacer nada. Presa del odio y la culpa se dio cuenta de lo idiota que estaba siendo decidiendo frenar sus inseguridades. Jamás miró atrás aunque es algo que sigue perturbándola hasta hoy en día.
Perfectamente imperfecta

HISTORIA

Escribe aquí la historia de tu personaje en un mínimo de veinte líneas.

DATOS EXTRA

Escribe aquí los datos extra de tu personaje.

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