Svenya Von Richthofen

Nombre Completo: Svenya Von Richthofen
 Lugar de Origen: Berlín, Alemania.
 Ocupación: Compositora/Piano.
 Clase Social: Alta.

Svenya ¿Como describir a una joven como ella? definirla con una sola palabra podría ser lo más rápido y sencillo, y cierto es que alguien alguna vez dijo que lo sencillo siempre es lo verdadero. pero incluso así, lo complicado también es cierto. también existe. y las cosas y personas más bellas siempre resultan serlo.

-Svenya ¿Por qué tan callada?
-Tal vez se debe a que tú hablas demasiado ¿Lo has pensado?

Si hay una cosa que caracteriza a esta joven, es su carácter apacible. svenya siempre ha tenido esa aura tranquila y reservada alrededor de ella, misma que poco más y la hace pasar desapercibida en algunas ocasiones.
Ella se mantiene al margen de todo; habla cuando tiene que hablar, y opina cuando debe de hacerlo también. Así la educaron y así es. la reprimieron un poco, y a diferencia de lo que le gustaría, no platica todo de forma plenamente abierta, pero esto le ha servido para aprender a expresarse a través de actos y miradas.

su apariencia tranquila oculta una mente llena de ambiciones y metas. svenya es astuta; tal vez no en la misma medida que algunos, pero igualmente lo es. cuenta con una gran determinación, un ingenio agudo, y una fuerza de voluntad que consiguen moverla en un intento inocente por ganarse un lugar.
se exige tanto a si misma que llega a ignorar muchas veces el como y a costa de que servirá para lograr sus propósitos, y, si bien resulta incapaz de dañar a alguien ajeno a ella o poner zancada alguna, sí es vulnerable ante cualquier tentativa que pueda asegurarle el respeto y orgullo de su familia.

-¿Porqué le sonreíste?
-Se veía triste. Aveces necesitamos que alguien nos recuerde que no todo está mal, y de ser así, mejorará.

Trata como te gusta ser tratado. Esa es prácticamente una ley de vida para Svenya. Tal vez por ello nunca a dado de inferiores a los de status más bajos que ella.

sea como sea, no hay gran ciencia detrás de ello; svenya suele ser una joven educada y amable con la mayoría. aunque callada, se muestra siempre dispuesta a entablar amistad con cualquiera, siendo que puede ser muy buena amiga, alguien leal y fiel con su círculo de amigos, e incluso una persona de confianza para secretos y consejos. ella misma admitiría que llega a sufrir dependencia de aquellos a los que más aprecio les tiene, y la sola idea de perderles o verles en alguna problemática le pone de nervios.

Sin embargo, todo esto cambia radicalmente y a modo contrario si la gente se muestra borde o poco agradable con ella y algún conocido suyo, pues no es de quedarse de brazos cruzados.

Raro resulta que Svenya se enfade con alguien, más aun que alguien se gane su desagrado o enemistad. Es algo difícil, pero como todo, no imposible. Y aunque extraño, ella pasa de ser una persona dulce y tranquila, a una que pierde la paciencia y los modales. Muestra una lengua filosa como pocas veces, y su sinceridad y poco tacto matan. Ella perdona, pero jamás olvida.
Pocos conocen ese cambio radical suyo, y los que lo hacen, casi no pueden creerlo, pues resulta tan sorpresivo que no parece cierto.

-Entonces, Svenya él...
-Él tiene pareja
-Lo lamento
-No, está bien... tengo tiempo de sobra para encontrar al adecuado.

Svenya siempre ha sido una joven ingenua en cuanto al tema del amor. no ignorante, pero si algo...inocente. Joven como es, llega a volverse una total y completa romántica empedernida; pasa algunos de sus días soñando con su prototipo personal de príncipe azul, otros tantos teniendo flechazos instantáneos, y otros más, regalando su corazón en secreto a un caballero que seguramente la ignora completamente.

Pero sin embargo si de algo esta segura, es de lo que quiere; y esto no es un amor como el de sus padres. Svenya no quiere algo arreglado. Algo falso y poco sano. Ella quiere algo inoportuno, una coincidencia, algo que le saque tanto risas como lágrimas.

No es muy difícil darse cuenta cuando alguien le gusta. La imagen de ella, sonrojada hasta la raíz del pelo, suele ser una buena señal así como también sus tartamudeos un punto clave. Svenya desea ser correpondida tanto como cualquier otra persona anhela ser querida, pero no es muy buena dando el primer paso. Justo por ello es que no resulta extraño verla acudir en busca de los consejos de sus fieles amados cuando temas como estos aquejan su crédulo corazón.

Cuando finalmente lo acepta y confiesa su sentir, se entrega tanto que le duele, pero lo considera un dolor bueno y no le importa en lo absoluto seguir sintiéndolo.

Así es Svenya. un poco complicada, pero las cosas y personas más bellas siempre resultan serlo.

Resulta curioso con qué facilidad se puede perturbar la inconsistencia de una familia desestructurada: tan solo hace falta que el único miembro de la familia que logra ser el nexo entre los distintos miembros de esta, desaparezca.
Un tablero en armonía de tonos blancos y negros es la base de este teatro angustioso, donde la vida y la muerte se dan la mano tímidamente, entre desesperación e inocencia. Baldosas de clara marmolina estéticamente impecables, acompañan a las más oscuras perversiones de matices malvados y violentos con una frialdad amoral, tan casi inhumana que hace imposible que las emociones nazcan… mientras las controvertidas notas de un piano se burlan a escondidas de lo que viene a ser el juego de la subsistencia de la mente más fuerte. Pero como en toda partida de ajedrez, este paripé es la tela que se teje para quitarnos a la molesta reina de encima con el único propósito de poder asfixiar al rey hasta cobrarnos su victoria. Aunque ese no es el punto crucial en que fijarse, no hay que olvidar que las reglas no son más que el pentagrama donde la existencia gira y como en todo juego, dichas normas son la tentación que quebrantar.

Un segundo, que nadie saque conclusiones y finales en falso. Sería un error bastante común abastecer la mente con la curiosa forma en que deducimos como el rey cae, con solo ese golpe de gracia que el destino entrega al aparecer sin avisar…como una carta anunciando la indiscutible muerte y que acaba perdida entre los posos del tiempo… o ese guion al que un director se ciñe siempre fiel,  para acabar con la vida del personaje principal. Cambiemos por un segundo el modo en que vemos la tragedia golpeando la puerta de este tablero ¿Qué ocurriría, si el rey no fuera una marioneta? Con propia autonomía, una mente audaz que logra anticiparse en su piel rezagada y cuerpo pequeño, a los movimientos de esos gélidos dedos del jugador maquiavélico que de pronto, entra en escena. ¿Y si el jugador no contó con que el pulso de rey, era más firme que su propia oscuridad?

Esta es la historia del alfil que se convirtió en rey.

“A veces necesitas hacer algo malo… que te impida hacer algo peor”, en eso pensaba Svenya el instante justo en el que cumplia sus diecisiete años… y la vida de su padre, Petter, se extinguía.  Unos segundos,  que fueron los decisivos para cambiar el transcurso de la historia de esta joven, que veía como el único ser vivo por el que sentía integro amor, la dejaba huérfana y sin una brújula con que regir su existencia.  ¿Huérfana? ¿Es que no tiene madre? Sí, claro que tiene, pero una mujer con claros problemas para cuidarse de si misma, no es la mejor solución.  A ello se le une el hecho de que entre ellas la relación siempre fue derogada por la simple razón que tenían distintas formas de pensar y de ver la vida. Al menos eso cree la menor  que al estar tan unida a su padre queda hundida en un mar de preguntas sin respuesta…aunque la verdadera razón del nulo trato  entre madre e hija, son los celos que comen con desazón el corazón de Thylane al haber pasado años soportando ser solo una sombra más entre padre e hija, una mujer florero que con modales finos ataviaba el hogar con clase y elegancia, mientras que los otros dos estrechaban lazos con una conexión tan fuerte que ni la muerte parece separarles.  Y cuando el destino parece no poder cebarse de nuevo con Svenya, este regresa trayendo algo más de oscuridad a su vida.

Aún recuerda ese momento, de cómo la brisa se levantó despegando la vista del féretro donde el cuerpo inerte de su difunto padre descansaba. Los pétalos de rosas blancas reposando sobre la madera barnizada…las palabras del monseñor dando el último adiós…los llantos de familiares y amigos golpeando su cabeza…las lágrimas frías resbalando por sus perladas mejillas y sus ojos de un intenso aguamarina, encarándose contra la figura de un extraño que la observaba desde lejos. Pudo sentir como su piel se erizaba y  la temperatura de su cuerpo descendía mientras le costaba respirar…y no sería la última vez que se viera envuelta en ese limbo incierto.

¿Quién era él? Aún hoy por hoy se cuestiona eso, aunque en aquel entonces cuando de su boca salió la pregunta, solo recibió una corta respuesta donde su madre, la eterna viuda afligida, cambiaba su semblante a uno alegre para entonar: “es tu tío, Heinrich”. Era como estar delante una versión más joven y rebelde de Petter...esa era la sensación que emergía en el descocado corazón de la madre de la joven quien los días siguientes y tras invitar a quien era ese desconocido cuñado a pasar una temporada con ellas, pasó de ser un ente depresivo y sumergido en la mayor de las tristezas a una mujer con ganas de vivir y disfrutar de la vida. Si nos fijamos en Svenya, solo buscaba huir de él, dejar de sentirse presa de esos ojos azules que como ella, compartían con su padre. Días donde sin buscarlo jugó al ratón y al gato, siendo la presa de la incomodidad que surgía cada vez que Heinrich fijaba la mirada en ella. Pero las semanas fueron testigos de cómo la incomodidad se tornaba misterio,  el misterio pasaba a ser un capricho y el capricho una obsesión pérfida. Mientras  la ingenua y tonta de Thylane revoloteaba interesada alrededor del impertérrito Heinrich, Svenya en pos de su curiosidad se dedicaba a investigar sobre ese nuevo familiar algo que quedó parado al descubrir como esa obsesión palpitaba fuerte viéndose obligada a complacer a esta,  a escondidas. Empezó a espiar a su madre y su tío el cual solo tenía ojos para su sobrina y que cuando conocía de su presencia en el mismo cuarto, satisfacía la curiosidad de la joven usando a Thylane a su antojo.

Era sencillo, buscaba alentar a la sobrina de algún modo y cuando una noche esta los pilla en plena intimidad sintiéndose observada y ultrajada por su tío, acaba por huir del escenario sintiendo como la bruma de algo llamado “excitación” conmocionaba su mente. Lo siguiente que recuerda la chica de cabellos rubios es correr por el bosque y acabar entre las manos de un joven cualquiera al que le pedía exactamente hacer lo que Heinrich minutos antes tenía entre manos. Pero la incomodidad llama a las puertas de su cabeza nuevamente cuando, imaginando las manos y el cuerpo de su tío, escuchó la voz de aquel extraño…lo detiene. Intenta tu frenar a un chico joven y caliente al que tras encenderlo le niegas algo más lejos. Obvio que un “no” no le sirve de nada, ni que echar a correr logrará que deje de perseguirte, o que si gritas se compadecerá de ti. El punto de inflexión es que ni el joven ni la rubia contaban con que Heinrich apareciera tomándose la vida del chico con un rápido movimiento del que la sobrina fue testigo, para luego concluir con unos delicados y afilados colmillos que se clavaron en el cuello de Svenya….¿lo siguiente? Éxtasis.

Su cabeza estaba por estallar, repleta de excitación y ansias…ansias de sentir como su aliento chocaba contra su boca. Los siguientes meses fueron días donde la complicidad entre ambos iba en aumento. Tardes donde solo les bastaba estar en silencio y mirarse, noches en las que se dejaban guiar por sus más bajos instintos y en las que ella descubría por primera vez su cuerpo como mujer…y mañanas en las que ambos jugaban a moverse solo por el misterio de la mente del otro.
Eso solo en apariencia, pues la pieza que faltaba por completar la mente de Svenya, estaba tomando forma y cada vez era más fuerte.

El fallo de Heinrich era ser un enfermo y no haber contado con que su joven sobrina le superaba en  inteligencia. Mientras tanto, Thylane vivía ignorando lo que ocurría entre las paredes de su hogar, lo que un día le valió la muerte en manos del tio. Un plan perfecto el de dejar matar a su suerte a la mujer abatida y quedarse todo lo posible con quien él creía estaba siendo dependiente de sus atenciones…pero  como se dijo, Heinrich se confió demasiado al pensar que la pequeña huérfana dejaría todo olvidado. Si bien los primeros días sin la mayor pasaron rapidamente, Svenya sintió la necesidad de preguntar por su madre reiteradas veces, acción que empezaba a molestar y sacar de quicio a Heinrich; era obvio que ella había empezado a sospechar y , un día, armada de valor y sacando conclusiones precipitadas si bien válidas, se enfrenta a ese ser, que tras confesar haber matado a su madre, se exasperó y se violentó contra ella. Claro que, una pelea contra un vampiro es una gran desventaja por parte de la joven.

Svenya sufrió muy graves heridas que la obligaron a huir de su hogar, nunca pudo matar a Heinrich, el cobarde huyó de sus manos, como el agua fluye por el rió. Claro que no iba a seguirlo, pero decidió dejar todo atrás, alejándose no solo de su distrito, sino también de su país natal. Por esas derivaciones de la vida fue a parar a Londres, y allí se alió rápidamente a unos poderosos cazadores, que mal influenciarían en su vida y pondrían patas arriba el mundo de Svenya para mostrarle, cuan exquisita es la vida si uno quiere algo.

Se transformó en la aprendiz consagrada. Una joven de buen vestir, una rubia con elegancia, modales y cosas que ni siquiera sus presuntos padres fueron capaces de darle. Con ellos recorrió parte del mundo. Tal vez, sólo haya sido como una especie de vino para llenar una copa vacía. Algo que ocasionó que viviera en esa fantasía de admirar la buena vida.
Gracias a ellos pudo instruirse en las artes, en la cultura general, sabiduría y virtudes, inmiscuirse en profundidad a una vida de lujo y ostentosidad; aprendía a volverse una mujer importante para la familia, y después, valerse por sí misma sea el método que emplee.

Se transformo en una criminal, una estafadora con habilidades natas. La figura femenina del Diablo, la serpiente sensual y sigilosa.  Realizó varios asesinatos importantes a vampiros de alta clase, organizados en conjunto con el grupo, aunque ella siempre destacó, tanto por su belleza como por su inteligencia. Demostró un eficiente liderazgo que llevó al reconocimiento de la sociedad y una disposición leal, combinada con una buena habilidad en los enfrentamientos cuerpo a cuerpo, ganándose el respeto de ellos y la confianza de los mayores.

Las estafas y los robos… Le valieron un sustento que concebía un exagerado dinero en juego para que muchos se cuestionaran, de donde había salido tanto y cómo. He ahí el misterio. Se encargó de realizar fiestas en uno de las mansiones de los cazadores, invitando todo ser distinguido que pudiera proporcionar su ayuda a la familia londinense, así como también controlar los pequeños grupos juveniles y principiantes, novatos que se reclutaban.

Fue así como su popularidad creció lentamente en la ciudad. Nadie conocía su pasado, ni su rostro al siempre organizar fiestas que exigían máscara. Como una reina baja, vanagloriándose entre las personas de ser la anfitriona de una fiesta que apenas calentaba, por supuesto, sonriendo encantadoramente mientras le notaban.

Pero apesar de todo lo vivido junto a esta familia, Svenya acaba por distanciarse sin justificación alguna y optando por abandonar el oficio de cazadora, se traslada a París, Francia en búsqueda de una inédita morada y una nueva ocupación. Este drástico cambio provoca una considerable modificación en el temperamento de svenya, pasando de ser aquélla infame y perversa mujer a una joven bondadosa y benévola. asimismo descubre que lo que en verdad le deleita es la música y todo lo vinculado con ello. Y para su buena fortuna, fue dotada para el piano lo que le ha facilitado la obtención del puesto en el conservatorio "le petit artiste sautant" como compositora.