Balú || ID

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"Hoy puede que sea un existente accidente. O bien una muerte planificada y programada"

Como ya se ha dicho su naturaleza es cálida, servicial, devota; tendiendo así a ser un tanto paternal con sus semejantes. Pues bien sabe que tiene la edad de un anciano y por lo general suele ser más viejo que todos, exceptuando casos por supuesto. Por la razón de que se mantuvo de alguna manera u otra alejado del mundo es un tanto inocente, pero no infantil. La mayoría de los casos esta siempre sonriente y es optimista a pesar de las experiencias agrias que le de la vida.

Nunca se ha enamorado, solo ha tenido encaprichamientos biológicos. Pues todas las mujeres con las que ha estado tenían ciertos intereses carnales y no sentimentales, por supuesto lo disfruta.

Su carácter es flexible, pero no moldeable. Cuando este se molesta es mejor alejarse. Le encanta el campo y los espacios abiertos, disfrutar su conexión con la naturaleza y demás. Adora cualquier masa de agua, si se baña en ellas por capricho lo hace desnudo. Trata de ocultar al máximo sus poderes de cambiante, pues teme al rechazo y que lo vean como un ser de las tinieblas. Por último es importante resaltar que es un tanto contradictorio y belicoso.

–Buenas tardes sir Danilo…
–Noches  diría yo (…) al grano, ¿qué traes de mercancía?, ¿lo mismo de siempre o alguna novedad?

–Siempre hay algo extraño y fuera de lo común en lo que nuestros a negocios respecta, pero aparte de bestias y extraños objetos americanos vengo a ofrecerte a este invaluable esclavo

Carcajeo el hombre en forma burlona – Bromeas, ¿cierto? No le veo lo especial a esta pila enorme de huesos y músculos.

–Te costara mucho dinero este semental– Carcajea –Pero antes de que tu cara desquiciada e insatisfecha aflore permíteme convencerte con esta historia que te encantara, lo sé. Así como también se que este negro cambiara tu vida y quizá te haga verdaderamente millonario… Al menos permítemelo. –

Realizo el hombre una larga halada a su habano, siguiente de este un ronco toser. –Como digas, adelante. –

El proviene de una peculiar y poco conocida tribu africana. Su genética de por sí es superior a la de cualquiera, típico de estos hombres de color. Nació y fue criado en tierras sudamericanas, Específicamente Venezuela. Llevado hay por embarcaciones de adinerados judíos quienes residían allá mucho antes de su antiguo amo, razones: ya sabe usted el conflicto entre la inquisición y los judíos. Quien le vio crecer fue el fallecido padre de Zhair (el antiguo amo del esclavo), el cual le salvo la vida arrancándolo de los brazos de su atrofiada y confundida madre, la cual estaba a punto de asesinarlo a cambio de vivir ella, pues de igual manera el niño debería morir según la decisión de el grupo no mayor de 20 esclavos y sus respectivos guías religiosos. Todo esto porque el pequeño no tendría la gracia de chango, ya que en él corría la sangre un demonio, su muerte sería lo mejor para todos, por ningún motivo debería vivir y la única forma de que su madre viviese y le fuere perdonado tal infamia era: matándolo ella misma sin  ningún otro medio o herramienta exceptuando  sus manos de fiera. Tal cuestión provocaba escándalos y abucheos entre los integrantes ya que notaban cobardía e inseguridad en la madre, tanto así que alerto al buen Ali.

Ali era un viejo sentimental, quien tenía un único heredero el cual amaba profundamente, esto hacia aun más blanda su alma, pues el nacimiento Zhair lo despojo de su único amor; ciertamente tal cosa no provoco rencor lo contrario fue el magnifico y divino regalo que Jade le habría dado. Le dejo su vida. Esa noche en la cual se pretendía asesinar a un inocente por ser un “Hijo Bastardo”, impuro y otro seudónimos; fue cuando el viejo Ali se desató en pena, ira y llanto. De manera vil la mujer ya empezaba a arañar el cuerpo del pequeño, clavaba sus uñas de manera profunda en los laterales del tórax (costillas). Cuán grande era la diferencia entre Jade que murió por su pequeño y esta que lo asesinaba a horas de su nacimiento. Rompió silencio y barreras el hombre, queriéndolos desmoralizar con los más bajos insultos que de su boca ardida salían. Solo la sacerdotisa quiso irrumpir en su voluntad, la cual era llevarse al pequeño y sacarlo de ese montón de locos. La respuesta de Ali fue una acentuada bofetada, quizá la más fuerte que había dado en su vida, la cólera y tristeza le invadían.

Creció el pequeño diferente a todos los hombres negros, el mayor pesar fue que en su niñez tuvo que soportar las venenosas miradas que le obsequiaban sus parientes, pero todo fue cambiando con el tiempo, ya cerca de su muerte Ali  se despojo de aquellos esclavos desalmados, dejo toda su herencia dividida a la par de sus dos hermosos hijos. Cuando Zahir tenía veinte años de edad sufrió el fallecimiento de su padre. Ahí en adelante se preocupo por la educación del adolecente negro quien era su hermano menor de quince años.

Le enseño tres lenguas distintas entre ellas hebreo, castellano, y francés (se encontraban cerca de la colonia francesa de Guayana, por ello lo ameritaba). Nunca necesito trabajar, pero su naturaleza era devota y servicial, más aun conociendo su pasado. Sin que nadie se lo pidiese era algo similar a un mayordomo, por supuesto dando su servicio únicamente a Zhair. Aparte de ello era su fiel hermano, carismático, sonriente y cálido en todo momento; compañero de parrandas, alegrías, penas, dolores. Aventuras y desventuras pasionales, con ellos estaban las más suculentas mujeres, perfectamente dotadas por la naturaleza y ansiosas de recibir las pasiones de los vigorosos hombres. En ese aspecto Zhair  era un tanto envidioso no por la diferencia de tamaño –carcajea– si no por el vigor sobre humano que a balú caracterizaba.

–Hombre, si no estuviera esta botella de ron cerca te juro que ya me hubiese dormido, a pesar de, tu historia está algo interesante. Ve al grano y deja dar vueltas. Parece que quisieras que este hijo de puta negro de follara. – Carcajadas burlonas y roncas de Danilo.

–Está bien sir Danilo…

Zhair rondaba ente los sesenta o setenta años, Balú si acaso aparentaba treinta y exagerando un poco. Sus conocidos lo notaban y les parecía algo bastante extraño, parecía ser cosa del demonio. Una vieja historia sobre un niño demonio llego a los oídos de la inquisición, el pueblo les apoyaba y había muy poca escapatoria. Zhair seria torturado de igual manera para que dijese la verdad y balú posiblemente a la hoguera. Zhair llego a la posada donde me encontraba, montado en un majestuoso caballo negro, me pregunto si yo era el comprador de bestias, le afirme, se presento y pronuncio: “Este hombre es la mejor y exótica bestia que te aseguro que no encontraras en ningún lugar, cuídalo pues es mi hermano y lo amo. Si no escapa lo antes posible el también morirá, dudo mucho que así sea, pero es mejor evitar. Mantente inocente a todo lo que sucede de aquí en adelante por favor.”

Bajo entonces de la bestia le beso, acaricio  y ardiente fuego  hicieron al hombre desaparecer…

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