AÑO 1842
Nos encontramos en París, Francia, exactamente en la pomposa época victoriana. Las mujeres pasean por las calles luciendo grandes y elaborados peinados, mientras abanican sus rostros y modelan elegantes vestidos que hacen énfasis los importantes rangos sociales que ostentan; los hombres enfundados en trajes las escoltan, los sombreros de copa les ciñen la cabeza.
Todo parece transcurrir de manera normal a los ojos de los humanos; la sociedad está claramente dividida en clases sociales: la alta, la media y la baja. Los prejuicios existen; la época es conservadora a más no poder; las personas con riqueza dominan el país. Pero nadie imagina los seres que se esconden entre las sombras: vampiros, licántropos, cambiaformas, brujos, gitanos. Todos son cazados por la Inquisición liderada por el Papa. Algunos aún creen que sólo son rumores y fantasías; otros, que han tenido la mala fortuna de encontrarse cara a cara con uno de estos seres, han vivido para contar su terrorífica historia y están convencidos de su existencia, del peligro que representa convivir con ellos, rondando por ahí, camuflando su naturaleza, haciéndose pasar por simples mortales, atacando cuando menos uno lo espera.
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Jophiel Rothschild
2 participantes
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Jophiel Rothschild
por Jophiel Rothschild Dom Mayo 18, 2014 2:40 pm
▲NOMBRE DEL PERSONAJE▲
Leander Nyx - Jophiel Rothschild▲EDAD▲
Edad Real: 2,200 años aproximadamente - Edad Aparente: 34 años▲ESPECIE▲
Vampiro▲FACCIÓN A LA QUE PERTENECE▲
Condenados▲TIPO, CLASE SOCIAL O CARGO▲
Clase Alta▲ORIENTACIÓN SEXUAL▲
Bisexual▲LUGAR DE ORIGEN▲
Esparta, Atenas▲HABILIDADES/PODERES▲
→ Habilidades: Sigilo, sentidos aumentados, buenos reflejos, agilidad, flexibilidad, velocidad y fuerza sobrehumana.→ Atributos: Colmillos afilados, uñas afiladas, piel y cuerpo resistentes e inmortalidad.
→ Sanación acelerada.
→ Percepción del aura.
→ Fortaleza.
→ Rastreo.
→ Manipulación de la memoria.
La agogé te forjó un carácter sin precedentes. Agresivo, adusto, guerrillero, incapaz de mantener la boca cerrada por más de diez segundos a sabiendas de que tu honor estaba en juego. No tienes piedad con tus enemigos, puesto que ellos son los que se han atrevido a levantarse ante tí. No hay escapatoria de tus armas, ni siquiera si demuestran una gran técnica de combate y un entrenamiento militar formidable.
No. Eres muy directo en tus pretensiones, no hay velos que cubran lo que quieres, decides, piensas, sientes. No fuiste jamás un timorato ateniense ¿Por qué va a cambiar eso ahora? No das más vueltas con tus enemigos, creas una estrategia y la cumples al pie de la letra. Tu propia existencia es la forma de reconocer que fuiste el vencedor en todas las batallas que la vida te puso enfrente.
No dudas, no cesas en tu empeño de salir avante. Tienes una determinación indomable, una voluntad de hierro que nadie puede cambiar. Tus pensamientos giran en torno de la misma premisa: la guerra. Es algo que no has cambiado y por lo que jamás te echarás atrás.
No miras atrás, el pasado sólo te ha enseñado aspectos que el futuro no va a cambiar. Tienes una conciencia bastante raquítica en cuanto a la humanidad, sólo te importa ahora combatir a los enemigos que se han alzado en tu contra y desaparecerlos de la faz de la tierra. Eres pues, un superviviente, eso no cambiará jamás. Te adaptas a las épocas con rapidez, no buscas amores, no existen. Sólo los amantes y los momentos en los que les posees no son más que un completo desfogue de ansiedades e impulsos animales.
No hay sentimientos, todo ha quedado muerto en el instante en que te transformaron. Ahora sólo hay objetivos. Búscalos, encuéntralos y deshazte de ellos. Eres un guerrero, demuéstralo.
No. Eres muy directo en tus pretensiones, no hay velos que cubran lo que quieres, decides, piensas, sientes. No fuiste jamás un timorato ateniense ¿Por qué va a cambiar eso ahora? No das más vueltas con tus enemigos, creas una estrategia y la cumples al pie de la letra. Tu propia existencia es la forma de reconocer que fuiste el vencedor en todas las batallas que la vida te puso enfrente.
No dudas, no cesas en tu empeño de salir avante. Tienes una determinación indomable, una voluntad de hierro que nadie puede cambiar. Tus pensamientos giran en torno de la misma premisa: la guerra. Es algo que no has cambiado y por lo que jamás te echarás atrás.
No miras atrás, el pasado sólo te ha enseñado aspectos que el futuro no va a cambiar. Tienes una conciencia bastante raquítica en cuanto a la humanidad, sólo te importa ahora combatir a los enemigos que se han alzado en tu contra y desaparecerlos de la faz de la tierra. Eres pues, un superviviente, eso no cambiará jamás. Te adaptas a las épocas con rapidez, no buscas amores, no existen. Sólo los amantes y los momentos en los que les posees no son más que un completo desfogue de ansiedades e impulsos animales.
No hay sentimientos, todo ha quedado muerto en el instante en que te transformaron. Ahora sólo hay objetivos. Búscalos, encuéntralos y deshazte de ellos. Eres un guerrero, demuéstralo.
Naciste en la antigua Esparta, tu padre era miembro de la Apella y como tal, tuviste la educación propio de uno de tu raza. Un descendiente de Hércules, un guerrero sin temores ni dudas. Así pues, en la agogé te forjaron un carácter digno de enorgullecer a tu familia. Te elevaste de entre todos destacando ampliamente en todos los campos de la guerra. Te apasionaba, te emocionaba, eras pues, sólo un cachorro de león.
Con el tiempo, te forjaste también tu propio nombre en todas las guerras a las que asististe, eras indomable, inquebrantable, podías sostener la espada aunque tu mano estuviera rota, sólo era necesario que se atara a tu muñeca y todo estaba resuelto. Así de testarudo eras, así otorgabas honor a tu nombre.
Tu vida se forjó en el calor de tantas batallas, tuviste muchos amantes, tuviste una esposa e hijos. Y sin embargo, fue un hombre quien más te llamó la atención. En la agogé era común que los espartanos compartieran encuentros con sus protegidos y el tuyo resultó ser demasiado incitante como para ignorarlo. Le educaste, le mostraste lo que era amar la espada y la sangre bajo tus pies. Y después, te enorgulleciste al verlo crecer y ser un guerrero espartano. Su muerte sobre el escudo te llenó de tristeza por instantes, pero fue más la satisfacción de ver que él obtenía una muerte gloriosa que tu depresión.
Y tras él, vinieron tus hijos. Intentaste forjar sus carácteres, pero fue en balde, no tenían las habilidades que tú habías heredado. ¿De quién fue la culpa que murieran en la agogé? No lo sabes y no te importa. Ni aún ahora. Eran dos cachorros que ni siquiera lograron seguir los pasos del león en que te habías convertido. No tenía caso llorarlos, sólo fueron dos fracasos en tu historial. Los únicos porque el tercero resultó ser perfecto. Y para ello, le pusiste como mentor a uno de los más salvajes y aguerridos hippeis. Uno de los que estaban bajo tus órdenes, por supuesto, porque tú ya eras parte de los 300 del Rey cuando tu hijo entró a la agogé.
Tu muerte fue recordada por generaciones, en el campo de batalla, frente a todos. Y sin embargo, nadie notó al hombre que estaba a tu lado, el que te llevó con él para, en tus últimos instantes, aprovechando el caos de la guerra, morderte y convertirte en un ser de la noche.
Así, despertaste a la nueva vida y con un nuevo objetivo: destruir a los enemigos de tu gente. Primero fueron los romanos, después cambiaron de nombre, pero no de objetivo. Viste caer Esparta y con ella, la educación y filosofía que había mantenido tu existencia, pero no por eso claudicaste. Mucho menos cuando encontraste un nuevo placer: la guerra contra los sobrenaturales.
Los siglos pasaron, pero tus batallas fueron igual de recordadas por el mundo. Muchos de los sobrenaturales perdidos en sus megalomanías fueron destruidos por el filo de tu espada, así que cuando la Inquisición se forjó, no encontraste una mejor forma de seguirlos combatiendo que ingresando a sus filas.
No importa quién esté tras tus espaldas, lo medular es quién es tu enemigo a abatir. Eres un guerrero, no das marcha atrás.
Con el tiempo, te forjaste también tu propio nombre en todas las guerras a las que asististe, eras indomable, inquebrantable, podías sostener la espada aunque tu mano estuviera rota, sólo era necesario que se atara a tu muñeca y todo estaba resuelto. Así de testarudo eras, así otorgabas honor a tu nombre.
Tu vida se forjó en el calor de tantas batallas, tuviste muchos amantes, tuviste una esposa e hijos. Y sin embargo, fue un hombre quien más te llamó la atención. En la agogé era común que los espartanos compartieran encuentros con sus protegidos y el tuyo resultó ser demasiado incitante como para ignorarlo. Le educaste, le mostraste lo que era amar la espada y la sangre bajo tus pies. Y después, te enorgulleciste al verlo crecer y ser un guerrero espartano. Su muerte sobre el escudo te llenó de tristeza por instantes, pero fue más la satisfacción de ver que él obtenía una muerte gloriosa que tu depresión.
Y tras él, vinieron tus hijos. Intentaste forjar sus carácteres, pero fue en balde, no tenían las habilidades que tú habías heredado. ¿De quién fue la culpa que murieran en la agogé? No lo sabes y no te importa. Ni aún ahora. Eran dos cachorros que ni siquiera lograron seguir los pasos del león en que te habías convertido. No tenía caso llorarlos, sólo fueron dos fracasos en tu historial. Los únicos porque el tercero resultó ser perfecto. Y para ello, le pusiste como mentor a uno de los más salvajes y aguerridos hippeis. Uno de los que estaban bajo tus órdenes, por supuesto, porque tú ya eras parte de los 300 del Rey cuando tu hijo entró a la agogé.
Tu muerte fue recordada por generaciones, en el campo de batalla, frente a todos. Y sin embargo, nadie notó al hombre que estaba a tu lado, el que te llevó con él para, en tus últimos instantes, aprovechando el caos de la guerra, morderte y convertirte en un ser de la noche.
Así, despertaste a la nueva vida y con un nuevo objetivo: destruir a los enemigos de tu gente. Primero fueron los romanos, después cambiaron de nombre, pero no de objetivo. Viste caer Esparta y con ella, la educación y filosofía que había mantenido tu existencia, pero no por eso claudicaste. Mucho menos cuando encontraste un nuevo placer: la guerra contra los sobrenaturales.
Los siglos pasaron, pero tus batallas fueron igual de recordadas por el mundo. Muchos de los sobrenaturales perdidos en sus megalomanías fueron destruidos por el filo de tu espada, así que cuando la Inquisición se forjó, no encontraste una mejor forma de seguirlos combatiendo que ingresando a sus filas.
No importa quién esté tras tus espaldas, lo medular es quién es tu enemigo a abatir. Eres un guerrero, no das marcha atrás.
- Cambiaste tu nombre hace más de 10 años, utilizaste una combinación de dos grandes enemigos abatidos, pues te parecía que habían sido grandes guerreros, así que los inmortalizaste en tu nombre.
- No matas a las mujeres cuando bebes de ellas, las caderas que te parieron y la educación espartana te lo impiden. Tienes esas raíces muy fijas.
- Conservas tu xiphos y tu aspis. El manto rojo de tu status lo guardas aún en una de tus casas en Grecia. Te cortaste el cabello por una promesa que no pudiste cumplir, no llegaste a ser tú quien destruyera a ese enemigo por lo que te deshonraste y lo mantendrás así los siguientes 100 años.
- No matas a las mujeres cuando bebes de ellas, las caderas que te parieron y la educación espartana te lo impiden. Tienes esas raíces muy fijas.
- Conservas tu xiphos y tu aspis. El manto rojo de tu status lo guardas aún en una de tus casas en Grecia. Te cortaste el cabello por una promesa que no pudiste cumplir, no llegaste a ser tú quien destruyera a ese enemigo por lo que te deshonraste y lo mantendrás así los siguientes 100 años.
Jophiel Rothschild- Condenado/Vampiro/Clase Alta
- Mensajes : 28
Fecha de inscripción : 18/05/2014
Re: Jophiel Rothschild
por Doreen Jussieu Dom Mayo 18, 2014 6:45 pm
FICHA APROBADA
BIENVENIDO A VICTORIAN VAMPIRES
TE INVITO A LEER LAS NORMAS QUE TENEMOS EN EL FORO PARA QUE ESTÉS BIEN ENTERADA DE CÓMO SE MANEJA TODO Y ASÍ EVITARTE FUTUROS MAL ENTENDIDOS, Y SI TIENES ALGUNA DUDA O ACLARACIÓN SOBRE CUALQUIER COSA, NO DUDES EN PREGUNTARME A MÍ O A OTRO ADMINISTRADOR, ESTAMOS PARA AYUDARTE.
QUE TE DIVIERTAS.
BIENVENIDO A VICTORIAN VAMPIRES
TE INVITO A LEER LAS NORMAS QUE TENEMOS EN EL FORO PARA QUE ESTÉS BIEN ENTERADA DE CÓMO SE MANEJA TODO Y ASÍ EVITARTE FUTUROS MAL ENTENDIDOS, Y SI TIENES ALGUNA DUDA O ACLARACIÓN SOBRE CUALQUIER COSA, NO DUDES EN PREGUNTARME A MÍ O A OTRO ADMINISTRADOR, ESTAMOS PARA AYUDARTE.
QUE TE DIVIERTAS.
Doreen Jussieu- Hechicero Clase Alta
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