Nejbet Ištar-Anat | ID

Nejbet es libre, y hará todo lo posible para mostrarle al mundo que no hay manera humana -ni inhumana- de despojarla de su libertad. La caracteriza, la moldea, la convierte en una mujer fuerte, que conoce el mundo y tiene los pies bien asentados sobre él. De ideas claras y férreas, considera cualquier intento de hacerla cambiar de opinión como un insulto a su inteligencia. Y no hay nada en el mundo que odie más. Sabe valerse por sí misma, y para eso ha necesitado mantenerse siempre firme en sus decisiones, superando miles de obstáculos, sí, pero sin necesitar a nadie. Independiente, de aguda inteligencia y complejo sentido del humor, no necesita que otros la alaben, ni siquiera que la comprendan, con que no se metan en sus asuntos es más que suficiente. Una pena que nadie respete ese punto, y todos traten de entrometerse. Una pena para ellos, porque se toparán con un muro infranqueable, y con una bestia que luchará con uñas y dientes para proteger sus ideales, sus deseos, su identidad. Porque sabe que eso es lo más valioso que tiene una persona. Y si alguien, por alguna razón, consigue arrebatársela, se ganará su odio eterno. Y no es una metáfora. Se vengará de ti de la forma más retorcida que se le ocurra, y gracias a su ingenio y astucia, no la verás venir. Hasta que sea demasiado tarde.

Manipuladora. Es una excelente oradora, hasta el punto de que a veces, con sólo emitir un discurso, es capaz de cambiar la opinión de aquellos que siempre dijeron que nunca cambiarían. Para ello se vale de casi todo, mentiras incluidas. El mundo es un viaje a contrarreloj, una guerra contra el resto de gente, y sólo hay dos bandos: enemigos y aliados. A los primeros seguramente les deparará un destino bastante oscuro, y más dada su posición. Los hundirá de todas las formas posibles, sin sentirse resentida consigo misma o tener remordimientos por ello. Pudieron escoger, y escogieron estar en su contra. Tenían que asumir las consecuencias, igual que ella hacía cuando se equivocaba. Sus aliados, en cambio, tendrán acceso privilegiado a su lealtad, su protección, y si consiguen ahondar lo suficiente en su gélida coraza, también a su corazón, aunque eso no sea lo más frecuente. Siempre sabe cuáles son las palabras más adecuadas para cada momento. Su labia llega al punto de que aun insultándote, no te sientas como tal. Y esto, en ocasiones, puede ser un arma de doble filo. Porque no todo el mundo es tan fácil de manipular. En cierto modo apática, parece no importarle en absoluto los sentimientos de los demás, a menos, claro, que sean de su agrado. La realidad es que, aunque le importen, ni sabe cómo demostrarlo ni considera que eso sea lo más inteligente. En un mundo de hombres, mujer es sinónimo a debilidad. Y no tiene ninguna necesidad de dar más muestras de ello. Orgullosa, altiva e indiferente hacia las opiniones ajenas. ¿Por qué prestar atención a quien no la merece, habiendo cosas más interesantes a las que atender?

Sólo con Él parece ser más sumisa de lo que se muestra con los demás. Y aún así, a veces su lado "salvaje" hace acto de presencia, demostrando el daño que puede llegar a hacer si se lo proponen o la molestan en exceso. Porque sí, pese a todo lo anterior, sabe mantener las formas, y oculta sus verdaderas intenciones o sentimientos bajo un cuidado manto de indiferencia y elegancia. Manto que solamente desaparece cuando los demás confunden su pasividad con incapacidad para actuar. Y no sólo se sorprenden después de descubrirlo: también se arrepienten.