AÑO 1842
Nos encontramos en París, Francia, exactamente en la pomposa época victoriana. Las mujeres pasean por las calles luciendo grandes y elaborados peinados, mientras abanican sus rostros y modelan elegantes vestidos que hacen énfasis los importantes rangos sociales que ostentan; los hombres enfundados en trajes las escoltan, los sombreros de copa les ciñen la cabeza.
Todo parece transcurrir de manera normal a los ojos de los humanos; la sociedad está claramente dividida en clases sociales: la alta, la media y la baja. Los prejuicios existen; la época es conservadora a más no poder; las personas con riqueza dominan el país. Pero nadie imagina los seres que se esconden entre las sombras: vampiros, licántropos, cambiaformas, brujos, gitanos. Todos son cazados por la Inquisición liderada por el Papa. Algunos aún creen que sólo son rumores y fantasías; otros, que han tenido la mala fortuna de encontrarse cara a cara con uno de estos seres, han vivido para contar su terrorífica historia y están convencidos de su existencia, del peligro que representa convivir con ellos, rondando por ahí, camuflando su naturaleza, haciéndose pasar por simples mortales, atacando cuando menos uno lo espera.
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Eloise Duchêne
2 participantes
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Eloise Duchêne
por Eloise Duchêne Mar Sep 30, 2014 4:17 pm
▲NOMBRE DEL PERSONAJE▲
Eloise Marie Duchêne.▲EDAD▲
29 años▲ESPECIE▲
Humana.▲FACCIÓN A LA QUE PERTENECE▲
N/A▲TIPO, CLASE SOCIAL O CARGO▲
Clase media.▲ORIENTACIÓN SEXUAL▲
Heterosexual.▲LUGAR DE ORIGEN▲
Bellefont, cerca de París, Francia.▲HABILIDADES/PODERES▲
NingunoSerena, educada y siempre cordial, Eloise es un reflejo claro de la época en la que le ha tocado vivir. A pesar de que no llama la atención por encima de las demás, especialmente debido a su habitual austeridad en el vestir y en el comportarse, irradia cierta elegancia sencilla que hace que sea respetada allá donde vaya sin necesidad de imponerse a nadie. Su buen humor y su discreta extroversión hacen que resulte una mujer agradable y confiable a ojos de los demás.
Pero Eloise también tiene defectos, destacando en primer lugar su gran testarudez. Es difícil hacerle olvidar una idea una vez que se ha decidido por ella y si por algún casual se demostrara que estaba equivocada, aflora su orgullo haciéndole difícil ofrecer una disculpa, apartando a un lado su habitual humildad para aparecer casi como una niña enojada a la que le cuesta decir “perdón”. Sin embargo, internamente, es capaz de asumir sus errores para corregirlos, ya que su afán perfeccionista así se lo exige.
Eloise es profundamente creyente y devota aunque sin llegar a la beatería. Desde niña le inculcaron la fe católica y trata de que sean sus creencias las que rijan su vida, por lo que arrastra una gran culpabilidad desde lo sucedido con su difunto marido que hace que muchas veces sienta que debe ser castigada por ello. Este sentimiento puede llegar a infundirle momentos oscuros y atormentados que convierten a Eloise en la sombra de la mujer que normalmente es.
Pero Eloise también tiene defectos, destacando en primer lugar su gran testarudez. Es difícil hacerle olvidar una idea una vez que se ha decidido por ella y si por algún casual se demostrara que estaba equivocada, aflora su orgullo haciéndole difícil ofrecer una disculpa, apartando a un lado su habitual humildad para aparecer casi como una niña enojada a la que le cuesta decir “perdón”. Sin embargo, internamente, es capaz de asumir sus errores para corregirlos, ya que su afán perfeccionista así se lo exige.
Eloise es profundamente creyente y devota aunque sin llegar a la beatería. Desde niña le inculcaron la fe católica y trata de que sean sus creencias las que rijan su vida, por lo que arrastra una gran culpabilidad desde lo sucedido con su difunto marido que hace que muchas veces sienta que debe ser castigada por ello. Este sentimiento puede llegar a infundirle momentos oscuros y atormentados que convierten a Eloise en la sombra de la mujer que normalmente es.
Eloise nació en la pequeña localidad de Bellefont, un pueblecito junto a uno de los caminos de entrada a París compuesto por apenas un puñado de casas. Sus padres poseían un pequeño terreno que ellos mismos cultivaban, vendiendo después sus productos a los viajeros que pasaban por el camino que conducía a la capital, y a pesar de su ambición por subir algún peldaño en la escala social jamás lo consiguieron. Fue por esto que cuando Jacques Gerdaux, el primogénito del mayor terrateniente de la comarca, se mostró interesado en la joven Eloise, sus padres no dudaron en convencer a la muchacha de que aceptara su cortejo.
En aquellos tiempos Eloise era una joven de apenas dieciséis años que había aprendido a leer con el boticario del pueblo y pasaba la mayor parte de su tiempo libre enfrascada en libros de historia, filosofía y ciencias. Sin embargo y como cualquier joven de su edad, se permitía soñar con el momento de casarse y formar su propia familia, pudiendo desvincularse de las tareas agrícolas en las que ayudaba a sus padres, por lo que aceptó que Jacques fuera a visitarla hasta que al fin se produjo el enlace. Su marido, además, la complació permitiéndole fundar una pequeña escuela en Bellefont donde la propia Eloise enseñaba a leer, escribir y contar a los niños del pueblo y también a cualquier adulto que quisiera.
Jacques, adinerado y arrogante, complacía a su mujer con los escasos caprichos que ésta tenía, tales como dotar su casa de campo con una biblioteca o permitirle organizar un club de lectura con otras mujeres de Bellefont una vez por semana. Sin embargo y en contra de lo que era habitual, se negaba a tener un hijo, poniendo todos los medios posibles para evitar que aquello sucediera, lo que hacía que Eloise llegara a sentirse humillada ya que no entendía esa aversión a tener un heredero. No obstante, llegó el momento en que Eloise quedó embarazada, horrorizándose Jacques al enterarse. El joven terrateniente se dispuso rápidamente a solucionar aquello, haciendo venir a una vieja curandera de una aldea cercana para que practicara un aborto a una Eloise deseosa de ser madre.
Aquella noche Eloise estuvo a punto de perder la vida, tal como atestiguaron las sábanas manchadas de sangre que las doncellas tuvieron que tirar a la basura al día siguiente. La vieja curandera realizó su trabajo con ademanes de carnicera y nula consideración al bienestar de Eloise, quien hubo de permanecer en cama durante semanas hasta que pudo recuperarse de aquella siniestra operación. Nadie más aparte de Jacques y las doncellas supieron de aquello y ante la familia y vecinos de Bellefont, Eloise sufrió una enfermedad infecciosa que la obligó a estar acostada y bajo medicación. La joven toleró todo aquello repitiéndose a sí misma que debía obedecer y respetar a su marido, pero cuando comenzó a verse con fuerzas para abandonar la cama y su alcoba, comenzó a fraguar la manera de vengarse de las humillaciones y el sufrimiento a los que Jacques la sometía desde hacía años.
Aprovechando los conocimientos de sus padres, Eloise sembró cicuta en un rincón del jardín de su casa del que ella misma se encargaba. Pasó semanas enteras cuidando y mimando aquella discreta plantita que crecía a la sombra de un frondoso arbusto de lavanda que también disimulaba el amargo olor que desprendía la cicuta. Finalmente, una tarde al llegar Jacques de cabalgar con unos amigos, Eloise le ofreció una fresca y ligera ensalada que ella misma había preparado y en la que las hojas de cicuta se confundían con perejil. Una fuerte vinagreta disimulaba el sabor y el olor de la planta venenosa y en apenas un día, Jacques había fallecido en el mismo lecho en que Eloise había sufrido su máxima humillación.
La joven, recién enviudada y haciendo gala de sus mejores dotes de actriz, suplicó a sus padres y a la familia de Jacques que le permitieran alejarse de Bellefont. Tras superar las renuencias iniciales al dejar que una joven sola se estableciera en la capital, Eloise se alejó del pueblo que la había visto nacer escapando no sólo de la posibilidad de que se descubriera su artimaña sino también de un sentimiento de culpabilidad que decidió acompañarla también a París.
Actualmente Eloise ha encontrado trabajo en una pequeña escuela cercana a los suburbios en la que enseña letras y matemáticas a los hijos de los operarios de las fábricas y también a cualquier niño o adulto que quiera asistir a sus clases, siendo muy valorada por su labor en los barrios bajos aunque haya establecido su residencia en uno de los barrios de clase media de la ciudad, donde una joven sola puede caminar por la calle sin arriesgarse en demasía. Regresar a Bellefont no entra en sus planes.
En aquellos tiempos Eloise era una joven de apenas dieciséis años que había aprendido a leer con el boticario del pueblo y pasaba la mayor parte de su tiempo libre enfrascada en libros de historia, filosofía y ciencias. Sin embargo y como cualquier joven de su edad, se permitía soñar con el momento de casarse y formar su propia familia, pudiendo desvincularse de las tareas agrícolas en las que ayudaba a sus padres, por lo que aceptó que Jacques fuera a visitarla hasta que al fin se produjo el enlace. Su marido, además, la complació permitiéndole fundar una pequeña escuela en Bellefont donde la propia Eloise enseñaba a leer, escribir y contar a los niños del pueblo y también a cualquier adulto que quisiera.
Jacques, adinerado y arrogante, complacía a su mujer con los escasos caprichos que ésta tenía, tales como dotar su casa de campo con una biblioteca o permitirle organizar un club de lectura con otras mujeres de Bellefont una vez por semana. Sin embargo y en contra de lo que era habitual, se negaba a tener un hijo, poniendo todos los medios posibles para evitar que aquello sucediera, lo que hacía que Eloise llegara a sentirse humillada ya que no entendía esa aversión a tener un heredero. No obstante, llegó el momento en que Eloise quedó embarazada, horrorizándose Jacques al enterarse. El joven terrateniente se dispuso rápidamente a solucionar aquello, haciendo venir a una vieja curandera de una aldea cercana para que practicara un aborto a una Eloise deseosa de ser madre.
Aquella noche Eloise estuvo a punto de perder la vida, tal como atestiguaron las sábanas manchadas de sangre que las doncellas tuvieron que tirar a la basura al día siguiente. La vieja curandera realizó su trabajo con ademanes de carnicera y nula consideración al bienestar de Eloise, quien hubo de permanecer en cama durante semanas hasta que pudo recuperarse de aquella siniestra operación. Nadie más aparte de Jacques y las doncellas supieron de aquello y ante la familia y vecinos de Bellefont, Eloise sufrió una enfermedad infecciosa que la obligó a estar acostada y bajo medicación. La joven toleró todo aquello repitiéndose a sí misma que debía obedecer y respetar a su marido, pero cuando comenzó a verse con fuerzas para abandonar la cama y su alcoba, comenzó a fraguar la manera de vengarse de las humillaciones y el sufrimiento a los que Jacques la sometía desde hacía años.
Aprovechando los conocimientos de sus padres, Eloise sembró cicuta en un rincón del jardín de su casa del que ella misma se encargaba. Pasó semanas enteras cuidando y mimando aquella discreta plantita que crecía a la sombra de un frondoso arbusto de lavanda que también disimulaba el amargo olor que desprendía la cicuta. Finalmente, una tarde al llegar Jacques de cabalgar con unos amigos, Eloise le ofreció una fresca y ligera ensalada que ella misma había preparado y en la que las hojas de cicuta se confundían con perejil. Una fuerte vinagreta disimulaba el sabor y el olor de la planta venenosa y en apenas un día, Jacques había fallecido en el mismo lecho en que Eloise había sufrido su máxima humillación.
La joven, recién enviudada y haciendo gala de sus mejores dotes de actriz, suplicó a sus padres y a la familia de Jacques que le permitieran alejarse de Bellefont. Tras superar las renuencias iniciales al dejar que una joven sola se estableciera en la capital, Eloise se alejó del pueblo que la había visto nacer escapando no sólo de la posibilidad de que se descubriera su artimaña sino también de un sentimiento de culpabilidad que decidió acompañarla también a París.
Actualmente Eloise ha encontrado trabajo en una pequeña escuela cercana a los suburbios en la que enseña letras y matemáticas a los hijos de los operarios de las fábricas y también a cualquier niño o adulto que quiera asistir a sus clases, siendo muy valorada por su labor en los barrios bajos aunque haya establecido su residencia en uno de los barrios de clase media de la ciudad, donde una joven sola puede caminar por la calle sin arriesgarse en demasía. Regresar a Bellefont no entra en sus planes.
- A veces le gusta atravesar las calles de París montada en su bicicleta.
- Suele ir a misa dos o tres veces por semana.
- Aunque pretende abandonar poco a poco el luto por su marido, es habitual que vista de colores oscuros y con vestidos sobrios.
- Gusta de tomar coñac en algunas ocasiones.
- Suele ir a misa dos o tres veces por semana.
- Aunque pretende abandonar poco a poco el luto por su marido, es habitual que vista de colores oscuros y con vestidos sobrios.
- Gusta de tomar coñac en algunas ocasiones.
Última edición por Eloise Duchêne el Jue Oct 02, 2014 12:40 pm, editado 2 veces
Eloise Duchêne- Humano Clase Media
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Re: Eloise Duchêne
por Doreen Jussieu Mar Sep 30, 2014 9:58 pm
FICHA EN PROCESO
POSTEA A CONTINUACIÓN CUANDO TERMINES TU FICHA PARA QUE UN MIEMBRO DEL STAFF
PASE A REVISARLA Y TE DE COLOR Y RANGO SI TODO ESTÁ EN ORDEN. GRACIAS.
POSTEA A CONTINUACIÓN CUANDO TERMINES TU FICHA PARA QUE UN MIEMBRO DEL STAFF
PASE A REVISARLA Y TE DE COLOR Y RANGO SI TODO ESTÁ EN ORDEN. GRACIAS.
Doreen Jussieu- Hechicero Clase Alta
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Re: Eloise Duchêne
por Doreen Jussieu Jue Oct 02, 2014 7:28 pm
FICHA APROBADA
BIENVENIDA A VICTORIAN VAMPIRES
TE INVITO A LEER LAS NORMAS QUE TENEMOS EN EL FORO PARA QUE ESTÉS BIEN ENTERADA DE CÓMO SE MANEJA TODO Y ASÍ EVITARTE FUTUROS MAL ENTENDIDOS, Y SI TIENES ALGUNA DUDA O ACLARACIÓN SOBRE CUALQUIER COSA, NO DUDES EN PREGUNTARME A MÍ O A OTRO ADMINISTRADOR, ESTAMOS PARA AYUDARTE.
QUE TE DIVIERTAS.
BIENVENIDA A VICTORIAN VAMPIRES
TE INVITO A LEER LAS NORMAS QUE TENEMOS EN EL FORO PARA QUE ESTÉS BIEN ENTERADA DE CÓMO SE MANEJA TODO Y ASÍ EVITARTE FUTUROS MAL ENTENDIDOS, Y SI TIENES ALGUNA DUDA O ACLARACIÓN SOBRE CUALQUIER COSA, NO DUDES EN PREGUNTARME A MÍ O A OTRO ADMINISTRADOR, ESTAMOS PARA AYUDARTE.
QUE TE DIVIERTAS.
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