Le miroir de l'âme

por **Deirdre Mac Daill** Jue Jun 26, 2014 2:12 pm

Érase una vez, los cuentos de hadas solo animaban a mantener la esperanza sobre aquellos que la habían casi perdido. No opino sobre lo que debo hacer, es solo mi deber. Pienso constantemente en Naoise, un alma tan corrompida por las ánimas que aguardan en el purgatorio que nunca supe si llego a estar en vida agraciada o estaría pagando por sus errores en el infierno. ¿Qué atormentada vida me esperaba después de la muerte? ¿Tengo necesidad saberlo ahora? Mis cabellos dorados han comenzado a brillar con el reflejo de la luna, parece que se ha emblanquecido lo suficiente para que aparente de más edad, pero siguen estando igual de fuertes que siempre.

Naoise, Naoise,
Pourquoi le sourire?
(¿Porque la sonrisa?)
Naoise, Naoise,
¿Qu'est ce que avez vous Fassiez?
(¿Qué hiciste?)

-Naoise…Naoise…-Murmuré distraída, despejando mi mente de la realidad en la que me ataba continuamente. En el árbol estaba como perra guardiana que nunca dejaba velar por el bien de sus más allegados. Mis piernas se cubrían por una fina capa de seda oscura hasta la cintura, cubriéndome igual por mas capas de tela rojo sangre, oscura como el odio que adoran los vampiros beber de sus víctimas. Nada por arriba, mis senos se cubrían por un sostén cubierto por monedas de plata, a juego con los colores de mi falda. Mis cabellos, recogidos entre algunos adornos que de mis ganancias nocturnas obtuve con esfuerzo.

Hay gente que no entiende mi cometido y aquí me encuentro a las afueras del cementerio, en donde la muerte danza sin despertar a los vivos, donde la noche cubre los secretos que la muerte con su guadaña acontece en silencio. Naoise estaba conectado con la energía de la tierra y si cerraba los ojos, dejaba mi mente abierta, podría sentirle tocar mis pies que ahora estaban desnudos - ¿quién? –La alarma de mi voz, mostró que ya no estaba completamente sola en las tumbas de Naoise y sus hermanos que dejaron sus vidas morir por mi vida o quizás…me lo habría imaginado.

Gozaba de una vista espeluznante. La noche con sus estrellas guardianas gozaban de una posición privilegiada, mostrándose atentas a lo que pasara en el globo terráqueo. A su vez, yo estaba intentando localizar de donde vendrían más sonidos extraños. No intercepté más.

Volvía a estar sola.

VESTIMENTA:

por **Constant Von Fanel** Vie Jul 11, 2014 12:04 am

Oscuridad y silencio. Soledad. La noche y el escenario espantaban a las criaturas prudentes haciéndoles huir a sitios más poblados y mejor iluminados ¿Por qué reusar la compañía de los muertos? Eran quienes menos daño podrían causar, eran a quienes menos se debía temer. Caminaba con lentitud por entre las tumbas, sin observar las lapidas y sin reparar en donde se posaban sus pies. Se encontraba en paz y sentía su alma un poco festiva. Algo por completo inusual. Se había alimentado hasta la saciedad. Debería lamentar la suerte de aquellas pobres almas pero ningún cargo o culpa puede atormentar a quien no posee conciencia. Muchas veces se había preguntado si había nacido sin ella. Tal vez solo la perdiera durante el camino, el resultado, al final, era el mismo. Sonrió para sí mismo tratando de imaginar lo que sentían aquellos que se auto flagelaban por cada acción cometida. Para él la vida en ese sentido era sencilla: se hacia lo que debía hacerse, lo que necesitara para sobrevivir y prevalecer. Eso era todo, siempre habrían daños colaterales y solo un idiota se detendría a pensar en cómo menguarlos, malgastado en el proceso tiempo y energía. Resonaban aún en sus oídos los gritos de dolor del joven que acababa de enviar, irónicamente, a su tumba. Dolor, dolor. Tan solo una palabra más, tan incomprensible como inalcanzable. Mortales e inmortales suplicaban porque terminara, él rogaba porque alguna vez llegase.

Sus pensamientos se movían por el pasado. Algunos pequeños momentos de gloria iluminaban sus recuerdos. Esos en los que se sintió parte de algo, recibido y aceptado como uno más de un grupo fraternal. Podía contarlos con los dedos de la mano y, aunque no ansiara ser aceptado ahora, conservaba los sentimientos que afloraron en esos instantes como pequeños regalos del destino. Su futuro era tan oscuro como el de sus víctimas. Eso estaba bien para él, sabía lo que quería, sabía a “quien” quería para sí, solo debía trabajar un poco en ello. No se trataba de esperanza, era demasiado realista como para darse ese lujo, sino de una meta establecida con un premio al final del camino ¿luego qué? Ya vería conforme como se desarrollaran las cosas. Mucho era lo que podía pasar por lo que resultaba infructuoso maquinar cualquier tipo de plan a un futuro lejano. Una alimaña corrió veloz alejándose del intruso que le había asustado y haciendo que el vampiro volviese a la realidad. Observó a la pequeña rata huir a toda velocidad y perderse entre flores marchitas y hierba alta. Entonces, al bajar los ojos nuevamente, se percató de una mancha de barro que ensuciaba su zapato izquierdo. Una nimiedad que le molestaba por alguna razón. Apoyó el pie sobre la lapida más cercana y se encontraba a punto de limpiarlo con el revés de su capa cuando escuchó una voz femenina en las cercanías. La brisa no acompañaba la velada por lo que ningún olor fue transportado y, sin embargo, allí estaba ella, canturreando algo carente de sentido para Constant.

La mancha fue inmediatamente olvidada a la par que se dirigía hacia el sitio desde donde procedía la voz. La concentración, más que la torpeza, fue la causante de que pisase una rama seca alertando a la fémina sobre su presencia. Aún no le veía pero sabía que se encontraba muy cerca. Permaneció completamente quieto el tiempo suficiente como para que ella bajase la guardia antes de continuar avanzando, esta vez con mayor precaución. Finalmente, y desde detrás de un grueso árbol, obtuvo una visión de lo que el hado le deparaba. Se trataba de una joven de pálidos cabellos y un hermoso rostro de finas facciones. No sería necesario indagar mucho sobre su profesión dada su parca vestimenta. Dejarla en compañía de sus muertos dejó de ser una opción en cuanto su voz llegó hasta el fino oído de Constant. Para él se trataba de un obsequio de la noche. Retornando a su paso causal se aproximó sin molestarse en ocultar su presencia – Debe ser muy fuerte la razón que le impulsa a aventurarse sola y desprotegida por el cementerio, madeimoselle – comentó con tono neutro - ¿Un esposo, un hermano o un amigo especial? – preguntó esta vez sonriendo con sorna. La cercanía le revelaba ahora algo más de la desconocida: no se trataba de una simple humana.

por **Deirdre Mac Daill** Vie Jul 11, 2014 8:02 pm

Veo a un extraño en ropas extrañas, mas el cuero le precede. Sus ropas oscuras le ayudan a tener un aspecto temerario, tremendamente atractivo, pero que por sus brillantes ojos azules temo acercarme…y estaba escondido aun entre la oscuridad, pero se acercó y entonces alce una mano -….Ni un paso más…-No era yo o mi mente me traicionaba. Lo tenia a una determinada distancia, se le parecía bastante a Naoise, pobre de mí que veo el parecido de mi amado en alguien que desconozco.

-….Perdóneme si soy grosera…más eso no os incumbe en nada…pal..-murmuraría una grosería entonces -….pero…-De un ligero movimiento de mis pies, del suelo alce la lanza que aguardaba tranquila al lado de las dos lápidas, la tome en la mano para sujetarla con la otra y apuntaba al desconocido, poniéndome delante de cada tumba. Protegerlas era mi vida…moriría protegiéndolas- ¿Me cree desprotegida ahora? –Chiste ya que por eso lo dijo, seguramente en las sombras no vio la lanza que me regaló Naoise. Tan gentil y atento, pero ya se fue. Hace mucho tiempo.

¿Qué pasaba? ¿Por qué no atacaba? Solamente tenía que servirme de mi instinto, asegurarme de que todo el mundo no es tan cruel como la gente de mi pasado. Había pasado por mucho, un matrimonio forzado hasta que salí huyendo de donde eran mis raíces, trayéndome conmigo lo que me era mas preciado, a Naoise y a su hermano, quienes, digo nuevamente me salvaron la vida, pero aun, si no podía estar con ellos de que servía ponerlos en defensa cuando nadie podría hacerles nada. Al final tuve que bajar la lanza, no miraba al desconocido pues no merecía de mí mirar. El arrepentimiento y la vergüenza podrían verse en mis pupilas, en mis ojos humedecidos por lo avergonzada que me sentía en este momento. Las palabras tampoco salían.

Por favor, sea quien seas, perdóname. Es tanto tiempo cuidando estas tumbas que no sé comportarme y creo que me iré. Entonces es ahí cuando le miro en el rostro por última vez antes de salir corriendo por el cementerio con la lanza agarrada entre mis cálidos dedos. Paso descalza por piedra y tierra, por frio y húmedo, quedándome sin aire hasta que me encuentro frente a un pequeño monolito derruido, en donde seguramente descansaba alguien, pero las letras habían sido borradas por el tiempo.

por **Constant Von Fanel** Lun Jul 28, 2014 3:15 pm

El vampiro soltó una risita corta y baja ante petición que lanzó la joven y la cual fue acompañada de un gestó poco amable. Se detuvo a pocos metros de la joven, no porque ella lo hubiese pedido, sino porque se encontraba intrigado respecto a lo que haría a continuación. Si se tratase de una humana de seguro no esperaría mucho, pero ésta era una cambiante por lo que todo se tornaba mucho más interesante. Mantenía sus sentidos alerta, atento a la posible aparición de algún extraño, pero los únicos sonidos que podía captar eran los provenientes de las alimañas e insectos que se movían entre la tierra y las lapidas, y las aves nocturnas que pululaban entre las ramas de los arboles más altos. Algunas palabras más salieron de la boca de la chica, pausadas, como si no encontrase las palabras necesarias para expresar lo que deseaba, o como si estuviese tramando algo mientras intentaba distraerle con un parloteo sin sentido. Constant observaba en perfecta quietud cuando la lanza apareció. Después de todo se trataba de un embuste. Si fuese mínimamente empático se sentiría mal, incluso un poco triste porque tal esfuerzo fuese en vano pues de muy poco serviría aquella varita contra él. Afortunadamente la empatía no era su fuerte así que solo se sintió levemente divertido.

– Oh! Hermosa, estas tan desprotegida como un indefenso pajarillo – se burló mientras veía la extraña posición que adoptaba la joven frente a las tumbas, como si intentase protegerlas segundos antes de que se lanzara en veloz escape. No podía negar que se encontraba sorprendido por tan inusual comportamiento. Cualquier otro habría colocado las lapidas entre el posible atacante y su persona ¿Quién en su sano juicio intentaría defender un par de tumbas? Era ridículo solo pensarlo. Se regaló un segundo para observar los nombres en las lapidas antes de salir en pos de la joven. No le costó mayor esfuerzo alcanzarla y sobrepasarla, sentándose sobre el monumento semi-destrozado frente al cual ella se detuvo. – ¿No intentaras proteger éste también, verdad? – sonreía burlón mientras le miraba fijamente. Se trataba de una pregunta retorica pues no bien la formulo saltó hasta colocarse justo detrás del cuerpo de la fémina. Una de sus manos aferró la lanza mientras con la otra la tomaba por la cintura y la apretaba bruscamente contra su cuerpo – Pretendí acércame de manera gentil pero no tengo mayor inconveniente de seguirte el juego – le susurró al oído segundos antes de soltarla y empujarla suavemente hacia adelante permitiéndole conservar la lanza - ¿Me dirás quien es el tal Naoise por las buenas o me harás arrebatártelo por las malas? – preguntó alejándose él también un par de pasos. Esa corta carrera había sido un error craso pues, aunque ella no tenía la más mínima oportunidad de escapar corriendo, si había conseguido encender el instinto depredador en el vampiro. Cierto era que no le importaba en nada quien era el desafortunado enterrado ni qué relación tenia con la joven, solo se trataba de un punto de partida para sus juegos macabros de la noche, una innecesaria excusa.

por **Deirdre Mac Daill** Dom Ago 10, 2014 7:04 pm

Pedí a los dioses que fueran benévolos si querían tomar mi alma entre sus manos, pero pensé que no era el día - …. –No sabía que responder, quizás podría evadir sus preguntas pero sus ojos me hipnotizaban. Eran hermosos y estaban llenos de oscuridad -…Usted…se le parece…-murmuro –a alguien que conocí en el pasado….era alguien amado, pero ya fue hace mucho de eso…-Desvié mi mirada de él, de la mirada de aquel que parecía el demonio reencarnado en piel. Recordando, los ojos del susodicho estaban carmesís.

Me asustaban.

Oh, Naoise, si estuvieras aquí, te diría que echo en falta parte de tus brazos cubriéndome por mis hombros, tu sonrisa quizás y tus ojos azules como el cielo. Me inquietaban. Algunas veces sentía como el hielo me atravesaba el corazón al mirarte a los ojos. Parecías el vikingo que tu padre quiso una vez, pero solo quedé yo. Tú y tu hermano me salvasteis la vida.. ¿Para que estuviera sola? La piedra se alzaba sobre mi cabeza conforme yo me iba arrastrando por ella hasta sentarme en la tierra cerca del monumento, triste, creo que sin saber por dónde andar. No sé qué hace la lanza en manos de alguno de los dos. Fue soltada para que ambos tuviéramos las manos libres. Él me seguía mirando con firmeza. Mi cuerpo se ponía con piel de gallina. En verdad no quería seguir en este lugar.

Mi lugar estaba con las tumbas…pero…ahora estaba dándome cuenta que nadie las turbaría. Tenía miedo de que algún día, algún ladrón pudiera descubrir los secretos que escondían sus tumbas. No era todo oro lo que reluce, pero en verdad había más de un premio en el interior de esas tumbas, tenía que mantenerme concentrada. No sabía con quién estaba. Yo podía transformarme en un perro y poder camuflarme pero no sabía nada de aquel que tenía en frente de mí. Ni tampoco sé cómo se llama. Ay de mí. Que torpe fui. Nunca debería de olvidarme de lo más básico, aunque él tampoco sabía de mi nombre de pila. Él en cambio parecía portar ropas elegantes y caras.

- La mujer actual tiene una obsesión por ser igual que el hombre, y no sé por qué, si el hombre es un pobre diablo desorientado…-Terminé diciendo con algo de dejadez afectiva. No mostraba más que una temprana indiferencia al mausoleo de dos patas que tenía en frente -….Creo que ni yo consigo tener los años que tú tienes…-Seguí en el suelo. Le miraba alternando mi vista con el paisaje muerto del cementerio. Comenzaba a impacientarme de sobremanera que él parecía estar más cerca de mí, pero le vi que aún estaba sin moverse de donde se quedó al soltarme. Seguía temiendo de él. No me atrevía a acercarme.

por **Constant Von Fanel** Mar Ago 26, 2014 10:00 pm

Las reacciones de aquella cambiaformas resultaban desconcertantes. Sus palabras parecían evadir las preguntas realizadas, sus acciones ignoraban algunos de los acercamientos más osados del vampiro. Él esperaba algo distinto de una criatura que seguramente conocía sus capacidades, de alguien que sabía lo que un inmortal podría hacerle. La conclusión obvia para Constant es que se encontraba ante una mente enferma ¿Era esa la razón para sus vestiduras? ¿Explicaba eso acaso su particular comportamiento para con aquellos sepulcros? Respuestas que le causaba curiosidad pero que no implicaban cambio alguno en los planes que guardaba para la joven. - ¿Me parezco a él? ¿Te refieres acaso a tu Naoise? – preguntó genuinamente intrigado ante tal declaración mientras le observaba fijamente. Ahora veía nuevamente el miedo que esperaba en sus encuentros, ese que le instaba a ir más allá, a probar nuevas vías para el alivio de su alma. - ¿a ese que se pudre bajo la tierra que con tanto celo cuidabas? – aquellas preguntas estaban de más. Era obvio que se refería a él. ¿Qué necesidad tenia de recordarle su actual estado? Ninguna, solo disfrutaba haciéndolo aunque no pudiese asegurar que ella reaccionara como era de imaginar.

El miedo que la joven expresaba con sus miradas fugases le urgía a avanzar. Sus palabras, en parte carentes de sentido, le causaban una ligera irritación que iba en aumento lento pero constante. No queriendo entrar en una discusión entre las diferencias entre hombres y mujeres se limitó a referirse a lo ultimo mencionado – Posiblemente sea cierto, pero lo que realmente debería preocuparte es si llegaras a tenerlos alguna vez – contestó antes de abalanzarse sobre ella y morderle el cuello apenas con la fuerza suficiente para lacerar la piel y parte del musculo debajo, pero sin llegar a la profundidad adecuada como para rasgar las venas y arterias importantes. Herirla era su fin, asustarla aún más un resultado secundario. Tan rápido como se había acercado se separó nuevamente, dándole algún espacio de ventaja. Deseaba que corriera, que huyera otra vez. Que el instinto cazador que moraba en él fuese incitado de nuevo, ahora azuzado por el sabor de la sangre que corría bajo la tersa piel de la cambiaformas.

por **Deirdre Mac Daill** Lun Nov 10, 2014 8:06 am

Fue tan rápido que no se dio cuenta que cayó al suelo mientras le sangraba el cuello. El grito desgarrador salió de su garganta como si pidiera empezar una guerra. Había pasado tiempo desde que estaba en el cementerio sola y en una noche casi la matan. Vio que él la dejo libre y mientras la sanación comenzaba a actuar, salió corriendo a riesgo de gastar toda su energía que necesitaba para poder curarse. Se olvidó de su lanza allí a los pies del vampiro. Se olvidó de tener en cuenta lo mucho que había amado guardar las tumbas de su amado y su mejor amigo. Había perdido su vida por haberla sacrificado en salvar a sus seres queridos.

Ahora un vampiro la atacaba y huía de él. Intentaría buscar lo que sea con tal de herirle pero al parecer el destino no quería que se encontrara con algún tipo de arma, no encontraba nada con lo que poder defenderse. Estaba escondiéndose detrás de un árbol cuando mirando levemente por detrás le vio acercarse, le vio que la buscaba en las sombras, pero maldita ramita delatadora que se rompió al pisarla. Aquello debió de alertarle de que ella andaba por allá, tenía que escapar de aquellas garras. ¿Qué haría? Estaba demasiado débil como para poder transformarse en animal, su cuerpo comenzaba a temblar del mero esfuerzo hecho y su cabeza comenzó a darle vueltas, a resultarle bastante pesada que arrinconándose en un hueco entre las raíces del árbol logro ocultarse un poco, recogiendo sus pies y haciéndose una pequeña bola rubia.

-Ojala no me encuentre…-Se dijo a si misma preocupada de lo que no podía ver a causa de estar escondida, pero podía sentir el aura cerca, no sabía por dónde exactamente. Desde luego, tenía que salir de ahí antes de que la encontrase o la muerte a ella misma. Tenía que salir del cementerio, pero necesitaba su lanza aunque no sabría llegar. Se concentró en transformarse en animal, fue consiguiéndolo, pudo ver como su pierna derecha se transformaba en un animal pero enseguida esta volvió como antes. Maldijo por si sola, salió de su escondrijo y así poder correr sin ser vista aunque aquello duro muy poco.

Juraría que estaba sintiendo a otro más como el que la mordió. Se mantuvo escondida detrás de una nueva lapida, mirando detrás y delante por si venia el vampiro que la ataco. Se tocó el cuello pero aun parecía estar en carne viva. Se sentó a esperar, no tenía fuerzas, necesitaba cazar algo para poder recobrar sus fuerzas – Perdóname Naoise, no supe burlar a la muerte….-Dijo observando un bello narciso que nacía cerca de uno de los lagos cercanos a las lapidas. El cementerio a veces podría parecer un paisaje bello pero oscuro y eterno. Algunas veces amaba sentirse rodeada de dicha belleza pero no siempre. La soledad podría hacer buena compañía pero nada más que en raras ocasiones. No siempre se podría estar con ella.

Lamento el retraso u.u

por **Constant Von Fanel** Lun Dic 15, 2014 8:16 pm

El agudo, fuerte e irritante sonido emitido por la cambiaformas se transformaba a los oídos del vampiro en música pura. Una reacción a una acción inesperada ¿o se trataba a caso de una manifestación genuina de dolor? la herida causada no era lo suficientemente grande o profunda como para causar un dolor tan intenso ¿o sí? Como saberlo a ciencia cierta. Verdad era que contaba con referencias, los gritos emitidos en el pasado por otras de sus víctimas en momentos precisos, cortando uno que otro miembro, arrancando grandes extensiones de piel. Aunque cada uno había resultado diferente en intensidad y momento por lo general seguían un cierto patrón. Resultaba evidentemente diferente un alarido por el dolor de una mordedura que por la extracción de uno de los globos oculares. Detalles que al final le proporcionaban a él alguna información, aunque puramente teórica, de lo que llegaban a sentir, del significado de apreciar el daño sobre la carne propia. En estas vivencias se basaba para sospechar que el alarido de la joven se trataba, en gran parte, por la sorpresa del ataque aunque no descartó por completo la idea de encontrarse frente a una de esos humanos con sensibilidad extrema. ¡Oh, que grandiosa noticia seria aquella! Contar con la suerte necesaria para toparse con una joven con baja tolerancia al dolor… la sola idea le arrancó una sonrisa.

Ella corrió nuevamente, como él deseaba, olvidando en su apuro la lanza con la que inocentemente pretendía adelantar un intento de defensa. Aún sentía el sabor de su sangre en la boca y su aroma impregnaba no solo el lugar en el que la había herido, sino que además pintaba ante sí un camino tan claro como si estuviese iluminado por velas. Solo tenía que seguir el rastro para encontrarla. Se tomó su tiempo, andando con despreocupación en pos de la cambiaformas. El sonido de aquella ramita al partirse bajo el peso de un cuerpo estaba de más. Sabía exactamente donde se había detenido ella y que le esperaba oculta tras un árbol de grueso tronco y nudosas raíces. Empezó entonces a silbar una cancioncilla de cuna que acudió a su mente en aquel momento. Se trataba de una melodía suave y notas largas destinadas a que los infantes sucumbieran en los brazos de Morfeo. No exista la mas mínima posibilidad de que la joven durmiese, por supuesto, solo se traba de una nueva estrategia de intimidación. Con descaro paso de largo el árbol mientras continuaba silbando. Sus brazos sostenidos detrás de su espalda, su rostro enfrentando la luz de las estrellas. Unos pasos adelante detuvo su andar y giró para observar a la rubia. – Atacas, huyes, confundes con palabras y luego solo optas por esconderte cuando sabes que nada servirá – se encogió de hombros antes de acercarse e hincar su rodilla sobre el sucio suelo, justo al lado de la cambiaformas. Le miró durante un par de segundos antes de tomarla con brusquedad por el cuello y levantarla hasta que los pies de la fémina quedaron colgando en el aire. Podía oler su temor y escuchar el aire forzar su paso por la comprimida garganta.

Entonces la depositó con suavidad en el suelo. No deseaba que se asfixiase, eso le restaría emoción a su noche y le quitaría minutos y horas de diversión. – Dime pequeña desquiciada ¿Cuál es tu nombre? – le cuestionó apoyándose en el árbol en que ella había intentado refugiarse - ¿y por qué no te transformas aún?- Le parecía sumamente extraño que no se aprovechara de su lado animal para huir con mayor rapidez. De todas maneras no lo conseguiría a menos de que su arsenal de transformaciones contase con una forma de ave (y aún así lo dudaba), pero no por eso dejaba de sentir curiosidad al respecto.

por **Deirdre Mac Daill** Vie Ene 09, 2015 5:18 pm

Los malvados siempre vienen con caras extrañas y bellas. Deirdre que fue atrapada por una de ellas decidió que era hora de dejar de huir y defenderse a si misma - …-No dijo nada al respecto más respondió con escupitajo hacia el rostro ajeno, destrozando un poco de esa bella que al parecer era inmortal e importante para el mismo. No sabía por dónde comenzar – Puede porque me has drenado parte de mi energía….-Intento abalanzarse hacia él pero acabo terminando cayendo de rodillas y rodar un poco hasta salirse del camino, levantando polvo tras suya. Prácticamente era consciente de que ya no era consciente. De que se había metido en un sueño eterno, de que se había quedado inconsciente a los ojos de las personas del mundo exterior pero ella misma estaba sumergida en el sueño del pasado en donde Naoise, si, su bien allegado amado la escogía y ella le escogía a él a pesar de estar ligada a otro hombre que la quería para él por lo que representaba en belleza.

Eran tiempos confusos para todos.

Ella sobre todo no era más que una superviviente, alguien que se las arreglaba entre la palabra y la supervivencia para seguir adelante sin la necesidad de tener en cuenta que estaría en peligro años más adelante. Poco a poco fue recobrando la consciencia viéndose cubierta del polvo de la tierra, pero había quedado oculta entre varios matojos, el rio se podía escuchar un poco más debajo de ella, y de la nada, una mujer vestida de negro, de ojos azules y cabellos oscuros, la tomo del cuello para sacarla de ahí, le tapó la boca y mientras la cogía en su espalda como bulto pesado mientras Deirdre estaba medio ambulante.

Una mujer que observo los movimientos desde el principio del agresor y del pobre indefenso. Un momento que tuvo por fin para poder acercarse a Deirdre y cogerla antes de que nadie pudiera recogerla o hacer uso de ella. La misteriosa mujer que había recogido a Deirdre, se topó con el vampiro. Esta no dijo nada pues cuando se destapo la venda de su boca y en lugar de unos labios solo había ataduras, como si se tratase de un castigo cruel, como si hubiera hablado demasiado y hubiera recibido el castigo de tener los labios cosidos. Lo curioso que los tenia cosidos, si, pero sobre todo los labios parecía tenerlos hacia dentro. La mujer, que sujetaba a Deirdre con enorme fuerza, miraba al vampiro como si fuera otro juguete al que destrozar. Si, los ojos claros cuando se reflejaron a la luz de la luna, no eran unas cuencas oculares, no eran un iris celeste si no, unas canicas de hermoso color azul.

La palidez de la misteriosa y distinguida mujer rápidamente se movió traspasando los límites de la velocidad.

Ya no parecía nada humano. Si no todo lo contrario. Al parecer lo que transportaba a Deirdre hacia la salvación era un extraño objeto del más allá, algo que nadie en la vida hubiera visto. Algunos dirían que puede ser un monstruo, una leyenda que cumple su aniversario y decide hacer sacrificios con hermosas vírgenes a la luz del fuego de la pureza o simplemente alguien estaba controlando algo con magia negra. Deirdre pudo sentir el aire en su frente despertándola lentamente. Sentía que estaba más consciente pero la sujeción en la que estaba, le resulto extraña. Miro hacia atrás y vio al vampiro que la atacó. Vio hacia delante y vio lo que la llevaba hacia Dios sabe dónde.

Lamento el retraso u.u

por **Constant Von Fanel** Miér Feb 11, 2015 8:31 pm

Una risa fría y ausente de toda diversión resonó en la zona del cementerio en la cual se encontraban. El escupitajo le había atinado en el flaco derecho del rostro pero él, en lugar de apresurarse a limpiarlo lo dejó donde estaba mientras observaba como la joven caía al suelo en una pose poco digna. Solo entonces, cuando la vio caída rodando sin control por su propia majadería, se tomó la molestia de retirar la inmundicia de su rostro con el dorso de su manga - ¿Hace falta tan poco para debilitar a un cambiaformas? – cuestionó con un tono irónico – Por favor, pero si solo he estado jugando – la burla era evidente, no hacía falta ver su expresión para concluirlo.

Caminó siguiendo el rastro de tierra removida, seguro de encontrar el cuerpo maltrecho entre los matorrales más adelante. Entonces ocurrió un nuevo sinsentido. De la nada una mujer, o lo que en antaño debió ser una mujer, surgió y tomo en sus brazos a la cambiaformas. La palidez de su piel, por no hablar del resto de su grotesco aspecto, no dejaba duda respecto a su ausencia de vida, a su antinatural existencia. Curioso que un vampiro clasificase como “antinatural” a otro ser, pero no había otra manera de definirla. La muerta (no podía clasificarla como muerta en vida en realidad) avanzó con la chica en brazos, alejándose del lugar en el que él se encontraba. Bien, siendo lógicos ¿Qué tan probable es que una criatura de aquellas surgiese de la nada solo para salvar a una chica desquiciada? Resultaba tan absurdo que Constant consideró solo dejarles ir y buscar un nuevo bocadillo, pero ¿y si no era la salvación de la cambiaformas lo que aquel cadáver buscaba? Permaneció en el lugar en el que se encontraba por algunos segundos, indeciso en si hacerle caso a su curiosidad mientras terminaba de limpiar con gesto ausente la suciedad de su rostro.

Finalmente, maldiciendo por lo bajo, decidió seguir a la pareja. No estaba de humor para confortamientos esa noche, así que se mantendría a una distancia prudencial. Estaba interesado en observar por si acaso las intenciones de la criatura no eran benignas. No le interesaba recobrar su presa, ya habrían otras más adelante, lo que le motivaba era conocer que ocurriría con la cambiaformas, ver con sus ojos lo que el destino le había preparado y lo cual esperaba fuese mucho peor de lo que él mismo pretendía.

por **Deirdre Mac Daill** Dom Mar 08, 2015 4:34 pm

Criaturas hermosas eran al fin y al cabo monstruos en su interior.

La extraña criatura fue perseguida por el monstruo sangriento hasta un claro qué había en el cementerio, un claro que estaba rodeado de tumbas como en un corralillo, las tumbas en círculo, Deirdre estaba en el centro, tumbada sobre la fría piedra y aquel monstruo, deforme y sin rostro, se acercaba hacia una de las tumbas, se caía, no volvía a salir y ya comenzaron a llegar usurpadores de tumbas, echando nuevamente tierra sobre el cadáver mutante sin rostro.

¿Qué destino estaría dicho para Deirdre?

Allá estaba ella, sin darse cuenta de lo que estaba pasando. Un hombre de altura sobrenatural caminaba hacia la cambiante, abría su boca mostrando parte de sus afilados colmillos, se lamia los labios observando el cuerpo virgen de la cambiante.

– Vírgenes, que delicia….ya no hay por dónde buscarlas
- ¡Eh! ¡No te la comas aún! –Dijo un segundo hombre que iba ataviado con elegantes ropajes de lo que parecía de un brujo oscuro, las tiras purpuras oscuro a ambos lado de su cabeza y con símbolos satánicos podría decirse que a continuación, habría algo que ver. Entonces fue cuando ambos hombres la observaron despertarse lentamente, desorientada se reincorporaba en el suelo de aquel cementerio y estando sentada noto como le daba un tirón en el pie. No se preocupó demasiado, pronto se curaría. Cuando Deirdre se encontraba en aquel lugar su miedo incremento incluso más que cuando aquel vampiro quería morder de ella.

Los hombres la cogieron por banda, por pies y manos, Deirdre comenzaba a intentar zafarse, tiraba de la ropa para que no se la quitaran y no pudo resistirlo más, comenzó a utilizar la fuerza bruta a puñetazos. Primero golpeo a quien era el vampiro y después al quien era el brujo. Puso salir del agarre de ambos, de correr unos cuadros de piedra gris pero el vampiro la atrapo de uno de sus brazos y cogiéndola de sus dorados cabellos, gimiendo quería quitar esas sucias manos de su cabello, pero le era imposible. Eran dos contra ella que era solamente una persona.

Deseó que aquel vampiro, aquel del que no supo nunca su nombre estuviera observándola desde algún rincón del cementerio o al menos que no estuviera cerca de ella, disfrutando como la maltrataban un par de extraños.

-Es demasiado testaruda, servirá bien para el ritual.

-AGH! –El vampiro seguía sujetándole del brazo y de sus cabellos, entre escucho lo que dijo el brujo y sonrió finalmente. Posiblemente sería grato el esfuerzo que hizo durante muchos años, la espera en la que tuvo que estar pacientemente, esperando a poder revivir a su amada difunta esposa. Lo había intentado todo y encontró al brujo egipcio que precisamente, tras varias generaciones, la familia del brujo había seguido los pasos de un malvado hechicero de la antigüedad, el mismo que intento traer a su amada entre los muertos pero el faraón lo detuvo antes de que el ritual se efectuara por completo.

Ahora Deirdre podría ser el sacrificio humano que ambos dementes habían estado buscando, para seguir el mismo patrón que aquel hechicero egipcio.

-¡NOO! ¡No rituales! ¡NAOISE! ¡NAOISE! ¡AYUDAME!….Por favor…..Haré lo que sea…-Estaba arrodillada en el suelo, los dos hombres la habían dejado, la habían soltado finalmente y el vampiro, por lo rudo y tosco que era, golpeo a Deirdre, dejándola nuevamente inconsciente en el suelo.

Lamento el retraso u////u..... de nuevo

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