Vanessa Ende || ID

Vanessa es una muchacha con un espíritu libre y apasionado. Es independiente y entusiasta, defiende sus ideales sin importar a quien se tenga que enfrentar. Los libros son su principal pasión, tanto así que aprendió a leer por su cuenta. Vanessa disfruta de las pequeñas cosas de cada día que transcurre en su vida y a pesar de haberse criado en un hogar de escasos recursos es bastante educada y cortés; un tanto aventurera y optimista y desde luego, curiosa, muy curiosa. Jamás la verás llorar o quejarse por las cosas malas que le pasen, buscará la manera de salir adelante, aunque, tenga que cerrarse a muchas personas, cosa que ha hecho durante los terribles años en los que vivió junto con sus padres sin la presencia de su hermano Ryley.

Orgullosa a más no poder pero, jamás vengativa. Si la dañan prefiere dejar a un lado a esa persona y dedicarse a otras cosas. Tiene un carácter bastante fuerte a pesar de estar tan distraída la mayor parte del tiempo o metida en su propio mundo. Astuta y un tanto indiferente cuando se le da la gana, antipática con quien quiere e irónica y sarcástica cuando le colmas la paciencia, que es muy poca aunque, ha tratado de controlarse. Esto no es más que un impulso que ha venido desarrollando desde que la atacó aquel vampiro. Les teme a casi todos los sobrenaturales, pero más a los vampiros. Ha sabido guardar bien ese secreto y ni siquiera Ryley lo sabe. Vanessa sigue luchando con esa fobia constantemente, pues no se dejará vencer tan fácilmente. Con el tiempo y gracias a las dificultades ha aprendido a sobrevivir y a no darse por vencida.

La  menor de los Ende es una muchacha bastante tranquila y callada, no expresa con palabras todo el ruido existente en su mente tan creativa e inquieta. No le gustan los problemas al menos que se los busquen y si tiene que enfrentarlos, lo hará con paso firme. Es decidida y sabe lo que quiere y porque lo quiere, nadie tiene que decirle lo que tiene que hacer, es su vida. Lo que ha agradaba más su relación con las personas, aunque siempre habrán excepciones, confía en que todavía existen personas buenas, pero no se atreve a acercarse demasiado. Sin embargo, cuando agarra confianza con alguien, demuestra al cien por cien lo que realmente es. Incluso, puede volverse excesivamente sobre protectora. Siempre está dispuesta a ayudar a quien lo necesite sin pedir nada a cambio.

Toda historia comienza con un nacimiento y una familia, pues la de Vanessa no es nada diferente. Como en muchos hogares disfuncionales, esta chica no la pasó nada bien durante los primeros años de su vida. Era la menor de ocho hermanos de un hogar de escasos recursos, una familia algo numerosa para la situación económica en la que vivían, aún así se las ingeniaban para salir adelante. En la única persona en la que Vanessa logró depositar su confianza fue en su hermano mayor, Ryley. Prácticamente él lo era todo para ella, pues a diferencia del resto, parecía prestarle mucho más atención, por lo que se volvieron inseparables. Desde muy chica siempre lo siguió a todas partes y Ryley, éste parecía más su padre que su hermano.

Pasaron los años y la situación en su hogar era cada vez más monótona, pero Vanessa tenía la esperanza de que su querido hermano cumpliera con la promesa que le había hecho. Algún día se irían de ahí y serían libres y felices. Una de las tantas tardes en las que Vanessa salía con su madre a comprar alimento, una modesta tiendecita de antigüedades llamó su atención. Mientras su madre escogía las frutas y hortalizas en el mercado ambulante, Vanessa entró en el negocio, movida por la curiosidad. Entre todas las cosas fascinantes que vio, sólo un relicario acaparó todo su interés. La dueña de la tienda, una mujer algo mayor, se le acercó y le dijo que ese objeto era mágico y que si se lo daba a la persona más querida, se le cumpliría lo que tanto deseaba.

Vanessa estuvo ansiosa de tener aquel objeto y poder regalárselo a su hermano, pero al saber que no tenía dinero suficiente para comprarlo sólo soltó un rotundo “no”. Sin embargo, la mujer le ofreció un trato a la muchacha. Si le ayudaba durante el día en la tienda, juntaría el dinero necesario y podría llevarse el relicario. Vanessa no pudo estar más contenta y a escondidas de todo, incluso de Ryley, empezó con su trabajo clandestino. Aunque aquel sospechara que su hermana estaba algo distante, confiaba en ella. Y a pocos días del cumpleaños número diecisiete de Ryley, la dueña de la tienda decidió regalarle el ansiado relicario a Vanessa y que el dinero que tanto se había ganado con esfuerzo como su ayudante, pudiera guardarlo. Desde ese entonces, la menor de los Ende no supo más nada de aquella noble mujer a la que tanta estima le había tomado. Triste, pero a la vez contenta, se fue a casa sin saber lo que le deparaba.

Al parecer, su padre, se había enterado de que estaba trabajando sin siquiera decirle nada y Vanessa, no contaba con que su padre estuviera al tanto. Esa vez cuando decidió entregarle el relicario a Ryley, su progenitor, hecho una fiera fue a castigarla severamente por haberle mentido, pero antes de que pudiera hacerle algo, su hermano mayor intervino. Ryley salió herido por haberse enfrentado con su padre. Desde ese momento algo se quebró en el interior de Vanessa, ¿la anciana le mintió? Se sintió defraudada y terrible por haber sido la culpable de que su querido hermano hubiera sido lastimado por su culpa. Era lo menos que quería, aún así, Ryley jamás la culpó por eso y continuaba brindándole su apoyo constante a pesar de los continuos problemas en su hogar. Vanessa tomaba el relicario cada vez que podía y se aferraba a la idea de poder irse de ahí en algún momento.

Al año siguiente y para peores males, Ryley abandonó su casa, no sin antes prometerle a su pequeña hermana que volvería por ella. Desde su partida Vanessa se sintió completamente sola y cada vez que podía regresaba a la tienda de antigüedades en donde había obtenido el relicario, pero esta permanecía cerrada. No fueron años sencillos para la muchacha, pues sin la presencia de Ryley, las cosas no eran las mismas. Ni siquiera con Drake tuvo la misma confianza que con su otro hermano. No tenía amigos y se la pasaba sola la mayor parte de las veces cuando no tenía que ayudar a su madre en la cocina o con los quehaceres. A escondidas aprendió a leer y se aferró más a los libros que a otra cosa. Le prometió a Ryley que sería fuerte mientras él regresara y así lo hizo, aunque cada día que pasaba le resultaba más difícil.

Cierta vez que su madre la envió a comprar unas cosas, Vanessa se distrajo tanto viendo algunos libros y a algunos pintores errantes que se le hizo demasiado tarde para llegar a casa. Inquieta por llegar antes que su padre, se fue a toda marcha, los callejones estaban desiertos y eso a Vanessa le revolvió el estómago, pero antes de volverse a distraer continuó marchando aún más rápido. Esa noche jamás la olvidaría, la marcaría para siempre.

Mientras caminaba y ya sintiendo que le faltaba el aire, sintió unos pasos detrás de ella, Vanessa se alertó y sin pensarlo dos veces aceleró el paso. Para su mala suerte, quien la seguía no era un ser común, sino un vampiro, quien cuando tuvo la oportunidad se le abalanzó encima mordiéndole irremediablemente. Vanessa se retorció de dolor y como pudo golpeó en la cabeza al sujeto innumerables veces hasta que éste la soltó. Cerca, resonaron unas voces, eran inquisidores. Al escucharlos, el sobrenatural huyó de inmediato dejando a la muchacha herida y conmocionada. Para su suerte, aquellos inquisidores no resultaron tan malos como esperaba. Uno de ellos, una mujer, se ofreció a acompañar a la joven hasta su hogar y curó sus heridas. Pero desde ese momento algo en Vanessa cambiaría, sabiendo que rondaban sobrenaturales cerca, ella se volvió aún más temerosa, especialmente de los vampiros. Regresaba a casa antes de la puesta de sol y evitaba contacto con cualquier persona ajena a sus conocidos. Pensaba que Ryley se había olvidado de ella, pero no era así. El día menos pensado, Ryley apareció para llevársela consigo. Inesperadamente y aunque ya había perdido toda fe en ello, su deseo se hizo realidad.

Vanessa jamás le comentó a Ryley acerca del ataque que sufrió de un vampiro y menos que ahora él era un cazador. Luego de tanto tiempo, finalmente, volvía a sonreír nuevamente. Se alejó en definitiva de todos los demás miembros de la familia y ahora vive junto con su hermano tal como él se lo prometió. Sumándose a una familia junto con su esposa Leigh y su futuro sobrino.