· S A D E ·

PERSONALIDAD

Exagerando las leyendas de un ser diabólico que es el peor asesino del que se haya podido hablar desde hace eras. Sade, oblicua una personalidad que está basado en lo que el psicoanalítico espera que sea un psicópata, un ser esquizofrénico paranoide que se complementa con la egolatría, con la obsesión de obtener todo lo que quiere cuando quiere, pero ¿Qué se puede esperar de un personaje que ama el sadismo? Una persona que disfruta con el dolor ajeno, violando a sus víctimas mientras duermen o ni siquiera haberles dado unos preliminares antes de penetrarles a fondo y follarlas hasta que estas pedían la muerte de sus propias entrañas.

Con su demencia es el individuo que se nota que es alguien raro; en los grupos, en los partidos, en los pueblos, en las épocas, es las reglas, alguien que tiene gustos bastante peculiares con aglomeraciones de bipolaridad aunque la mayoría de ellas se encuentra la demencia, la cual es la que provoca en la persona trastornos auditivos y delirios varios por los general, pero esta enfermedad tiene otros subtipos, y puede generar diferentes comportamientos, desde violentos hasta completamente inofensivos, tanto depresivos como vivaces. Y no solo eso, dentro de esos tipos hay distintos grados que una persona puede padecer algo con lo que no es aconsejable luchar ya que no escucha más que su propia palabra.

Una persona que con el sexo no tiene límites, un ninfómano que carece de cuidado alguno, disfruta con sus víctimas de la disciplina del BDSM, puede añadir o no otra de sus cualidades que es la de ser un pirómano innato capaz de destruir pruebas después de cada asesinato, pero últimamente dejo aquel vicio ya que encontró mucho más divertido escuchar los gritos de la gente al ver a sus hijas o sobrinas, o seres queridos sin ropa, violadas y sin corazón tras habérselo sacado del pecho una vez violadas. El corazón de las jóvenes era uno de los premios que más le gusta adquirir después de una buena caza. Su depravación no conoce límites y siempre ira a más por el hecho de encontrar el placer en sus actos delictivos. Es tan retorcido que no duda en violar a quien se le antoje o seducir a quien cree que necesita tiempo para que caiga en sus redes.

Él es la personificación de lo ignominioso, in mundano a lo que puedas creer o pensar. No siente ni padece piedad frente a otro. Cruel, malvado, bastante agresivo y posesivo, despiadado y muy sincero con sus intenciones, no duda en hacer sufrir a aquel quien lo idolatre o a aquellas personas que tocan lo que es suyo. No olvida decir que es un hombre viril, fuerte, orgulloso, ambicioso y que emana cierto magnetismo, virtud que, por otro lado, mantiene. Su apariencia es atractiva. Combina encanto y elegancia con una presencia perturbadora. Muy estricto, no hay que mentirle ni engañarlo, es un hombre de terreno que sabe tomar iniciativas. Es rápido para la ejecución, a menudo un poco duro, bruto, intolerante e impaciente.

Estima, con sensatez, que si él puede hacer algo, los demás también, pero no tan bien como él lo pueda hacer. Es perfeccionista, incluso maníaco ya que por eso su conciencia profesional es muy fuerte. No lo ofenda, sobre todo, ya que tiene una extrema sensibilidad, a la altura de su orgullo. No nos olvidemos de decir que es una persona con encanto propio, odian la mediocridad, la bajeza y la superficialidad.

Anticuado y tradicionalista, del Clan de los Ventrue, sofisticado y distinguido. Cree en el buen gusto por encima de todo lo demás y trabaja a fondo para hacer su vida cómoda. Es uno de los sietes líderes más frecuentes de la Camarilla a quienes suelen acudir sus súbditos, ya que estos comparten sus cualidades de ser cautos, honorables, sociables y elegantes frente a la sociedad que se enfrentan durante comienzos del siglo XIX.


► HABILIDADES Y ATRIBUTOS INNATOS: (Puedes colocarlos en tu ficha si lo deseas).

→ Habilidades: Sigilo, sentidos aumentados, buenos reflejos, agilidad, flexibilidad, velocidad y fuerza sobrehumana.

→ Atributos: Colmillos afilados, uñas afiladas (en algunos casos), piel y cuerpo resistentes (aunque suave al tacto y a la vista), e inmortalidad.

► PODERES INNATOS: (Puedes colocarlos todos en tu ficha si lo deseas).

→ Sanación acelerada: Habilidad para sanar rápidamente heridas y contusiones no tan graves (esto no aplica al desmembramiento, si les arrancan un brazo, el brazo no volverá a crecer). El tiempo de recuperación varía según el personaje y la gravedad de la herida o lesión. Cuando se trata de balas de plata o fuego pueden morir si las heridas son muy graves.

→ Percepción del aura: Habilidad para ver las auras de otros seres, cuyos colores indican su humor, identidad y nivel de hostilidad, de este modo saben si están bajo amenaza. Este poder también les permite reconocer a otros vampiros e identificar a los licántropos gracias a su aura colorada y su característico olor.

→ Hemokinesis: Controlar a una persona por medio de la sangre. El vampiro, sin haber mordido al humano, ofrece una mínima cantidad de su sangre a la persona y con eso logra convertirlo en su sirviente. La sangre de vampiro es altamente adictiva para los humanos; también puede lograr retrasar el envejecimiento (pero nada excesivo como los licántropos y cambiaformas, solo unos cuantos años).

→ Persuasión: Habilidad para controlar las acciones o el razonamiento de otra persona. Este poder logra que otras personas realicen acciones, sin que éstas puedan negarse o incluso darse cuenta, mediante palabras con entonación imperativa, es decir, ordenándolas.

→ Inflingir dolor por medio de la mente: Capacidad que consiste en infringir dolor a una persona. Esto sólo funciona por medio de la concentración mental y el contacto visual.

HISTORIA

Donatien Alphonse, creció dentro de la alta alcurnia en donde fue educado y donde le habían enseñado el mejor protocolo que pudiera existir. Su vida no fue más que la misma que un niño mimado pero apegado a la lectura, el conocimiento de lo bello y lo natural. Desarrolló creatividad y curiosidad hacia el ocultismo, tanto, que pensó que la creatividad estaba hecha de magia. Su amor creció en poesías, versos y cuando era casi un adulto, su escritura hablaba por si sola hasta que llegó al punto de ser el mismo autor de varias obras consecutivas que no tuvieron demasiado éxito, pero él seguía intentándolo. Con su sueño aun queriéndolo lograr, Donatien fue comprometido con René Gallois, que a su agraciada suerte, era una de sus mejores amigas de la piña en la que estaban algunos.

Y tuvo suerte porque, a pesar de que era una buena amiga, era hermosa, con bellos ojos marrones, expresivos y una gran melena castaña recogida siempre en hermosos recogidos con adornos florales o ni siquiera ningún adorno. Se casaron. Tuvieron una bella luna de miel por el sur de España, el norte de Italia y nuevamente, volvieron a Francia en donde se instalarían para continuar con la rutina. Para entonces, René dio a luz a un bello varón. Todos estaban contentos en la familia, la cosa seguiría así y esperaba que fuera a mejor. Donatien, con el nacimiento de su primera hija, le publicaron un manuscrito del cual no tuvo el éxito que esperaba, pero no fue desconocido para nadie. Al cabo del tiempo, bastantes obras salieron en los escenarios consiguiendo un éxito tremendo, llegando a ser reconocido por varios círculos de la realeza.

Donatien Alphonse consiguió más de lo que había soñado, pero todo gran artista siempre tenía sus malas hierbas creciendo en secreto hasta que estas se hicieron bastantes notables. Jeremy Albourn era de la quinta de Donatien, simplemente adoraba todo lo que hacía y el éxito que él quería, se lo estaba llevando Donatien con su fama y la envidia le cegó tanto que llego a destruir la vida de Donatien en lo que se refiere a la vida profesional. Mientras, por la vida personal, Donatien se ha estado concentrando tanto en la vida profesional que sin darse cuenta dio de lado todo aquello que le importo, su familia. Sabía que su mujer le necesitaba, estaba con ella todo el tiempo que le prometía y le juraba que obtendría más tiempo para ella, pero los problemas con Jeremy fueron a mas hasta dejar su relación matrimonial dependiendo de un hilo rojo. Donatien estaba desesperado, no sabía qué hacer, no sabía que pensar hasta que finalmente llego a uno de los burdeles más famosos de entonces, llegando a casa a la hora que le venía en gana hasta que ya su mujer era una desconocida para él. Por una temporada su vida sexual fue detenida por las múltiples amenazas que su mujer le demando, también simplemente porque tenía a Jeremy a su espalda pero más cerca de poner a todo su público en su contra. Su vida privada estaba siendo un torbellino comparado con la pública a la cual ya apenas se le veía en los escenarios o por las calles. Su vida estaba a punto de extinguirse cuando su mujer, por muy tonta que era, le dio otra oportunidad y entonces ya sí que supo aprovecharla, pero acontecimientos a tomar en cuenta, le hizo replantearse en silencio de la noticia que recibió de parte de su mujer. Un bastardo. Un hijo que no era de su sangre.

Donatien se sintió mancillado, deshonrado. No mostro ira, ni puso la mano encima a su mujer, no era de ese tipo de hombres que pegaban a sus mujeres simplemente para sentirse machos y enérgicos, para mantener el talante. Lo que hizo fue mudarse a una pequeña mansión que había obtenido de su éxito en las campiñas francesas, a las afueras donde el horizonte se teñía con tonos añiles a la despedida del sol. En múltiples cartas, René le hizo saber que no fue a propósito, que la habían violado pero que la matarían si descubría el nombre de la persona que la forzó. Estaba siempre atosigada por sentir el halito de la muerte en su cuello, ella deseaba que volviera Donatien para volver a vivir una vida normal, pero Donatien, a pesar de ser alguien compasivo, aquello no lo podía perdonar y en la última carta que escribió para René, le comentó que él la amaba, que era consciente de que había estado ausente por su trabajo, pero que desde siempre le había sido…fiel.

Después de varios meses, al final descubre que quien violo a su mujer, había sido Jeremy Albourn, aquel que quería verle hundido en la ruina aun sabiendo que superaba con creces a Albourn, hasta que para su sorpresa, cuando parece que vuelve a hacer las paces con René, ambos en su mansión de la campiña, guardias enfundados con ropas y capas oscuras, disfrazados de la muerte se llevaron a Donatien a la cárcel por algo que él no había hecho. Supuestamente le acusaron de asesinato, estafa y varios pleitos que le relacionaban con la brujería. Todo aquello era incierto, no era verdad. Para sorpresa de René, aquello de que se llevaran a Donatien a la cárcel no le resulto nada divertido cuando esta miró con odio a los ojos de Jeremy. Ella sabía desde siempre que le había tenido envidia a su esposo, sabía que Jeremy la deseaba como suya, sabia de muchas otras cosas más que con tal de recordarlas, le daba asco y arcadas.

5 años en prisión a pan y agua, los viernes, pescado y los domingos nada hasta el viernes que volvían con la misma rutina hasta que acabo odiándolo. Después de esos cinco años, fue liberado con un cuerpo y una mentalidad diferente a como le encontraron. Fue con René que le esperaba con una hermosa  niña de ojos azules y bucles dorados. Se llamaba Giselle y se parecía mucho a su madre. Las cosas parecían haber vuelto a su cauce. Esta vez, Donatien hizo de las suyas y su mujer después de nueve meses, dio a luz a un par de varones, gemelos a los que llamo uno Bastián y el otro Joshua. Sus hijos finalmente eran todo lo que había deseado aunque no del todo por Giselle quien parecía haber adoptado varias formas de comportarse de su gran enemigo Jeremy. Había veces que no compartía nada con sus hermanos, era orgullosa mientras que sus hermanos, o incluso su madre decía que temía acercarse a ella por lo caprichosa que se estaba volviendo. Giselle solamente no podía con el carácter de su “padre” Donatien, quien podría saber cómo manejar a su hija si sabía los puntos flacos de Jeremy, pero al ver el mismo reflejo de su enemiga en su hija, la mató sin quererlo acaso, la había tomado del pescuezo y a pesar de sus quejas y aspavientos, termino por matar a alguien de su familia.

Aquello llego a oídos de Albourn, inflamándole de una ira incontrolable, volviendo hacer de las suyas ahora que tenía mucho más poder con su posición social en la alta alcurnia y con algunos contactos corruptos de la realeza. René junto con sus hijos de 15 años, intentaron hacer tiempo, hasta poder hacer unos días para que Donatien pudiera escapar hasta otra de sus fincas, esta estaba en las costas de Nápoles bien escondido de miradas ajenas. Cuando René recibió la primera carta de Donatien, esta suspiro de alivio, pero jamás pensó que iba a ser la última que recibiera de su amado esposo y que nunca iba a volver a saber de Donatien Alphonse, ni siquiera de que había vuelto a ser encarcelado en las profundidades de una torre en el mar, muy lejos de donde el sol pudiera brindarle de su fulgor, donde un loco le alimentaba y nadie podía escuchar los gritos de las torturas recibidas.


Pasó varios años en un loquero, alejándole de toda la cordura que tenía ya en su destrozada alma. Pensó por algún casual si René había hecho esfuerzo alguno para volver a buscarlo en verdad, para buscar la verdad de lo que le había pasado si al final le habían dicho que le habían vuelto a encarcelar, esta vez en un loquero. Su locura crecía con el paso de los días, su cordura se perdía hasta ser un alma sin ganas de expresarse por mediante la voz. Cuando recibía el golpe de los látigos empuñados por un demente criado, sintió el placer del libido crecer en su interior, se aguantó y jadeo, el criado le resultaba extraño aquello hasta que soltó a Donatien y este mismo, Donatien fue quien violo sádicamente a aquel joven que solo cumplía su trabajo. La locura se había apoderado de él. En su interior, no existía el Donatien que todo el mundo conocía.

Locura, demencia, soledad y más cuando lo que tenía en ese momento era solamente que su propia persona y aun mucho más vacío en su interior. Los maltratos entonces fueron a un nivel mayor, supieron de su asesinato a aquel joven que solo cumplía órdenes y entonces fue que le llevaron a la cima de aquella torre lleno de enfermos mentales. De su parte siempre había movimientos bruscos, mordiscos que llegaban hasta desgarrar la piel humana de lo incontrolable que se ponía. Nunca hablaba con nadie, sus manos arañaban su pálida piel a modo de aliviar su locura, gemía en mitad de la noche, le apaleaban porque no alzaba la voz, sino gritaba cuando otros intentaban dormir. Terminaron por trasladarlo a uno de los sanatorios mentales de Francia en donde le darían todo tipo de tratamiento. Sus manos se habían vuelto esqueléticas, pero sus uñas acabaron por ser afiladas, capaces de poder abrir heridas en los cuerpos ajenos, unas uñas que las había forjado por tanto escudriñarse con la pared, solo y arrinconado en una esquina por donde observaba salir la luna cada noche. Con el tiempo ya le dejaron salir al exterior siempre bajo la vigilancia de los guardias de aquel sanatorio, incluso los distanciados de los otros pacientes eran conscientes que no debían estar cerca de Donatien.

Ningún día de los que salió al exterior estuvo cerca de alguien que le hiciera algo de compañía. Solitario, era la palabra que le calificaba en ese momento y que quizás por el resto de su vida hasta que se acabara cansando y terminase por quitarse la vida, pero su locura llego incluso más lejos ¿Puede acaso eso ser posible? Canciones sin rimo aritméticas, sin compases que se pudieran leer mentalmente cantaba por las noches, a gritos, varias veces pretendieron callarle a palos pero él seguía con su locura. Una mañana cubierta por un cielo gris que ocultaba hasta los más profundos secretos que el sol traía consigo, una visita de dos personas, fue algo que él no esperaba. Su mente ya no recordaba apenas, pero el aroma de jazmín que solía llevar siempre René, Donatien lo reconoció de inmediato y con la mirada puesta en la figura de lo que parecía un ángel, René le sonrió con paciencia ya que seguramente no le reconocería. Y en efecto, no le reconoció, solo el aroma le decía quién era pero no sabía exactamente de dónde provenía aquel aroma. Demente y sin memoria estaba ya Donatien.

Había adoptado el nombre de sádico, pero a él se le encasquillo el nombre de Sade, terminando por llamarse de esa manera. René no volvió a aparecer en la vida de Sade, su médico quien le visito después de su mujer, le dijo que le tocaba la hora de la medicación, el asintió entre remilgos y gestos extraños con las manos, pero fue engañado y llevado hasta las catacumbas que se limitaban a más de cinco metros bajo el suelo de aquel sanatorio mental. No fue más que apaleado de nuevo y llevado hasta el borde de la muerte cuando le veían que no respondía con más gritos o más forcejeos. Pensaron que no iban a durar más de dos días más en ese sanatorio, pero para su buena suerte, Sade fue salvado aquella noche por dos caballeros de gran altura, anchos de espalda y de grandes ojos inyectados con un color carmesí en el iris de cada uno. Ninguno dio sus nombres, pues los dementes habían callado en su presencia y no había muchos dirigiendo el lugar aquella noche. Sade entonces fue sacado de aquel sanatorio mental algo moribundo pero que para suerte de los demás, estaba aún vivo.


Los años pasaron y Sade llego a ser alguien importante en un Clan llamado los Ventrue, una camarilla en donde se regían por los siete pecados capitales. Sade era el sadismo con la avaricia. Tenía un exquisito gusto para matar a sus víctimas, sacándoles el corazón después de violarlas y correrse dentro del hueco de donde saco el corazón. Los corazones de las personas para el eran un plato exquisito, algo escurridizos, pero simplemente su plato favorito. Cuando no más pudo hacer, Sade en aquellos actos de locura que creía olvidados, volvieron a salir de él, matando así a su creador para después buscar a Jeremy en el hospital, este, anciano y decrepito sujetaba la mano de una mujer a la cual reconoció de inmediato. René había caído en los brazos de aquel desdichado. Entraba en la habitación del hospital para matarlos uno por uno. A René la metió dentro del ano de Jeremy para después meterlos en una pequeña tina que había en el baño contiguo, llenándola de aceite y lanzando una de las velas que había en la sala. Ambo dentro y mientras se achicharraban por el fuego, Sade se largaba de aquella sala como si nada hubiera pasado. Entonces vio a una niña que había crecido y que la reconoció como su hija Giselle, aquella de actitud sádica y orgullosa. Había adquirido buenas aptitudes, seguramente no le reconocería y seguía jugando con ventaja. Llevándose a Giselle de la cintura a una de las habitaciones, entre gritos y forcejeos consiguió violarla, hacerla suya, vaciar su semen en ella y así terminar con su vida. Termino por dejarla en aquella habitación, sola, violada, con su semen por encima de ese elegante vestido.

Se fue del hospital para no ver a nadie más.

Lo único que hizo Donatien, ahora como Sade, era concentrarse en su obligación con el clan. Gano su fortuna con lo que consiguió de su creador el cual ya pensó que había vivido bastante y como “hijo” único, todo lo heredo Sade para después darle un retoque a la mansión, volviéndola tétrica, lúgubre, tal y como reflejaría su descontrolada y alocada demencia que aún le acompañaba allá adonde fuera.


Con el paso de los años, llego la inquisición a lo que cuando quisieron eliminarlo, Sade propuso a la iglesia que colaboraría con ellos, en todo lo que pidiera con la condición de que fuera anónimo y que no se metieran demasiado en sus asuntos. Sade ya había hecho una demostración de lo que era capaz si aquella gente de “Dios” le tocaba demasiado las bolas o simplemente se metían en donde nadie les llamaba. Ahora, tenía algo a lo que aferrarse, algo por lo que seguir vivo. No quería encontrarse sin el clan que le dio la vida que tiene ahora. Quería seguir su independencia, quería ser él.