Become like a god || Malacoda [ID]

Datos

Nombre: Alías:  Malacoda | Nombre Real: Assurbanipal. | Otros: Minos.
Edad: Real: 2432 años aproximadamente | Aparente: 32 años.
Especie: Vampiro.
Tipo de clase social o cargo: Clase Alta.
Orientación sexual: Heterosexual.
Lugar de Origen: Antigua ciudad de Nínive (Asiria).

Habilidades

► HABILIDADES Y ATRIBUTOS INNATOS:

→ Habilidades: Sigilo, sentidos aumentados, buenos reflejos, agilidad, flexibilidad, velocidad y fuerza sobrehumana.

→ Atributos: Colmillos afilados, uñas afiladas (en algunos casos), piel y cuerpo resistentes (aunque suave al tacto y a la vista), e inmortalidad.

► PODERES INNATOS:

→ Sanación acelerada: Habilidad para sanar rápidamente heridas y contusiones no tan graves (esto no aplica al desmembramiento, si les arrancan un brazo, el brazo no volverá a crecer). El tiempo de recuperación varía según el personaje y la gravedad de la herida o lesión. Cuando se trata de balas de plata o fuego pueden morir si las heridas son muy graves.

→ Percepción del aura: Habilidad para ver las auras de otros seres, cuyos colores indican su humor, identidad y nivel de hostilidad, de este modo saben si están bajo amenaza. Este poder también les permite reconocer a otros vampiros e identificar a los licántropos gracias a su aura colorada y su característico olor.

► DESARROLLADOS:

→ Bloqueo mental: Es la habilidad para bloquear su mente y nadie (ni siquiera los vampiros que leen mentes) pueden saber lo que piensa.

→ Confusión: El vampiro puede hacer que su víctima se sienta completamente desorientada sin más que mirarle a los ojos y hablar con él. La víctima sólo será consciente de fragmentaos sueltos de sus propios recuerdos. Se sentirá confuso constantemente y vagará de un lado a otro, aturdido y sin saber que hacer exactamente. La confusión es temporal.

→ Manipulación de la memoria: Concede la amnepatia y la recuperación mental, además ver los recuerdos de la gente y si se quiere proyectarlos en imágenes visibles para todos. También se puede aturdir a la gente mediante confusiones mentales dejándolos como "Enfermos mentales", pero solo temporalmente. Es muy difícil usar esta capacidad sin contacto ya que se requiere de mucha experiencia.

Personalidad

Malacoda es un sujeto práctico, sagaz y con una figura enigmática, casi impredecible; es un tipo calculador que bien sabe cómo y cuándo mover las piezas a su favor para obtener lo que desea, así tenga que valerse de los métodos más deshonestos. Es una actitud algo familiar entre la cofradía de Los Ángeles Custodios, (una extraña hermandad liderada por el actual Papa de la Iglesia Católica). La mayor parte del tiempo se le ve como un sujeto serio, refinado e impasible, que sólo menciona lo justo y necesario sin dar mayores detalles, pues prefiere reservarse sus intenciones. Hablar de más no es su estilo, y prefiere mantener la compostura antes de dejarse llevar por sus instintos. Aunque claro, no siempre logra estarse tan tranquilo, como cualquier ser terrenal, puede perder los estribos cuando las cosas se escapan de su control, el que desea poseer por todos los medios. Si falla, hallará la manera de no volver a recurrir a las mismas faltas, su orgullo no se lo permite.

Al igual que los demás Custodios, sólo le debe total obediencia a una única persona en este mundo, a la que también le guarda respeto y admiración. Con los demás seres suele ser déspota y egoísta, pues poco le interesa el malestar ajeno. Le resulta una verdadera pérdida de tiempo. La conexión que posee con este individuo es como la de la tierra y el infierno, relación que también guarda con sus demás hermanos (los otros miembros de Los Ángeles Custodios). Se mantendrá firme y leal a esta relación siempre y cuando aquellos, con los que guarda vínculo, estén firmes a sus objetivos y convicciones, de lo contrario, Malacoda no lo pensaría dos veces para eliminarlos. Algo que aborrece abiertamente es la traición de los suyos. Por ello tiende a ser rígido con éstos y también con sus ayudantes, si cometieran alguna falta grave, les impondría terribles castigos. Irónicamente, la única que ha salido ilesa de esto ha sido Rubicante. Ha corrido con demasiada suerte. Quizás se deba por la relación que poseen ambos; una relación un tanto obsesiva.

Es un excelente actor, cuando le conviene, pues a diferencia de Cagnazzo y del mismo Edric, Malacoda no es tan social y su desconfianza y repulsión hacia otros no la disimula en lo absoluto. Poco, o mejor dicho, nada le agrada que se metan en sus asuntos personales, es algo que le desagrada y bastante. Tiende a ser un hombre de carácter fuerte y autoritario y severo. Haber gobernado un imperio en el pasado es algo que lo ha marcado desde ese entonces, aunque esta vez no goce del mismo estatus.

Todo lo que estorbe en su camino y no sirva para sus fines, será eliminado. El vampiro no guarda ningún tipo de compasión con nadie, eso lo hace un sujeto ruin y oscuro. Alguien que ha perdido toda su humanidad. No se permite hacer las cosas sin antes meditarlas, ejecutar acciones de las buenas a las primeras le ha costado importantes pérdidas y fallos imperdonables. La palabra “fracaso” no se encuentra en su diccionario, no asume sus propios errores con facilidad. Al contrario, hallará alguna estrategia para borrarlos del mapa, aunque estos siempre estén ahí y sus consecuencias sean irreparables.

Historia

“Assur es el creador de su heredero"

Por allá, en el año 627 a.C nace entre las murallas de la antigua Nínive el último gran rey de Asiria: Asurbanipal. Hijo de Hijo de Esarhaddon y nieto de Senaquerib y Naqi'a. Aprendió a leer y a escribir a corta edad, volviéndose en su juventud un muchacho culto para su época, a pesar de esto no era tan popular entre los escribas y sacerdotes. A pesar de esta negativa que enfrentó durante su juventud, se idealizó en aprender las artes de su período en todo su esplendor y también las buenas pericias en el combate, convirtiéndose en un excelente estratega militar. Assurbanipal jamás desistió en su idea de demostrarles a los demás que estaba capacitado para gobernar alguna vez aquellas tierras de una lejana Asiria, esta actitud acarreaba constantes burlas por parte de sus hermanos mayores. Aún así, su padre guardaba esperanzas en la tenaz actitud de su joven hijo, pero prefería reservarse los halagos. En algún momento, ese muchacho sería quien ocupara su lugar en el trono.

Cuando el mayor de los hermanos falleció, Assurbanipal fue nombrado príncipe, pero aún así, pese a los intentos de los lacayos del rey en ayudar a que el joven heredero se hiciera valioso, ni la corte y menos los sacerdotes lo tomaron en cuenta. Esto en partes era a causa de la constante evasiva de Assurbanipal, que más bien se empeñaba en demostrarle a su padre y a sus cercanos, sus talentos, pero nada compartía con terceros por lo que se ganó una impopularidad notable a pesar de haber ser nombrado sucesor al trono. Aquellas actitudes hacia él, causaron un profundo rencor en su interior, lo que llevó al muchacho a refugiarse en las artes oscuras de ese tiempo, aprendiendo cosas que hasta los mismos sacerdotes de su ciudad ignoraban.

Assurbanipal empezó a hacer amistades fuera las de murallas de la gran ciudad de Nínive, topándose con antiguos escribas y profetas, fue así como se unió en secreto a un séquito de antiguos alquimistas. La única persona enterada de los movimientos del joven era Naqi'a-Zakutu, la madre del rey Esarhaddon y por supuesto, abuela de Assurbanipal. La tenacidad de la mayor fue quien le proporcionaría el ascenso al trono al más querido de sus nietos. Esto ocurriría luego de unos meses del fallecimiento del rey durante una riesgosa campaña militar. Assurbanipal a pesar de estar satisfecho con aquel logro, se sentía inseguro e inexperto, pues su corta edad (22 años), era un blanco fácil para los enemigos del reino. Naqi'a-Zakutu, tuvo que llegar a un acuerdo con la corte del antiguo rey y con los sacerdotes y escribas para que apoyaran abiertamente al nuevo monarca, del cual descubrieron increíbles talentos para las artes y las ciencias de ese entonces. Durante ese tiempo, Assurbanipal fue educado en el reinado por su abuela y los demás miembros del séquito del extinto Esarhaddon. Su habilidad para captar cada detalle de lo que se le hablaba era magnífico y pronto se fue ganando la confianza de los suyos y la envidia por parte de los demás hermanos. Esto fue añadiendo a la personalidad del hombre, una arrogancia y una severidad casi inquebrantable.

Al fallecer su abuela, el actual rey de Asiria, se sintió vacío, como si algo le faltase. Esto fue motivo para constantes guerras, incesantes y que empezaban a hacerlo flaquear. Aún así, el orgullo de Assurbanipal era mayor y no decaería tan fácilmente. Lograba salir ileso, con dificultad, pero lo lograba. Contaba con una alianza militar rígida, pero si aquellos enfrentamientos seguían arrebatándole a sus soldados, pronto se quedaría sin nada y tendría que ceder a los caprichos de sus enemigos. Durante estos períodos de guerras incesantes, Assurbanipal conocería a un extraño hombre al que sólo podía ver cada atardecer. El sujeto se hacía llamar un profeta, hijo del primer hombre. Las ideas que sembraría ese ser en el rey de Asiria, eran bastante extrañas y cambiaron lentamente la actitud de Assurbanipal a una más oscura, sedienta de poder. Aquel se convertiría en su consejero y en un poderoso sacerdote. Esto incluiría el culto a un nuevo y único dios, al que llamaron Assur y del que él mismo se denominó descendiente. Assur era el dios de dioses y de reyes.

Fueron años difíciles para Assurbanipal, pero quizás lo que reforzó sus ánimos fue el compromiso con una hermosa mujer, con la que contrajo matrimonio. Curiosamente, ella, sería aliada del séquito del cual formaba parte su consejero. El nuevo rey fue haciéndose con nuevos sacerdotes, cuya procedencia era desconocida para todos. Estos se ganaron la confianza de todos sin ningún problema, eran hombres astutos y de gran sabiduría. La nueva esposa le daría dos herederos varones a Assurbanipal, quien a pesar de estar tan aferrado a su trono, deseaba que aquellos tuvieran las mismas agallas que él para cuando les tocara gobernar en el futuro.

Luego de haber luchado contra su hermano, quien había sido nombrado rey de Babilonia Shamash-shum-ukin, Assurbanipal se sintió poderoso. Logró conquistar Babilonia y usó de títere a un rey que él mismo había dejado a cargo de aquella ciudad. Y no sólo se hizo con el poder de Babilonia sino también con el imperio Elamita, destruyendo a Susa. A pesar de haber logrado tan buenas hazañas siendo tan joven, Assurbanipal, se sentía cansado y la sed de poder crecía más. Deseaba ser inmortal como los dioses en el cielo y en el infierno. Fue en una de sus tantas plegarías que aquel que le servía como consejero y quien también lideraba a los sacerdotes de Assur, le ofrecería la oportunidad de ser inmortal a cambio de sacrificar la luz del día. Aún así podría hacer su imperio inmortal junto con otros más. Sería un inmortal como él. Assurbanipal se sintió abrumado por aquella idea que lo atormentó durante varias noches, pero finalmente terminó convencido. Sería la mano derecha de su dios y el rey de los hombres.

Assurbanipal viajó al desierto sin luna y de arenas negras, en donde las estrellas cayeron del firmamento. Fue en ese lugar en donde dejaría su humanidad a un lado y se convertiría en un hijo de la noche. Entregó su alma a los demonios del desierto y se convertiría en uno de ellos y también en su líder junto con otros más. Su verdadero reinado apenas comenzaba, una nueva era de oscuridad se cernería sobre la tierra. Gobernó otros años más sobre Asiria, crearía una biblioteca en Nínive con innumerables textos apócrifos, los cuales ocultaba para fines personales. Sólo él, su séquito de sacerdotes y su consorte tenían acceso a aquellos valiosos textos. Muchos hallados en ciudades aledañas a Asiria. Ya habiendo pasado quizás demasiado tiempo en el trono de Asiria, Assurbanipal decidió dejar a un lado su estancamiento en la ciudad y junto con sus aliados empezar a recorrer el mundo antiguo, pues sus metas habían cambiado repentinamente. Se alió a la nueva religión que empezaba a propagarse entre las personas de los imperios en crecimiento, pues, su intención era precisamente una confrontación entre creencias para que fuera la ignorancia de los pueblos la que le diera el poder a su único amo y señor.

“La borrasca infernal, que nunca cesa, en su rapiña lleva a los espíritus; volviendo y golpeando les acosa.”
—La Divina Comedia. Dante Alighieri.

Tal como se había previsto, los viejos imperios cayeron y se alzaron otros nuevos. Las conspiraciones hechas por Assurbanipal y sus nuevos hermanos tomaban forma. El vampiro fue cambiando de nombre durante todos aquellos siglos, pues había decidido dejar su antiguo nombre en las tablillas de barro cocido de las ciudades del oriente. Armó los más infalibles planes en contra de todos aquellos que se opusieran a sus palabras. Todo esto junto con otro sujeto de su mismo porte; ambos tuvieron de apodos los nombres de los jueces del infierno griego: Minos y Radamanto. Y hasta pudieron haber sido quienes realmente gobernasen las ciudades que correspondían a los reyes del mismo nombre, que tanto fueron mencionados en los mitos de los griegos. En esa época, iba fortaleciéndose el más enigmático enemigo de estos jueces del averno, liderados por aquel que logró derrocar al primer hombre en su antiguo reinado. Reinado que no iba a cesar, pues sus esbirros estaban siguiéndole los pasos y cumpliendo sus mandatos en este mundo. Envió a hombres a profetizar nuevos mensajes divinos, señalando a todos aquellos que no hacían caso a la nueva doctrina. En realidad, todo se trataba de una estrategia, entre los nuevos Minos y Radamanto. A ellos poco les importaban las creencias de las personas, sino la debilidad de sus almas.

Minos (Assurbanipal) se encargaba de elaborar planes perfectos, mientras que Radamanto, los ejecutaba con total pulcritud. Durante el renacer de los grandes imperios, especialmente, el imperio romano, aquellos dos vampiros, se codearon con los líderes, usándolos de títeres, mientras iban con los indefensos a alentarlos a seguir luchando. Estaban generando disputas entre hombres, pues ese era su objetivo. Muchos fallecieron en su camino y ellos se sentían plenamente satisfechos, pero les faltaba más.

La fundación de La Orden de Agartha, fue el principal problema para el ex rey de Asiria. Aquellos eran tan astutos y sabios como él, pues sus líderes llevaban las mismas raíces que él. Assurbanipal, –ahora llamado Minos–, junto con Radamanto, declararon la guerra abiertamente a esos, pues su presencia podía arruinar sus futuros reinados y eso no estaba para nada bien. Entre pérdidas y ganancias, los años del juez Minos fueron transcurriendo hasta ganar una de sus más ansiadas batallas. El príncipe maldito había tomado el nombre de Constantino y reinó sobre el imperio bizantino, quien perseguiría a los llamados paganos y acabaría con las tradiciones antiguas a las que tanto defendían los enemigos de Minos. Con la presencia de su señor, aquellos sentían más protegidos y poderosos. Le habían dado un golpe bajo a sus rivales y eso era algo muy satisfactorio. Pero no contaban con que aquellos continuarían luchando, uniendo a más seres terrenales a su causa y eso implicaba mayor poder de los esbirros del emperador de Constantinopla. Ya tenían a un tercer demonio entre su séquito.

La presión que iban creando estos personajes entre líderes y monarcas era tremenda, tanto así, que Europa terminó sumergiéndose en una etapa de oscurantismo. Fue esa época en donde descargaron su severidad contra toda muestra de humanidad y para fines netamente personales se persiguieron a los musulmanes usando de títeres a los caballeros que creían plenamente en Dios. Minos y los suyos jugaron con la buena fe de las personas para su propio beneficio. Luego derrocaron a los templarios y se quedaron con los tesoros de estos y todo lo que pertenecía a los musulmanes, pues mucho de aquellos tesoros, eran valiosos manuscritos que ponían en riesgo la veracidad de la religión dominante. Apostaron por la ignorancia de las personas y sería este vampiro quien se encargaría de perseguir a todo aquel que leyera obras que apostaran por alimentar el conocimiento de las personas, fue así como finalmente se fundó la Santa Inquisición. Organización que sólo serviría de títere y hasta de parapeto para cubrir las verdaderas intenciones de estos hombres (Minos, Radamanto y Edric. El joven de Pompeya al que Radamanto convirtió en vampiro y era el tercer demonio entre el séquito que había formado junto con Minos).

Durante esos años los enfrentamientos contra los dragones de Agartha era constante, pero éstos flaquearon ante la ausencia de uno de sus líderes. Minos y Radamanto se toparon con el dragón más antiguo de los agarthanos y lo abordaron entre ambos. Radamanto, consumido por la venganza, atacó a Badr y antes de que éste terminara con el otro vampiro, Minos fue quien se encargó de arruinar sus recuerdos. Manipuló su memoria y para su seguridad le encargó a Radamanto que hiciera creer que fue él quien había cambiado las memorias de Badr. Así pues, Minos sería quien vigilara al nuevo integrante entre las sombras, pues ante la negativa de Radamanto, Badr se volvería uno de los suyos. Minos se convertiría en la sombra y tormento del nuevo Badr, desde ese momento, llamado Khâlid. Sin duda alguna, había dado el mejor golpe a sus enemigos.

Como nada es eterno y todo lo que comienza tiene que acabar en algún momento, lo mismo pasó con la edad del oscurantismo europeo. Las tinieblas se dispersarían por las luces de la razón y darían inicio a una nueva época: El Renacimiento. Minos se instaló en la cuna del arte de ese tiempo: Florencia. De vez en cuando viajaba a otras ciudades que pertenecieron en algún momento al imperio romano y continuaría sirviendo secretamente a la religión dominante bajo una naciente iglesia. Muchos artistas vivieron por ese entonces, pero algunos cuantos serían perseguidos por los esbirros del averno. La razón: Eran miembros y aliados de La Hermandad de Agartha. Entre estos genios, se destacaron: Dante Alighieri y Buonarroti. Dante se encargó de develar un poco en uno de sus escritos parte de la realidad en la que yacían Minos, Radamanto y los otros y fue así como éstos obtuvieron nuevos nombres. El poeta desconocía esto hasta que se topó cara a cara con ellos, fue así cuando supo que estaba cara a cara con los mismísimos Malacoda y Malebranche (Minos y Radamanto). Su sueño le había revelado algo quizás más horrible para su vida, que se llenó de un tormento secreto.

Desde esa vez, ya no sería ni Assurbanipal ni Minos, sino Malacoda. Radamanto ya dejaría su antiguo apodo atrás para convertirse en Malebranche. Lo mismo ocurriría con los demás hermanos de éstos. Así pues, también fundarían una nueva logia, haciéndose llamar Los Ángeles Custodios. Todo aquel juego de palabras era una clara burla que muchos creyeron con ingenuidad. Mientras Malacoda era quien se encargaba de preparar los movimientos, Malebranche hacía de mano ejecutora. Finalmente entre tanto buscar y esperar, lograron dar con quien sería la reencarnación de su señor. Esta vez había tomado el nombre de Gian Pietro Caraffa. Malebranche se encargaría de ser la sombra de este hombre mientras que Malacoda se encargaba de manejar los demás asuntos concernientes a Los Custodios, pero aún no estaban completos. Los otros delegados debían estar entre rostros desconocidos en las nuevas ciudades que se levantaban.

Durante una de las excursiones con algunos inquisidores, se toparon con una mujer que poseía en su poder un tratado que pertenecía nada más y nada menos que a Salomón. El inquisidor quien la encontró resultó ser servidor de Los Custodios y ayudante de Malebranche quien al ser informado acudió de inmediato a las estancias en donde permanecía encerrada la hechicera. El vampiro la confrontó, pero ésta no hablaba. Prefería reservarse toda la información sobre ese texto apócrifo que en realidad había pertenecido a sus abuelos. Era pobre, de la clase baja europea. Se rehúso a ceder ante los caprichos de Malebranche, pero antes de que aquel terminara cegando su vida, fue detenido por Malacoda, quien al ser informado de aquel hallazgo quiso saber más. La mujer le resultó extrañamente familiar y fue él el que la interrogaría esta vez. Para su sorpresa, ella sería quien guardaba el alma de Rubicante (otro de los custodios de los nueve círculos infernales en el infierno de Dante). De nuevo, y luego de tantos siglos se había reencontrado nuevamente con su querida Carlisle. Malacoda presentaría el nuevo miembro de la logia de Los Custodios al Gran Maestre, pero el evento tuvo que retrasarse por algo más importante. Ya con Rubicante, se empezaban a completar los nueve círculos infernales, pues Malacoda había hallado a Cagnazzo hace años atrás, cuando éste apenas era un niño. Aún faltaban los demás.

Para la primavera de 1800 Caraffa sería ascendido a Papa, luego de un historial de ascensos a cargos importantes dentro de la Iglesia, pero el más esperado era éste último nombramiento. Mientras que Malebranche se encargaba de acabar lentamente con la vida del predecesor de Caraffa, Malacoda se ganaba toda la confianza del Colegio Cardenalicio. Así pues, Gian Pietro Caraffa fue nombrado Papa, adoptando el nombre de Paulo IV, todo gracias a las artimañas de Malacoda y Malebranche. Una vez más tenían a su líder consigo, ¿Esta vez podrían derrocar al dragón inmortal o la batalla continuaría extendiéndose una y otra vez? Sólo una cosa era cierta. Ninguno de los dos bandos iba querer perder una guerra que llevaba siglos. Los líderes de ambas logias se habían levantado, agitando las banderas de sus ejércitos alistándolos para el inicio de las interminables batallas del conocimiento.

Datos Extras

—Los únicos que conocen su verdadero nombre (Assurbanipal) son Malebranche y Carlisle Rubicante.

—Fue él quien manipuló los recuerdos de Khâlid, pero siempre le ha hecho pensar a los demás que fue Malebranche. Ni Caraffa es conocedor de esto.

—Malacoda es quien se encarga de liderar a los otros nueve círculos, aunque a veces parezca quien lo hace es Malebranche. Sólo se trata de mera estrategia por parte de ambos.

—Es quien se ha encargado de hallar a todos los miembros de los Custodios. Aparte de Cagnazzo y Rubicante. También sabe de la existencia de Calcabrina, Graffiacane y Cinatto, aunque estos han despertado recientemente.

—Por ser el poseedor del primer Ouroboros, es capaz de controlar a los demás a través de esta marca. Le ha llevado tiempo hacerlo mediante la manipulación de la memoria, así mantiene a los demás Custodios al margen de las ordenes, evitando que se desvíen de sus objetivos. Sólo Graffiacane ha logrado escapar de los dominios del sello gracias a su naturaleza de cambiante.