A new shade of anger [Priv]

por **Thorian L. Petrov** Miér Mar 11, 2015 7:03 pm

-Tráeme algo de comer Gloria, estoy hambriento.

Los minutos pasaban en vano conforme el brujo esperaba a que su doncella le trajera de comer. Su plato favorito era macarrones con orégano y tomate, con una crema como acompañamiento. Los disfrutaba con la compañía de los fantasmas del pasado mientras le susurraban al oído lo que ocurría en Paris. Él estaba en su mansión, poco podría saber si no había salido en todo el día. Una vez acabado el plato principal y el postre, sus andares se fueron hacia la puerta principal en donde fue ayudado con el abrigo, el sombrero y su bastón de madera. Iría a la misma cafetería, cerca de donde estaba la floristería de su antigua prometida.

Era evidente que no había superado lo de su amada.

Aun deseaba vengarse de su hermano por lo que hizo, lo único, que quería saber era el porqué de su acción, por qué tuvo que hacerlo. Tantas veces lo pensaba que ya no sabía que responderse a sí mismo. Quedaría en el café de siempre para poder tomarse su café, pasear tranquilamente por las calles de Paris y nuevamente de vuelta a su mansión para repasar el plan una y otra vez, el plan que derrocaría los poderes de su hermano y entonces lo mataría aunque fuera sangre de su sangre.

Había veces que se preguntaba si estaba dispuesto a derramar sangre familiar para cometer, para saciarse y así quitarse un peso de encima de una vez por todas. Tenía el pensamiento de llamar la atención de Lázarus de alguna forma y así atraparlo como un inofensivo ratón, guiarle hacia donde hubiera popularidad de almas que engullir y entonces, atraparlo sin más.

Cuando llego a la cafetería de siempre, observo que su lugar de siempre estaba ocupado por una pareja agradable. Cuando la pareja se le quedo mirando, Thorian reacciono deprisa y siguió su camino no sin antes aclarar que habían llegado antes a su acostumbrado sitio en la cafetería. La pareja se disculpó pero Thorian encontró un sitio mucho más agradable que el de siempre. La camarera le reconoció y sonriendo como una colegiala, le sirvió el mismo café acabando por traerle un bizcochito de chocolate. Thorian amaba el chocolate, lo adoraba y más si traía una fresa a modo de guinda la cual separó para comérsela al final de su pastel.

Pero no comió absolutamente nada de lo que le trajeron.

Estaba atento en sus musarañas, mirando en la nada y cuando se despertó, observó como una infante de como mucho, seis años de edad se chocó con su pierna. La conocía de vista aunque, más bien conocía a su madre por haberle comprado algún que otro perfume – Oh, Sapphire, ten cuidado – Se mostró simpático y pudo ver a Fleur al fondo que le saludaba con la mano y que enseguida cogía la mano de su pequeña. Solamente llego a suspirar lo que él jamás tendría y volvió a reaccionar de nuevo, esta vez alarmado tras sentir el calor del café mancharle la ropa y quemarle de lo caliente que estaba - ¡AH, cáspita! –Maldijo palabras que nunca diría, pero dada la ocasión, este era un buen momento - ¿Quién me ha…? – Levanto la vista y pudo ver quien le había tirado el café.

Enfado, solo sentía enfado.