Una cosa llevó a otra [priv]

por **Ethan A. Reed** Dom Feb 22, 2015 5:34 pm

Había llegado a Paris. Solo tenía un pensamiento que era mi hermana. Terra. Ese era su nombre y tenía que encontrarla. O probablemente estaría muerta, desconocía de ese dato pero creo que tiene que estar aquí, en Paris por algún sitio.

Seguí caminando lentamente por donde encontraba algún lugar. Seguía y llegue a una cafetería en donde me pedí un café cargado. Me ofrecieron un periódico el cual comencé a leer atentamente. No había nada que pudiera intrigarme, posiblemente nuevas muertes, nuevos enlaces matrimoniales y me dio por pensar en Terra. A lo mejor estaba viva y casada. Dios esperaba que no fuera de ese modo. Si habría de casarse con alguien ese sería yo para mayor protección y para que estuviera alejada de malas influencias. En el pasado cometía el error de encargar a asesinos y que estos se ocuparan de quienes se acercaban a mi hermana. Deje que ella pensara que estaba maldita, pero era mejor asi creo yo, mejor así que algún bravucón pensara en aprovecharse de ella.

Después la época oscura para los Reed llegó sin previo aviso y me separe de mi hermana. Alejándome kilómetros y kilómetros y me desperté en una cama que al parecer estaba dentro de un convento. Conocí a una mujer…que era igual a la de la foto – Es ella…-Murmuré sorprendido al ver la foto de aquella inquisidora en la columna del periódico. Al parecer era una pequeña entrevista de como salvó a varias personas de un ataque de licántropos – Genial –Replique pues ahora era aquello, un monstruo. Después cerré el periódico y me levanté cuando ya me habían traído el café, deje unos francos como compensación y salí lejos de aquella cafetería como si tuviera prisa de irme, como si el fuego estuviera esperándome a la vuelta de la esquina.

-Maldita sea –Sin darme cuenta me había llevado el periódico bajo el brazo sin mirar hacia atrás. ¿Qué me pasaba? ¿Por qué huía cuando nadie me estaba persiguiendo? Seguro estaba más que paranoico. Seguramente estaba pensando que el alma de las personas que mate me estaba persiguiendo pero estaba siendo algo melodramático la verdad con el asunto de que me perseguía alguien. Debería de pensar en que ahora estoy en Paris y no en América. Estoy en un país en donde hay costumbres diferentes y no todos eran iguales….O eso quería pensar.

por **Valeria Signoret** Dom Feb 22, 2015 11:34 pm

Toi mon amour, mon ami
Quand je rêve c'est de toi
Mon amour, mon ami
Quand je chante c'est pour toi
Mon amour, mon ami
Je ne peux vivre sans toi
Mon amour, mon ami
Et je ne sais pas pourquoi

Aquellas palabras salían de los labios de Valeria en un canto melodioso con una entonación perfecta mientras el sonido melancólico de su violín acompañaba a su estrofa en una combinación encantadora y poco común que reflejaba la propia personalidad de la mujer. En ese momento Valeria se encontraba ensayando en el teatro pues esperaba debutar su nuevo tema al final de uno de sus espectáculos, no había cosa que disfrutara mas que la adulación de las masas, pues en cierto modo la hacían sentir como una especie de diosa, como si podía tener el control de todo, cosa que poco escapaba de la realidad.

Al terminar sus ensayos, la mujer decidió optar por ir a su casa a pie para dar un pequeño paseo pues los viajes en carruajes ya se le estaban haciendo aburridos y no iban con su espíritu liberal. Valeria paseo por algunas veredas, era capaz de sentir el aura humana, sus pesares, sus alegrías, sus preocupaciones. Algunos le parecían almas tan sencillas que no valían la pena de observar que ni si quiera le provocaba el mas mínimo interés de degustar, sin embargo como en todo siempre había una excepción.

Valeria camino a paso tranquilo y pudo divisar a un hombre que venia en su dirección a paso apresurado, podía denotar cierta ansiedad en el aunque aun no estuviesen lo suficientemente cerca, lo cual hizo que cierta chispa de curiosidad se encendiera en ella. Valeria observo al hombre conforme la distancia entre ellos se acortaba, aquel aire preocupado no hacia más que deleitarla por lo que se decidió acercarse fingiendo mera casualidad, postrándose en su camino para que ambos tropezaran. – Oh disculpe Señor – dijo en un tono que fingía vergüenza mientras la maleta donde cargaba su violín caía al suelo, quedando abierta y dejando ver el instrumento – De verdad no lo vi mil disculpas- dijo al instante mirando a los ojos del hombre buscando alguna señal de aquellas preocupaciones mientras se apresuraba a recoger su instrumento. Valeria mantenía su cabello con aquel rojo escarlata, siempre adornado con ornamentos brillantes que hacían juego con su vestido de un color vinotinto brillante, que dejaba denotar cierto excentricismo en ella.

por **Ethan A. Reed** Lun Feb 23, 2015 12:00 pm

Literalmente, no en sentido figurado me choque con alguien que llevaba el pelo de color como el fuego. Dios que extravagante indumentaria. Solamente me quede mirándola cuando se le cayó la funda del violín al suelo, abierto de par en par y en verdad no tenía tiempo para tonterías, pero, ¿Qué me pasaba? Estaba siendo un completo idiota, en realidad nada me perseguía ni nadie. Me acerque a ayudarla pero cuando me acerque parecía que había terminado - Debes mirar por donde vas –Reí- Me fijé en cómo te acercabas –Solté cerca de su oído para alejarme hacia un puesto de castañas asadas en el que olían de maravilla. Esto en América por ejemplo no las había.

Tenía el periódico aun en la mano. Lo mire detenidamente mientras esperaba a que me sirvieran un saco de castañas y me quede fijo en la imagen de aquella mujer que me había salvado la otra vez y con la que me desperté en el convento. Deseaba tener en cuenta que mi hermana seguía viva y que posiblemente esa mujer que me salvó podría conocer el paradero de mi hermana, es decir de Terra.

Me fije en la mujer con la que me había cruzado anteriormente. La vi y pensé que rudo había sido. Cuando cerré el periódico me lo coloque debajo del brazo. Fui hasta la mujer y sonreí con mi paquetito de castañas asadas - ¿Esta bien? Perdone si fui algo rudo, pero las castañas recién sacadas del fuego son algo que me gusta – Fui pelando con facilidad cada castaña y me las metía dentro de mi boca. Saboreando cada trozo observando mientras a aquella que por cierto no sabía su nombre.

-¿Quiere que le llame a un carruaje? Bueno he visto que parece haber terminado algo importante ¿Qué es? ¿Toca en algún sitio? –Omití más preguntas porque del saco ya no me podía sacar mas preguntas.

por **Valeria Signoret** Mar Feb 24, 2015 2:07 am

Valeria podía sentir la presión de aquel hombre esa sensación de ser perseguíos por quien sabe que clase de sombra de su pasado, sin embargo en aquel instante ella se dio cuenta que este no era un ser ordinario había algo en el que era fuera de lo normal lo cual aumento el interés de Valeria en el hombre y aunque su intención de un encuentro que pareciera casual había fallado la mujer no se daría por vencida tan fácil, después de todo la sangre de un humano no ordinario siempre era bienvenida para el deguste de la mujer.

Ella se quedo en silencio cuando el hombre aseguro saber que la mujer se acercaba intencionalmente a el, y tan pronto como termino de decir aquella oración el hombre se dirigió a un puesto de castañas a comer, Valeria se desilusionó por un instante pues creyó que su diversión se había esfumado, sin embargo siempre se había considerado una mujer un poco intensa con lo que sea que buscara. Valeria tomo su instrumento y lo metió de nuevo en la funda del violín, aun sus movimientos siempre mantenían aquella extraña delicadeza y antes de ponerse en marcha, aquel hombre de pelo castaño ya se acercaba.

- A decir verdad Sr. No pensé que me toparía con un hombre descortés pero acepto sus disculpas después de todo, la comida es una necesidad básica- le contesto al hombre mientras le dedicaba una sonrisa simpática, de aquellas de las que podrían llegar a inspirar cierta confianza. – Tranquilo no necesito un carruaje ya me tiene cansada estar encerrada en esas pequeñas bestias de madera y cuatro ruedas, supongo que esta vez prefiero el aire libre – su tono mantenía un matiz suave mientras la mujer lo examinaba con la mirada, aun el hombre parecía un tanto agitado y por supuesto sus rasgos no eran pertenecientes a la zona “Así que un forastero “pensó mientras aquella pequeña sonrisa se torno algo traviesa – En efecto Sr. Me llamo Valeria Signoret soy músico y artista – respondió en tono algo jocoso después de todo le encantaba lo que hacia por lo tanto lo decía con orgullo, en seguida le extendió la mano al hombre en modo de cortesía – Veo que evidentemente es extranjero, ¿ acaso es usted americano? – Valeria había viajado por el mundo y dominaba una variedad extensa de idiomas por lo que se le hacia muy fácil distinguir acentos y rasgos.

por **Ethan A. Reed** Lun Mar 23, 2015 8:02 pm

-¡Como lo ha sabido? –Pregunto un Ethan comenzando a sentir cierta curiosidad conforme se comía el paquete de castañas asadas una por una, sintiéndose dichoso en disfrutar de tal comida a estas horas de la noche, en realidad, la tarde aun apremiaba pero estaba en sus últimos rayos de sol, podría decirse que era una media tarde, sintiéndose en el peligro que la noche acontecía.

-Está bien Valerie, como gustes, podemos hacerlo de varias maneras, por las malas o por las buenas – Dijo Ethan insistiendo en la seguridad de la joven con la que se había cruzado – O sube a un carruaje para sentirme seguro de que regresara sana y salvo a su hogar o se pasea conmigo hasta el restaurante que hay al final de esta calle y en uno de los callejones, existe la mejor comida extranjera extraída precisamente de Italia. ¿A usted le gusta la pizzaiolli, no? –Pregunto Ethan ofreciéndole el brazo a no ser que la muchacha o joven en este caso escogiera el camino de ir en carruaje. Ahora mismo las calles eran oscuras, o estaban comenzando a serlo, no pasaría de esta noche si un montón de hombres la cogían y la ponía en contra de una pared. Enseguida se acordó de su hermana, Terra, ¿Dónde demonios estará?

-Oye…¿tú has…-Se mordió la lengua un poco para después no decir nada –No, nada –Termino por decir cuando finalmente comenzó a andar hacia algún rincón, a alguna esquina para poder apartar a Terra de sus pensamientos por el momento, no quería olvidarla, le dolía demasiado y solo quería saber de ella ¿Era tanto pedir? – Terra…-Apoyo la frente triste y preocupado por su hermana, su corazón latía en busca de una sincronización con el de su amada hermana - ¿Dónde estás? –Pregunto al aire como Romeo enamorado de la luna. Después se dio varios golpes en la cabeza hasta que finalmente se vio obligado a parar ya que parecía un poseso desalmado, demente y esquizofrénico, como si fuera un ser sin alma que se ha escapado del manicomio buscando el país de las maravillas, pero no, Ethan solo sentía dolor y añoranza por ver a Terra, su amada, su hermana, su todo.

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