AÑO 1842
Nos encontramos en París, Francia, exactamente en la pomposa época victoriana. Las mujeres pasean por las calles luciendo grandes y elaborados peinados, mientras abanican sus rostros y modelan elegantes vestidos que hacen énfasis los importantes rangos sociales que ostentan; los hombres enfundados en trajes las escoltan, los sombreros de copa les ciñen la cabeza.
Todo parece transcurrir de manera normal a los ojos de los humanos; la sociedad está claramente dividida en clases sociales: la alta, la media y la baja. Los prejuicios existen; la época es conservadora a más no poder; las personas con riqueza dominan el país. Pero nadie imagina los seres que se esconden entre las sombras: vampiros, licántropos, cambiaformas, brujos, gitanos. Todos son cazados por la Inquisición liderada por el Papa. Algunos aún creen que sólo son rumores y fantasías; otros, que han tenido la mala fortuna de encontrarse cara a cara con uno de estos seres, han vivido para contar su terrorífica historia y están convencidos de su existencia, del peligro que representa convivir con ellos, rondando por ahí, camuflando su naturaleza, haciéndose pasar por simples mortales, atacando cuando menos uno lo espera.
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Jaume, el incauto.
2 participantes
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Jaume, el incauto.
por Jaume E. Cardell Mar Abr 01, 2014 12:02 am
▲NOMBRE DEL PERSONAJE▲
Jaume Esteve Cardell Grau▲EDAD▲
Veinticinco años.▲ESPECIE▲
Humano.▲TIPO, CLASE SOCIAL O CARGO▲
Realeza; Duque de España.▲ORIENTACIÓN SEXUAL▲
Bisexual.▲LUGAR DE ORIGEN▲
Provincia de Gerona, Cataluña, España.Jaume, el incauto, como le apodara su padre en vida, es un hombre sin muchos escrúpulos. Un montón de caprichos comandados por la fuerza coercitiva de su propia voluntad, ancha y larga sobre sus dominios. Se trata de una figura excéntrica, dentro y fuera de España, de la que se cuenta algún par de historias. En palabras de sabiduría popular, el lobo del hombre sólo fiel a sí mismo.
Es mucho lo que se dice de él. La mayoría le deja estar, como quien busca no ser percibido. Y es que, a juzgar por sus más sabidos escándalos, es más lo que se podría sacar de su indiferencia que de su expresa atención. ¡Ay, que no se crucen a los ojos del incauto, que poco más queda después a los pobres de corazón! Jaume es un hombre que conoce el alcance justo de su poder, personal y político, un peón de movimientos bien pensados.
Al trato es cordial, simpático, terriblemente encantador, con un sentido del humor bastante particular. A menudo se le ve con una sonrisa, contagiosa y pícara, y sus emociones se suceden a flor de piel. Es poco el misterio detrás del Duque, que no va por allí construyéndose máscaras, no. Jaume es tal y como se muestra; de allí la naturaleza impredecible de sus impulsos.
Cálido con sus cercanos, cortés con quienes desconoce, halagador con sus enemigos. Las relaciones son lo suyo, vamos, que es un león que disfruta su presa, cualquiera que sea su destino. La corte aplaude su compañía y su presencia es requerida en la mayoría de los eventos sociales —¿y cómo no?—, a los cuales asiste con entusiasmo, sin falta.
Abajo apariencias, es un hombre con hambre del mundo, consciente de sus límites pero jamás experimentándolos como tales. Ambición sin fronteras, poder en crecimiento, bajo la orden de una mente aguda, penetrante y calculadora, Jaume no es más que un poderoso aliado. En su corazón no hay lugar para las malas intenciones, aunque tampoco para los reparos, el remordimiento y los mayores pesares. Jaume es la línea trazada entre un punto de partida y otro punto objetivo. No hay medios tintes, no hay grises, sólo consecución.
Incauto te llamo, Jaume, que poco habrás vivido cuando mi hora llegue. Alerta a los enemigos a los pies de nuestra tierra. Alerta al Rey, a la corte y a los lobos hambrientos. Por sobretodo, Jaume, alerta a tu espíritu, que ya reconozco insaciable.
Es mucho lo que se dice de él. La mayoría le deja estar, como quien busca no ser percibido. Y es que, a juzgar por sus más sabidos escándalos, es más lo que se podría sacar de su indiferencia que de su expresa atención. ¡Ay, que no se crucen a los ojos del incauto, que poco más queda después a los pobres de corazón! Jaume es un hombre que conoce el alcance justo de su poder, personal y político, un peón de movimientos bien pensados.
Al trato es cordial, simpático, terriblemente encantador, con un sentido del humor bastante particular. A menudo se le ve con una sonrisa, contagiosa y pícara, y sus emociones se suceden a flor de piel. Es poco el misterio detrás del Duque, que no va por allí construyéndose máscaras, no. Jaume es tal y como se muestra; de allí la naturaleza impredecible de sus impulsos.
Cálido con sus cercanos, cortés con quienes desconoce, halagador con sus enemigos. Las relaciones son lo suyo, vamos, que es un león que disfruta su presa, cualquiera que sea su destino. La corte aplaude su compañía y su presencia es requerida en la mayoría de los eventos sociales —¿y cómo no?—, a los cuales asiste con entusiasmo, sin falta.
Abajo apariencias, es un hombre con hambre del mundo, consciente de sus límites pero jamás experimentándolos como tales. Ambición sin fronteras, poder en crecimiento, bajo la orden de una mente aguda, penetrante y calculadora, Jaume no es más que un poderoso aliado. En su corazón no hay lugar para las malas intenciones, aunque tampoco para los reparos, el remordimiento y los mayores pesares. Jaume es la línea trazada entre un punto de partida y otro punto objetivo. No hay medios tintes, no hay grises, sólo consecución.
Incauto te llamo, Jaume, que poco habrás vivido cuando mi hora llegue. Alerta a los enemigos a los pies de nuestra tierra. Alerta al Rey, a la corte y a los lobos hambrientos. Por sobretodo, Jaume, alerta a tu espíritu, que ya reconozco insaciable.
Jaume nació como el primogénito y único hijo del matrimonio conformado por Bernat Cardell y Agnès Grau, duques de la Provincia de Cataluña, en Gerona, España. Su nacimiento fue motivo de celebración, claro está, como sucesor al ducado mantenido por los Cardell durante varias generaciones.
A lo largo de su infancia, Jaume creció bajo la disciplina impuesta por Bernat, su padre, quien ya para su nacimiento alcanzaba poco más de los cuarenta años de edad. Fue, pues, educado en los formalismos propios de la época: la etiqueta, los conocimientos básicos en la historia, la filosofía, las artes y la cultura en general; así también en otras actividades recreativas como la lucha de espada (esgrima), la caza y algo de poesía. Jaume destacó desde muy joven como un chico ágil y habilidoso, con una particular y encantadora elocuencia. Su educación estuvo a cargo de más de un tutor, además de sus padres, que le instruyeron desde distintas perspectivas en torno a una misma temática.
Jaume alcanzó la adolescencia como un hombre vigoroso, el orgullo de un padre. Bernat, en cualquier caso, no demostró mayores elogios, pues ya sospechaba del carácter ambicioso y, si se quiere, egocéntrico de su hijo. Durante esta época tuvo mayor influencia su madre, Agnès, que hacía las de una figura más bien comprensiva y condescendiente. A los diecisiete años, Jaume se involucró con Virginia, su prima, a quien dejó embarazada tras una relación de esporádicos encuentros sexuales que se prolongó por varios años. El escándalo desató la furia de Bernat, quien prohibió a Jaume el contacto con la chica, entre otras amenazas.
Cuando cumplió los veintiún años, Jaume se había formado ya, cuando menos en apariencias, como el varón digno representante de su apellido. Jaume Cardell, el sucesor al ducado, ya había despertado qué hablar entre el pueblo de España. Sus intervenciones en la política, a pesar de su inexperiencia, habían sido elogiadas por los demás miembros de la corte y más de una vez recurrían a él buscando consejo. ¡Una mente brillante, innovadora! ¡Un aire fresco para este mundo de alientos fétidos!
Así que su ascenso en la escena sociopolítica, así el descenso de su padre en salud. Antes de finalizar el año, Bernat Cardell fue declarado muerto y, por consecuencia, Jaume, su único hijo, debía ocupar su lugar en el ducado. No sin cierto pesar en su corazón, ha tomado desde entonces la vanguardia en el desarrollo de la política local en Cataluña, ejerciendo su poder como duque, siempre bajo el consejo de su madre, Agnès. Su política ha sido catalogada por muchos como audaz, ya por otros (sus detractores) como impulsiva, incauta.
Hoy por hoy, Jaume busca expandir el alcance de su influencia por toda España, que sí, y en lo amplio del mundo. ¿Conquistador? No.
¡LÍDER!
A lo largo de su infancia, Jaume creció bajo la disciplina impuesta por Bernat, su padre, quien ya para su nacimiento alcanzaba poco más de los cuarenta años de edad. Fue, pues, educado en los formalismos propios de la época: la etiqueta, los conocimientos básicos en la historia, la filosofía, las artes y la cultura en general; así también en otras actividades recreativas como la lucha de espada (esgrima), la caza y algo de poesía. Jaume destacó desde muy joven como un chico ágil y habilidoso, con una particular y encantadora elocuencia. Su educación estuvo a cargo de más de un tutor, además de sus padres, que le instruyeron desde distintas perspectivas en torno a una misma temática.
Jaume alcanzó la adolescencia como un hombre vigoroso, el orgullo de un padre. Bernat, en cualquier caso, no demostró mayores elogios, pues ya sospechaba del carácter ambicioso y, si se quiere, egocéntrico de su hijo. Durante esta época tuvo mayor influencia su madre, Agnès, que hacía las de una figura más bien comprensiva y condescendiente. A los diecisiete años, Jaume se involucró con Virginia, su prima, a quien dejó embarazada tras una relación de esporádicos encuentros sexuales que se prolongó por varios años. El escándalo desató la furia de Bernat, quien prohibió a Jaume el contacto con la chica, entre otras amenazas.
Cuando cumplió los veintiún años, Jaume se había formado ya, cuando menos en apariencias, como el varón digno representante de su apellido. Jaume Cardell, el sucesor al ducado, ya había despertado qué hablar entre el pueblo de España. Sus intervenciones en la política, a pesar de su inexperiencia, habían sido elogiadas por los demás miembros de la corte y más de una vez recurrían a él buscando consejo. ¡Una mente brillante, innovadora! ¡Un aire fresco para este mundo de alientos fétidos!
Así que su ascenso en la escena sociopolítica, así el descenso de su padre en salud. Antes de finalizar el año, Bernat Cardell fue declarado muerto y, por consecuencia, Jaume, su único hijo, debía ocupar su lugar en el ducado. No sin cierto pesar en su corazón, ha tomado desde entonces la vanguardia en el desarrollo de la política local en Cataluña, ejerciendo su poder como duque, siempre bajo el consejo de su madre, Agnès. Su política ha sido catalogada por muchos como audaz, ya por otros (sus detractores) como impulsiva, incauta.
Hoy por hoy, Jaume busca expandir el alcance de su influencia por toda España, que sí, y en lo amplio del mundo. ¿Conquistador? No.
¡LÍDER!
► Disfruta mucho del ajedrez, la caza, la música y el teatro.
► Bastante diestro en el uso de la espada.
► Aborrece la mentira, en todas sus formas.
► Amante de los perros, los caballos y los animales en general.
► Es poco lo que sabe sobre seres sobrenaturales y poco lo que le preocupa.
► Todos los viernes, al atardecer, visita la tumba de su padre.
► Ligeramente maniático con los aromas, las fragancias.
► Insomne, de sueño muy ligero.
► Fanático de las reliquias. Colecciona tantas como puede.
► Mantiene correspondencia con algún par de sus tutores de infancia; los que siguen vivos.
► De acuerdo a lo dicho por su padre, Virginia (prima de Jaume, a quien dejó embarazada) perdió el bebé en un accidente doméstico. A menudo tiene pesadillas sobre ésto.
► Son pocas las veces en las que duerme solo.
► Bastante diestro en el uso de la espada.
► Aborrece la mentira, en todas sus formas.
► Amante de los perros, los caballos y los animales en general.
► Es poco lo que sabe sobre seres sobrenaturales y poco lo que le preocupa.
► Todos los viernes, al atardecer, visita la tumba de su padre.
► Ligeramente maniático con los aromas, las fragancias.
► Insomne, de sueño muy ligero.
► Fanático de las reliquias. Colecciona tantas como puede.
► Mantiene correspondencia con algún par de sus tutores de infancia; los que siguen vivos.
► De acuerdo a lo dicho por su padre, Virginia (prima de Jaume, a quien dejó embarazada) perdió el bebé en un accidente doméstico. A menudo tiene pesadillas sobre ésto.
► Son pocas las veces en las que duerme solo.
Jaume E. Cardell- Realeza Española
- Mensajes : 5
Fecha de inscripción : 30/03/2014
Re: Jaume, el incauto.
por Asagi Dunkelheit Mar Abr 01, 2014 2:01 am
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BIENVENIDO A VICTORIAN VAMPIRES.
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Asagi Dunkelheit- Vampiro Clase Alta
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