Monika E.

DATOS BÁSICOS

DESCRIPCIÓN PSICOLÓGICA

Dentro de la feria ambulante cada persona posee su función y gracias a ello es que la estructura completa no se cae en pedazos. Los cimientos de la vida de Monika están arraigados en sus creencias, con el tiempo aprendió que creer en si misma es una basura si lo que te rodea no es coherente con aquel pensamiento. El suelo sobre el que solía caminar estaba lleno de mentiras, su madre conoció a su padre dentro de una mentira y aún después de que él conociera la verdad y formaran esa familia, volvieron a estar insertos en la burbuja llena de falsedades que finalmente se rompió sólo cuando pudo salir de su casa. Tiene aún el resentimiento marcado en el espíritu, se culpa por no poder perdonar fácilmente pero es la maldición lo que la acompañará después y ese perdón no cambiará nada. Es sin dudas rencorosa y terca, totalmente obstinada y se obsesiona fácilmente con las cosas que le molestan. Para algunos puede llegar a ser como ese mosquito que da vueltas alrededor y que no eres capaz de atrapar. Monika ya no sonríe como antes, ya no suelta carcajadas ante situaciones que para otros no son divertidas, ya no se divierta acostada sobre el césped en un domingo mientras busca formas entre las nubes. Monika ahora es oscura y sombría, su propia alma está manchada por el rencor y las dudas, por la entrega a un Dios que sólo la hace sufrir, que no le da nada de ese amor que tanto predican sus lacayos.

Al mirarla, se pueden ver sus ojos hundidos y rodeados de oscuras sombras que se traspasan en sus palabras, suele ser directa y cortante, no le gustan los rodeos ni las doble intenciones. Los grises nunca existieron dentro de su gama de colores y ahora, que el espectro podría aumentar, blancos y negros se hacen más intensos y la luz desaparece. Se siente inútil, frustrada, desesperada por no tener la capacidad de salir sola de la situación en la que se encuentra. No es fácil para ella lidiar con las negativas o los muros cerrados en los caminos que emprende. Es irónico que sea ella misma una habitación cerrada que no se abre a la gente y deteste tanto esto en otros. Creía amar la soledad, ser capaz de vivir sola y sobrevivir gracias a su trabajo y a la misión que pensaba fue encomendada por un ser superior, pero es su familia su punto más débil y encontrarse de nuevo con un miembro de ella lo que la hizo temblar su estructura y dejó trizados los pilares de su vida. Monika se siente sola aún rodeada de gente, es culpable de crímenes atroces pero esto no provoca en ella algún tipo de dolor sino más bien al contrario, se regocijaba con el sufrimiento ajeno cuando era justificado para su causa. ¿Entonces por qué ahora llora por no conocer el destino de su hermana? ¿Por qué esconde las lágrimas de Kristoff para no sentirse débil ante él? ¿Por qué le importa tanto lo que piense el médico ese? Monika conoció algo parecido al amor en el seno de su hogar natal, conoció el cariño proveniente de sus padres, pero desconoce lo que es capaz de sentir y también que es precisamente desde ahora en adelante que comenzará a aprender.

HISTORIA

El circo gitano se movía por Europa a lo largo de todo el año, solía visitar los mismos países llevando su caravana y esa carpa que tanto les costaba instalar a veces. Contaban entre sus filas con grandes acróbatas y un sin número de buenos exponentes entre quienes cada noche se encontraba aquella joven muchacha, de no más de 15 años, que deslumbraba por su belleza y también por su habilidad en las alturas. Heinz la miró y supo que debía mirarla el resto de su vida. Comenzó a asistir a todas las funciones, encontrando siempre alguna excusa para retrasarse en la salida y tener la oportunidad de verla por un poco más de tiempo. Choomia escondía un secreto que a él no le molestó conocer. Se casaron y al poco tiempo nació su hija mayor, la niña sería la primera de las 4 y únicas descendientes del matrimonio, todas con algo más de un año de diferencia de edad. Augustine, Bertha, Monika y Verena heredaron de su madre la capacidad de transformarse en animales, todas compartían la afinidad con los felinos y con los años las muchachas lograron controlar lo que este poder conllevaba. Crecieron en Suiza pero al alcanzar la adultez sus caminos se separaron, las dos hermanas mayores se quedaron en el país y las menores comenzaron a viajar impulsadas por el espíritu aventurero heredado tal vez de su madre.

Transformarse en animales es una maldición, vivir por más tiempo sólo da más años para pensar en lo equivocada que estuvo su concepción, su nacimiento, su vida. Monika tenía la firme convicción de que su existencia era un error que debía ser corregido y fue en este camino para encontrar la que creía era su salvación que conoció a un inquisidor que no tuvo que trabajar mucho para convencerla. Pasó de ser una vendedora en la feria ambulante a ser parte de una organización donde la entrenaron para ser espía pero siempre como el escalón más bajo, siempre como una condenada y porque así lo merecía. Al comienzo todo fue duro y lo aceptó, pero más adelante ese entrenamiento se transformó en torturas y secretamente sólo deseaba morir. Su cuerpo tenía las marcas del esfuerzo y de las noches encerrada, por más que explicaba que no deseaba su condición de cambiante nada podía hacer para evitar que las heridas volvieran a abrirse y que su interior fuera ultrajado tantas veces que había perdido la cuenta. Cada mañana al abrir los ojos podía encontrarse en un lugar distinto, la mayoría de ellos eran laboratorios de experimentación y no siempre con personal calificado para esta tarea. Monika conoció a Kristoff poco después de encontrarse con Verena, su hermana fue quien la contactó y arriesgándose a ser capturada por la inquisición intentaron vivir juntas un tiempo.

Aquella instalación era casi un hospital, al menos tenía médicos y por lo que pudo escuchar no mucha gente moría ahí. Verena estaba a su lado y en su rostro se observaba claramente el miedo que sentía. Todo era su culpa, siempre su culpa por arrastrar a su hermana menor a ese camino que se supone debe ser voluntario, Monika era quien odiaba su condición, no la más pequeña de la familia. ¿Qué pensarían sus padres? ¿Qué le dirían si supieran lo que había hecho? — Suéltenla, ¡malditos! ¡Suéltenla! — las lágrimas caían y le costaba darse cuenta que quizás sería la última vez en que la vería. Luchó por horas, tiró de sus amarras y se mantuvo firme en no suplicarle piedad a quien la había puesto en ese lugar. Lo odiaba por atrapar a su hermana, por permitir que el otro hombre presente tocara su cuerpo de ese modo, pero más lo odiaba por no dejarle las manos libres para que pueda cubrirse los oídos y evitar escuchar esos gritos que la acompañarán para siempre. Fue el humo lo que la despertó y también una voz proveniente de unos brazos que la cargaban y que se movían rápido dejando atrás una estela de llamas y sufrimiento. Se sentía cómoda, apoyó la cabeza en ese hombro que parecía estar hecho para su cuerpo y volvió a dormir, no supo si fueron las quemaduras que cubrían su cuerpo o tal vez alguna sustancia en su organismo, pero extrañamente una sonrisa se dibujó en su rostro sin saber que escapaba de un infierno para llegar a otro.

DATOS EXTRA

- Vive con Kristoff desde que él la salvó del incendio pero desconoce que fue también quien lo causó.
- No sabe si su hermana menor esta viva o muerta.
- Secretamente no desea volver a la inquisición, aún cuando tiene claro que deberá hacerlo una vez que se recupere de sus heridas.
- Cojea un poco por la lesión de su tobillo derecho.
- No sabe leer ni escribir pero finge saberlo.

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