Vídgír Tornabuoni ID

Físico

Cabellos dorados que le llega hasta la cintura, ojos verdes, casi grises a la luz del sol, cuando observa el día con una bella sonrisa en su rostro. Su tez, pálida, aunque un poco tostada por las veces que va a la playa en sus ratos libres, o a pasar un día de picnic en solitario con alguien de su gusto. Su apariencia no es más que la de una muchacha de clase media, por las noches, si va a algún evento, siempre se permite vestir algún vestido pulcro, no muy escotado ni muy tapado. Le gusta apenas ir a la moda, solo tiene un vestido o dos que han salido de temporada. Le agrada más vestir a su aire, sobre todo todos saben que cae en la monotonía, ya sea con conjuntos de los mismos tonos o porque cae siempre en los mismos estilo. Su apariencia, a parte, siempre le da un toque de feminidad, dulzura y a veces demasiado inocente.

Si, ella es así, pero su madre le escondió por una temporada los vestidos a tonos pastel ya que le gustaba vestir de aquellos tonos. Sus recogidos no son más que trenzas, recogidos a media altura o suelto. Pendientes o bisutería o joyas no usa apenas. Es alérgica a la plata pues tiene que usar de oro y odio como le queda el oro. En su rostro lleva varias cicatrices que un cambia formas le hizo cuando recién llegó a París nuevamente justamente en la mejilla izquierda. Ahora esta cicatrizado, pero como tiene la manía de rascarse la cara, a veces se la abre un poquito. Tiene, un dibujo, un tatuaje en la espalda de un pequeño ave, una lechuza.

Personalidad

Dulzura y fragilidad emanan de la encantadora Vidgir. Femenina hasta la médula, es agradable, conciliadora y particularmente sensible. Su emotividad a flor de piel no deja de traerle algunos problemas: impresionable, sugestionable, Vidgir es muy permeable al ambiente en el que se encuentra. Esta receptividad, si favorece la eclosión de talento artístico (musical u otro), también provoca inquietud o miedos. Durante situaciones difíciles, como las de un examen o frente a lo desconocido, pierde fácilmente sus medios. En cambio, da lo máximo de sí misma cuando encuentra un medio que le convenga. Vidgir es una dulce soñadora, imaginativa, incluso lunática, amante de lo fantástico o de lo mágico. Un toque de fantasía la anima, es enemiga de la rutina. Vivir, para ella, es soñar, abandonarse a sus emociones o a sus sensaciones. Las bajas realidades materiales la dejan impasible.

A menudo, en la vida, Vidgir evoluciona por identificación. Así, puede tocar el piano porque ha sido seducida por un virtuoso que la fascina. Incluso puede elegir una u otra actividad para complacer a algunos de los suyos, o para seguir a un amigo o una amiga querida… En ella todo pasa por lo afectivo. Por otro lado, es una amiga encantadora, a la escucha de los demás, servicial, disponible, que da excelentes consejos. Humana y generosa, sabe dar mucho de sí misma. Si logra vivir a la altura de su número maestro, Vidgir podrá concretar sus aspiraciones humanistas o idealistas. Entonces, se la verá participar en agrupaciones o asociaciones con fines sociales, humanitarios, artísticos, místicos o políticos, en los cuales se realizará compartiendo. Tendrá, entonces, un gran ascendente sobre los demás. Si la vida no le permite vivir sus ideales, tenderá a refugiarse en quimeras, utopías, soñando su vida, ya que no puede vivir su sueño… Incluso podrá buscar que se hagan cargo de ella, en cierto grado, para sentirse totalmente protegida, en la sumisión, la pasividad y la dependencia.

El mundo le da miedo, por eso tiende a refugiarse en la dulce seguridad del seno materno. Si la familia no aporta el apoyo afectivo que necesita, Vidgir tomará fácilmente el camino de una oposición pasiva. Descuidará entonces el trabajo escolar, y se refugiará en los sueños, la pereza, la fuga o la evasión… Debería desarrollar su gusto por la música. Aprecia la compañía de los demás: sociable, extrovertida, es sentimental, una romántica y sueña con el “Príncipe Azul” Pero, cuando hieren sus sentimientos, tiene tendencia a refugiarse en su torre de marfil. Tampoco se confunda, si parece distante y reservada, es principalmente a causa de su timidez. Femenina, privilegiará su vida sentimental y maternal, ya que la ternura es su fuente de vida.

Tiene sentido de la amistad, le gusta cooperar en actividades grupales que la estimulen, ya que su temperamento profundo es sobre todo contemplación o pereza. Es intimista, narcisista, un poco egocéntrica y le encanta desahogarse cuando se siente en confianza. También es sensorial, golosa y hedonista.

Historia

Vidgír nació en la antigua Escandinavia, pero cuando cumplió dos años de edad, su familia se trasladó hacia Italia, precisamente a Napoles en donde después conoció a los seis años a una niña muy monosa con la que no congenio al principio, pero que al final se fueron haciendo muy buenas amigas. Con el paso del tiempo, Vidgír creció junto con Nicoletta, desarrollando una atracción que la confundía demasiado, temiendo su familia que fuera a más. Pero suspiraron de alivio ya que vieron que Vidgír no se atrevía a dar el paso final, aunque sabían bien lo que sentía hacia Nicoletta. Solo una noche en que quedo con Nicoletta, Vidgír espero paciente para decírselo finalmente, pero Nicoletta, jamás apareció a la cita. Vidgír se quedó ahí, esperando a su amiga, buscando por los lados del bosque por donde se había metido su amiga, pero no, no estaba. Solo sus lágrimas fueron las testigos de su tristeza.

El tiempo pasó y ella se movió con su familia a París. Todos vivían allí, sin problemas de que su hija se equivocara de camino ya que estaba siempre de pretendiente en pretendiente, diciéndoles a todos que no, que ella no quería a nadie aun y solo tenía 15 años recién cumplidos. Aprendió otra lengua, el francés el cual se enamoró rápidamente y con ello llego a prometerse con aquel que había sido su profesor de francés, pero no del modo en que a ella le hubiera gustado que fuera la propuesta de matrimonio. Aquella persona estaba loca, tenía un problema  de bipolaridad que a Vidgír le tocar sufrir en silencio, llevándose varios cortes en la cara, espalda y brazos. Termino aquel desquiciado por aprovecharse de ella, violándola sin piedad a pesar de las peticiones de ayuda o simplemente de que parara de hacerla suya sin su permiso. Él siguió hasta que se corrió sobre la espalda ensangrentada por los latigazos y golpes de aquella mano dura del cual la obligo a prometerse con él.

Cuando su familia se enteró, aquella persona fue sentenciada a beber veneno y ser ahorcada por el crimen que había cometido con el inocente y frágil cuerpo de Vidgír. A pesar de que se salieron con la suya, el padre de Vidgír, no estaba satisfecho, no estaba orgulloso de su hija. Su familia, a pesar de tener sangre italiana en sus venas, su otra parte, su parte materna tenía sangre escandinava, sangre de los valerosos guerreros de los cuales se relataban en historias y mitos del norte. Después de varias semanas, su padre se disculpó con ella, abrazándola y confesando los miedos que le invadieron de repente al saber de lo que le había pasado a su pobre y dulce hija.


Hace poco, no más de dos semanas atrás, recibió una carta de alguien conocido para ella pero que no había vuelto a ver en mucho, mucho tiempo. Su amiga Nicoletta había llegado a París y ella tenía que verla.