AÑO 1842
Nos encontramos en París, Francia, exactamente en la pomposa época victoriana. Las mujeres pasean por las calles luciendo grandes y elaborados peinados, mientras abanican sus rostros y modelan elegantes vestidos que hacen énfasis los importantes rangos sociales que ostentan; los hombres enfundados en trajes las escoltan, los sombreros de copa les ciñen la cabeza.
Todo parece transcurrir de manera normal a los ojos de los humanos; la sociedad está claramente dividida en clases sociales: la alta, la media y la baja. Los prejuicios existen; la época es conservadora a más no poder; las personas con riqueza dominan el país. Pero nadie imagina los seres que se esconden entre las sombras: vampiros, licántropos, cambiaformas, brujos, gitanos. Todos son cazados por la Inquisición liderada por el Papa. Algunos aún creen que sólo son rumores y fantasías; otros, que han tenido la mala fortuna de encontrarse cara a cara con uno de estos seres, han vivido para contar su terrorífica historia y están convencidos de su existencia, del peligro que representa convivir con ellos, rondando por ahí, camuflando su naturaleza, haciéndose pasar por simples mortales, atacando cuando menos uno lo espera.
Espacios libres: 11/40
Afiliaciones élite: ABIERTAS
Última limpieza: 1/04/24
En Victorian Vampires valoramos la creatividad, es por eso que pedimos respeto por el trabajo ajeno. Todas las imágenes, códigos y textos que pueden apreciarse en el foro han sido exclusivamente editados y creados para utilizarse únicamente en el mismo. Si se llegase a sorprender a una persona, foro, o sitio web, haciendo uso del contenido total o parcial, y sobre todo, sin el permiso de la administración de este foro, nos veremos obligados a reportarlo a las autoridades correspondientes, entre ellas Foro Activo, para que tome cartas en el asunto e impedir el robo de ideas originales, ya que creemos que es una falta de respeto el hacer uso de material ajeno sin haber tenido una previa autorización para ello. Por favor, no plagies, no robes diseños o códigos originales, respeta a los demás.
Así mismo, también exigimos respeto por las creaciones de todos nuestros usuarios, ya sean gráficos, códigos o textos. No robes ideas que les pertenecen a otros, se original. En este foro castigamos el plagio con el baneo definitivo.
Todas las imágenes utilizadas pertenecen a sus respectivos autores y han sido utilizadas y editadas sin fines de lucro. Agradecimientos especiales a: rainris, sambriggs, laesmeralda, viona, evenderthlies, eveferther, sweedies, silent order, lady morgana, iberian Black arts, dezzan, black dante, valentinakallias, admiralj, joelht74, dg2001, saraqrel, gin7ginb, anettfrozen, zemotion, lithiumpicnic, iscarlet, hellwoman, wagner, mjranum-stock, liam-stock, stardust Paramount Pictures, y muy especialmente a Source Code por sus códigos facilitados.
Victorian Vampires by Nigel Quartermane is licensed under a
Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 3.0 Unported License.
Creado a partir de la obra en https://victorianvampires.foroes.org
Últimos temas
No esperes tranquilidad cerca de mi || Sophia D`Luca
2 participantes
Página 1 de 1.
No esperes tranquilidad cerca de mi || Sophia D`Luca
"Todas se creen interesantes por colocarse la prenda más brillante,
pero pocas son las que valen verdaderamente más que una taza de café,
esas que no son comunes,
y que se interesan en algo diferente al verse bien,
las mujeres que se esconden, que danzan entre las sombras mostrando sus garras,
y no precisamente en la cama. "
pero pocas son las que valen verdaderamente más que una taza de café,
esas que no son comunes,
y que se interesan en algo diferente al verse bien,
las mujeres que se esconden, que danzan entre las sombras mostrando sus garras,
y no precisamente en la cama. "
¡No es posible! No, no, me niego a aceptar que está ciudad se esté volviendo tan predecible y aburrida. Siempre lo mismo. Muertos de hambre por un lado, prostitutas que incluso rondan por las calles, ya no se limitan al burdel, encima de pavonean con sus prendas de zorra como si se trataran de mujeres de la realeza, hombres idiotas que las voltean a ver y lanzan indirectas, que más que eso, son directas para llevarlas a revolcar a la cama, que se vayan a un maldito lugar de mala muerte, unas solo abren las piernas y se dejan ser montadas por escasas monedas, a veces por un trozo de paz, esos no soy hombres, son una porquería que se dejan en evidencia, por eso son unos muertos de hambre, no saben hacer las cosas dónde se debe. Creo que la mayoría de las veces pierdo la cordura por estupideces que no deberían interesarme, no me interesan pero ¡Por Dios! Serán tan mediocres, nada más delicioso que hacer de noche, cuando los placeres más grandes salen a la luz, y de ellos nosotros nos alimentamos y gozamos, pero no, ellos que pueden saber de está vida, nada, y nunca podría compararlos conmigo claro, pero es que son tan jodidamente comunes, si los tuviera a mi cargo como a todos esos clavos por lo menos una semana, sabrían lo que es bueno, pero volvemos a lo mismo, no lo haría sin recibir nada a cambio, y tampoco compartiría secretos para hacerlos crecer, el único que puede hacerlo más de lo que ya lo ha hecho soy yo, nadie más puede pasar por encima de mi, ni siquiera esos monarcas hipócritas que creen llevar las riendas del país. ¡Equivocados están! Los que llevamos el país a flote somos nosotros, quienes traemos grandes cantidades de dinero, sucio, pero traemos.
No estoy dispuesto a ver la cara de perro arrepentido de mi hermano, ni de ver a esa maldita negra con cara de mosca muerta que vive en la mansión, si fuera por mi la mandaría a un país dónde pudiera sobrevivir solo con medio pan y un poco de agua, al fin de cuentas está acostumbrada, y me darían un buen dinero por su cabeza, hay cada degenerado que la aceptaría, yo por ejemplo, pero no entra en mis gustos, el cambiarla traería a una nueva que pudiera satisfacerme en todos los sentidos, y si digo todos es también para llevarla a mi cama, y me hace falta. ¡Dos semanas! ¡Dos malditas semanas sin una puta que me entretenga! No me apetece ir a un burdel, ya me he rebajado demasiado, quizás más tarde mande a traer a alguna puta, si, sería lo más conveniente, además, eso haría que mi hermano perdiera el control por una noche, y la luna llena está por venir, las cosas podrían cambiar, ya no tendría que estar aburrido por no presenciar acción alguna. Pensándolo bien, ya tengo plan para está noche antes de irme a las peleas. Me gusta que hagan un gran escándalo en la casa. Desde que se murió su mujer no ha estado con ninguna otra, seguramente el escuchar los gritos de placer que logro en una mujer, y que retumban en la casa lo ha de poder famélico. Pobre impotente, no tiene el valor suficiente para traer a una puta, tiene supuestamente moral, pero un día de estos le pagaré una. Le vendría bien, y que me deba un favor puede ser bueno.
Dejaré de pensar en como molestar a mi hermano, siempre fue, es y seguirá siendo material perdido, no hay como rescatarlo, por eso es mejor hundirlo. Hoy especialmente buscaré la forma de distraerme de una manera poco usual pero que sin duda no me viene mal. Salir de casa de día puede ser bueno, y no precisamente a hacer negocios turbios. Hoy puedo darme el lujo, -porque tengo como dármelos - de salir simplemente a caminar por la plaza. El clima es agradable, nublado, con lluvia, y me gusta sentir el frío lastimar mi cuerpo, es reconfortante, el calor no me gusta, de hecho sudar solo lo permito en el ejercicio o en la cama, pero dado que busco algo nuevo. Me coloco mi abrigo negro, un pequeño gorro del mismo color para cubrir mi cara de la lluvia, tomo la paraguas y sin necesidad de ser transportado por un carruaje, camino, y sigo sin tentarme a detenerme, no necesito descanso, mis horas de entrenamiento me mantiene en forma para estás cosas. ¡Ah, se me olvidaba! Traje un libro, lo metí en el bolso de mi abrigo, por eso traigo el paraguas para que no se moje, porque con los libros no se debe meter ni la madre naturaleza, eso sería un pecado, pero yo no creo en Dios, quizás lo mencione pero son costumbres, modismos que tenemos los humanos para dramatizar las cosas.
Estoy en la zona comercial, las tiendas comienzan a ser cerradas, eso solo equivale a grandes perdidas economizas, la gente se espanta siempre por pequeñas caídas de agua del cielo. Insisto, por eso seguirán siendo pobres. Lo único que permanece en movimiento, y que me llama la atención es un pequeño lugar, dada la decoración y también los dibujos puedo adivinar de que se trata. Un pequeño negocio donde venden bebidas para mantener a temperatura regular a la gente. Saboreo mis labios, se me ha antojado, así que camino en esa dirección. Me adentro, y puedo observar la tranquilidad del lugar. Toda la gente está en lo suyo, pero al verme entrar me voltean a ver. Ruedo los ojos y avanzó hasta una mesa, dónde una atractiva mesera se acerca para atenderme. Pido lo primero que encuentro, y ella gustosa, y moviendo las caderas se marcha para traer mi pedido. Mujeres, todas buscando que la saquen de la miseria, si supieran que yo, al menos ni con un poco de alcohol encima lo haría, desde que se cruzan frente a mis ojos aceptarían ir conmigo a la cama. Reniego y sigo observando mientras mi mano, que se escabulle entre mis prendas saca el libro que he traído.
¿Podría pasar algo interesante? Eso esperaba.
No estoy dispuesto a ver la cara de perro arrepentido de mi hermano, ni de ver a esa maldita negra con cara de mosca muerta que vive en la mansión, si fuera por mi la mandaría a un país dónde pudiera sobrevivir solo con medio pan y un poco de agua, al fin de cuentas está acostumbrada, y me darían un buen dinero por su cabeza, hay cada degenerado que la aceptaría, yo por ejemplo, pero no entra en mis gustos, el cambiarla traería a una nueva que pudiera satisfacerme en todos los sentidos, y si digo todos es también para llevarla a mi cama, y me hace falta. ¡Dos semanas! ¡Dos malditas semanas sin una puta que me entretenga! No me apetece ir a un burdel, ya me he rebajado demasiado, quizás más tarde mande a traer a alguna puta, si, sería lo más conveniente, además, eso haría que mi hermano perdiera el control por una noche, y la luna llena está por venir, las cosas podrían cambiar, ya no tendría que estar aburrido por no presenciar acción alguna. Pensándolo bien, ya tengo plan para está noche antes de irme a las peleas. Me gusta que hagan un gran escándalo en la casa. Desde que se murió su mujer no ha estado con ninguna otra, seguramente el escuchar los gritos de placer que logro en una mujer, y que retumban en la casa lo ha de poder famélico. Pobre impotente, no tiene el valor suficiente para traer a una puta, tiene supuestamente moral, pero un día de estos le pagaré una. Le vendría bien, y que me deba un favor puede ser bueno.
Dejaré de pensar en como molestar a mi hermano, siempre fue, es y seguirá siendo material perdido, no hay como rescatarlo, por eso es mejor hundirlo. Hoy especialmente buscaré la forma de distraerme de una manera poco usual pero que sin duda no me viene mal. Salir de casa de día puede ser bueno, y no precisamente a hacer negocios turbios. Hoy puedo darme el lujo, -porque tengo como dármelos - de salir simplemente a caminar por la plaza. El clima es agradable, nublado, con lluvia, y me gusta sentir el frío lastimar mi cuerpo, es reconfortante, el calor no me gusta, de hecho sudar solo lo permito en el ejercicio o en la cama, pero dado que busco algo nuevo. Me coloco mi abrigo negro, un pequeño gorro del mismo color para cubrir mi cara de la lluvia, tomo la paraguas y sin necesidad de ser transportado por un carruaje, camino, y sigo sin tentarme a detenerme, no necesito descanso, mis horas de entrenamiento me mantiene en forma para estás cosas. ¡Ah, se me olvidaba! Traje un libro, lo metí en el bolso de mi abrigo, por eso traigo el paraguas para que no se moje, porque con los libros no se debe meter ni la madre naturaleza, eso sería un pecado, pero yo no creo en Dios, quizás lo mencione pero son costumbres, modismos que tenemos los humanos para dramatizar las cosas.
Estoy en la zona comercial, las tiendas comienzan a ser cerradas, eso solo equivale a grandes perdidas economizas, la gente se espanta siempre por pequeñas caídas de agua del cielo. Insisto, por eso seguirán siendo pobres. Lo único que permanece en movimiento, y que me llama la atención es un pequeño lugar, dada la decoración y también los dibujos puedo adivinar de que se trata. Un pequeño negocio donde venden bebidas para mantener a temperatura regular a la gente. Saboreo mis labios, se me ha antojado, así que camino en esa dirección. Me adentro, y puedo observar la tranquilidad del lugar. Toda la gente está en lo suyo, pero al verme entrar me voltean a ver. Ruedo los ojos y avanzó hasta una mesa, dónde una atractiva mesera se acerca para atenderme. Pido lo primero que encuentro, y ella gustosa, y moviendo las caderas se marcha para traer mi pedido. Mujeres, todas buscando que la saquen de la miseria, si supieran que yo, al menos ni con un poco de alcohol encima lo haría, desde que se cruzan frente a mis ojos aceptarían ir conmigo a la cama. Reniego y sigo observando mientras mi mano, que se escabulle entre mis prendas saca el libro que he traído.
¿Podría pasar algo interesante? Eso esperaba.
Predbjørn Østergård- Humano Clase Alta
- Mensajes : 133
Fecha de inscripción : 30/08/2012
Edad : 36
Localización : Paris, Francia
Re: No esperes tranquilidad cerca de mi || Sophia D`Luca
Dolor, angustia, ira, felicidad, placer, alegría, sufrimiento, amor… ¿Que mierda estaba haciendo con mi vida?, el tiempo había pasado bastante rápido, pero aquello me había servido de lección, una dura y cruda lección, ya no era la chica indefensa que se dejo manipular, ya no era aquella que le habían vendido un cuento barato y lo había creído, ya no era aquello que jamás había soñado, ahora era simplemente yo, una mujer salvaje que se guiaba solo por el instinto animal, donde los miedos habían quedado atrás, donde el oscuro pasado ya no era más que solo un cuento una fantasía de la cual recordaba muy poco. Extraño parecía todo aquello más bien si no fuera de la gran ayuda de la maldita bruja nunca lo hubiera podido salir sola el fin, el olvido. Había olvidado muchas cosas que no tenían importancia – está bien no es así- pero da igual ¿a quién le interesa? A nadie, no podía seguir viviendo de una fantasía estúpida, ahora tenía que pensar en cómo sentirme viva, en cómo sobrevivir en este mundo. La adrenalina corriendo por mi cuerpo era lo que más adoraba de ser yo, exiliada en la gran mansión que tenia, me pasaba los días corriendo, saltando, golpeando, saltando infringiéndome dolor, gritando… pero nunca llorando, aquello había quedado en aquel fuego, que me había revivido… el fuego del olvido.
Rebeldía lo habían llamado quienes me servían, mas solo tuvieron en respuesta una amplia sonrisa que mostraba una fortaleza interna que jamás había sentido, ejercicio algo tan extraño para una mujer pero que mantenía mi mente y todo alejado del mundo tan solo era yo y nadie más que yo. Uno de mis sirvientes me había conseguido un esclavo que me ayudaba en mis practicas salvajes donde los golpes iban y venían, donde mis costillas dolían, los músculos se me desgarraban, aquel esclavo era mi compañero de juegos, fornido, salvaje y muy fuerte con el degastaba mis energías golpeando aprendiendo a defenderme, aprendiendo a revisar golpes. Ya para la serbidumbre era costumbre verme hecha un saco de moretones que con cuidado intentaban ocultarlos, pero sinceramente a mi no me importaba. Hoy lamentablemente era día de descanso, mis músculos ardían llevaba una semana y media sin parar casi ocho horas diarias de duro entrenamiento que podía yo soportar pero mi esclavo no.
Salí de la tinaja de agua helada, que ayudaba a mis moretones, vestí de manera cómoda apretando lo que se podía ajustar, un corsé de cuero, con unos pantaloncillos impropios para una dama según la sociedad, sobre mis hombros una capa con capucha color mostaza, botines largos y todo lo demás de la forma más natural posible. Mire mi rostro en el espejo que había en el mostrador un gran hematoma tenía en la mejilla, daba igual, a final de cuentas en estos tiempo nadie veía a la cara a nadie.
La lluvia comenzaba a caer propia de la temporada, mis muslos ardían cuando levantaba mis piernas, mis hombros se sentían pesados pero nada sacaría la sonrisa de mi rostro, era lo que nadie quería que fuera y estaba contra el mundo – como si fuera posible – tan pronto como me baje del carruaje mire a mi alrededor… ¿Por qué la gente se ocultaba de la lluvia? Me pregunte, imbéciles que no saben disfrutar algo tan simple, salvaje, y bello porque al fin y al cabo era bello de donde se viera, nada mas relajante que la lluvia, mis pasos eran firmes mas mi mirada lo era aun mas, al final nadie se acordaría de mi… muchos locales cerraban sus puertas, poca gente deambulaba por el lugar, entre menos personas mejor, pensé mientras entraba al café, miradas fueron y vinieron , levante mi ceja y camine hasta la mesa más próxima al ventanal, se acerco una camarera que poco antes había atendido al tipo de la mesa de atrás, una cosa me decía su sonrisa, estaba gustosa de atender al “Don Juan” que parecía ser tan correcto… - Café, con la especialidad de la casa – le dije sin gesticular ninguna emoción en mis palabras, ya que al sacarme la capucha pude ver su cara de espanto, de seguro no estaba acostumbrada a observar mujeres golpeadas, en mi cabeza aparecieron unas risas estúpidas, tomo mi pedido y se fue meneando sus caderas… mujeres todas siguen el mismo patrón, hasta que caen…
FDR: Con permiso, no me resisti espero no molestar
Rebeldía lo habían llamado quienes me servían, mas solo tuvieron en respuesta una amplia sonrisa que mostraba una fortaleza interna que jamás había sentido, ejercicio algo tan extraño para una mujer pero que mantenía mi mente y todo alejado del mundo tan solo era yo y nadie más que yo. Uno de mis sirvientes me había conseguido un esclavo que me ayudaba en mis practicas salvajes donde los golpes iban y venían, donde mis costillas dolían, los músculos se me desgarraban, aquel esclavo era mi compañero de juegos, fornido, salvaje y muy fuerte con el degastaba mis energías golpeando aprendiendo a defenderme, aprendiendo a revisar golpes. Ya para la serbidumbre era costumbre verme hecha un saco de moretones que con cuidado intentaban ocultarlos, pero sinceramente a mi no me importaba. Hoy lamentablemente era día de descanso, mis músculos ardían llevaba una semana y media sin parar casi ocho horas diarias de duro entrenamiento que podía yo soportar pero mi esclavo no.
Salí de la tinaja de agua helada, que ayudaba a mis moretones, vestí de manera cómoda apretando lo que se podía ajustar, un corsé de cuero, con unos pantaloncillos impropios para una dama según la sociedad, sobre mis hombros una capa con capucha color mostaza, botines largos y todo lo demás de la forma más natural posible. Mire mi rostro en el espejo que había en el mostrador un gran hematoma tenía en la mejilla, daba igual, a final de cuentas en estos tiempo nadie veía a la cara a nadie.
La lluvia comenzaba a caer propia de la temporada, mis muslos ardían cuando levantaba mis piernas, mis hombros se sentían pesados pero nada sacaría la sonrisa de mi rostro, era lo que nadie quería que fuera y estaba contra el mundo – como si fuera posible – tan pronto como me baje del carruaje mire a mi alrededor… ¿Por qué la gente se ocultaba de la lluvia? Me pregunte, imbéciles que no saben disfrutar algo tan simple, salvaje, y bello porque al fin y al cabo era bello de donde se viera, nada mas relajante que la lluvia, mis pasos eran firmes mas mi mirada lo era aun mas, al final nadie se acordaría de mi… muchos locales cerraban sus puertas, poca gente deambulaba por el lugar, entre menos personas mejor, pensé mientras entraba al café, miradas fueron y vinieron , levante mi ceja y camine hasta la mesa más próxima al ventanal, se acerco una camarera que poco antes había atendido al tipo de la mesa de atrás, una cosa me decía su sonrisa, estaba gustosa de atender al “Don Juan” que parecía ser tan correcto… - Café, con la especialidad de la casa – le dije sin gesticular ninguna emoción en mis palabras, ya que al sacarme la capucha pude ver su cara de espanto, de seguro no estaba acostumbrada a observar mujeres golpeadas, en mi cabeza aparecieron unas risas estúpidas, tomo mi pedido y se fue meneando sus caderas… mujeres todas siguen el mismo patrón, hasta que caen…
FDR: Con permiso, no me resisti espero no molestar
Sophia D'Luca- Cambiante/Realeza
- Mensajes : 2054
Fecha de inscripción : 18/08/2010
Localización : en la oscuridad de mi castillo
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Re: No esperes tranquilidad cerca de mi || Sophia D`Luca
La observo en silencio, no se necesita ser demasiado listo para notar lo que le ocurre. En su cuerpo se encuentran muchísimas más marcas de lo que deja ver. Es extraño, la mayoría de las mujeres suelen sentir vergüenza cuando un hombre las tocan, y más aún cuando el resto se da cuenta. ¿Qué la hace querer mostrarlo? Encima de todo va vestida como si se tratara de un varón, eso sí es atrevido. ¿Quién será? ¿De dónde vendrá? Sus rasgos son exóticos, quiero creer que no es de aquí, o si lo es quizás sus padres le hayan dado otras facciones. Me complica mucho el saber a primer instancia, y eso es raro dado que soy un hombre que descubre todo a primera estancia, sólo me basta echar un vistazo, soy analítico, critico, observador, y de esa forma puedo notar todo, pero con ella es distinto. Lo único que sé es que es una mujer maltratada y que no le da miedo mostrar la realidad. Frunzo el ceño sin poder evitarlo, a mi que soy un hombre machista no me gusta que nos pongan en evidencia, aunque igual y eso está bien, de esa forma las demás temen el maltrato y se comportan como debe de ser. Esa mujer debe tener muchos cojones, quien la respalde, o quizás es estúpida. Ya veremos.
Escucho su voz, el simple tono de voz puede decir muchas cosas. El timbre llega a cambiar cuando algo no anda bien, o algo estaba demasiado perfecto. Por el matiz que deja mostrar, puedo notar que es una mujer infeliz, y que sufre de verdad ¿qué ocurrirá? Su dolor me parece peculiar e interesante. No lo negaré, encima es cómo si se hubiera ofrecido a mi análisis, como sí mi presencia le encantara tanto cómo mostrar sus marcas. Quizás estoy en un error, aunque no lo creo, la mayoría de las mujeres que se encuentran a mi alrededor quieren un poco de mi, lo noto en sus miradas lascivas que se empeñan en disimular. Son demasiado tontas, son demasiado torpes, y libertinas, pero eso último lo quieren ocultar. ¡Están preocupadas en el que dirán! Claro ¿y como no? Si eso les atormenta más de lo que debería, sin embargo me da risa, demasiado, esas mujeres que se rinden ante los mandatos sociales, las humillo un poco más, no lo negaré, por eso prefiero las fieras, las que muestran sus uñas, sus dientes, el resto de ellas son tan insignificantes o incluso más de lo que su sexo dice. Veamos entonces que tiene ella para mostrarme, estoy ansioso, así que hago lo primero que se me ocurre.
— Las señoritas maltratadas deben encerrarse en casa, retozar en una cama, y también, esconderse de las miradas burlonas que hay a nuestro alrededor ¿Acaso no le da vergüenza? — Me paro ya que tomé su atención. Con mi paso lento, elegante y enigmático avanzo hasta su lado y me siento en su misma mesa. La copa que recién la mesera me ha llevado la tengo en mi mano, tomo un trago y no dejo de ver su rostro maltratado. Es una lastima que esa piel perlada y preciosa haya sufrido ese tipo de daños, es preferible hacerlas gemir a gritar. — ¿Sabe que para la corona ver a una mujer así es vergonzoso? Incluso pueden ahorcarla de forma publica, quien se lo hizo nunca pagará su pecado — Me dispongo a beber de nuevo, no me voy a presentar aún, ella debe darme su nombre, sino lo hace la someto, así de fácil. Todos los mirones que se encuentran a mi alrededor nada dirán, sólo verán con terror o excitación lo que le ocurre a la gatita.
— Bueno, cuénteme su historia, si me conmueve demasiado le daré la ayuda necesaria, sino, puede que yo mismo la lleve frente a un verdugo y disfrute el momento en que ese hermoso cuello se vea partido en dos, porque le aseguro, no dejaré que la ahorquen, haré que la mejor de las espadas le haga perder la cabeza — Si, me comporto como un idiota, pero no me importa, así soy, el idiota más grande, y gracias a eso estoy en el punto en el que quiero estar, y triunfo, y hago lo que se me pega la gana, porque mi camino, mis pasos, mis pensamientos son los que se imponen, yo soy el que manda.
Escucho su voz, el simple tono de voz puede decir muchas cosas. El timbre llega a cambiar cuando algo no anda bien, o algo estaba demasiado perfecto. Por el matiz que deja mostrar, puedo notar que es una mujer infeliz, y que sufre de verdad ¿qué ocurrirá? Su dolor me parece peculiar e interesante. No lo negaré, encima es cómo si se hubiera ofrecido a mi análisis, como sí mi presencia le encantara tanto cómo mostrar sus marcas. Quizás estoy en un error, aunque no lo creo, la mayoría de las mujeres que se encuentran a mi alrededor quieren un poco de mi, lo noto en sus miradas lascivas que se empeñan en disimular. Son demasiado tontas, son demasiado torpes, y libertinas, pero eso último lo quieren ocultar. ¡Están preocupadas en el que dirán! Claro ¿y como no? Si eso les atormenta más de lo que debería, sin embargo me da risa, demasiado, esas mujeres que se rinden ante los mandatos sociales, las humillo un poco más, no lo negaré, por eso prefiero las fieras, las que muestran sus uñas, sus dientes, el resto de ellas son tan insignificantes o incluso más de lo que su sexo dice. Veamos entonces que tiene ella para mostrarme, estoy ansioso, así que hago lo primero que se me ocurre.
— Las señoritas maltratadas deben encerrarse en casa, retozar en una cama, y también, esconderse de las miradas burlonas que hay a nuestro alrededor ¿Acaso no le da vergüenza? — Me paro ya que tomé su atención. Con mi paso lento, elegante y enigmático avanzo hasta su lado y me siento en su misma mesa. La copa que recién la mesera me ha llevado la tengo en mi mano, tomo un trago y no dejo de ver su rostro maltratado. Es una lastima que esa piel perlada y preciosa haya sufrido ese tipo de daños, es preferible hacerlas gemir a gritar. — ¿Sabe que para la corona ver a una mujer así es vergonzoso? Incluso pueden ahorcarla de forma publica, quien se lo hizo nunca pagará su pecado — Me dispongo a beber de nuevo, no me voy a presentar aún, ella debe darme su nombre, sino lo hace la someto, así de fácil. Todos los mirones que se encuentran a mi alrededor nada dirán, sólo verán con terror o excitación lo que le ocurre a la gatita.
— Bueno, cuénteme su historia, si me conmueve demasiado le daré la ayuda necesaria, sino, puede que yo mismo la lleve frente a un verdugo y disfrute el momento en que ese hermoso cuello se vea partido en dos, porque le aseguro, no dejaré que la ahorquen, haré que la mejor de las espadas le haga perder la cabeza — Si, me comporto como un idiota, pero no me importa, así soy, el idiota más grande, y gracias a eso estoy en el punto en el que quiero estar, y triunfo, y hago lo que se me pega la gana, porque mi camino, mis pasos, mis pensamientos son los que se imponen, yo soy el que manda.
Predbjørn Østergård- Humano Clase Alta
- Mensajes : 133
Fecha de inscripción : 30/08/2012
Edad : 36
Localización : Paris, Francia
Re: No esperes tranquilidad cerca de mi || Sophia D`Luca
Cerré mis ojos para aumentar mis sentidos, la lluvia ayudaba mucho a mi concentración y tenía que aprovechar ese momento donde estaba rodeada de estímulos para no perder la práctica de ser lo que era un Cambiante, un ser casi mitológico, un algo que pocos conocían y que éramos contados con los dedos quienes compartíamos aquella extraña pero fascinante don, poder ser animal y humano, humano y animal a la vez. La lluvia en las afueras del café caía con fuerzas podía escuchar como el sonido del agua chocaba en los adoquines, en los tejados una verdadera sinfonía de la naturaleza; si le sumaba los aromas del lugar se transformaba en un sueño bastante placentero pero nunca como la adrenalina que los golpes hacían que mi cuerpo vibrara. Su aroma penetro en mis fosas nasales justo cuando pronuncio sus primeras palabras, abrí mis ojos y le quede mirando, de manera casi sorprendida, tanto por sus palabras como por su forma de actuar, levante una queriendo responderle de mil maneras, pero ¿Qué mierda le importaba a el?
La mesera llego con mi pedido antes de que pudiera decir palabra alguna pero tarde como para correrle la silla al hombre que tan… tan exasperante hablaba como si el tuviera la última palabra, no era una mujer tonta y con el tiempo había aprendido a controlar no solo mi temperamento sino que también pensar muy bien antes de hablar, porque… prefería ser esclava de mis palabras que de mis actos. -¿Vergüenza? Tener un simple moretón en mi rostro eso no es vergonzoso – acaricie mi mejilla con cuidado, no dolía en lo absoluto pero al sentir mi mano ahí un escalofríos electrificante recorrió mi cuerpo – No soy de ese tipo de mujeres que llora, ni mucho menos una mujer maltratada y… - aguarde silencio queriéndome reír, algo estaba claro en la situación, aquel Don Juan era un hombre dominante, y yo… vamos ya no era una pequeña gatita – Me harían un favor ahorcándome públicamente, así el placer de las miradas morbosas subirían – moje mis labios – más que mi libido – sonreí y rebane un trozo de mi pastel para llevármelo a la boca.
¿Dar pena, contar mi historia? Este tipo sí que le gustaba tener información, algo que de mí no sacaría muy fácilmente – Mi historia es muy simple… no quiero compasión. – mastique y trague el pastel tal cual como lo hice con mis palabras – Tengo todo lo que quiero, pero no todo lo que necesito… busco la felicidad, el placer, la ira, la satisfacción de diferentes maneras… mi esclavo… si tengo un esclavo satisface mis profundos deseos, carnales, sociales, alimentarios, sentimentales… - Era extraño decirlo así “mi Esclavo” – Esta marca que tengo en el rostro me la hizo mientras – mire a mi alrededor, gente morbosa que le gustaba escuchar historias y así armar conflictos, chismes, querían algo diferente… yo se los daría, baje la voz solo para darle un poco de diversión, si él quería hacer algo me daba igual, ya había hecho todo en esta vida – Mientras me penetraba fuerte y duro – puse mis ojos en blanco, claro que aquello el esclavo no lo había hecho, solo fue una mala maniobra que se nos fue de las manos, el rostro era lo único que no nos podíamos golpear, pero bueno eso ya era otra historia – Y si, gemí y grite de un placer inmenso… te mostraría las otras marcar pero – moví el dedo de manera circular – armaría un escándalo más grande y eso prefiero que se vea en la horca – Él hablaba con la verdad, pero también tenía aquello que todo humano poseía, la cuota de curiosidad justa para saber lo que sucedía.
Levante la taza la lleve a mi nariz y olfatee, café, una de las drogas más extasiantes que conocía, era adicta a ese brebaje que me estimulaba diariamente. – Exquisito – susurre más para mí que para él, levante la vista de la taza y espere a toda la basura que tuviera que decirme.
La mesera llego con mi pedido antes de que pudiera decir palabra alguna pero tarde como para correrle la silla al hombre que tan… tan exasperante hablaba como si el tuviera la última palabra, no era una mujer tonta y con el tiempo había aprendido a controlar no solo mi temperamento sino que también pensar muy bien antes de hablar, porque… prefería ser esclava de mis palabras que de mis actos. -¿Vergüenza? Tener un simple moretón en mi rostro eso no es vergonzoso – acaricie mi mejilla con cuidado, no dolía en lo absoluto pero al sentir mi mano ahí un escalofríos electrificante recorrió mi cuerpo – No soy de ese tipo de mujeres que llora, ni mucho menos una mujer maltratada y… - aguarde silencio queriéndome reír, algo estaba claro en la situación, aquel Don Juan era un hombre dominante, y yo… vamos ya no era una pequeña gatita – Me harían un favor ahorcándome públicamente, así el placer de las miradas morbosas subirían – moje mis labios – más que mi libido – sonreí y rebane un trozo de mi pastel para llevármelo a la boca.
¿Dar pena, contar mi historia? Este tipo sí que le gustaba tener información, algo que de mí no sacaría muy fácilmente – Mi historia es muy simple… no quiero compasión. – mastique y trague el pastel tal cual como lo hice con mis palabras – Tengo todo lo que quiero, pero no todo lo que necesito… busco la felicidad, el placer, la ira, la satisfacción de diferentes maneras… mi esclavo… si tengo un esclavo satisface mis profundos deseos, carnales, sociales, alimentarios, sentimentales… - Era extraño decirlo así “mi Esclavo” – Esta marca que tengo en el rostro me la hizo mientras – mire a mi alrededor, gente morbosa que le gustaba escuchar historias y así armar conflictos, chismes, querían algo diferente… yo se los daría, baje la voz solo para darle un poco de diversión, si él quería hacer algo me daba igual, ya había hecho todo en esta vida – Mientras me penetraba fuerte y duro – puse mis ojos en blanco, claro que aquello el esclavo no lo había hecho, solo fue una mala maniobra que se nos fue de las manos, el rostro era lo único que no nos podíamos golpear, pero bueno eso ya era otra historia – Y si, gemí y grite de un placer inmenso… te mostraría las otras marcar pero – moví el dedo de manera circular – armaría un escándalo más grande y eso prefiero que se vea en la horca – Él hablaba con la verdad, pero también tenía aquello que todo humano poseía, la cuota de curiosidad justa para saber lo que sucedía.
Levante la taza la lleve a mi nariz y olfatee, café, una de las drogas más extasiantes que conocía, era adicta a ese brebaje que me estimulaba diariamente. – Exquisito – susurre más para mí que para él, levante la vista de la taza y espere a toda la basura que tuviera que decirme.
Sophia D'Luca- Cambiante/Realeza
- Mensajes : 2054
Fecha de inscripción : 18/08/2010
Localización : en la oscuridad de mi castillo
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Re: No esperes tranquilidad cerca de mi || Sophia D`Luca
Predbjørn Østergård. Un nombre que para nada era común, y que gracias a eso había logrado llamar la atención de más de un centenar de personas. Mi nombre representaba poder, riquezas, esclavitud, y un sin fin de cosas que no cualquiera se imaginaba. Era cierto, aún tenía un poco de moral en mi interior, pero sólo lo tenía gracias a mi pequeña y adorada sobrina. Por ella todo, ella era mi cordura, mi bondad, mis virtudes, todo lo bueno que pudiera existir en la tierra, pero no debía mentir. No soy, y nunca seré un hombre de bien, soy descarado, cínico, un cabrón hecho y derecho, y puedo morir siéndolo, de eso no hay problema. En medio de este lugar podría darle una gran lección a esa mujer. La podría humillar de la peor manera, y eso sería parte de mi placer. El dolor ajeno estimula también ese libido enfermo que poseo. ¿Por qué no se da cuenta que corre peligro? ¿Por qué no mide lo que está haciendo? ¿Quién es ella y por que hoza ser tan descarada? Esto se está volviendo sin duda interesante, me hace incluso reír, pero hasta donde yo quiera permitir que eso ocurra, cuando ella rompa la linea delgada entre lo que puede y no hacer, en ese momento conocerá mi peor faceta.
Me acomodo con total confianza en el asiento. Cruzo mis brazos a la altura del pecho escondiendo las manos en las axilas. Estiro las pierna de forma descarada y la descanso cruzadas sobre la mesa, a un lado de ese café que le acaban de traer. Mi sonrisa cargada de burla no desaparece en ningún momento, por el contrario, se vuelve cada vez más y más grande. Ella es realmente tonta. Lo que viene a continuación no me sorprende para nada. Su lengua viperina aparece queriendo comportarse a la altura de la situación. Niego repetidas veces con cada palabra que ella articula. Que aburrida, como si hablar de sexo fuera algo sorprendente para mi. Yo trafico mujeres de todos los colores, y encima de eso las prostituyo. La palabra follar me resulta deliciosa. Yo más que nadie disfruta del placer del sexo. No hay día que no lo goce, porque me encanta la sensación. Mis habilidades van mejorando, y yo me siento energético después de hacerlo, es una excelente terapia.
— Vaya, vaya, que divertida lengua tiene la señorita — Muevo un poco los pies de un lado a otro. No rozo la taza de la mujer porque me parece asqueroso, y algo que me gusta ser es pulcro. No lo niego — ¿Fue divertido entonces? ¿No te parece una vergüenza que tu esclavo te maltrate? Ya sea por placer, o por enojo, a fin de cuentas es un esclavo, así no son las reglas del juego — Corrijo mi postura con rapidez. En está ocasión dejo que mis codos se recarguen en la mesa. La tengo cerca y aspiro su aroma de nuevo con ese aire cinco. Si fuera posible para mi, sería dueño de París, y muchas como ella estarían sufriendo las consecuencias de sus actos. Sin embargo tengo que comportarme. ¡Cómo es debido! ¿Qué pensaría mi madre si viera en lo que me he convertido? Sin duda estaría muy decepcionada. O quizás orgullosa. No la recuerdo del todo.
— No entiendo porque te detienes, si vas a mostrarme un poco de tu cuerpo, a mi me encantaría que me mostraras las demás marcas, puede ayudarme, no sé, darme ideas para próximos negocios, me he enterado que existen algunos hombres que les excitan los golpes en los cuerpos femeninos. ¿Quieres ser mi modelo? ¿Puedo comenzar a venderte? — Ensancho la sonrisa de nuevo. En esta ocasión acomodo mi cabello, sólo como un acto de reflejo, nada más. — ¿Qué otras cosas te gustan hacer, “ama”? — La miró con diversión, pero también con ganas de saber que otras cosas puede guardar la joven.
Me acomodo con total confianza en el asiento. Cruzo mis brazos a la altura del pecho escondiendo las manos en las axilas. Estiro las pierna de forma descarada y la descanso cruzadas sobre la mesa, a un lado de ese café que le acaban de traer. Mi sonrisa cargada de burla no desaparece en ningún momento, por el contrario, se vuelve cada vez más y más grande. Ella es realmente tonta. Lo que viene a continuación no me sorprende para nada. Su lengua viperina aparece queriendo comportarse a la altura de la situación. Niego repetidas veces con cada palabra que ella articula. Que aburrida, como si hablar de sexo fuera algo sorprendente para mi. Yo trafico mujeres de todos los colores, y encima de eso las prostituyo. La palabra follar me resulta deliciosa. Yo más que nadie disfruta del placer del sexo. No hay día que no lo goce, porque me encanta la sensación. Mis habilidades van mejorando, y yo me siento energético después de hacerlo, es una excelente terapia.
— Vaya, vaya, que divertida lengua tiene la señorita — Muevo un poco los pies de un lado a otro. No rozo la taza de la mujer porque me parece asqueroso, y algo que me gusta ser es pulcro. No lo niego — ¿Fue divertido entonces? ¿No te parece una vergüenza que tu esclavo te maltrate? Ya sea por placer, o por enojo, a fin de cuentas es un esclavo, así no son las reglas del juego — Corrijo mi postura con rapidez. En está ocasión dejo que mis codos se recarguen en la mesa. La tengo cerca y aspiro su aroma de nuevo con ese aire cinco. Si fuera posible para mi, sería dueño de París, y muchas como ella estarían sufriendo las consecuencias de sus actos. Sin embargo tengo que comportarme. ¡Cómo es debido! ¿Qué pensaría mi madre si viera en lo que me he convertido? Sin duda estaría muy decepcionada. O quizás orgullosa. No la recuerdo del todo.
— No entiendo porque te detienes, si vas a mostrarme un poco de tu cuerpo, a mi me encantaría que me mostraras las demás marcas, puede ayudarme, no sé, darme ideas para próximos negocios, me he enterado que existen algunos hombres que les excitan los golpes en los cuerpos femeninos. ¿Quieres ser mi modelo? ¿Puedo comenzar a venderte? — Ensancho la sonrisa de nuevo. En esta ocasión acomodo mi cabello, sólo como un acto de reflejo, nada más. — ¿Qué otras cosas te gustan hacer, “ama”? — La miró con diversión, pero también con ganas de saber que otras cosas puede guardar la joven.
Predbjørn Østergård- Humano Clase Alta
- Mensajes : 133
Fecha de inscripción : 30/08/2012
Edad : 36
Localización : Paris, Francia
Temas similares
» NO esperes lo mejor de mi - Privado
» El pasado golpea sin que te lo esperes || Libre
» Lo más cerca del paraíso...
» Tranquilidad [Louis J. Bouquet]
» Tranquilidad en el bosque (Sabina)
» El pasado golpea sin que te lo esperes || Libre
» Lo más cerca del paraíso...
» Tranquilidad [Louis J. Bouquet]
» Tranquilidad en el bosque (Sabina)
Página 1 de 1.
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.
Miér Sep 18, 2024 9:16 am por Afiliaciones
» REACTIVACIÓN DE PERSONAJES
Mar Jul 30, 2024 4:58 am por Frederick Truffaut
» AVISO #49: SITUACIÓN ACTUAL DE VICTORIAN VAMPIRES
Miér Jul 24, 2024 2:54 pm por Nigel Quartermane
» Ah, mi vieja amiga la autodestrucción [Búsqueda activa]
Jue Jul 18, 2024 4:42 am por León Salazar
» Vampirto ¿estás ahí? // Sokolović Rosenthal (priv)
Miér Jul 10, 2024 1:09 pm por Jagger B. De Boer
» l'enlèvement de perséphone ─ n.
Sáb Jul 06, 2024 11:12 pm por Vivianne Delacour
» orphée et eurydice ― j.
Jue Jul 04, 2024 10:55 pm por Vivianne Delacour
» Le Château des Rêves Noirs [Privado]
Jue Jul 04, 2024 10:42 pm por Willem Fokke
» labyrinth ─ chronologies.
Sáb Jun 22, 2024 10:04 pm por Vivianne Delacour