Highway to hell / Libre

por **Antonio de Carvajal** Sáb Oct 04, 2014 11:46 am

Un ruido fuerte logró despertarme. Salté por puro reflejo, levantando el tronco y la cabeza rápidamente. No tenía idea donde estaba, por lo que no me extrañó que al levantar la cabeza, golpeé mi frente contra “algo” que estaba a poco menos de cinco centímetros sobre mi –¡Fuck!- grite casi modulando la palabra cual relator de football. Abrí los ojos y la primera pregunta que vino a mi mente estaba respondida: ¿Dónde demonios estoy? El garaje. Me había quedado dormido debajo del coche que estaba preparando, y el “algo” con el que había golpeado mi frente era el auto. Salí de debajo, con la agilidad de quien se toma una botella de whisky antes de dormir. Agradecí que nadie haya estado allí porque se habría reído hasta el llanto de verme salir como una maldita oruga.

El carro en cuestión me lo entregaron siendo no más que chatarra apoyada en cuatro ruedas y yo lo había convertido en una máquina de eliminar competidores. Buena cilindrada, cambio de motor, y la instalación de un tanque de nitro habían sido parte de las mejoras que había hecho. Lo miré con el mismo cariño que un padre ve a su primogénito recién nacido. Claro que era lo que yo suponía que se sentía, aún no era padre y no tenía ni las más mínimas intenciones de serlo. Un escalofrío me recorrió al pensar en ello, haciendo que el cuerpo se me sacudiera.

Traté de recordar qué era lo que estaba intentando arreglar la noche anterior, antes de quedarme dormido bajo el carro. El problema era que lo único que recuerdo es que a medida en que el whisky se evaporaba, las “Missing parts” iban aumentando, hasta que finalmente se convirtió en un agujero negro de recuerdos.

Revisé mi arsenal de drogas y terminé dándome cuenta que no sólo había abusado del alcohol aquella noche, cuando noté que faltaba casi la mitad de lo que debería haberme durado una semana.

Pasé un poco de cera por el chasis, para darle un mejor acabado y ya estaba lista mi obra maestra. Sólo faltaba buscarle competidor digno para probarla y como no conocía a mucha gente se me ocurrió la grandiosa idea de salir a dar vueltas y retar al primero que se me cruzara en frente. Así mi obra maestra pisaba las calles.

Mis impulsos eran más fuerte que yo; casi sin darme cuenta estaba recorriendo las calles de la ciudad Parisina, con un cigarrillo de marihuana en la mano y cuatros latas de cerveza por si la espera se hacía eterna.

Entre vuelta y vuelta noté que ya estaba perdido, no recordaba por donde había llegado ni cuantas veces había cambiado de dirección. No me importó demasiado cuando visualicé justo lo que estaba buscando, un semáforo en rojo, una avenida bastante recta, un auto de lujo, algo antiguo pero reformado, se notaba a la legua. Dentro del carro un sujeto que parecía haberse peleado hasta con el mismísimo demonio le manejaba. Coloqué el coche al lado y le hice señas para que bajara la ventanilla.

-¡He, tú!- lo llamé en cuanto bajó el vidrio, inútilmente ya que con un bocinazo bastó para captar su atención –Linda máquina- dije sabiendo que la mía era mucho mejor, sólo por ser mía -¿Te apetece una pequeña carrera?, No me molestaría apostar unos euros a que mi carro dejará al tuyo mordiendo polvo-. Quizás el tono que utilicé para hablar con el desconocido no fue lo mejor, aunque tampoco me importó demasiado, si estaba interesado en demostrar la superioridad de su auto, no creía que le importase siquiera si le proponía la carrera llamándole “Mierda”.

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Mi auto

por **Jamal Vieri** Lun Oct 06, 2014 12:49 am

Había pasado las ultimas horas en un club de mala reputación donde se hacían peleas clandestinas, se encontraba en uno de los barrios bajos del lugar donde te violan gratis, el moreno se encontraba en la segunda ronda, tenía un ojo morado y las costillas ligeramente lastimadas, obviamente no se iba a retirar las apuestas estaban a su favor.

No es que necesitara esos euros para vivir, venia de una buena familia y solo hacía falta estirar la mano para recibir dinero, pero lo que el buscaba eran emociones fuertes y eso solo lo conseguía en las peleas, oh cualquier tipo de riesgos peligrosos, tirarse de un paracaidas, rapel, eran cosas que hacía a menudo.

Ahora bien, eran cerca de las doce de la noche demasiado temprano para regresar a casa, había tomado un par de analgesicos para el dolor pero lo mejor de todo era el dinero en su bolsillo, podría haber ido con alguna de las bellezas del club clandestino que bien lo hubieran entretenido toda la noche o lo que faltara de ella, pero aun sentía deseos de mas "emoción" así que condujo su auto por las calles sin un motivo en particular, solo perdía el tiempo, le gustaba oír el ruido del motor, su belleza era un Camaro SS del 69 una verdadera joyita, tenía un motor de arranque de 700 caballos de 7 litros, había estado dudando de meterle eso llamado nitro pero el vendedor había usado la palabra clave " adrenalina" y había sido un echo, aunque aun no lo había probado, la pintura era una personalizada un rojo manzana con franjas naranjas y amarillas en terminado tricapa un color candy merlot había dado los ultimos toques.

Entonces estaba ahí a merced de una luz roja cuando escucho el bocinazo " había que callar a ese bastardo" ladeo el rostro para ver al interlocutor, echarle una mirada después de bajar el vidrio, le hizo reír.

-¿Una carrera? ¿crees que podrás llegar antes que yo ?

Dijo con un deje de malicia en la cara, pues sabía que su maquina era una verdadera joya de la ingeniería, había metido mucho dinero y tiempo en su arreglo.

Echo a reír.

(( Eh Jamal, hazle tragar polvo al criajo este ))

-¿Enserio?

((si, es buena idea, apuesta con el, cuanto tenemos ??))

-¿Que te parece ...100 grandes ?

Saco de su chaqueta de cuero un gran fajo de billetes los cuales no mostraba precisamente a su retador si no a su acompañante imaginario.

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