¿Quiénes son Los Oscuros?

Despertó en Hungría sin saber quién era. Ambicionaba construir su propio imperio al depender de su salvadora, por lo que rápidamente decidió hacerse con las riquezas de sus enemigos. Fue así como dio con István Szöcs, un vampiro que mantenía a una parte de la ciudad aterrorizada.  Guiado por la arrogancia, decidió no solo tomar todo lo que éste poseía sino también su identidad. Al ser testigo de que muchos de los que trabajaban para él quedaban sin un propósito, decidió tomarlos bajo su protección. Fue así como nacieron Los Oscuros. Lo que todos desconocen, sin embargo, es que no le importa ningún miembro de la hermandad. Ha tomado el liderazgo adoptando la máscara de amigo y compañero; mientras la maldad se desborda siniestramente en su interior, esperando el momento para actuar. Quiere ser quién conquiste a toda la raza de los vampiros. Se apoya en Pierre A. Van Kröst, uno de los pocos miembros que conocen su verdadera intención, pues es la carta que él ha colocado por encima de sus licántropos para aunar fuerzas con otras especies. No se detendrá hasta que todos jueguen su juego.  

O quizás sí. Verán que yo visitaba hace un par de noches uno de aquellos jardines de placerrr al que los humanos son taaan afectos, cuando tuve una revelación. Bebía del cuello de una puta cuando de pronto, nublóseme la vista y vi… vi claramente a cuatro cadáveres pálidos en sendas monturas. Llevaban armaduras que destellaban bajo la luz del sol, cegándome. Más no bien mi vista se hubo acostumbrado, los reconocí de inmediato tal como un niño pequeño reconoce el mal en una mujer con verruga y nariz aguileña ¡los jinetes del apocalipsis! Sí, eran ellos: Abstinencia, Vida, Paz y LEHQRNE. ¿Que quién es LEHQRNE? ¡Ah el “Lunático Enamorado  de los Humanos que Quiere Revelar Nuestra Existencia”! ¿Pueden imaginarse tan terrible conjunto? ¡Lo que significaría para todos nosotros!

Y justo cuando creí que no podía ser peor, vi que todos ellos eran gobernados por uno de los nuestros… otro cadáver que llevaba un manto y una corona. Él sonreía, me sonreía y yo le devolvía el gesto claro. Yo me resguardaba del tirano astro bajo un montón de piedras y ellos no se habían dado cuenta, o no les importaba que estaban bajo los rayos del sol ardiente.  Inmortales sí, pero no intocables… Entonces pasó lo inevitable, ¡aquéllos cadáveres burlones se prendieron en llamas ante mis propios ojos! Riendo se carbonizaron rápidamente. Se volvieron solo un puñado de cenizas en un instante y sus risas, sus risas permanecieron como un eco en mi mente, un eco horrorosssso que anunciaba el Apocalipsis…

Entonces recuperé la vista y arrojando a la puta a un lado me alejé de aquellos humanos con los que había estado jugando escondidillas. Hasta la sangre había perdido su deliciossoo sabor. Quería escapar de aquella tenebrosa sensación, de ¡aquél adverso vistazo de un sin-futuro!… y andando y andando me topé con un ángel. Ella sabía de los jinetes y conocía mi temor, ¡me habló de un mesías que acabaría con los infames! Me ofreció jugar del lado de los malos, de los obscuros y acepté ser su jinete del Caos. ¿Que qué hace un agente del Caos? Bueno, igual que el comodín en la baraja, puede tomar muchas formas, pero si se le asigna una, ya no es un comodín ¿o sí? Se arruina el misterio…

Lo que puedo asegurarles ahora hermanossss míos, es que debemos esperar las instrucciones de nuestro amado mesías István para sobrevivir a la venida de la Bestia. Bajo su guía tendremos el valor para que al hallarnos en la presencia de la Maldita todos juntos muertos mordamos su maldita yugular, la descuarticemos y arranquemos sus ojos antes que pueda dar un solooo paso.

Luego podremos volver a nuestros asuntos y esperar al próximo Anticristo para sentarnos a jugar poker.

La eterna compañera de sangrientos festines, amiga, amante, confidente y aliada, Evangeline persuadió al entonces Lucern Ralph para emprender un viaje secreto a la Europa Antigua. En el trayecto de su peregrinar un clan de vampiros húngaros atacó al inmortal hasta dejarlo agonizante. Fue Evangeline quien le hizo regresar a la vida. Solo una cosa del vampiro pareció haberse perdido en su viaje de ida y vuelta hacia el mundo de los muertos: sus recuerdos. Contrario a lo que cualquiera haría, Evangeline ocultó sus conocimientos sobre su pasado. "No nos conocemos" Le explicó, fingiéndose una vampiresa rebelde quien acudía en auxilio de un herido. Fue ella quien impulsó la cabeza de Lucern con ideas de venganza convirtiéndose en su primera aliada, su primera cómplice. Juntos asesinaron a István y contempló después como Lucern se apropió de la identidad y los territorios del fallecido. Desde entonces han viajado juntos por Europa, acogiendo temibles aliados y enloquecidos pupilos para crear la secta de Los Oscuros. En un banquete de sangre fue nombrada por Lucern/István como Reina de Corazones, pasando así a ser la principal dirigente de los ejecutores dentro del clan. Es también la mano derecha del mismo: nadie entra al clan, nadie sale, nadie muere sin que ella lo sepa.

Le creyeron muerta, le sepultaron en vida. Minerva había padecido de catalepsia. El taxidermista con quien vivió la descansó en un sarcófago de cristal trasparente para conservarla perpetuamente. Minerva resucitó de su catalepsia, resucitó pero no lo hizo como humana. Durante su supuesta muerte, ella había sido convertida por un vampiro mientras descansaba en su ataúd de cristal. Abrió sus ojos a la nueva vida, abrió sus ojos hacia la eternidad. Ser eternamente niña le conllevó a la condena de no poder estar en un solo lugar por mucho tiempo, por este motivo Minerva viajó por cada rincón de Europa conociendo a más ¨Hermanos vampiros¨ con la ambición obsesiva de poder conocer a seres de su especie de los que pudiera instruirse. Pertenecer a una cofradía, a algún lugar. Pero cuál fue su decepción al encontrar seres arrogantes y mediocres por doquier. Estos sólo incentivaban a que la sanguinaria poupée de porcelaine les borrase de la faz de la tierra por la dignidad de los verdaderos vampiros. Perdió la cuenta de cuantos vástagos defectuosos eliminó en el camino de su búsqueda. Tuvieron que pasar unos cuantos siglos antes de que Minerva por fin encontrase un lugar en el mundo donde conocer a vampiros que le resultasen atrayentes o, al menos, que considerase que merecían estar en este mundo. El clan de los oscuros era el sitio ideal para ella, ser una carta de corazón sería su más ferviente vocación.

Serene es un vampiro que aún siendo muy joven, sabe dominar sus instintos asesinos, ya que es calculadora. Ha aprendido que no debe confiar en nadie, solo en sus instintos y sus intuiciones. Pasó un año en una clínica psiquiátrica, por decirlo de alguna manera, pero en realidad era una cárcel en la que su madre biológica intentaba retenerla para sacar sus propios beneficios. Por supuesto que un demonio no se puede mantener encerrado por mucho tiempo. Así tras seducir con sueños imposibles a su carcelera, logró escapar y comenzar su regreso a París. Ya de vuelta en la Ciudad de las Luces, se encontró con una vampiresa, poderosa, a Serene le hizo recordar a un ser de la noche que creyó haber olvidado, hermoso, peligroso. Todo lo que ella quería era obtener una familia, que la aceptara tal cual era ahora. Su pasado humano estaba enterrado al igual que sus primeros meses como vástago de Violante, - ese nombre, ¿porque recuerdo un nombre tan ridículo? - es una pregunta que siempre resuena en su cabeza. Leal, hasta la muerte, a su nueva familia, hará lo que se le pida para proteger a los suyos. Su reina es aquella vampiro que le permitió ser parte de La Hermandad, la acogió y es junto con el As de Corazones los que imponen los castigos y sentencias que ella administrará. No puede ocultar que dicho cometido le provoca placer, pues como todo ser de la noche, no deja de ser un demonio. Oculta su actividad, tras su máscara de actriz en el Theâtre Des Vampires.

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El cielo se había oscurecido para el mayordomo cuando su señora, -Lady Lorraine Ralph-, le comunicó secamente que su amo y señor había muerto a varias millas de donde estaba él, y que por lo tanto quedaba liberado de su desdichado y tedioso contrato. Pero él se negó y prosiguió con sus labores en la casa que juró servir para la eternidad, a órdenes de la viuda dama. Aunque esta tarea no duró excesivamente demasiado, ya que pocos meses después se encontró con su señor; pero de poco sirvió, pues éste apenas recordaba quien era el inmortal sirviente. Varios meses, e incluso un año entero, tardó el moreno en que su amo le volviera a tomar confianza y le ofreciera un puesto en aquella organización que estaba tramando. Como es lógico el mayordomo jamás cuestiona ni pregunta nada de lo que su amo le propone, y en menos de lo que él acababa la frase el "demonio" vestido de negro aceptó su tarea, formando parte de nuevo en la vida de su "amnesico" señor. Como lo hacía antaño lo único que anhela y persigue el inmortal es el bienestar de su amo así como cumplir aquello que una vez no pudo, esperando que un día él mismo cierre el contrato que lo une a él con aquella esperada recompensa; pero... ¿podrá esta vez Vayne proteger a su señor? Aprendiendo de sus errores el mayordomo hará hasta lo imposible para salvaguardar la vida del Conde, -aunque éste ahora se haga llamar István-, y responder de esta manera al juramento que hizo harán varios años atrás.

"Porqué solamente soy un simple mayordomo"

Fue cuando la convirtieron en una mitad lobo. Allí en medio de la oscuridad total del bosque, cuando cazaba al mismísimo István, siendo ella aún una inquisidora, un licántropo la mordió, la arrastró y por tener la desgraciada suerte de sobrevivir, la dejó maldita. Su mundo se tornó una completa extrañeza cuando la infección se coló en sus venas. Sentía que había muerto, pero seguía existiendo en la tierra. Entonces, ¿para qué vivir si todas sus experiencias habían terminado siendo una mentira? Luego de noches de miedo, de no comprender su cuerpo. Decidió empezar algo nuevo, volver a las raíces de lo que alguna vez Dios había escrito. “Amarás a tu prójimo como a ti mismo.” Livia, en aquel entonces, descubrió que todos eran sus prójimos, que seguir matándolos sería como matarse a sí misma y juro lealtad a aquel que al final, se había hecho cargo de su maldición, el mismo vampiro al que ella le juró la muerte, la acogió en su hermandad. Con frialdad y quizá algo de tosquedad, se incluyó en aquel mundo de sombras, donde aceptó que hacía mucho tiempo, estaba equivocada.

No es un guerrero, es un estratega. 'El bastardo'. Hay mucho más en común entre éste desdichado ser y el mismísimo István Szöcs. Reclutarlo en su organización no estaba dentro de los planes de vampiro, pues él requería a miembros con la experiencia suficiente en su licantropía como para no cometer los mismos errores, pero el clan que mantenía a Pierre entre sus adeptos, se negó a formar parte de lo que István planeaba. El alfa de la manada lo enfrentó – misma bestia que había mordido a Pierre-. Desgraciadamente, el vampiro fue más rápido. En medio del caos generado a partir del conflicto de razas y diferentes ideales, la depuración de lobos era inminente, pues el enemigo se había tomado el tiempo suficiente para estudiar y acabar con ellos. Pierre peleó, pudo defenderse y sobresalir entre los demás, no tenía idea de lo que hacía pero la sangre de su maestro fluía por sus venas, su instinto y sus habilidades innatas se desarrollaron en medio de la batalla. Él pudo haber sido otro más de los salvajes asesinados de István, pero justo en el momento en que el vampiro estuvo a punto de cortarle la cabeza, fue el propio vampiro quien leyó el potencial de Pierre, le perdonó la vida, pero no la existencia. Abusó de él, siendo confinado a la esclavitud, rebajado a lo que era, un simple bastardo e István se lo recordaba a cada momento, con cada maldita palabra. Sí, Pierre le debía la vida a István pero no por ello dejarse pisotear era una opción, así que decidió mostrarle a su ‘señor’ lo que un bastardo era capaz de hacer. Los primeros días fueron un infierno, y el desgraciado lobo estuvo a punto de declinar, más su orgullo, aquél que nunca pudo pisotear la tortura, trampas y burlas de ‘Los Oscuros’ fue alimentado y al final venció. En el trayecto a su ascenso, conoció el rostro maldito de István, cada una de sus facetas, incluso las que no demuestra ante los demás, sus secretos. La ambición de Pierre y su jodida destreza por obtener lo que desea, lo colocaron como blanco de algunas prioridades del vampiro. Fue puesto a prueba y superó las expectativas, pues él quería ser el único foco de atención de István, el mejor de todos los As, aquel que destacase precisamente por ser sólo un bastardo. Peleó a muerte y venció, ganándose la confianza de su ‘Creador’.

Fue un viaje de la reina de los Países Bajos a Hungría lo que los hizo coincidir. Él, István, era el responsable de un negocio al que ella deseaba acceder; ella era una poderosa vampiresa, una mujer dispuesta a cualquier cosa por conseguir sus objetivos, ya fueran mercantiles o de cualquier otro tipo. Las chispas en aquel encuentro fueron inmediatas, y no solamente en el ámbito de lo intelectual: el negocio fructificó, y del mismo modo lo hizo la extraña relación, que cuando menos podía tildarse de cierta confianza y de un contacto relativamente frecuente una vez ella volvió a Francia. La curiosidad mutua fue lo que hizo que ella se mostrara ante él como era, en la cumbre de su poder. Su capacidad para conseguir sus objetivos mediante la manipulación no le pasó desapercibida al húngaro, que pensó en aprovecharla para su secta por esa clase de talentos tan bien escondidos detrás de su elegancia. La combinación, perfecta para la facción de las picas, se vio incrementada por el uso que ella hacía de sus influencias, coronándola de forma no oficial como reina. Fue él quien la nombró así, quien puso nombre a su cargo. Una vez comenzó a portar la invisible corona en su cabeza extendió sus invisibles tentáculos aquí y allí, a lo largo y ancho de la crema y nata de la sociedad parisina para reclutar para István aliados y subordinados, gente con los mismos talentos que ella para engrosar las picas, sobre las que reina con la misma potestad que en su propio reino.

Dos objetivos se han convertido en los pilares de su existencia, encontrar a su Sire y cuidar, proteger y perpetuar la familia de humanos y hechiceros con los cuales comparte su destino. Siguiendo los pasos de su creador arrastró a toda su familia hasta París donde terminó instalándose. Su búsqueda se extendía más allá de los confines de las sombras, le conocía lo suficientemente bien como para saber que él saldría a la luz de la manera más flamante y excéntrica posible ¿el punto de partida? Cualquier baile o reunión en la cual se encontrase lo más alto de la sociedad parisina. A partir de allí, encaminó sus esfuerzos, no solo en asistir, sino también en organizar toda clase de tertulias que pudiesen llegar a llamar la atención del inmortal y atraerlo de nuevo hasta sus brazos. Si bien hasta el momento sus esfuerzos han sido en vano, ha aprovechado éstos espacios para socializar y conseguir información. Los rumores que circulan son tan variados como la misma concurrencia convidada a participar. Entre ellos uno perturbó especialmente a la vampiresa. Al parecer un grupo de criaturas sobrenaturales se encontraba tramando una rebelión. Tal vez en otras circunstancias aquello le traería sin cuidado, pero el que los humanos les reconocieran planteaba una serie de dificultades y peligros para su familia que no estaba dispuesta a correr. Su seguridad era primordial. ¿Su nuevo objetivo? Hacer todo lo posible para que los rebeldes no logren su cometido uniéndose a otro grupo que se alzaba como la luz entre el caos, irónicamente denominados Los Oscuros. La opción obvia, dados sus atributos, fue formar parte de los Infiltrados. Como ella misma lo manifestó a la Reina de las Picas, sus encantos y diplomacia serían de utilidad para la creación de redes de información dentro de los altos círculos así como la búsqueda y consecución de “patrocinadores” interesados en que se mantenga en secreto lo que no debe ser revelado.

Las interminables dudas y deseos de conocer más allá de su condición fue lo que le orilló, luego de cuatro años de ocultar su identidad y mantenerse totalmente al margen tanto de humanos como de vampiros, a salir en busca de otros seres de la noche para esclarecer sus interrogantes. Con un continuo deseo de darse cuenta el motivo de su existencia, recorre París encontrándose de vez en cuando con algunos seres, tanto humanos como inmortales, que le dan ciertas pistas para conocer más sobre sí mismo. Estando un poco confuso todavía, conoce a Jenna, una mujer que comparte el mismo don oscuro que él, y luego de un tiempo tratando con ella descubre su pertenencia a un extraño grupo del que Mikael no tenía conocimiento y cuyas reglas internas despertaron sus deseos de integrarse al mismo. Con la creencia de que gracias a su futura integración podría despertar en él un sentido a su existencia entre los humanos, decide formar parte del mismo aceptando obedientemente las consignas que le son impuestas dentro del mismo.

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Kamisaka había crecido escuchando la leyenda de que un espíritu maligno nacido del resentimiento, del odio y el rencor vive en las personas, los adultos solían asustar diciendo los guerreros más feroces como el espíritu crecía tomando sangre y terminaba convirtiendo al portador en alguien maligno también. Por supuesto cuando creció se dio cuenta que la historia quería enseñar a no perder la calma por el odio. Y era así como Kamisaka había sobrevivido el ultimo siglo, manejándose con la templanza de un guerrero, pero el mundo está gobernado por personas muy diferentes a las que se imaginan, aquellos que no están involucrados. Vampiros como él controlan rutas comerciales y esclavos entre continentes, gente como Sora era la responsable de las guerras y la paz momentánea. Gente como Sora, era quien gobernaba al mundo, pero Sora a pesar de ser un poderoso vampiro no se sentía satisfecho con su vida inmortal, buscaba algo más. Y es en uno de sus viajes por el mundo conoció a István, un vampiro normal a simple vista para él, sin embargo la capacidad de Kamisaka para leer a las personas demostró que Itsvan poseía esa voluntad de acero que pocas personas poseían, veía en él la persona que podía ofrecerle una mejor visión del mundo, algo único y a la vez bello, István pretendía lograr lo que muchos otros posiblemente ni siquiera se imaginaban a hacer. Y esa fue la razón para ofrecerle a István sus servicios como guerrero, estratega y leal camarada a la causa; ya que si uno dijera en una palabra lo que es tener sangre samurái en sus venas como lo hace Sora, su base radicaría firmemente en ofrendar el cuerpo y alma a una causa, y esa era la razón por la cual István podía confiar plenamente en él; porque aun si la cabeza de Kamisaka fuera cortada, el jamás traicionaría a su propio clan. El morir para él no sería tan malo como el vivir sin honor. Actualmente y gracias a esa lealtad imperturbable que le daba su origen de samurai, actúa como el Rey de Tréboles entre las sombras, pues anda de puerto en puerto y de continente en continente buscando, reclutando y consiguiendo bolsas de sangre para la familia.

De principios revolucionarios en lo que refiere el sustento, más conservadora en la doctrina de la discreción. Independiente como para no enlazarse en compromisos que involucren más sangre de lo necesaria y que se arrastre con ella órdenes de superiores. ¿Cómo es que hoy se la ve inmersa en semejante sublevación? Resta decir que la convicción de Vayne Mercury fue suficiente para plantearse de nuevo sus ideales y convencerla para alistarse en la insania misma. Por más que mucho no la defienda, antes de arriesgarse a la masacre de su propia especie, elegirá aportar adelanto en las estrategias planteadas. Anhelos de protección a sus cercanos tal vez, o la búsqueda de otra clase de propósito. Rastreará en efecto la compañía de aquellos seres que simpaticen con sus pensamientos. Optando por el bajo perfil en el juego, se animará a escoger a los Tréboles. Su primera visión fue de conseguir el apoyo de la vampiresa Abadie. ¿Pero cómo resultará el porvenir de sus misiones?

Su naturaleza tan inocente como hipócrita la han llevado a mantenerse siempre al margen, oculta entre las sombras, porque la reina de sus más profundos miedos es la Inquisición y por ella se ha vuelto paranoica. Desde humana sus instintos más fuertes han sido el del peligro y el de supervivencia. Esos mismos instintos con el tiempo la recluyeron dentro de su casa, deseando en silencio que la especie vampírica algún día volviera a ser un secreto para así poder salir en la noche sin miedo a terminar con una estaca en el pecho. La soledad deprime y, por ello, en alguna ocasión ha descuidado su dieta, llevándola a generar sanguinarias masacres de las que se avergüenza. Es así que cuando conoce a Los Oscuros mediante Jenna Saltzman no duda en apoyar la causa en el suit que mejor le sienta: los tréboles. Busca a los nuevos, los solitarios, los desquiciados, la escoria, los diamantes en bruto. Se sigue moviendo con sigilo en cada paso pero pertenecer a un grupo de nocturnos como ella le ha devuelto algo que creía haber perdido; la esperanza.

Una dama de familia, respetable y honorable. Nada podría alterar su paz, nada podría sacarla de la calidez de su hogar, del disfrute de la vida tranquila junto a su esposo, hijos y nieto. Nada, hasta que un rumor, silencioso como la caricia del viento, roza sus oídos y le paraliza el corazón por unos segundos. Una mujer misteriosa reunida en secreto con su marido, el secreto de una Hermandad que desea proteger a los sobrenaturales de la locura de algunos que están dispuestos a revelar al mundo la verdad de sus identidades. Janos se niega a participar y Tündér sólo quiere gritarle que debe apoyar la causa, sería una verdadera tragedia que los miembros de su familia se enterasen lo que ellos son. La licántropa, con el correr de los días contacta a Pavilion y le expresa su voluntad de unirse. El suspenso la tuvo con pensamientos trágicos durante días, hasta que la confirmación llegó una noche sin luna, en la oscuridad de un callejón en las afueras de París. Si bien su consorte, en un principio, se mostró reacio a su participación en tamaña cruzada, el entusiasmo, pero más la preocupación y las cavilaciones con argumentos más que fundados, de la rubia, terminaron por convencerlo de cambiar su postura. Quizá, en parte, guiado por el pequeño sentimiento de culpa que le corroía el corazón: él era su creador. Túndér había sido una niña cuando se casaron, y había visto su evolución a lo largo de todos esos años. Era una mujer, era todo lo que podía esperarse de ella y aún más. Deseaba protegerla, pero la rubia tenía armas y carácter para defenderse sola. Ella, con más dudas que certezas, se acercó a la causa y, rápidamente, encontró su rol dentro de ella: el de madre. Los más jóvenes, inexpertos, terminarían arrimándose, buscando en ella un refugio. La húngara no quiere escalar posiciones, no busca el reconocimiento, pero sabe que su diminuto grano de arena, será bienvenido en todo momento.

Criada por vampiros para ser uno de ellos, pero el destino es juguetón cuando todo va saliendo bien, acaba siendo una lycan. Lo que mueve sus pasos del día en que descubrió que estaba sola en el mundo es la venganza, juró dar caza al clan vampírico que había acabado con su familia y también al lycan que la transformó. Su mayor virtud es la actuación, aún cuando siempre muestra su verdadera cara, nunca sabrás cuando no es ella. Llega a Los Oscuros reclutada por Pavilion. Esta será la primera vez en mucho tiempo que pertenecerá a algún grupo, sabe que le costará adaptarse pero tiene la voluntad suficiente para lograr todo lo que se proponga. Karin no sabe en lo que se está metiendo pero tiene algo muy claro, esto le ayudara para acercarse a los responsables del cambio rotundo que tuvo su vida. Jugará un juego donde no sabe cuáles serán las piezas a mover.